Las 40 Cosas que nos enseñó el Cine en el 2023

Misma sección, nuevo autor. Nuestro anuario tradicional vuelve gracias a ustedes

 

Que Hollywood volvió a estar en problemas con su mano de obra

La burbuja imaginaria de Hollywood reventó. A los grandes estudios se les fue el asunto de las manos y el mero hecho de exigir el uso de la inteligencia artificial para la actuación y escritura de guiones paralizó al mundo, resultando en 5 meses de inactividad que se vieron reflejados en cartelera y que aprovecharon los demás países para instaurarse. Tal como pasó con la llegada del sonido, el blockbuster y el streaming en su momento, será momento de que revalúen la situación antes de que se acabe el tiempo.

 

Que Warner y Disney cumplieron 100 años

El estudio dueño de varias propiedades intelectuales y casa de los Looney Tunes, Cartoon Network y todo el universo de DC cumplió un siglo de vida, y aunque no fue su mejor año (en particular por la crisis de HBO MAX y el fracaso de su línea de superhéroes) no cabe duda de que el mítico logo de la WB quedará por siempre marcados en la memoria del público (a menos que la supuesta fusión con Paramount se haga realidad). En cuanto a Disney…

 

Que Disney está en la peor crisis de su historia

Qué peor forma para Disney de celebrar su cumpleaños número 100: rechazo y renuncia de antiguos colaboradores, fracasos de taquilla y crítica en cada una de sus divisiones, quiebra en muchas fuentes de ingreso y hasta el hecho de que South Park se burló en su cara de todos sus problemas. Para empeorar las cosas, Wish, su película de aniversario fue apaleada en recaudación y recepción (y hay rumores que afirman que fue escrita en Chat GPT). Aunado a la caída de la cultura progre que tanto apoyó, el futuro no luce prometedor. Aunque parezca lo contrario, nadie quiere que Disney muera, pero si las cosas siguen así…

 

Que Oscar se redimió… a medias

Es cierto que esta ceremonia fue mejor que las de entregas anteriores, pero todavía comete errores garrafales e inentendibles que degradan todavía más el premio, como darle el mayor galardón a Everything, Everywhere All At Once. No es que sea una mala elección per se (igualmente, es mejor que las ganadoras de los últimos 2 años), pero el hecho de ser la primera película de ciencia ficción en ganar el premio mayor, más vencer a mejores propuestas que estaban nominadas, la devalúa mucho.

 

Que las demás ceremonias de premios se redimieron

Como contrapunto al anterior, las demás ceremonias de premios se redimieron premiando a obras sobresalientes que dan mucho de qué hablar. Cannes le dio la Palma de Oro a Anatomy of a Fall, Venecia el dio el León de Oro a Poor Things y Berlín le dio el Oso de Oro a On the Adamant. Una muestra de que todavía pueden aprender de sus errores (menos Oscar, al parecer).

 

Que ser empresario es lo de hoy

El 2023 será recordado como el despegue y auge de las biopics empresariales; puede que varíen en cuanto a calidad y tópicos a tratar, pero siempre se manejan bajo la misma premisa del individuo que hace tanto dinero como pueda para que la compañía no se vaya a la quiebra. Ya sean videojuegos (Tetris), zapatos (Air), celulares (Blackberry), papitas (Flamin’ Hot) o finanzas personales (Dumb Money), muchos ya están tomando notas de cómo volverse millonarios y no morir en el intento.

 

Que la gente busca a la sucesora de Cats

Cada vez va desvaneciéndose la línea que divide el placer y el masoquismo entre muchas películas de pobre calidad. No es que esté habiendo menos, pero parece que el mal cine va ganando adeptos. Ya sea un oso cocainómano, un megalodón, un grupo de personas que aseguran ser los Jinetes del Apocalipsis, pese a su pobre calidad, han ido ganando adeptos con los meses. Sólo esperemos que no se vuelva la norma.

 

Que John Wick se despidió de este mundo fiel a su estilo

El asesino amante de los perritos más letal y querido de todos se despidió del mundo del cine con la cuarta entrega de una saga que revolucionó la forma de hacer acción. No será la mejor, pero es un buen cierre para este mítico personaje. Sólo esperemos que su éxito no se le suba a la cabeza a Lionsgate y comience a repartir spin-offs por doquier (como sugiere su escena post-créditos o la fallida serie The Continental).

 

Que cine y videojuegos por fin coexisten en paz

La barrera que tanto impidió una convivencia armoniosa entre ambos medios de entretenimiento finalmente se rompió este año, entregando obras que no serán obras maestras, pero cumplen con el divertimento esperado (Super Mario Bros.) o usan los juegos como excusa para narrar una historia más importante (Tetris, Gran Turismo). Es cierto que todavía hay remanentes de la época oscura (Five Nights at Freddy’s), pero todo indica que el auge por esta forma de diversión ya tiene las bases para entregar proyectos interesantes a futuro y ser la próxima fuente de dinero en el cine.

 

Que la depresión se ve así

La unión entre Nintendo e Illumination dio sus frutos, y a raíz de esto, la compañía de videojuegos ya tiene en puerta varios proyectos. La película del plomero más famoso de los videojuegos ya es icónica, no tanto por el propio Mario, sino por la canción de Bowser y el verdadero mejor personaje de la cinta, el que ya se volvió parte de la cultura popular y representa a la perfección a cada nihilista y depresivo existente: aquella estrellita azul con tendencias suicidas llamada Lumalee.

 

Que la maternidad tomó un nuevo repunte

De lo mejor que entregó el cine independiente fueron un par de joyas llamadas Are You There God? It’s Me Margaret?, Thousand and One (ganadora de Sundance) y Flora and Son. Tres de los mejores proyectos sobre la maduración adolescente y la maternidad que se han visto debido a sus propuestas sencillas, pero efectivas. No cabe duda de que este aspecto es uno de los puntos positivos de una mayor involucración femenina en la industria.

 

Que Marvel y los superhéroes han muerto

Quitando la nueva versión de las Tortugas Ninja (a pesar del controversial diseño de April O’Neil) y la secuela del Spider-verse (que deberá esperar a su continuación para confirmar o perder su estatus de joya), lo único que vale la pena destacar de este subgénero es Guardianes de la Galaxia 3 y Loki (no por buenas, sino porque fueron lo más decente del año). Del resto ni a cuál irle: no importa si es Ant-man, Shazam, Flash, Blue Beetle, Miraculous Ladybug, Secret Invasion o las Marvels, el público ha hablado y los superhéroes ya no le importan a nadie. El ocaso del subgénero ha llegado.

 

Que a Asia hay que ponerle un condón

El cine asiático cada vez más comienza a tener más espacio y presencia en carteleras mundiales, probando que sus propuestas comerciales y artísticas no tienen nada que envidiarle a las hechas en Hollywood. India (Animal, Jawan), China (El León no es Como lo Pintan, Full River Red, No More Bets), Corea del Sur (The Roundup: No Way Out, Concrete Utopia), Japón (Monster, Perfect Days, El Niño y la Garza y Godzilla Minus One) y Tailandia (Hunger) han unido fuerzas contra un enemigo común que ha tenido que rendirse a la tendencia e integrar actores con ascendencia asiática en sus películas (Past Lives). Ha comenzado un nuevo orden mundial.

 

Que Aki Kaurismaki retomó su mejor nivel

Volvió el mejor director finlandés de todos los tiempos con una de las mejores comedias románticas del año, una que mediante sus silencios prolongados, corta duración y poco presupuesto, se ha posicionado como una de las imprescindibles en la carrera de los galardones. Fallen Leaves ha dejado su marca y es punto de inicio para cualquiera que quiera incursionar en el cine de Kaurismaki.

 

Que Martin Scorsese volvió a dar cátedra de cómo hacer cine

Nuevamente el mítico cineasta no decepciona y vuelve con otra película digna de su vasta filmografía. Sin llegar a estar entre las mejores de su catálogo, Killers of the Flower Moon da a conocer una historia que merece ser contada, y junto a sus 2 actores fetiche, tiene otra joya que se posiciona entre lo mejor del año. Y para los que piensan por qué hizo una película de 3 horas y media, la respuesta es simple: ¡Porque le apetece, porque quiere y porque puede!

 

Que Yorgos Lanthimos se confirmó un grande del cine

No hay mucho que reclamarle al director griego, pues con esta ya es su cuarta joya consecutiva tras The Lobster, The Killing of the Sacred Deer y The Favourite (más su cortometraje Nimic). Pero Poor Things elevó todas las expectativas y está arrasando con la mayoría de las ceremonias de premios. Además, la cinta ha consolidado a Emma Stone como una de las mejores actrices de su generación. ¡Larga vida a la querida Emma!

 

Que Justine Triet no es profeta en su tierra

La otra cinta que está dando de qué hablar es Anatomy of a Fall, que a pesar de su pesado ritmo, ha ganado adeptos debido a su minimalismo detallado sobre los quiebres y problemas dentro de una relación amorosa. Irónicamente, los únicos que no supieron valorarla fueron los propios franceses, que la sacaron de muchas ternas (incluyendo una posible nominación al Oscar) por razones que todavía no comprendemos hasta la fecha. Suponemos que tienen cosas más importantes de qué preocuparse… como Napoleón y sus imprecisiones históricas.

 

Que Wes Anderson perdió su toque

Muchos ya lo veían venir con The French Dispatch, pero oficialmente el monarca de los hípster tocó fondo con Asteroid City y el cortometraje The Wonderful Story of Henry Sugar, dos proyectos que evidencian que al director ya no le importa construir una buena historia o personajes interesantes mientras repetir la misma monotonía visual de su filmografía Así, Anderson se ha convertido en otro Burton, otro Scott, otro Zemeckis, otro Jackson. En otras palabras, otro director que prefiere la estética por sobre el guion o la coherencia.

 

Que Netflix se reanimó

Sin ser todavía destacable, el servicio de streaming se ha puesto al mismo nivel que las grandes casas productoras, en especial con el par de cartas fuertes que entregó este año y han definido su estilo. Por un lado, la aparición de Nimona como la carta de despedida de Blue Sky, y por el otro, Leo como una de las mejores cintas de Adam Sandler en mucho tiempo. Si el Oscar dado a Pinocho de Guillermo del Toro sirve de algo, es un aviso de lo que puede pasar a futuro.

 

Que las sirenitas gringas no funcionaron

Ya sea el innecesario remake de Disney o el fracaso absoluto de Dreamworks, estos seres míticos la pasaron bastante mal y marcaron otro punto bajo para ambos estudios. Irónicamente, y como ha pasado con otras cintas de los pescadores de luna, Ruby Gillman, Teenage Kraken ganaría aficionados con el tiempo y procrearía uno de los fandoms más sanos del Internet, con muchos fans dedicando dibujos e historias enfocados alrededor de emparejar a Ruby y Chelsea. Así que ya saben, ¡las tijeras solucionan todo!

 

Que el cine mexicano quiere recuperar su credibilidad

Aunque todavía no se recupera de la crisis interna que lleva experimentando desde hace años, México demuestra que aún puede pelear en el ámbito internacional. Aparte del éxito que ha significado Tótem, otras propuestas como Huesera, El Último Vagón, No voy a pedirle a nadie que me crea, Recursos Humanos, Perdidos en la noche o Heroico también se han ganado el cariño del público a su manera. Seguimos esperando a ese cambio que signifique el alza para el cine nacional, por ahora, más Tótem y menos Señora Influencer, por favor.

 

Que Timothée Chalamet ya sabe actuar (esperemos)

Paul Feig confirmó su estatus como el director de cine familiar más prolífico de la actualidad por la nueva versión del afamado cuento de Roald Dahl. Por si el éxito de las películas de Paddington no fueran suficientes, es una cinta que critica fuertemente al capitalismo, la corrupción a nivel empresarial, política y eclesiástica y la trata de personas, pero también con un atisbo de esperanza. Sin embargo, lo más importante es que ¡por fin hizo actuar al inútil de Timothée Chalamet! Más vale que mejore a partir de esto.

 

Que Tom Cruise es el Mesías de Hollywood

Tom es uno de los pocos actores que quedan en Hollywood que puede confirmar su estatus como leyenda, siempre visualizando qué es lo que quiere ver la audiencia. Prueba de ello es la séptima entrega de Misión Imposible, que no será la gran cosa, pero da justo lo que promete: buenas dosis de acción, humor y aventura. Todavía tiene que esperar a su secuela para despedir a Ethan Hunt, pero es de los mejores blockbusters del año.

 

Que la bomba atómica liberó diamantina rosa al explotar

Más que un meme, el Barbenheimer fue el fenómeno del año, donde 2 proyectos diametralmente opuestos se enfrentaron en taquilla, crítica y recepción del público, siendo el momento que Hollywood necesitaba para darse un respiro entre tantos fracasos de recaudación y huelgas. Incluso yendo más lejos, como una metáfora del fin de la humanidad en la forma de una guerra nuclear fomentada por el capitalismo consumista desmedido. Puede que Barbie y Oppenheimer no convencieran a todos, pero este evento cinematográfico jamás será olvidado.

 

Que la libertad se silenció

El otro fenómeno del año recayó en la cinta de Alejandro Monteverde, que a pesar de ser un éxito de taquilla, contar con el regreso de Jim Caviezel a los primeros planos y tener un tema controversial como el tráfico infantil, no tendría el mismo éxito con la crítica especializada como sí lo tuvo con la audiencia general. Sound of Freedom, cuyo lema era “la película prohibida que nadie quiere que veas”, dista de ser mala, pero tampoco convenció por completo y ahora tiene que luchar contra la memoria colectiva para que su mensaje no sea olvidado. Eso sí, la campaña publicitaria es digna de replicarse.

 

Que Alexander Payne firmó un nuevo clásico navideño

El regreso de Alexander Payne no pudo haber sido mejor, entregando la mejor película navideña en años. The Holdovers puede caer en algunos clichés y casualidades, pero tiene el corazón y las ideas en el lugar correcto y hace un estudio psicológico de la depresión durante una época que debería ser la más feliz del año. Además, también es un grato regreso para el desaparecido Paul Giamatti tras varios tropezones con cintas de mayor renombre. ¿Nominación y posible ganador? Tal vez.

 

Que los vampiros chupan dinero además de sangre

Puede que la muerte salvara al mítico dictador chileno de ser juzgado, pero no pudo salvarlo de la sátira de Pablo Larraín y su fuerte crítica no sólo a su persona y gobierno, sino también a su familia y los remanentes de un gobierno que los chilenos no deben olvidar. Lo que todavía no se explica es la omisión de Chile de enviarla como representante para la próxima entrega de los Oscares, pero para el director, El Conde es un éxito y ya un clásico de su país.

 

Que Aardman nos abandona a merced del ratón

Puede que la secuela de Pollitos en Fuga no sea tan buena como la primera y no tenga razón de existir, pero más allá de su infantilización y falta de riesgo, es una cinta que debe valorarse su realización, porque el mítico estudio británico se ha quedado sin plastilina, su materia prima base, para sus producciones. De modo que estamos ante uno de los últimos proyectos del estudio con este material. A espera de una última película de Wallace y Gromit, Aardman debe reinventarse o morir.

 

Que a David Fincher le está afectando el semi-retiro

El regreso que no convenció a muchos es el de David Fincher, que con The Killer, entregó una obra redundante, poco interesante y muy normalita para alguien de su talla, una cinta que sólo se sostiene en la actuación de Michael Fassbender (que también quedó a deber por la repetitiva voz en off de un personaje en el que nunca se profundiza) y en el prestigio del director para ser relevante. Parece que, conforme avanzan los años, va limitando su capacidad de sorprendernos como pasó durante los 90 y 2000. Puede quedarle un as bajo la manga, pero debe apresurarse.

 

Que los Juegos del Hambre ahora sí dieron hambre

Nadie esperaba nada de otra parte de una de las sagas más olvidables del cine, pero ¡oh sorpresa! No contábamos con que Suzanne Collins le quedaba algo por decir, mirando al pasado de su saga. Sin contar algo diferente a lo esperado, Ballad of Songbirds and Snakes puede presumir de estar entre los mejor que ha entregado Los Juegos del Hambre, en especial por ese ahondamiento a la psicología y mentalidad de Snow. Eso así, Rachel Zegler puede irse a la ch….

 

Que Rachel Sennott puede consagrarse como una de las mejores de su generación

La actriz fetiche de Emma Seligman no sólo regresó después de su gran debut como actriz, sino que también lo hizo escribiendo una de las comedias más divertidas del año. No será tan buena como Shiva Baby, pero Bottoms prueba que tiene talento para despuntar en este terreno. Los centennials ya tienen su propia versión de Superbad, pero no deben confiarse. ¿Moraleja? ¡Las tijeras solucionan todo!

 

Que Kubrick se retorció en su tumba

Napoleón no fracasó por sus imprecisiones históricas (aunque tampoco le ayudaron), sino por una historia que mordió más de lo que pudo masticar, cayó en la comedia involuntaria y redujo la figura mítica del emperador y conquistador a un pelele malcriado, inseguro, adicto al sexo, débil, maleducado y calzoneado. Ridley Scott profanó el ansiado sueño de Kubrick y firmó una de las peores películas del año y de su carrera. Eso sí, ¡Dios bendiga el escote de Vanessa Kirby!

 

Que Bradley Cooper apunta a ser el próximo Leonardo DiCaprio en los Oscares

Los memes de DiCaprio desesperado por ganar el Oscar renacerán con Cooper como su nuevo sustituto, ya que Maestro demostró que el actor está urgido por ganar la estatuilla que ha consagrado y maldecido a muchos ganadores. Con un guion demasiado políticamente correcto e indeciso en sus narrativas termina por ser más cercano a una cinta de Biography Channel con presupuesto. De ganarlo algún día, esperamos que sea de forma más justa que la que ganó DiCaprio.

 

Que escuchar a Elvis te convierte en un macho opresor

O al menos eso quedó pensando la gente después de que Sofia Coppola se cargara al Rey con la película de su esposa. Priscilla no sólo es insultante a la memoria de la legendaria estrella del rock, sino que prioriza el abuso psicológico y la tortura por sobre una historia interesante o que valiera la pena contar. Pero no nos crea a nosotros, basta con ver las declaraciones que dejó Lisa Marie sobre el guion. Sofia es sólo otra prueba de que el talento no se hereda.

 

Que Todd Haynes se salió con la suya

Por mucho, una de las películas más polémicas del año. Dividiendo a crítica y audiencia por igual, hay que ser ciego para no admitir que May December es una muestra de cómo poder manipular a la audiencia, sostenida en un duelo actoral, una fotografía y una edición impecables. Pero hay que ser doblemente ciego para no darse cuenta de su tono de telenovela, su constante ambivalencia y la ligereza con la que se toca un tema como las relaciones con menores. Para bien o para mal, dará mucho de qué hablar.

 

Que a Taika Waititi le encanta idiotizar a la gente

Entendemos que el fútbol no es del gusto entre las excolonias británicas y que es el deporte más maltratado en el cine. Lo que no se entiende es retratar a los samoanos que fueron goleados por Australia como idiotas que perdieron porque no saben patear ni un coco. Incluyan chistes bobos dignos de Adam Sandler en sus peores etapas y tenemos un bodrio de proporciones colosales. Lo único bueno que hizo Next Goal Win fue redescubrir y revalorar el documental original en que está basado. ¿Qué pasó con el director que hizo reír y llorar a todos con Jojo Rabbit? Quedó maldecido por ganar el Oscar.

 

Que el terror dio resultados dispares

Puede que la tanda de cine de terror de este año haya sido escasa, proliferando más los remakes y secuelas, pero hay algunas que vale la pena mencionar al estar por encima del promedio. La primera, Evil Dead Rise, por mucho la mejor secuela de la saga. La segunda, Infinity Pool, donde el hijo va dando bueno pasos y demostrando que el apellido Cronenberg no le queda grande. La tercera, Talk to Me, una especie de Ouija altamente disfrutable. No obstante, hay una que merece su propio espacio aparte, y no por las razones correcta, es la que sigue en el listado.

 

Que Joaquin Phoenix fue maldecido por Oscar

No contento con haber profanado la tumba del emperador francés, el actor firmó su estatus como un ególatra por haber ganado el premio mayor hace unos años. No tanto por Napoléon, sino por protagonizar una de las cintas más pretenciosas de los últimos años. Beau is Afraid confirmó a Ari Aster como un error vivo endiosado por una generación de mamadores que creen que el cine se inventó con el streaming, denotando a un director mentalmente inmaduro y cínico que cree tener el derecho de decir cualquier mierda, por más idiota que parezca, durante 3 horas. Después de ver el pene gigante, podemos llegar a la conclusión más lógica del mundo: ¡las tijeras solucionan todo!

 

Que la muerte es imparable

Otro año con fallecimientos duros, donde se rinde homenaje a aquellos que nos dejaron este año. Entre los más llamativos están Raquel Welch, Tom Sizemore, Ignacio López Tarso, Chabelo, Ray Stevenson, Alan Arkin, Josephine Chaplin, Bo Goldman, William Friedkin, Shannon Wilcox, Michael Gambon, Matthew Perry, Queta Lavat, Rubén Moya, Gabriel Ortiz, Ryan O’Neal y Lee Sun-Kyun. Que en paz descansen.

 

Que Cinescopia sigue creciendo gracias a ustedes

Claro, no podíamos irnos sin dejar lo mejor para el final, y la verdad es que el sitio y esta comunidad no sería nada sin ustedes, quienes están atentos a las últimas noticias, leen y comparten los artículos y nos siguen a pesar de las dificultades, las discrepancias y la división de opiniones. Por eso, también les damos las gracias por seguir junto a nosotros.

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Acerca del autor

Uriel Salvador     twitter.com/UrielSalvadorGS

Escritor, analista, crítico, gamer, investigador, actor (especializado en doblaje), fotógrafo. Pero ante todo, soy un amante del cine.


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