Las 10 Mejores Películas de William Hurt

Quizá William Hurt fue uno de los actores más desperdiciados de su generación; con 1.88 de altura, una prominente voz, impresionante presencia física e indiscutible talento y versatilidad, parece que a pesar de haber tenido un Oscar (y algún otro par de galardones importantes), al mundo fílmico y hollywoodense le hizo falta más de su talento, ya sea por falta de oportunidades, manager o decisión propia.

En una primera instancia estudió teología, motivado por su padrastro en Londres, pero al poco tiempo se interesó por el arte de la actuación y las carpas, estudiando artes dramáticas en la prestigiosa escuela de Juiliard. El curso natural de las cosas, Hurt comenzaría a instalarse en el teatro, principalmente en obras de Shakespeare, hasta que el cine le abrió las puertas con un debut soñado en 1980. El resto es historia.

Alcanzaría con varios roles protagónicos el clímax de su carrera durante toda la consecuente década, afianzándose como un actor galardonado y de carácter, sin embargo para los 90 y consecuentes años su carrera daría un vuelco total al solo aparecer en constantes roles secundarios, cada vez cayendo hacía lo más olvidable y comercial (la saga de Avengers como claro ejemplo).

Con poco más de  100 créditos y 18 premios a lo largo de su carrera (de los que destacan su Oscar, su BAFTA y mejor actor en Cannes), recordamos a William Hurt con sus 10 Mejores Películas

 

Bonus – Mr. Brooks (Bruce A. Evans, 2007)

POR EL FETT

“Sobrevaloradísimo” thriller que en su momento causó un particular furor entre la crítica y la audiencia por dos simples razones: la primera, cierta habilidad en el guion y sus diálogos que la proveían de un coqueto humor negro que escapaba del arquetipo del criminal en turno; el segundo, precisamente el asesino en serie, un Kevin Costner fuera de su zona de confort y que aún con su rígido accionar, consigue crear un “Brooks” tan espantoso como demente y encantador. La química con su conciencia, William Hurt (que hace un oscuro y excelente lado oscuro de Brooks), definitivamente regala los mejores momentos de un film muy atropellado, pero también muy bien recordado.

 

Bonus – The Village (M. Night Shyamalan, 2004)

POR EL FETT

Por momentos decente dentro del universo “giratorio” de Shyamalan (y solo un escalafón arriba de la mayoría de bodrios), la historia sobre una misteriosa comuna rodeada de mitos de monstruos en los bosques, encontró cierta relevancia gracias a su casting y a la revelación de su giro, más dramático que fantástico, y que recayó en la veteranía histriónica de personajes como los de Sigourney Weaver, Cherry Jones, Brendan Gleeson y William Hurt, este último interpretando al líder de dicha comunidad, guiada por un duelo permanente que los hace alejarse del mundo y la civilización. Buena interpretación, es la labor actoral la que da el equilibrio preciso al director a la hora de develar su giro

 

10 – A.I. (Steven Spielberg, 2001)

POR EL FETT

¿Se imaginan que habría sido de este relato si Stanley Kubrick hubiera alcanzado a dirigirlo? Conocido por sus adaptaciones libres, Kubrick pasó la batuta a Spielberg, el cual aunque cae en ciertos “sentimentalismos” forzados, logra captar la esencia del relato de Collodi y llevarlo hacía un terreno insospechado: al del futuro y la ciencia ficción, con algunos elementos ancla que conectan de inmediatamente con el “cuento de hadas”: el grillo por el oso, la travesía, la hada, el Gepetto científico (William Hurt) y por supuesto el objetivo primordial, el sueño de una marioneta por ser un niño de verdad. La narración de Spielberg adapta todos los elementos y pasajes a un mundo post apocalíptico y deshumanizado

 

9 – Dark City (Alex Proyas, 1998)

POR TONA. A.R.

Llena de matices, simbolismos, y una fuerte filosofía que parte de la cueva de Platón y del famoso “pienso, luego existo” de Descartes, Proyas comulga la ciencia ficción y el noir para generar una atmósfera asombrosa y un mensaje sobre el uso de una realidad sistémica e inexistente para el control humano. Quizá su mayor pecado sea haber coexistido con la otrora aventura de 1999 (fueron producidas al mismo tiempo), más explosiva, mediática y de una acción más atractiva, sin embargo, dentro de su “olvido selectivo”, se esconde una pieza más compleja y arriesgada, y que dentro de su propositiva ambigüedad invita al espectador más que a una revelación impuesta por la narrativa, a cuestionarse y elegir sobre “su realismo”.

 

8 – The Big Chill (Lawrence Kasdan, 1983)

POR EL FETT

Más allá de su gran reparto que por sí solo la convierte en una película imperativa para conocer los amaneceres de rostros como Kline, Close, Hurt y Goldblum, Kasdan logra un gran libreto al conseguir manifestar de forma muy elocuente y natural una crítica social que enfrenta no solo a las clases, sino también las aspiraciones de un grupo de amigos universitarios que 15 años después se vuelven a reunir para velar a uno de sus integrantes. Teniendo en cuenta que esos “sueños” sesenteros son relatados desde una perspectiva “madura” y adulta ochentera, Kasdan presume una habilidad coral tanto en sus diálogos como en su dirección, que si bien esta última llega a trastabillar, para los fines de su mensaje se mantiene firme y nostálgicamente muy efectiva

 

7 – Gorky Park (Michael Apted, 1983)

POR EL FETT

Un inmejorable Hurt se echa al hombro este curioso e intenso thriller situado en la Guerra Fría y ambientado en Rusia (pero filmado en Helsinki), bajo una dirección precisa, aunque un poco falta de ritmo de parte de Apted. El detective ruso interpretado por Hurt, asignado al reconocimiento de tres cadáveres sin rostro, es capaz de manifestar la tensión y del desconcierto frente a un oscuro entorno político y de corrupción, donde también estarán inmiscuidos la policía estadounidense y las altas esferas económicas rusas. Aunque denota tener ciertos elementos del noir (con femme fatal incluida), la mayor valía de esta cinta es el correcto alejamiento de los clichés gringos para la edificación de los arquetipos rusos

 

6 – Broadcast News (James L. Brooks, 1987)

POR EL FETT

Si hubo una película en 1987 con el sueño guajiro de arrebatarle el Oscar a El Último Emperador, esta fue esta injustamente olvidada tragicomedia perfectamente dirigida e interpretada. Una sátira sumamente elegante e inteligente sobre los medios de comunicación y la deshumanización de sus integrantes, en lo que también es una historia de amor, degradación, ambición y repulsión a la orden de un habilidoso y ácido cómico como lo es L. Brooks. Todo parte del triángulo amoroso formado por los protagonistas, donde Hurt funge como el protagonista del relato, un recién llegado reportero que deberá dejar de lado su ingenuidad para jugar en las ligas mayores de los triunfos logrados a partir de la ambición y la hipocresía. Muy divertida y crítica película

 

5 – Altered States (Ken Russell, 1980)

POR EL FETT

Esta combinación entre surrealismo y ciencia ficción no es precisamente una muy buena película, pero si una muy interesante historia que se sostiene gracias a su apartado visual e imaginería, y a la actuación revelación de Hurt en su primer papel fílmico. Los problemas directivos son evidentes y el argumento, aunque muy original (un joven científico experimenta consigo mismo la posibilidad de la existencia de un mismo ser en distintas dimensiones de conciencia), carece de un desarrollo lógico o al menos de algún sentido metafórico, pero a pesar de sus carencias la cinta ha sido catapultada al culto por su exposición psicodélica y el compromiso del debutante hacía con el personaje, que mantiene cierto interés y empatía  de la audiencia hacía con su destino.

 

4 – The Accidental Tourist (Lawrence Kasdan, 1988)

POR EL FETT

Aunque los focos, la gloria y el Oscar serían para Geena Davis (que se llevaría a casa el galardón de mejor actriz de reparto), tal vez hubiera sido justo y merecido otro Oscar para un papelazo de gran carga dramática por parte de Hurt, el cual protagoniza con gran naturalidad una de las historias más trágicas pero emotivas sobre el duelo de haber perdido a un hijo. Los dos actores logran una excelente química, cliché ¡por supuesto! Pero evitando cualquier sensiblería y salida dramática fácil para el trágico caso; Davis así complementa el dolor del personaje de Hurt, un hombre que se va degradando social y personalmente por su pérdida, encontrando en aquella cuidadora de perros una nueva razón por la que vivir.

 

3 – Body Heat (Lawrence Kasdan, 1981)

POR FLACO CAHUBI

En la línea de clásicos del cine negro como El cartero siempre llama dos veces y Doble Indemnización, Lawrence Kasdan realizó Body Heat, obra que revitalizó un género que comenzaba a perder auge ante otros como la fantasía y la ciencia ficción, por ejemplo.  En Body Heat, Kasdan retoma el esquema narrativo y los personajes arquetípicos: el hombre común cuyo irrefrenable deseo sexual provocado por seductora femme fatal lo conduce a planear deshacerse del marido engañado. Justo es decir que, su éxito, lo debe en gran parte a la elección de William Hurt – joven, viril  y con cabello – como protagonista, junto a la debutante Kathleen Turner, ya que ambos reflejan en pantalla un derroche de sensualidad, erotismo puro y una química incuestionable.

 

2 – Kiss of the Spider Woman (Héctor Babenco, 1985)

POR EL FETT

Impresionante inmersión dramática de Hurt en esta cruda fábula carcelaria que aunque falla en su adaptación y desarrollo (varias son sus fallas de ritmo, de inclusión de su giro y consecuente previsibilidad), se sostiene precisamente en el papel y química que logra el actor con Raúl Julia, el cual se encuentra irónicamente a la merced de las acciones, cuentos y fantasías del Hurt y su “Molina”, un homosexual encarcelado por seducir a un menor y que ahora funge como una “metafórica” araña en un secreto que le jugará tan a favor como en contra conforme el relato avance hacía su trágico pero predecible final. Oscar, BAFTA y mejor actor en Cannes, Hurt se consolidaría como un notorio camaleón en los primeros años de su carrera

 

1 – A History of Violence (David Cronenberg, 2005)

POR EL FETT

En su clímax y secuencia final, el temible Joey decide que para salvar a su familia debe enfrentarse a su principal amenaza y captor, su hermano, un pintoresco jefe del hampa que William Hurt interpreta de manera gloriosa en solo 9 minutos, mismos que le otorgaron nominación al Oscar y variados reconocimientos histriónicos, y que de paso otorgan cierto halo de humor negro y accidentado a la fábula, enmarcados en una decena de minutos exquisita. Una de las mejores actuaciones de reparto que he presenciado, Hurt se sumerge en este temible pero aun así hilarante mafioso, que se roba toda la película en esos 9 excelsos minutos finales, un clímax inmejorable en ritmo, edición, diálogos y actuación.

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Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


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