Las 20 Mejores Películas de Akira Kurosawa

Para comprender la importancia de la figura de Akira Kurosawa en el séptimo arte se requiere segmentar su vida y obra en varios conceptos que quizá podríamos canalizar a manera de síntesis en 4 bloques: el Akira influenciado, el Akira narrativo, el Akira  técnico y finalmente el Akira influyente.

El influenciado, carga consigo la sangre de los legendarios samuráis; con una educación militar, Akira pronto será un comunicador orgulloso de su familia y ancestros llamando la atención tanto de su hermano como de sus educadores gracias a su habilidad para pintar en lienzo. Tiempo después acompañaría a su hermano Heigo en la profesión de “benshi”, como narrador de películas mudas, haciendo también labores propagandísticas gracias a su otrora habilidad para la escritura y periodismo. Con la llegada del cine sonoro y tras vivir una era de confusión en donde sufrió la pérdida de su hermano (por suicidio) y se inmiscuyó en varias huelgas políticas, Akira entraría a un programa de aprendices de director en los orígenes oficiales de la industria cinematográfica japonesa. Prontamente el joven de 28 años tendría acceso al rápido crecimiento de dicha maquinaria fílmica haciéndose de sus primeros trabajos como director, todos ellos de una vena propagandística y supervisados por el mismo gobierno. En esta primera etapa Akira Kurosawa parece estarse forjando un estilo crítico y anti ministerial, sin embargo también vería en el occidente su más clara inspiración para un futuro cercano: el western de John Ford, catalogando al género como la cuna estructural del cine y construyendo sobre este el segundo bloque.

El narrativo. El genio del japonés no se limitaría a imitar el relato americano; Kurosawa forjaría a partir de su honor y orgullo ancestral un tipo de epopeya fílmica nunca antes vista, no sin antes establecer los elementos recolectados del western, del noir y del cine gansteril e incrustarlos claramente en sus primeros personajes alejados de aquella supervisión gubernamental y adaptados a la cultura y sociedad japonesa: viajeros y guerreros samurái errantes, individuos aquejados por el vicio o el pasado, miembros yakuza, femme fatales, detectives, duelos y rivalidades, odiseas míticas, traiciones y pueblos solitarios, todos ellos recursos comunes a lo largo de su carrera que lo llevarían a forjar una obra única, perdurable y de continuo análisis, comulgado con nuestro tercer bloque.

El técnico. Entre varios aspectos revolucionarios que el maestro concibió para la forma de desarrollar sus películas, se encuentra primeramente un recurso predominante, tan narrativo como técnico, que sin duda se revela como el gran y escondido protagonista en toda su obra: el ambiente. Akira Kurosawa desarrollaría así el lente de teleobjetivo para tres propósitos: el primero, captar los elementos naturales y meteorológicos con mayor fuerza descriptiva, haciendo que la lluvia, el fuego, la nieve, el calor y el viento fueran constantes aliados y antagónicos entre sus héroes; el segundo, alejar las cámaras de los actores, pues en su requerimiento histriónico él estaba seguro que de esta manera se lograba una mejor interpretación, sin la presión cercana de otras presencias y logrando un encuadre más espectacular para captar el medio en el que se suscita cada momento (De nuevo el ambiente juega un rol importante); el tercero, la utilización de varias cámaras para captar una misma escena desde diferentes perspectivas, pues promulgaba que del juego de planos, desde el panorámico hasta el detalle, solo el actor en unión con su medio ambiente podrían comunicar en la corte final cual fue su mejor momento y química (De nuevo la importancia en el entorno) . Sin duda un constante innovador, su genialidad lo consagraría al grado de convertirse en el cuarto bloque.

El influyente. Un maestro cinematográfico que pondría al cine japonés en la mira internacional; que a través de su obra se acuñarían nuevos conceptos, se crearían géneros y se madurarían otros; que a su vez sería de claro influjo no solo para su querido western, sino también para la fantasía, ciencia ficción, el thriller y de nombres que van desde Scorsese, Lucas, Leone, y hasta Coppola, Sturges e incluso Stephen King; uno que sigue sorprendiendo y siendo foco de análisis, maravillando a generaciones de cinéfilos y cineastas; uno que hoy cumpliría 110 años y que celebramos recordando lo que al gusto de su servidor, son sus 15 mejores películas.

 

20 – Los Hombres que caminan sobre la cola del tigre (1945)

Por El Flaco Cachubi

Durante el Japón medieval, un noble acompañado por una escolta de seis samuráis pertenecientes al ejército Genji, se interna en el bosque escapando de su hermano quien desea asesinarlo. Para poder cruzar la frontera, los guerreros se disfrazan de monjes budistas que viajan solicitando contribuciones para la reconstrucción de un templo. A partir de esta premisa,  Kurosawa construye una original fábula en donde la moraleja podría ser que, más vale tener inteligencia que valentía, pues en todas las situaciones en que la identidad de los personajes se pone en riesgo, el ingenio se convierte en su arma más importante. Cuando se denomina como una “obra menor” de Kurosawa, el calificativo no demerita en lo absoluto la valía artística de este soberbio mediometraje.

 

19 – Duelo silencioso (1949)

POR EL FETT

Un maestro con un amplio crecimiento. Aunque su notoria teatralidad afecta el primer pasaje de su metáfora posbélica, Kurosawa utiliza con maestría tres ejes para exponer un duelo de silencios entre tres arquetipos y/o ideologías de la posguerra: el nuevo adoptador de costumbres, pero anclado a las viejas costumbres; la conservación de las viejas tradiciones que tienen que ceder su paso a la supervivencia; y finalmente aquella que se ve forzada a adoptar una nueva postura para lograr reponerse de la tragedia. Un estudio de personajes profundo, que se extrapolan a toda una sociedad en plena reconstrucción y modus de supervivencia. Si bien Kurosawa, no repara en episodios claros sobre dicho momento, con una precaria producción logra más, que es exhibir el corazón quebrantado del japonés.

 

18 – Dersu Uzala (1975)

POR EL FETT

Esta es la película divisoria dentro del discurso artístico de Kurosawa. Por una parte, estamos ante otra prominente aventura de índole humanista y repleta de todos los valores de justicia y fraternidad de su cine de antaño y época dorada; pero por el otro, también ante un narrador que comienza, en plena presentación, a rebatirse entre lo moral y ético, entre su sentido artístico y el reflexivo, entre lo vigorizante y lo sencillamente cómodo. No es una película mediana, sino extraña, como si se tratase de un mismo artista en dos diferentes facetas o tonos, lo cual la vuelve incluso un poco inconexa ¿Será el presupuesto de producción soviética lo que lo habrá causado? ¿O simplemente una metamorfosis un tanto inoportuna?

 

17 – Kagemusha (1980)

POR EL FETT

Otra pieza samurái–western producida por Lucas y Coppola en una especie de retribución hacía su mayor fuente de influencia artística, y es que aún Kurosawa en su versión más comercial y simplista, aquel año y con el poder mediático a tope, parecía la opción más indicada para ser conmemorado con un premio que se le había negado solo en una ocasión, en 1956. Aunque no la considero en un Top 10 del director (pero quizá sería el más lógico bonus), la virtud de Kagemusha reside en su impresionista puesta en escena, logrando una especie de híbrido entre su cine de aventuras más clásico, la corriente alemana de los años 20 y por supuesto, su occidentalización. Un producto digno y entre los mejores de Cannes, pero aun así un poco distante de lo mejor de Akira

 

16 – Sueños (1990)

POR EL FETT

Kurosawa se materializaría en un solo hombre con ocho relatos, ocho cortos, ocho cuentos surreales, que no solo significan literales viajes oníricos extraídos de sus sueños, sino que también delimitan su testamento artístico, espiritual e ideológico sobre la evolución de la sociedad japonesa a través de un siglo, del que Kurosawa no solo fue un testigo activo, sino también un historiados y comunicador de este desde su temprana etapa como periodista. Al igual que su próxima película, su narración reflexiva y compuesta de metáforas, exhiben a un artista en completo entendimiento de su próxima partida, erigiendo sobre esta dos testimoniales fílmicos de alta honestidad y complejidad.

 

15 – Escándalo (1950)

POR EL FETT

Una de las menores (pero no menos genial) películas de Kurosawa refiere mucho de su salvamento narrativo a las monstruosas actuaciones y química entre Mifune y Shimura, que en este juego de roles y arquetipos que solían intercambiar entre ambos, es a Shimura a quién le toca en esta ocasión el “cobarde”, un abogado alcohólico y sin honor que al ser contratado por un impulsivo pintor para demandar a un medio tras una seria difamación romántica, este ve la oportunidad para venderse al mejor postor y así poder seguir solventando su progresiva autodestrucción. Una pasional dirección de Kurosawa, que aquí logra manifestar una culposa empatía de la audiencia a pesar de las cuestionables acciones de sus protagonistas

 

14 – El Idiota (1951)

POR EL FETT

Cuando Kurosawa usaba a Mifune en el rol antagónico, alejándolo de la deshumanización del Trono de Sangre o la humanización del Ángel borracho, el actor crecía de manera avasallante en cuanto a su excelencia dramática, en este caso en el papel de un violento amante que se juega el amor de su doncella con el reciente regreso del “hijo prodigo” y/o simbólicamente resurrecto (otro simbolismo del resucitado espíritu y estado japonés de la posguerra). No hay reparo en mencionar que Mifune se muestra muy superior en su papel “de reparto”, siendo incluso una peculiar curiosidad de director – actor cuando el relato en cierto momentos adquiera un toque de “melodrama”. Una cinta complejamente emocional y que simboliza una sociedad resquebrajada.

 

13 – Rapsodia en Agosto (1991)

POR EL FETT

Más nostálgico que enérgico, quizá Kurosawa ya sentía en sus huesos la presencia de sus ancestros, por lo que resultó pertinente en la última etapa de su carrera manifestar su reflexión sobre el episodio más trágico de la historia japonesa: las bombas atómicas. Aunque ya había tocado el tema en 1955 con “Crónica de un ser vivo”, ya en su maduración como artista Akira sintió necesario el explorar de toda su sociedad mediante los recuerdos de una sobreviviente, una abuela que narra de una manera tan cruenta como emotiva, no solo su vivencia, sino la de toda una nación destrozada y literalmente renacida de sus cenizas, que tuvo que encontrar el entendimiento en su adaptación al nuevo mundo. Tal y como Kurosawa.

 

12 – Los canallas duermen en paz (1960)

POR EL FETT

Un claro segundo noir de Kurosawa, y otras de sus joyas menos conocidas, pero igual de resplandecientes. El más perspicaz podrá encontrar varios libres pasajes de otra obra shakesperiana, Hamlet, sin embargo, su verdadera resonancia radica en la actualización del valor de la justicia, enmarcada en una venganza de índole social, como si se tratara de un “ronin” moderno atrapado en una cinta del cine negro. Maravillosa y repleta de ricas e interesantes matices sociales muy propias de la época, Kurosawa también repara sobre la opresión y corrupción corporativa, otro de los temas que gustaba de narrar, cuando estos estos eran un propio reflejo de la maldad humana.

 

11 – Trono de Sangre (1957)

POR EL FETT

Trono de sangre - Akira Kurosawa

La película favorita de Wim Wenders es una adaptación de otra de las fuentes favoritas de Akira Kurosawa, la de William Shakespeare, en este específico caso la historia de Macbeth trasladada al Japón feudal con una excelsa crueldad y surrealismo que hielan la sangre. Aún cuando es la mejor adaptación del relato del lord escocés al cine, Akira se infiltra en el texto shakespereano para cambiar a su favor varios pasajes y personajes y así lograr que tanto el entorno como Lady Macbeth, tengan mas injerencia y sean percibidos como constantes y sombrías amenazas. Queda claro también que el cineasta no olvida su pasado anti político, volcando en el Trono aspectos que afectan a la sociedad regida por el afectado y demente monarca.

 

10 – El Ángel Borracho (1948)

POR EL FETT

Posterior a su etapa experimental, el primer género con el que Akira Kurosawa comenzaría su  gran obra y carrera sería con el noir. Aunque la primera de las grandes denota ciertos errores en montaje y continuidad, tanto el aspecto histriónico como el contacto con un Japón arrabal, sumido en la suciedad, el vicio y el crimen, son elementos que proyectan con elegancia un relato tan emotivo como complejo en su estructura humanista. Fiel a su estilo desde esta temprana etapa, los elementos occidentales son matizados y de nuevo transfigurados a la sociedad nipona, en este caso al mundo de la mafia yakuza. Aquí es donde también se comenzará a forjar una dupla actoral legendaria y con gran química, la de Toshiro Mifune y Takashi Shmuira, ambos socios que lo acompañarán en su odisea fílmica

 

9 – El Infierno del Odio (1963)

POR EL FETT

Uno de los mejores thrillers policiales de todos los tiempos, es al mismo tiempo un formidable manifiesto sobre los dilemas laborales y personales que enmarcan a una sociedad nipona siempre en persecución por la excelencia, de cierta manera “bendecida” por su cultura. A través de un empresario de zapatos que debe lidiar con el hecho de entregar una fuerte suma de dinero a cambio del rescate de su hijo (secuestrado por uno de sus allegados), o bien usar esa cantidad para cerrar el negocio que afiance su futuro, Kurosawa disecciona no las clases sociales en un enfrentamiento  entre la dignidad laboral y la paternal, el dinero y lo humano. Todo esto enmarcando una tensa odisea policial exquisita

 

8 – La Fortaleza Escondida (1958)

POR EL FETT

En plena madurez y después de haberse dado a conocer como la brillante imagen del cine japonés, Kurosawa erigiría su mas clara obra de aventuras, un viaje dentro del bélico Japón feudal donde un carismático samurái deberá escoltar y mantener a salvo a una recia princesa hasta llegar a su fortaleza y así haber sorteado todos los peligrosos parajes enemigos, todo esto con la ayuda de dos peculiares granjeros ¿Les suena conocido? Efectivamente este film fue la inspiración para la creación de Star Wars, donde Han – Luke, Leia y C3PO y R2D2 se ven reflejados en los personajes anteriormente mencionados. Llena de emociones, de trepidantes duelos y ambientaciones espectaculares, Akira Kurosawa llevaría a la figura samurái mas allá del honor y la leyenda, conviritiéndolo en un héroe generacional

 

7. Barba Roja (1965)

POR EL FETT

La conexión emocional que logra Kurosawa en este poético drama de conversión humanista es casi inclasificable debido a la magistral interacción actoral a partir del mejor desempeño de Toshiro Mifune, su compañero de aventuras que, alejado del personaje samurái (en donde se mostraba gritón y para la percepción del occidente, sobreactuado), y enfundando en la bata de un doctor filantrópico, estricto y compasivo a cargo de una clínica de muy bajos recursos, conmueve a toda la audiencia. La conversión se dará de parte de su aprendiz, un recién egresado de medicina decepcionado por haber sido despechado a tal hoyo en el mundo. El choque de clases sociales, ideologías y técnicas, así como la inclusión de pintorescos personajes, hacen a esta evolución personal un ágil festín narrativo

 

6. Yojimbo (1961)

POR EL FETT

Obra de gran influencia para la historia, un western apasionante y evocado desde la auto destrucción humana donde de nuevo Mifune, como si se tratase de la suma de todos sus samuráis, consigue emular la sabiduría y destreza máxima en un guerrero errante tanto en cúspide como en su declive. Aderezado con elementos mafiosos y de thriller, y abastecido de desolados y violentos panoramas, la retribución vendrá desde el enfrentamiento de dos clanes y la llegada de un mercenario que desea la destrucción de estos a partir de la doble infiltración. Inteligente, llena de suspenso y muy divertida, la inclusión de la pistola también denotaría un simbólico cambio de era dentro de su historia, también sirviendo como claro homenaje y referencia hacia con su predilecto género

 

5. Vivir (1952)

POR EL FETT

Ikiru - Akira Kurosawa

Una magistral tesis sobre la muerte y un tratado reflexivo sobre como tratar de vivir frente a la inminente llegada de la misma. Si usted nota un cierto mensaje moralino en mi introducción hacia esta gran obra, es porque sencillamente tal vez estemos ante el único film que se puede dar el lujo de auto venderse como una guía de como disfrutar la vida y/o cambiar para comenzar a hacerlo. Dura en estética y conmovedora en contexto, la actuación de Shimura encausa uno de los grandes clásicos dramáticos japoneses a la orden un de una soberbia profundización psicológica por parte de Akira Kurosawa, que no dejará de lado los detalles socio culturales en el retrato de laboriosidad dentro de la clase media, ni mucho menos la colocación del entorno como un fiel personaje y compañero más de esta vejez.

 

4. Los 7 Samuráis (1954)

POR EL FETT

Seven Samurai - Akira Kurosawa

El retrato de su honor y linaje se vierten en otra de las obras mas mencionadas e influyentes dentro de la historia del cine, sin duda también la mayor referente en cuanto al término samurái se refiere. Emocionante de principio a fin, Kurosawa combinará esta honorífica aventura con una crítica manifiesta hacia las esferas sociales y hacia la crueldad del sistema en una era donde la valentía de unos pocos eran el equilibrio y justicia de muchos otros. No solo se han hecho innumerables reinvenciones de este poderoso y emotivo clásico, desde el western hasta la ciencia ficción y animación, sino que partiendo de la estructura de sus personajes, el cine siempre se ha sostenido en 7 Samuráis para la consolidación en general de la figura heroica

 

3. Rashomon (1950)

POR EL FETT

Pieza esencial para la comprensión del lenguaje cinematográfico en general, la línea cronológica de los hechos y las 4 tangentes que conforman el film son tan precisas que el espectador, acogido y tenso por la historia, se convierte también en juez y partidario de los 4 testimonios, todos ellos con el objetivo de descubrir la vileza de la condición humana. No hay verdades que eliminen las mentiras y estas últimas no son suficientes para poder escudriñar la realidad. A través de flashbacks de los testigos presenciales, se teje una telaraña de misterios gracias a la recreación intimista de los mismos. Llena de suspenso, simbolismos y bajo el ambiente del Japón del Siglo XII, Akira Kurosawa abrió las puertas de occidente con uno de los mejores thrillers que hasta la fecha brilla por su originalidad.

 

2. El Perro Rabioso (1949)

POR EL FETT

Obra que goza de un enriquecedor anonimato, un bajo perfil que sirve al cinéfilo para experimentar esa sensación gratificante de haber encontrado en esta mayúscula pieza artística a uno de los mejores ejemplos de cine noir. El samurái se convierte en detective, uno en maestro, otro en el incauto aprendiz que al perder su pistola y poniendo en peligro su honor, desencadenará una aventura e investigación que llevará a ambos al bajo mundo del Japón de posguerra, uno en el que al parecer el calor es fundamental para recrear este magistral relato lleno de inteligentes trucos (macguffins). De desarrollo narrativo providencial, que no puede ni debe bajar de ritmo en ningún momento, Kurosawa en su temprana etapa logra una aventura criminal de disección social para la posteridad

 

1 – Ran (1985)

POR EL FETT

Ran - Akira Kurosawa

Su última joya quizá sea las más preciada, precisa y preciosa, una fábula bélica armoniosa de principio fin que denota la experiencia narrativa adquirida por todos los años y donde se despliega una cátedra de equilibrio entre el contexto, ritmo y apartado visual. Akira Kurosawa no tiene piedad, la traición a la sangre es bárbara y se encargará de mostrarlo. Su técnica visual, su Shakespeare, su Ford, su samurái, su honor, su linaje, su mujer como demonio y el amor a su adaptación, estilo y nación se funden en conjunto en una consecución simbólica que funciona como auto homenaje a toda su obra. Lo mejor de su cine se traduce en la secuencia de la invasión a la última fortaleza, una secuencia maestra y categóricamente dirigida digna de ver una y otra vez y resguardarse en los anales más elementales del séptimo arte ¡Larga vida Kurosawa!

 

 

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Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


6 Comments

  • Muy buen conteo Master Fett; le falto “Kagemusha”; la encontre de chiripa en un blockbuster vi qeu era de Kurosawa y y que la compro usada y toda la cosa.

    Saludos

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    • Muchas gracias Master
      La Sombra del guerrero, oiga una vez me la tope en la televisión pero que suerte tiene usted de haberla encontrado, creo yo que anda descontinuada esa peli y es dificil de conseguir, una de las ultimas grandes del Maestro

      Gracias por comentar estimado

      Reply
      • Yo siento que Ran si se llevo entre las patas a Kagemusha, de hecho, la historia hasta se siente aburrida en el proceso. Todavia podria decir que de las cintas menos buenas de Kurosawa se puede sacar buen recaudo, por ejemplo Sueños, que luce muy débil contra otras cintas, debo aceptar que es un excelente viaje por la psique del director y es un paseo básico por las cosas que influyeron al director japonés, vamos, hasta una referencia al cine de desastres japonés hay con esa erupción digna de una cinta de Godzilla!, quizá no sea tan buena, pero si que me hizo voltear para comenzar a revisar el resto de sus cintas. Además creo que tiene el tercer mejor Van Gogh de la historia del cine, un cameo de Scorcese que si queda corto al de Dafoe si termina siendo bien vendido.

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        • En definitiva concordamos que no es su mejor película, pero tiene ciertos trazos surreales que la hacen al menos interesante. Y si, Ran es mucho muy superior a Kagemusha estimado

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  • Los 7 Samurais es para muchos (y para mí también) la mejor de todas las obras de Kurosawa, por lo que el cuarto lugar es bastante bajo en comparación. Perro Rabioso me gusta mucho y es una gran película noir, sin embargo no creo que sea de las 5 mejores del nipón, en ese caso el mejor thriller del Maestro fue la magistral “Cielo e Infierno” de 1963

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