Las 10 Mejores Películas sobre Mercadotecnia

Mis clases comienzan, entre otras muchas frases hacia con mis alumnos, con una acorde a las necesidades de este top: “Nadie es especialista en Marketing”, y menos en estos tiempos donde todas las reglas y tendencias comerciales están a punto de cambiar (o ya cambiaron durante el transcurso de la cuarentena o incluso en el tiempo que has pasado leyendo estos primeros renglones). En esta hermosa profesión, el llamado “especialista” es un mito de un entorno globalizado y constantemente variable, donde el crear, vender, comunicar, promocionar, gestionar, innovar, distribuir, planear son tareas que responden a un principal objetivo: conocer el mercado a través de su necesidades, tendencias de consumo, perfiles psicológicos, socioeconómicos, cambios generacionales, estadísticas, presupuestos privados y públicos, relaciones, amistades, negocios y comportamientos.

Podríamos decir entonces que tanto el marketing como el cine conservan varias correlaciones, no solo en dicho entorno alterable o en el similar manejo del lenguaje narrativo, persuasivo y de entretenimiento, para presentarse hacia con el consumidor / audiencia / espectador final, sino puntualmente en que el segundo necesita al primero para publicitarse y venderse; desde los Festivales (simple término acuñado en el marketing) internacionales para promocionar a los nuevos films y a sus creadores para que consecuentemente se den la compra y distribución de los mismos a distintos mercados, hasta la pauta publicitaria para que Hollywood y sus estrenos puedan posicionarse como la primera opción en todos sus segmentos.

Dos simbiontes, el cine y sus directores también se han encargado de comprender el lenguaje de los mercados para así imprimir en sus obras esta evolución comercial, ya sea de manera directa o usando elementos puntuales como vehículos o protagonistas de sus historias. Como un profesionista en marketing antes que cinéfilo y crítico, me he dado a la tarea de rankear a 10 películas (más dos bonus televisivos) que todo mercadólogo debe de ver, algunas de ellas incluso tareas asignadas a mis alumnos para que estos analicen y puedan desarrollar ciertas habilidades.

 

Bonus – The Wire (David Simon, 2002 – 2008)

Una de las mejores series en la historia, este complejo thriller policíaco sobre el tráfico de droga y la corrupción que afectan a todo un sistema, desde los estratos sociales más bajos hasta las altas esferas políticas, se distinguió gracias a la naturalidad de sus hechos y la estructuración y evolución de una serie de personajes tan oscuros como entrañables, sin embargo lo que engancha a toda alma del marketing es que The Wire en cada una de sus temporadas toca un elemento comercial en específico, no como su eje principal, pero si como una rica tangente que arroja un fértil y progresivo análisis narrativo: en su primera se presenta el producto, la distribución directa a consumidor final; en su segunda el abastecimiento, la logística de distribución; en su tercera las situaciones competitivas, estrategias de precio frente a un producto aminorado en calidad y con problemas de abasto, sin dejar de lado la inclusión de otras líneas de negocios; en su cuarta la situación educacional y la promoción política; y en su quinta la media, la prensa y la comunicación, y como esta afecta en todo este conglomerado.

 

No (Pablo Larraín, 2012)

El concepto rector es el núcleo creativo, el origen del mensaje y el elemento imprescindible de toda campaña publicitaria, que en este específico caso basado en hechos reales, también se convirtió en un arma político – comunicacional para derrocar la dictadura de Augusto Pinochet. Larraín se daba a conocer al mundo al no solo captar de manera abundante todo el proceso en la conceptualización de una campaña (comprensión de audiencia, contratación de agencia, origen del concepto rector, estrategia, producción y finalmente colocación en medios), sino que tomando la revolucionaria historia real, deja en claro que una negativa como la palabra “No”, que normalmente es evitada en el mensaje propagandístico (atacar con una negativa al consumidor es sinónimo de fracaso comercial), se convierte ágilmente en el concepto rector, dando una vuelta de tuerca a todos los estatutos teóricos y prácticos en la materia y siendo hasta ahora un caso único.

 

The Boss Baby (Tom McGrath, 2017)

Hace 5 años, asistiendo a las conferencias que la agencia de investigación e inteligencia de mercados Ipsos Bimsa brinda a sus asociados y medios nacionales, el presidente de dicha corporación mencionaba que en la actualidad, la tendencia número uno en redes sociales, balanceada con un mayor porcentaje hacia la población femenina, era la preferencia por imágenes, videos y/o noticias de animalitos, cachorritos, perritos, gatitos, etc… Esta postura ha sido aprovechada por las marcas tras nacionales para en sus campañas incluir a las mascotas como personajes principales o secundarios, y así crear una mayor empatía con el consumidor. La animación sorpresa del 2017, toca este tema de manera tan hilarante como fresca, dejando en claro que la información es poder, pero más importante, que el marketing se alimenta de los gustos, preferencias y tendencias del mismo consumidor y no al revés, como muchos ignorantes piensan. Lógicamente y aunque los animalitos siguen en el gusto, podrán notar en el lenguaje publicitario actual que esto ha evolucionado a un mensaje de empoderamiento femenino e inclusión soial como principales tendencias pre-Covi19 ¿coincidencia? ¿magia? No. Pura mercadotecnia

 

Minority Report (Steven Spielberg, 2002)

Uno de los últimos aciertos de Spielberg, este thriller de aventuras y ciencia ficción denota un poderoso arquetipo del llamado “product placement”, técnica publicitaria en la que un producto y/o marca es insertado dentro de la narrativa de un show, videoclip, videojuego o en este caso, un film. Hay muchos casos del emplazamiento sin duda más recordados en las cintas de Bond, Transformers o Avengers, sin embargo lo que distingue a este ejercicio es que Spielberg posiciona a las marcas (dos en particular) como elementos protagónicos en el desarrollo y giro de tuerca, marcas presentes en la odisea de un policía futurista que busca desesperadamente librarse un crimen del que es acusado antes de que lo cometa. Por si esto fuera poco, Steven de nuevo presentó en 2002 tecnologías e innovaciones publicitarias que ahora ya existen o que quizá estén por existir, como por ejemplo, el control manual de una pantalla, o lo más extraordinario, la recomendación de una marca a través del escáner de retina (prepárense para en los próximos meses ya ver esto), donde un software convierte tu experiencia, perfil y previas compras en un mensaje personalizado

 

Moneyball (Bennett Miller, 2011)

Compra inteligente, marketing deportivo, lectura de estadísticas y relaciones públicas, principales tópicos de uno de los mejores dramas deportivos en la historia que de nuevo brilla gracias a su naturalidad y la estructura de sus personajes, independiente a que esté basado en otra historia real. El concepto del retorno de inversión toma un papel activo en la narrativa, cuando un equipo de menor poderío presupuestal, tras la venta de sus principales jugadores, ahora debe comprar estadísticas en lugar de deportistas para poder conservar su competitividad en la liga americana de béisbol. Por supuesto que esta técnica trasgrede a las formas clásicas y tradicionalistas de los manager y buscadores de talento ¿Pero que sería del mundo sin la evolución financiera y comercial? Se dice que tanto las estrategias como la publicidad comparativas, en este caso reflejadas en números y padrones de efectividad, ayudan a una marca, producto o servicio de bajo nivel para competir a un alto nivel. Muy cierto.

 

The Social Network (David Fincher, 2010)

El nacimiento de Facebook fue un evento histórico que quedará como un remanente, icono y herencia de la generación Y, la cual a partir de su concepción y uso  (en las etapas escolares), generará los patrones de consumo que identificarán por ende a dicha delimitación generacional, mejor conocida como “Millennial”. Si bien el elegante ejercicio prefiere ahondar en la psicología de sus creadores, así como en los retos legales que suscitaron a partir de su  lanzamiento, el aspecto comercial se ve reflejado desde una tangente de crecimiento empresarial y como una antítesis dentro de las relaciones de sus inmiscuidos, sin embargo, es ineludible analizar a los iniciadores de esta eterna tendencia para la comprensión final de su misma audiencia y/o mercado. Sin duda alguna, el origen narrativo impuesto por Fincher es imperativo para conocer el objetivo, el segmento y el crecimiento de la red social más poderosa aún en nuestros días

 

Bonus – Mad Men (Matthew Weiner, 2007-2015)

Un exquisito despliegue no solo de la labor publicitaria en tiempos de la post guerra (lapso en el cual se delimita el origen de los conceptos y la teoría acerca de la mercadotecnia moderna), sino también de la labor de ventas, persuasión y final comprensión de los procesos comerciales para crear y salvaguardar la esencia de las marcas. Desde la afamada campaña de los Lucky Strikes, hasta el carrusel de Kodak, Mad Men proponía dentro de las distintas personalidades y metas en los tipos de puestos y esferas de una poderosa agencia, el engendramiento del más natural y complejo branding hasta los más ricos conceptos creativos para el funcionamiento mismo de la construcción de la marca y la comunicación publicitaria. Si bien la serie era enriquecida por un atractivo thriller bélico – empresarial, el encanto se fue acabando hacia las últimas temporadas en mucha parte gracias a que los guionistas dejaron de escribir sobre marketing, enfocándose en desarrollos y conclusiones forzadas, decepcionantes o sencillamente inútiles para muchos de sus personajes. Aun así, hasta la temporada 5 es un verdadero deleite para el alma mercadóloga.

 

Network (Sidney Lumet, 1976)

Otra red distinta, pero igual de adictiva y que hasta la fecha conserva de cierta manera un carácter más brutal en su faceta comercial. El clásico de Lumet se encuentra más vigente que nunca en un panorama de medios atestados, plataformas llamadas “masivas” y “tradicionales” que ahora luchan por la innovación y supervivencia frente a la entrada de otras tecnologías de información y comunicación: redes sociales, streamings y las opciones online ¿Miedo? Televisa, el monstruo mexicano en contenidos de baja calidad ha perdido alrededor de 30 puntos de rating en los últimos años; las tarifas han bajado y las cableras y emisoras de radio han aprovechado esta importante decaída a través de una mayor interactividad con la audiencia ¿La prensa? Agarrándose de sus suscriptores para poder justificar su bomba tarifaria inflada frente a los costos del papel y la alarmante disminución del impreso. Network nos habla de ello, una soberbia cinta que ahora también sirve como una especie de testimonio apocalíptico. La disminución del rating,  impactos, escuchas o audiencia puede desatar la locura y la más cruenta deshumanización

 

Steve Jobs (Danny Boyle, 2015)

Un genio surgido de la generación X que marcaría un antes y después para los entornos tecnológicos, informáticos y comerciales, y que posteriormente se convertiría en un icono en los estatutos consumistas y evolutivos de la generación “millennial”. La concepción de la exclusividad comercial que marcó Jobs gracias a la primacía y asentamientos de ventajas competitivas en elementos como la calidad, el diseño y la creatividad en sus productos, lo hizo quedar enmarcado como uno de los padres del marketing contemporáneo. Para su servidor, este clásico moderno del cine aún sin la apropiada valoración (el tiempo me dará la razón), es un fastuoso testimonio generacional gracias a la habilidad narrativa de Sorkin y Boyle, los cuales encima de construir al mejor Jobs del cine, establecen las pautas y estrategias relacionales y comerciales que el genio brindó, de buena o mala manera, a través de su vida. Valor agregado es apreciar el crecimiento de Apple, desde aquel revolucionario comercial hasta el origen más paternalista de uno de los mejores inventos del siglo: el iPod.

 

12 Angry Men (Sidney Lumet, 1957)

Las ventas son una labor ética, honesta y de grandes objetivos, un don al que muchos no pueden (o no quieren) aspirar y en el que se cimientan las bases financieras de una empresa. Pero ¿Qué tiene que ver un jurado compuesto por 12 hombres a punto de condenar a un niño asesino a la silla eléctrica? Todo. La persuasión de 1 de ellos contra la opinión generalizada de los otros 11, abrirá nuevas ideas y conceptos sobre el producto (el acusado), en un enfrentamiento de argumentos, objeciones, validaciones y actitudes que serán motivadas y/o afectadas en ese lapso de tiempo por distintos factores… tal como la venta, tal como la vida. Es impresionante para el alma de marketing observar dentro del gran clásico de Lumet técnicas de persuasión tales como la “C.V.B.”, en donde se ofrecen las características, las ventajas y los beneficios ya no digamos del producto en cuestión, sino de la decisión de compra, o bien la muy elemental técnica “SPIN” , concebida apenas por concepto en los años 90’s por Xerox y en donde se busca la autovalidación del cliente dados la ficha técnica del producto entre otras averiguaciones más intimistas.

 

The Joneses (Derryck Borte, 2009)

Si comparamos términos de calidad cinematográfica, esta comedia negra sobre el consumo palidece de forma agravante frente a las otras 9 (y los 3 bonus), sin embargo, es en su libreto y la proyección de los valores comerciales donde sobresale frente a otros ejercicios de esta materia. Centrada en una familia ficticia que es patrocinada por una corporación para comercializar productos y servicios a su vecinos y allegados, dado su estatus y confort de vida, la trama trasciende de manera mercantil al exponer dos importantes elementos de dicho ramo profesional: el primero y quizá más importante en esta evolución del marketing, la experiencia, base aspiracional de todo consumidor al ejercer la compra de un producto – servicio y en el que se basa su posterior repetición, recomendación o bien disgusto (la llamada concordancia o disonancia cognitiva); la segunda, la labor del nuevamente revisitado en nuestra lista “product placement”, ahora propuesto de una manera muy original. Lastimosamente hay mucho argumento para tan pobre dirección.

 

The Truman Show (Peter Weir, 1998) y Man on the Moon (Milos Forman, 1999)

Un empate basado curiosamente en la labor y mejor etapa histriónica de Jim Carrey a finales de los 90’s. Por un lado tenemos un relato de ficción especulativa centrada en el poder televisivo; a manera de una metáfora, a Truman se le ha arrebatado su vida para ser usado como un producto, una marca y un entretenimiento para las masas poco neuronales que como hoy se entretienen con el pobre contenido de reality shows reciclados, repetitivos y en muchas maneras explotadores de los más básicos derechos humanos. Si bien es cierto que la propuesta de Weir raya en la comedia negra a través de varios aspectos publicitarios incrustados durante todo el metraje, el irónico y emotivo final, así como la psicología del personaje se asemeja más a una experiencia tenebrosa y tortuosa

Por otro lado tenemos la verdadera historia del polémico comediante Andy Kaufman, un ente del show bussiness que comprendía de una manera poco ética y con un humor satírico único, la manera de promocionarse así mismo sin afectar el contenido o caer en las repeticiones, siempre innovando en el engaño humorístico incluso hacia a los mismos medios en esta forma de auto representación comercial exquisita.

 

Bonus mexicano – Una Familia de Tantas (Alejandro Galindo, 1949)

El protocolo de una estricta y familia mexicana es sacudido por la presencia de un inalcanzable vendedor de aspiradoras. La venta así se convierte en el elemento que dispara el enfrentamiento de las costumbres machistas y del yugo patriarcal contra la evolución del pensamiento mexicano, el rompimiento de un esquema primitivo y tradicional y uno de los primero ejemplos de la liberación femenina en el cine mexicano. Original drama y romance donde la fuerza actoral de un genial y repugnante Fernando del Soler se confronta a un entrañable príncipe azul mexicano sin capa ni espada, pero si con labia, aspiradoras y refrigeradores soberbiamente interpretado por David Silva. En el rubro de las ventas y la mercadotecnia, un deber para cualquier estudiante.

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Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


2 Comments

  • Mi bonus.. esa forma en que la publicidad se mete en tu cabeza y se convierte no solo en un medio para meter un producto que no crees necesitar sino que se queda pegado como un chicle… el anuncio de Tripledent Gum de Intensa-mente y la explicacion de como algo tan pegajoso se repite y se repite al punto del hartazgo

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