Las 10 Mejores Películas de Tatsuya Nakadai
Así como Kurosawa tuvo a su Mifune, Kobayashi tuvo a su Tatsuya Nakadai, una leyenda del cine y el teatro japonés que no solo tendría participación bajo las órdenes de estos dos mencionados directores, sino en más de 180 producciones, volviéndolo un icono de la cultura y el arte de su país.
Optando por la actuación por forzamiento más que por pasión, al no poder costearse estudios universitarios, Tatsuya Nakadai debutaría en la escena teatral a los 22 años, sin embargo su primer contacto con el cine se daría de manera fortuita al conocer a Kobayashi en una tienda, el cual lo ofrecerí aun papel de extra en su siguiente película. Lo irónico es que, antes de consagrarse con este director con una de las trilogías más emblemáticas de la historia, su primer papel acreeditado sería en la obra maestra de Kurosawa, Los Siete Samurai, en donde tendría un pequeño papel como un ronin sin diálogo.
De un estilo actoral más mesurado que Mifune, Kurosawa y Kobayashi echarían mano de Tatsuya Nakadai para papeles de alta carga psicológica, personajes planeadores e incluso villanos, haciéndolo un actor sumamente versátil, pero desgraciadamente muy infravalorado y quizá hasta poco conocido fuera de Japón y Europa
Tatsuya Nakadai murió el pasado 8 de noviembre a causa de la neumonía a los 92 años, dándose apenas la noticia el día de ayer. Que descanse en paz esta grandísimo actor
10 – El Más Allá (Kobayashi, 1964)
POR EL FETT

Influyente pieza que se compone de cuatro episodios, cada uno en alegoría a una estación del año, y en donde Kobayashi imprime un hermoso y surreal terror basado en el folclor japonés y la presencia de fantasmas, entes que ya de por si se presentan de una manera muy peculiar dentro de esta cultura, pero que a su vez profundizan en la misma en testimonios de una bella introspección narrativa alrededor de su sociedad, costumbres y legado. Suele darse el caso en las antologías que uno o hasta un par de capítulos no suelan estar al mismo nivel de otros, sin embargo, estamos hablando de uno de los mejores cineastas japoneses, y por lo tanto ante una excepción a la regla
9 – El Infierno del Odio (Kurosawa, 1960)
POR EL FETT
Un claro segundo noir de Kurosawa, y otras de sus joyas menos conocidas, pero igual de resplandecientes. El más perspicaz podrá encontrar varios libres pasajes de otra obra shakesperiana, Hamlet, sin embargo, su verdadera resonancia radica en la actualización del valor de la justicia, enmarcada en una venganza de índole social, como si se tratara de un “ronin” moderno atrapado en una cinta del cine negro. Maravillosa y repleta de ricas e interesantes matices sociales atemporales, Kurosawa también repara sobre la opresión y corrupción corporativa en este relato de secuestro y que también desemboca en uno de los mejores montajes de investigación policíaca en la historia, el cual es protagonizado por el entrañable detective a cargo de Tatsuya Nakadai
8 – La Herencia (Kobayashi, 1962)
POR EL CINE ACTUARIO
Los acercamientos de Masaki al cine negro, le cayeron como anillo al dedo a su estilo crítico – cínico, recreando una puesta en escena sutil, y sobria sobre el género; ¿la trama? La lucha por la herencia de un multimillonario que, como última petición, ha decidido otorgar las riquezas a sus hijos ilegítimos, voluntad que tanto a los empresarios que se encuentran alrededor, como a su esposa, no les cae nada bien, por lo que pelearán para buscar quien se queda con el premio gordo. Entre giros de tuerca, suspenso y algo de humor, La herencia es una de las cintas más propositivas de la carrera de este director japonés, y para Tatsuya Nakadai también significó una prueba superada dentro de un registro más tragicómico
7 – Yojimbo (Akira Kurosawa, 1961)
POR EL FETT

Obra de gran influencia para la historia, un western apasionante y evocado desde la auto destrucción humana donde de nuevo Mifune, como si se tratase de la suma de todos sus samuráis, consigue emular la sabiduría y destreza máxima en un guerrero errante tanto en cúspide como en su declive. Aderezado con elementos mafiosos y de thriller, y abastecido de desolados y violentos panoramas, la retribución vendrá desde el enfrentamiento de dos clanes y la llegada de un mercenario que desea la destrucción de estos a partir de la doble infiltración. Inteligente, llena de suspenso y muy divertida, la inclusión de la pistola (empuñada por un villanazo de Tatsuya Nakadai) también denotaría un simbólico cambio de era dentro de su historia, también sirviendo como claro homenaje y referencia hacia con su predilecto género
6 – La condición humana I & II (Kobayashi, 1959)
POR EL CINE ACTUARIO
Dos de tres dentro de la trilogía quizá más famosa del cine japonés y que relata las vivencias de Kaji (Tatsuya Nakadai) durante la Segunda Guerra Mundial, el objetivo de la historia es hacer un contrapeso entre la honestidad de su personaje principal con respecto a la crueldad de la guerra, quitando cualquier maniqueísmo, duele, es cruel, injusto pero así es el campo de batalla, Kobayashi no tiene miedo de retratarlo con una técnica magistral, quizás no haya epicidad, pero no sé necesita cuando la proeza de esta obra es trasladar un conflicto masivo a una perspectiva más individual. Estas joyas fueron fuente de inspiración para Kubrick, Coppola y Eastwood, haciendo que Masaki escribiera con letras doradas su nombre en la historia del cine, y de paso lanzando a la fama a su actor fetiche
5 – Kagemusha (Akira Kurosawa, 1980)
POR EL FETT
Otra pieza samurái–western producida por Lucas y Coppola en una especie de retribución hacía su mayor fuente de influencia artística, y es que aún Kurosawa en su versión más comercial y simplista, aquel año y con el poder mediático a tope, parecía la opción más indicada para ser conmemorado con un premio que se le había negado solo en una ocasión, en 1956. Aunque no la considero en un Top 10 del director (pero quizá sería el más lógico bonus), la virtud de Kagemusha reside en su impresionista puesta en escena, logrando una especie de híbrido entre su cine de aventuras más clásico, la corriente alemana de los años 20 y por supuesto, su occidentalización. Un producto digno y en donde como curiosidad, el protagonismo no recaerá en Mifune, sino en un excelso Tatsuya Nakadai con varios “registros”
4 – La condición humana III: La plegaria del soldado (Kobayashi, 1961)
POR EL CINE ACTUARIO
Esta se cuece aparte. La historia de Kaji y su búsqueda por llegar al territorio amigo es una odisea del director Kobayashi por plantear varios dilemas alrededor de la crueldad humana y de la pérdida de la fe. Con una fotografía espectacular que resulta ser una proyección del sentir del mismo protagonista, la cinta nos adentra al interior de un hombre que ha comenzado a cuestionar su sistema de creencias, en un entorno en donde el amor será su única fuerza para seguir luchando en un mundo cruel y hostil. Excelsa manera de cerrar una trilogía que fue incrementado su intensidad reflexiva, convirtiéndose en la mejor obra no solo de esta saga, sino también en la carrera del legendario director nipón. Tatsuya Nakadai también da lo mejor de si en este épico y cruel cierre
2 – La rebelión de los samuráis (Kobayashi, 1967)
POR EL CINE ACTUARIO
Masaki Kobayashi plantea uno de los dilemas más fuertes entre la individualidad y la colectividad ¿qué pasa cuando tus principios morales comienzan a chocar con los de un grupo que perteneces? Por muy fiel que seas ha cierto colectivo, ¿es válido abandonarlo cuando tus intereses y tú visión ya no es la misma? Bajo esta premisa, se nos contará la historia de un samurái veterano que comenzará a entrar en conflicto con su clan cuando su honor y su moral se vea comprometido. Filmada de una manera tan bella, Kobayashi nos demostrara con su puesta en escena las batallas más emocionales, pero sobre todo una de las lecciones más fuertes de vida. Mifune y Tatsuya Nakadai como amigos y rivales se funden en una química brillante
2 – Ran (Akira Kurosawa, 1985)
POR EL FETT

Su última joya quizá sea las más preciada, precisa y preciosa, una fábula bélica armoniosa de principio fin que denota la experiencia narrativa adquirida por todos los años y donde se despliega una cátedra de equilibrio entre el contexto, ritmo y apartado visual. Akira Kurosawa no tiene piedad, la traición a la sangre es bárbara y se encargará de mostrarlo. Su técnica visual, su Shakespeare, su Ford, su samurái, su honor, su linaje, su mujer como demonio y el amor a su adaptación, estilo y nación se funden en conjunto en una consecución simbólica que funciona como auto homenaje a toda su obra. Lo mejor de su cine se traduce en la secuencia de la invasión a la última fortaleza, una secuencia maestra y categóricamente dirigida y con un Tatsuya Nakadai envuelto en llamas, digna de ver una y otra vez y resguardarse en los anales más elementales del séptimo arte
1 – Harakiri (Kobayashi, 1962)
POR EL FETT
Majestuoso y cruel testimonio sobre el final de un símbolo tan mítico para la historia, como esencial y legendario para la construcción del héroe en la cinematografía. Una obra de suspenso en diálogos que minuciosamente acarrea a través de dos relatos la decadencia de la sociedad japonesa enmarcada en el fin de la era samurái. Hacía el final de aquella cruenta historia, la muerte física, espiritual y simbólica de aquel héroe resumirá honorablemente no solo un reinado fílmico que Kurosawa sostendrá aún 20 años, sino también la influencia de su narrativa claramente reflejada en estilo (Tarantino, claro ejemplo), como en conceptos, cuando Masaki Kobayashi use como elemento mcguffin, el propio “Harakiri”. Sin duda el mejor papel de Tatsuya Nakadai, un héroe trágico y sumamente complejo, envuelto en uno de los mejores giros de tuerca de la historia
1 Comment
Creo que hace falta un post acerca del western, su influencia y como ha moldeado otras corrientes cinematográficas.