Las 10 Mejores Películas de Juliette Binoche
La primera europea en la historia en ganar “la triple corona como mejor actriz” (Berlín, Cannes y Venecia), Juliette Binoche se ha convertido más que en una actriz, en un símbolo artístico internacional al conquistar literalmente todo continente gracias a su talento, versatilidad y belleza.
Nacida un día como hoy, La Binoche carga con sangre de artista en sus venas, siendo su padre un director y escultor, y su madre una actriz polaca. Comenzaría su carrera en el cine en 1983, para así emprender rápidamente un camino ascendente hasta el estrellato durante un clímax artístico desde finales de aquella década hasta finales de los 90.
Actriz selectiva y de carácter, su amplio registro dramático le han permitido interpretar personajes complejos, muchas veces conectados hacía el duelo y la muerte, pero también hacía el romance.
Ganadora de 40 premios internacionales y con un currículo de 80 créditos entre el cine y la televisión, celebramos los 59 años de la princesa francesa con sus 10 Mejores Películas
10 – Wuthering Heights (Peter Kosminsky, 1992)
Por El Fett
La readaptación de Cumbres Borrascosas a lado de un debutante Ralph Fiennes no tendría en su momento mucha suerte hacía con la crítica y audiencia, sin embargo con el tiempo se haría de cierto culto y recordación gracias precisamente a la gran química entre los protagonistas, Binoche en especial, un poco más experimentada y captando la sensibilidad trágica de Catherine en lo que firmemente es un gran registro dramático por parte de ambos. Quizá no le haga justicia plena ni al libro ni a la adaptación clásica de Laurence Olivier, pero es eficiente y permitió a Binoche la internacionalización (y a Fiennes un tremendo debut actoral).
9 – Clouds os Sils Maria (Olivier Assayas, 2014)
Por El Fett
Una excelente interpretación que incluso logra hacer resaltar a la misma Stewart en un duelo actoral de alta magnitud. La química entre estas dos mujeres termina siendo lo más sobresaliente de un film que llega a perderse entre tantas sub tramas, de las cuales su director no puede escapar a pesar de sus buenos intentos por mantener la complejidad de relatar una historia dentro de una historia dentro de otra historia. Poderosamente metafórica en varios retazos y de un gran valor visual, el drama de Assayas, pese a sus debilidades, se le agradece infinitamente haber establecido una excelente labor histriónica para el currículo de ambas actrices que, como sus personajes, mientras una ya iba de salida, la otra de entrada.
8 – Breaking and Entering (Anthony Minghella, 2006)
Por El Fett
Quizá esté muy lejos de las mejores obras de Minguella, pero sin duda su última película está muy cercana de los temas característicos de su filmografía. De nuevo enmarcado en un entorno de clase alta dentro de Londres, Minguella desarrolla otro conflicto idílico que en esta ocasión mezcla el deseo de sus protagonistas junto con una crítica al modus vivendi de la sociedad inglesa, en un discurso clasista superficial, pero al fin y al cabo funcional para la evolución del romance planteado. Juliette Binoche (actriz con la que trabajaba por segunda ocasión tras el Paciente Inglés) da una excelente actuación y se convierte en la extensión de su arquetipo de personaje romántico – trágico, piedra angular de su obra.
7 – Damage (Louis Malle, 1992)
POR EL FETT
Binoche incursionaría a principios de los 90 en algunos dramas de naturaleza erótica; el primero de ellos un muy criticado relato, que por momentos no encuentra su equilibrio entre ser algo totalmente crítico (y hasta ridículo) hacía la sociedad aristócrata, y lo pasional, tampoco llegando a ser tan “sexual” como pretende. La misma disparidad se repite en sus actuaciones, dondeambos se pierden un poco en la sobreactuación, pero conservando la sofisticación que pretende el erotismo impuesto. Aunque el relato sobre un padre que desea y quiere dejar todo por la prometida de su hijo, alcanza buenos e intensos momentos dramáticos, nunca acabó por convencer al público, pero de nuevo Binoche y Irons terminan siendo lo más recordable.
6 – The Unbearable Lightness of Being (Philip Kaufman, 1987)
Por El Fett
Su primera participación en suelo norteamericano fue en esta cinta de corte romántico – erótico que bien pudo salvarse sencillamente por su mera actuación y química con Day-Lewis, pese a la por momentos infame dirección de Philip Kaufman. Aunque este título es uno de los pocos a destacar en su internacionalización, es de subrayarse la intensidad que ella y su compañero imprimen a un triángulo amoroso que sirve como símbolo del “comunismo” y de la situación imperante en la Europa de finales de los 60. Una combinación entre “Dreamers” y “Shame”, de alta carga sexual, queda como una curiosidad para ver los registros antes de su grandeza noventera.
5 – Chocolat (Lasse Hallström, 2000)
Por Mrs. Punisher
Seguro ustedes recuerdan a la bella Binoche en su papel de Vianne Rocher, la extraña mujer que se apersona junto con una su hija en una pequeña población francesa de recatadas costumbres por 1959. Vianne instala su “chocolatería” en donde además de ofrecer cosas deliciosas, también se da a la tarea hacer una especie de psicoanálisis para recetar el chocolate correcto a sus clientes. Sus pociones más que una receta son un conjuro que nace de civilizaciones milenarias centroamericanas (ya ve que para los gringos del Rio Bravo para abajo, todo es Centroamérica). La belleza de la narrativa puede llegar a ser un distractor en el verdadero mensaje de la historia. “Chocolat” es una rebelión, es un grito de protesta a la imposición de una moralidad absurda.
4 – Cache (Michael Haneke, 2001)
Por Bedub
Tan simple y macabro como que un video llegue a tus manos todos los días, mostrando el frente de tu casa ¿Quién lo graba? ¿Por qué? ¿Para qué? Todas esas dudas sin tener a un culpable a quien responsabilizar, crea una angustia generalizada en el hogar de un crítico literario que parecía que tenía la vida perfecta y se da cuenta que la respuesta no está en su presente y que el pasado aún tiene cuentas pendientes. Haneke nos lleva a un sórdido viaje donde no hay perdón ni olvido; el director no tiene afán y nos muestra como este mundo casi surreal se va desmoronando poco a poco, los cabales se van perdiendo incluso por pequeñeces que en otro momento hubiesen sido olvidables. Un thriller sustancioso que saca partido hasta de las situaciones más mundanas.
3 – The English Patient (Anthony Minghella, 1996)
Por El Fett
La mayor virtud de The English Patient es que Minghella no se deja llevar por los estatutos y clichés del género, pues en lugar de situar su romance en un ambiente bélico, usa su historia como una metáfora del mismo conflicto a través de la expiación de su héroe y víctima, el paciente, el cual con gran dolor y a la vez fortuna y gozo relata a su cuidadora (una cautivadora y romántica Binoche) su sórdida relación en los plenos círculos de la alcurnia inglesa en plena explosión de la segunda guerra. Intensa e intimista, desbordante de pasión, dolor y sacrificio, The English Patient se presume también de una gran producción, una impresionante fotografía, entrañables actuaciones y una gran banda sonora, siendo una de las mayores cintas románticas de la historia
2 – Copie conforme (Abbas Kiarostami, 2010)
Por El Fett
En algún tiempo se le preguntó a Kiarostami por qué no salía de Irán para evitar la censura e instalarse en suelo europeo donde era provisto de toda clase de favores y alabanzas. El cineasta respondió con una de sus metáforas: “Un hombre en el exilio es igual a un árbol trasplantado; logrará sobrevivir en su nuevo hábitat, pero no dará frutos de la misma calidad”. El mensaje quizá pudo predisponerlo en su primera producción fuera de Irán, siendo efectivamente un producto aminorado a su estilo y calidad, sin embargo gracias a la actuación y química de Binoche, Copia Certificada logra ser un eco romántico con diálogos interesantes, divertidos e interpretaciones entrañables llenos de realismo.
Tres Colores: Azul (Trois couleurs : Bleu, Krzysztof Kieslowski, 1993)
Por El Fett
En algún lado y de parte de alguno de sus “colores”, esta trilogía tenía que ser parte de la estela de premios europeos gracias no solo a su revolucionaria propuesta narrativa, sino también a su manifiesto como homenaje a la corriente alguna vez conocida como “nouvelle vague”, siendo las tres quizá las últimas piezas estrictamente diseñadas para formar parte de aquel movimiento. De perfecta interpretación, Kieslowski logra abordar el duelo desde una perspectiva tan cruda como fresca, y es que en esta poderosa introspección emocional sobre la pérdida y el amor, de manera experimental el color juega la parte de un protagonista que acompaña en todo momento la sensibilidad de una Juliette Binoche en estado de gracia. Muy bella pieza.
5 Comments
Me atrevo a corregirlo de nuevo, estimado, pues para los gringos todo lo que hay debajo del Río Bravo no es “Centroamérica”, sino “México”. Eso sí, un México muy especial, sino, revisite “La mexicana”(2001).
¡Claro que entendí el punto, Fett! Pero ese tosco imaginario gabacho tiene el nombre del país de ustedes. Muy mal, sea a quien sea que se lo adjudiquen.
Saludos.
Totalmente de acuerdo con usted jajaja
Sé que son sólo cinco , pero ¿ y “Damage” de Louis Mallé (1992)?
Pueden ser 10 el próximo año?
Siento que faltó incluir a “The Taste of Things”, aunque sea como mención honorífica.