Jurassic World Dominion: No fue el mejor final, pero fue un final

Como arqueólogo y cinéfilo, no les negaré el hecho de que “Jurassic World: Dominion” era una de las cintas que más esperaba para este año, sobre todo por lo trompicada que ha sido esta trilogía (Jurassic World) que nació de revivir a su antecesora saga de Jurassic Park, cinta a la cual le tengo mucho aprecio (así no sea la mejor de las películas), y que por la cual, como todo fan de ese clásico, quedé completamente decepcionado y asqueado por lo que fueron las subsecuentes  Jurassic World y Jurassic World: Fallen Kingdom. De ahí que mis verdaderas ganas radicaban en terminar de hacer pedazos a esta trilogía.

Pero mi sed de sangre se esfumó una vez que salí de la sala ¡oh sorpresa! Esta película definitivamente no fue lo esperaba (sobre todo por lo que se había visto en los promocionales y trailers donde a todas luces se vislumbraba que iba a seguir el mismo camino que sus predecesoras), dando un cambio de enfoque con respecto a sus antecesoras y hasta cierto punto “enmendando” los errores que se arrastraban desde la última película de Jurassic Park 3, y que causaron una tremenda división del fandom.

Jurassic World: Dominion no es una obra maestra, no es compleja (aunque trata de serlo por momentos), no es profunda, ni es un cierre magistral para un mundo tan vasto como lo es el de Jurassic Park, pero después de lo visto en las dos películas anteriores, sin duda se puede afirmar que es la mejor de las tres, sobre todo porque Colin Trevorrow aprendió de los errores de otra trilogía desastrosa en la que estuvo involucrado (así es… hablo de ti secuelas de Star Wars). Trevorrow no se la complicó, sabía que tenía que enmendar lo funestas que fueron las películas anteriores, ¿y cómo lo logró? Sencillo… dándole a los fans lo que esperaban ver, sin más ni menos.

Esta última película nos introduce a un mundo donde los dinosaurios ya se encuentran dispersos a lo largo del orbe, y podemos apreciar como esto afectó a la vida humana y natural, partiendo de una interesante premisa de desastre ecológico, (cuando una especie invasora ingresa a un ecosistema ajeno rompiendo la cadena alimenticia) así que dicho eso, vamos a hablar de lo bueno, lo rescatable, lo malo, y lo soberbio de Jurassic World: Dominion.

Lo Bueno: El respeto a lo clásico y el regreso al origen

Después de que Jurassic World: Fallen Kingdom causó mucha desaprobación, la franquicia recurrió a Trevorrow para enderezar un barco que a leguas se veía ya hundido; curiosamente el director era también el encargado de darle fin a la trilogía de Disney de Star Wars, cuando fue reemplazado por J.J Abrams, y hoy tristemente me doy cuenta que Trevorrow debió estar al mando de The Rise of Skywalker, y Jurassic World: Dominion, es el mejor ejemplo del por qué.

De entrada, se volvieron a ver caras conocidas, pues regresaron a la acción los protagonistas de Jurassic Park: Laura Dern, Jeff Goldblum y por supuesto Sam Neill. La incursión de estos personajes significaba algo evidente, la franquicia iba a recurrir a hacer un “Palpatine” con el infalible fanservice que iba a atraer a los nostálgicos. Pero lejos de que la participación de estos personajes fueran un mero cameo o personajes secundarios, Dern, Neill y Goldblum realmente se roban el show.

La virtud de Trevorrow es aprovechar y dar el preciso protagonismo a esta tríada de elementos nost´lgicos, y no rebajarlos a meros rellenos secundarios; fueron por lejos los más interesantes, mejor desarrollados, carismáticos. Como un plus, se nota la química que hay en la triada, lo que llevó que a muchos de nosotros a recordáramos con añoranza la primera cinta. Entonces, Alan Grant, Ellie Sattler e Ian Malcom, regresan para ser una vez más los héroes que todos recordamos, sin que esto caiga en un cliché o la repetición, pues al contrario, Trevorrow aprovecha las características clásicas u originales de los personajes y las mezcla con nuevas facetas en la personalidad de los mismos, haciendo entonces que dichos individuos se sintieran familiares, pero a la vez renovados (¡APRENDE DISNEY!)

Del mismo modo, la primera mitad de la película se siente un tanto extraña, pues presenta una cara nunca antes vista en toda la franquicia; las escenas de acción presentadas te hacen sentir que no estás viendo una película de dicho universo, pero es en la segunda parte donde se recupera la esencia original de Jurassic Park, es decir el concepto de la supervivencia de los humanos ante mega depredadores como lo son los dinosaurios. Trevorrow no cae en la repetición, sino que toma el concepto y lo unifica con los nuevos elementos del Jurassic World, haciendo un producto muy entretenido.

Finalmente, y como es costumbre en esta franquicia, la banda sonora es sublime, con el talento de Michael Giacchino, quien nuevamente lo hace fenomenal y que además, por momentos se escuchan los temas clásicos compuestos por el legendario John Willams, haciendo de la música una experiencia placentera.

Lo rescatable: Se acordaron de los dinosaurios

Algo que muchos detestaron de Jurassic World y Jurassic World: Fallen Kingdom, es que dichas cintas se alejaron de la paleontología, de la ciencias biológicas y se acercaron más a la ciencia ficción, creando monstruos imaginarios (cómo el indominus rex o el indoraptor), sintiendo que la lógica de dicho mundo (que hasta cierto punto estaba bien cimentada en la trilogía original), se había ido por el caño, para darnos una película de peleas con monstruos.

Trevorrow entendió perfectamente la desaprobación del fandom por esos “monstruos”, y en esta ocasión afortunadamente desaparecen las quimeras, regresando a simplemente los dinosaurios. Si bien algunos de las especies mantienen el diseño clásico (como el T-Rex), hay otros en los que se nota un esmero en que fueran biológicamente correctos, así como también existe la “creatividad artística”, por lo que por lo menos podemos rescatar el intento de vincular dicha película con la ciencia, la biología, la ecología, la paleontología, entre otras. No fue perfecto el vínculo, pero al menos se intentó.

Del mismo modo, el mensaje social de la película es bastante rescatable, pues la trama de la historia es una moraleja del “qué pasa cuando introduces especies invasoras en un ecosistema que no es el suyo”, provocando desastres ecológicos (¿escucharon dueños de mascotas que acaban con la vida silvestre?).

Lo malo: Entre Gary Stu y Mary Sue

Trevorrow le dio tal importancia a que los personajes clásicos brillaran, que se olvidó de los protagonistas de la nueva trilogía. Desafortunadamente Bryce Dallas Howard y Star Lord, digo Chris Pratt, fueron realmente mediocres, pero más que nada por la culpa del guion, pues Pratt pasa de ser aquel entrenador de fieras carismático e irreverente, a un personaje plano, gris, sin expresión facial y que además es un “Gary Stu”, pues todo, absolutamente todo le sale bien, pero que para buena fortuna de la película su perfección no afecta en prácticamente nada el desarrollo de la historia (pues solamente es perfecto para salvarse a sí mismo, como el hecho de que sobrevive a la caída de un avión, o que pelea con un cuchillo contra un dinosaurio carnívoro enorme). Por otro lado, es triste que no se haya aprovechado el talento de Dallas Howard, pues su personaje solamente sirve para llorar y tener expresión de sobresalto.

La película también introdujo a un nuevo personaje: Kayla Watts, una afroamericana lesbiana (hay que seguir la agenda políticamente correcta) que es una especie de “Mary Sue” combinada con un Deus Ex Machina (como ya se está haciendo costumbre en el cine hollywoodense); afortunadamente solamente es un personaje secundario, al que también le sale todo perfecto y que curiosamente también sabe hacer de todo, ¡Ah! ¿Qué necesitan a alguien que pilotee un avión? Qué casualidad, yo sé volar aviones. Algo así es su papel, pero fuera de esos detalles, pasa prácticamente desapercibida.

Lo soberbio: La reivindicación

Pasando a lo que sí es el fuerte de Jurassic Park, que son los dinosaurios, lo que más hará emocionar a los fans es precisamente la reivindicación del símbolo de Jurassic Park, hablamos del Tiranosaurio-rex, que desde la primera película había fungido como una especie de “héroe” que salvaba a los protagonistas de una muerte inminente y que además, mostraba porque era el “rey de los dinosaurios”, hasta que llegó Jurassic Park 3, donde a Spielberg se le ocurrió la grandiosa idea de sustituir a quien era la cara y alma de Jurassic Park, por un dinosaurio con el que nadie se encariñó, al grado de que quedó borrado completamente de la franquicia (hablamos del espinosaurio, que en un duelo a muerte acabó con la vida de nuestro querido rex, desatando la furia de millones de fans, al grado de que prácticamente Jurassic Park 3 fue el acabose de la trilogía original).

Afortunadamente Trevorrow, en su plan de satisfacer a los fans, reivindicó la figura del T-Rex y le dio un épico duelo de despedida ante el depredador más grande que ha visto este planeta: el giganotosaurio. El duelo que estuvo lleno de dramatismo y emoción, culminó con el triunfó de nuestro querido “rexie”, quien por última vez salvó el día y dándole la despedida que realmente se merecía (APRENDE DISNEY X2)

También tenemos la reivindicación del personaje de Henry Wu, quien también apareció en la primera película de Jurassic Park como el genio que trajo de nuevo a la vida a los dinosaurios, y que en Jurassic World y Jurassic World: Fallen Kingdom fue tratado como un villano, para finalmente en esta cinta, fuera la persona que salva al mundo de sus creaciones.

Otra cosa soberbia, son los efectos especiales, donde el estudio pasó de usar el nefasto CGI, para recuperar las marionetas robóticas hiperrealistas que tanto gustaron en los años noventa.

En conclusión, Jurassic World: Dominion, es una película meramente palomera, para un domingo sin que hacer, no está a la altura de la primera cinta de Jurassic Park, tiene un guion muy simple y flojo, pero es un buen cierre para una franquicia que iba en picada. Como ya lo dije, es la mejor de las tres películas que forman esta trilogía y su mayor virtud es que enmienda los errores de las predecesoras, por momentos recuperando la esencia de las cosas que tanto gustaron de la trilogía original.

No es el cierre que todos hubiésemos querido, pero tampoco fue el cierre desastroso que se esperaba. Es simple, pero entretenida, y si eres un fan clavado de la franquicia, seguro te encantará.

Etiquetas:  

Acerca del autor

Arqueodan    


Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

*

*

*