Las 15 Mejores Películas de Henry Fonda
Have you seen Henry Fonda walking? That’s cinema
John Ford
Un día como hoy pero de 1905 nacería en Nebraska uno de los actores más sobrios y principales iconos de Hollywood, Henry Fonda, poseedor de una de las carreras más prolíficas en la historia fílmica al trabajar ininterrumpidamente 6 décadas, desde que irrumpiera en la escena a mediados de los 30, hasta que falleciera apenas entrados los años 80.
Conquistador de la cámara, ese rostro de mirado profunda y con la silueta de “El ciudadano honrado y perfecto” causaban cierta hipnosis en la industria y audiencia, las cuales cayeron rendidas de manera inmediata ante su talento convirtiéndolo en uno de los símbolos actorales y de mayor éxito de taquilla. Pero aunque la imagen dista de la realidad (fuera de cámaras era conocido por ser arrogante y grosero), su indiscutible talento fue uno de los activos mejores cotizados por Hollywood, pues los directores sabían que Fonda no solo les permitiría avanzar con mayor solvencia y rapidez sus proyectos (era conocido por sacar sus escenas en sola toma), sino que también en él encontrarían al mejor socio artístico al encausar actuaciones memorables en una variada estela de géneros; Ford, King, Leone, Lumet, Wyler, entre muchos otros, así se convirtieron en los alcahuetes perfectos al llevar a ese arrogante ser a varios de los mejores papeles dramáticos y humanamente cautivadores del cine.
Con 2 Oscar, dos Globos y un BAFTA de entre sus 17 premios conseguidos a través de 60 años y 124 trabajos entre el cine y la televisión, recordamos a una de las mayores figuras dentro del western y drama estadounidense con sus 15 Mejores Películas.
15 – Advise & Consent (Otto Preminger, 1962)
POR EDGAR DEL VALLE
Con un reparto de primera, considerando la participación de Walter Pidgeon, Don Murray, Charles Laughton, Henry Fonda, Burgess Meredith y Gene Tierney, la labor de Meredith no pasa por desapercibida, volviendo a mostrar sus grandes registros dramáticos – actorales. Por esta cinta, adaptación del bestseller de 1960 de Allen Drury, que denuncia la corrupción en las altas esferas de la política estadounidense, el actor recibió el premio a mejor actor secundario por la National Board of Review. Un excelente, olvidado y grandilocuente thriller político, que denota a un Preminger en pleno estado de maduración narrativa, controlando un reparto lleno de divos
14 – There Was a Crooked Man (Joseph L. Mankiewicz, 1970)
POR EL FETT
Excelente combinación entre western, comedia y drama carcelario, con el sello particular de la casa, con un guion de Robert Benton centrado en la unión fraternal y en la manipulación psicológica de un truhan, un vaquero que se obsesiona con fugarse de la cárcel para recuperar un frondoso botín, mientras se gana la confianza de sus compañeros reos y la del nuevo alcalde la prisión. Mucho valor para la carismática personificación de Kirk Douglas (en mancuerna con Henry Fonda), que a partir del magnífico guion, es el vehículo para que el director pueda dialogar de manera ácida sobre la condición humana y sus límites entre lo moralmente aceptable y la malicia.
13 – Mister Roberts (John Ford, Mervyn LeRoy, 1955)
POR EL FETT
Curiosidad dentro de la filmografía de Ford, que compartió crédito en el banquillo con el también prolífico Mervyn LeRoy. Una comedia bélica muy entretenida y con grandes valores de diseño y producción, que como dato curioso le permitió a Lemmon conseguir el estrellato en apenas su cuarta película, haciéndose de su primer Oscar a mejor actor de reparto. Evidentemente llamaría la atención por su sagacidad y naturalidad humorística, en una mancuerna y faceta poco conocida tanto de Henry Fonda como de James Cagney. Aunque quedó como un título menor en la filmografía de ambos directores, su mayor valor es su ágil adaptación al lenguaje fílmico, teniendo en cuenta que venía de una obra de teatro
12 – The Boston Strangler (Richard Fleischer, 1968)
POR EDGAR DEL VALLE
En esta reconstrucción de la vida real de un famoso asesino en la ciudad de Boston en los años 60, Curtis consigue una de sus mejores interpretaciones como Robert de Salvo, un fontanero felizmente casado y con una vida aparentemente normal, pero que asesina mujeres estrangulándolas. El nivel de naturalidad que alcanza la dirección la hace una pieza que juega entre la ficción y el documental, con secuencias que resaltan por su frialdad, sobre todo en los interrogatorios, donde Curtis denota algunos registros jamás revelados en alguna otra parte de su extensa filmografía. Por otra parte, Kennedy se daría a respetar con un pequeño pero esencial papel como el detective en turno, haciendo un gran soporte para un pequeño pero catedrático papel de Henry Fonda.
11 – Jezebel (William Wyler, 1938)
POR EL FETT
Davis refirió esta filmación como el momento más feliz de su vida, pues el amor y aventura de su vida, William Wyler, la dirigió en lo que también le significaría su segundo Oscar. Sobra decir que de este culebrón de intensa carga dramática y poderosa narrativa, se distingue el retrato de Davis como una verdadera “reina del sur”, frente a los conflictos de la guerra de secesión y por supuesto el alejamiento del amado en cuestión (Un gran y casi debutante Henry Fonda). Ya sea por su aventura romántica eterna e imposible con Wyler y/o por un talento en constante crecimiento, Davis despliega una interpretación llena de belleza, pasión y calidad dramática, confirmándose de aquí en adelante como la actriz cúspide de Hollywood y con quién todos abogaría por trabajar.
10 – Fort Apache (John Ford, 1948)
POR EL FETT
La fortaleza de este fuerte recae en un John Ford que con el simple accionar de su dedo, construye una épica western que combina con gran maestría y equilibro cuantro de los elementos “fordianos” que el mismo instituyó dentro del género en su primer clímax americano: el romance, el conflicto vaquero – indio con una impresión de tensión sobresaliente, y esos toques de comedia natural que al director le eran atractivos posicionar a lo largo de la historia, para aligerar temas complejos y que incluso lucen hoy más tabúes que nunca. Así pues, Henry Fonda y John Wayne, construyen un vínculo dentro de este lugar asediado por los indios, logrando ambos una de sus mejores actuaciones dentro del western
9 – My Darling Clementine (John Ford, 1946)
POR EL FETT
La aproximación sobre los “Earp” y el O.K. Corral de Ford, es una impresión más dramática sobre los hechos, con un toque de sensualidad y coquetería que la hace innegablemente fascinante y hasta divertida. Si bien el Wyatt Earp de Henry Fonda es la estructura pura de la bondad, es el Doc Holliday de Victor Mature y su misteriosa Clementine quien tan místicamente engalana el título de un western filmado con suprema elegancia, llegando incluso a ser para muchos críticos la mejor obra de Ford. Sorprende que aunque el western siempre ha sido un digno ahorrador del diálogo, tal vez sea esta la obra de Ford con menos líneas, dando a la interpretación física un relieve que la hace más natural y espontánea
8 – The Wrong Man (Alfred Hitchcock, 1956)
POR EDGAR DEL VALLE
Manny (Fonda) vive con su esposa y sus dos hijos pequeños. En una aseguradora, una empleada lo confunde con un ladrón que había robado allí unos días antes. Comienza entonces para él una angustiosa pesadilla. Basado en un hecho real y dirigido por el maestro del suspenso, sin el trabajo del magnífico de Fonda, la película no hubiera resultado tan notable, brillante ni descriptiva, Considerada una obra menor del director, la actuación del actor protagonista (así como también la hipnótica presencia y química con Vera Miles), nos muestra no solo lo contrario a lo que marca la crítica, sino también el porqué es considerado uno de los grandes de la cinematografía.
7 – The Tin Star (Anthiny Mann, 1957)
POR EDGAR DEL VALLE
Fonda interpreta a Morgan Hickman, un cazarrecompensas que llega a un pueblo dominado por banqueros y empresarios, y que ayuda a un inexperto sheriff en su lucha contra unos delincuentes que tiene controlada a la población. Fonda tiene un papel como anillo al dedo para sobresalir con su trabajo actoral, en otro de esos clásicos pero olvidados western en donde el actor pasó tanto como villano, antihéroe y por supuesto el bueno del cuento. La cinta fue nominada al premio Oscar como mejor guion original y a los premios BAFTA como mejor película, contando también con la actuación de Anthony Perkins y Betsy Palmer
6 – The Lady Eve (Preston Sturges, 1941)
POR EDGAR DEL VALLE
En esta comedia romántica nominada al Oscar como mejor argumento, Fonda encarna a un soltero millonario que se enamora de una jugadora profesional de cartas tramposa. Al enterarse de su profesión, rompe su compromiso matrimonial y ella a través de un engaño se da a la tarea de reconquistarlo. La pareja de Barbara Stanwyck y Fonda hacen una pareja estupenda. Una comedia “sofisticada” que incluso funciona como una parodia y/o auto sátira con elementos del noir, está considerada dentro de las 138 mejores películas románticas conforme al ratings FA. Fonda denota aquí que no solo en el western o en el drama podía demostrar su avasallante talento
5 – The Ox-Bow Incident (A. Wellman, 1942)
POR EL FETT
Un suceso en la transición tarde – noche, da como resultado una adaptación perfecta de solo 70 minutos, donde una turba decide el linchamiento de 3 supuestos asesinos al enterarse de un crimen. Esta espléndida cinta se encargó de contradecir los estatutos del western de acción y aventuras forjados por Ford, demostrando el poder de su narrativa en un enfoque dramático. El incidente no solo prescinde de los grandes parajes para transformarlos en un par de espacios donde la acción se desarrollará, sino también introduce personajes más complejos con valores retorcidos y cuestionables. Un relato sombrío que enfrenta la conciencia del hombre contra sus actos y en donde Fonda aprovecha su crecimiento dramático para llevar a cabo un protagónico solvente y perfectamente diluido dentro de esta turba que simboliza la degradación e hipocresía.
4 – Once Upon a Time in the West (Leone, 1968)
POR EL FETT
¿Quizá el papel más cercano a su verdadera personalidad? Frank, uno de los villanos y arquetipos por excelencia del western, y en donde Leone descansa todo el antagonismo de un género, construyendo una fantasía que busca y logra abarcar todos sus elementos; desde el asesino más cruel (Fonda), el pistolero en busca de venganza y la pandilla forajida, hasta temas tan complejos como la violación y maltrato femenino, la sindicalización criminal y la industrialización del lejano oeste en un ambiente tanto caótico como utópico. Fonda y los otros 3 ases del relato son víctimas del ritmo minucioso y detallista de Leone, forjando una visión preciosista que llega a consumarse gracias al clímax héroe versus villano. Mística de principio a fin, esos primeros planos a su demacrado rostro son pinceladas imprescindibles de presencia y maldad.
3 – On Golden Pond (Rydell, 1981)
POR EL FETT
Poderoso melodrama sobre la vejez, pero también sobre el primer choque y cambio generacional en la sociedad moderna que desborda no solo ternura, sino también un contexto ideológico bastante complejo, agradable y muy bien escrito, que se ve ensalzado por las sublimes actuaciones de Fonda y Katharine Hepburn, ambos embelesados con su vejez y química, y premiados con doble Oscar (junto también al guion). Al mismo nivel que la dama y reina de la actuación, Fonda logra un papel entrañable, siendo la punta de lanza que dispara el conflicto curiosamente frente a su propia hija, Jane Fonda, la cual se une a ese dúo de leyenda para alcanzar una de las químicas tripartitas más solventes en el drama de los 80 ¿Otro dato curioso? Tanto padre como hijo se llevarían el Oscar, a actor y actriz de reparto respectivamente.
2 – The Grapes of Wrath (Ford, 1940)
POR EL FETT
El más imponente relato sobre La Gran Depresión, es también una cátedra sobre ritmo, actuación y dirección de Ford, el cual ve en su actor preferido la extensión dramática perfecta para plasmar con rigor y veracidad la desesperanza y supervivencia humana. Su proximidad cronológica con los hechos la hace también ser un invaluable testimonio cuasi documental dado el entorno en el que desarrolla, siendo el éxodo de estos desamparados hacía la tierra prometida de California donde Ford emplea sus mejores armas tan dramáticas como westerns, para hacer de la tragedia también una esperanzadora aventura donde se vuelve notoria la importancia de cada plano en la historia. Fonda sencillamente se encuentra perfecto, recibiendo una nominación al Oscar que debió haber terminado en victoria.
1 – 12 Angry Men (Lumet, 1957)
POR EL FETT
Un gran clásico que prescinde de todo error narrativo. Meticulosa, intimista, perfeccionista, alguna vez se dijo que “Cuando Henry Fonda dice algo, lo crees… Ésta es una cualidad de las verdaderas estrellas y nadie la tiene más que Fonda.”, y es precisamente dicha cualidad la que Lumet aborda al darle todo el poder a un impactante Henry (recordemos además que era el debut de Lumet), siendo la punta de lanza de la pugna entre 12 hombres que decidirán el destino de un infante supuestamente asesino. Una de las mejores amalgamas entre el cine y teatro, este relato se construye a partir de las emociones humanas, 12 distintas de ellas encerradas en caluroso cuarto, y en donde a partir de la estimulación de los diálogos y la empatía con el caso, este sensible análisis de la psicología humana ve su pináculo actoral en un inmenso Henry Fonda