Las 5 Mejores Películas de Deborah Kerr

El 30 de septiembre de 1921, nace la actriz británica Deborah Kerr, un de las actrices femeninas más populares del cine estadounidense de los años 50.

A pesar de su gran trayectoria cinematográfica y haber sido nominada 6 veces al premio Oscar como mejor actriz principal, nunca obtuvo dicho premio, aun cuando en 1994 le fue otorgado un Oscar honorífico por toda su carrera.

Inició su carrera en el teatro, pero al poco tiempo recibió sus primeros papeles en el cine británico al lado de actores como Rex Harrison y James Mason. Al poco tiempo se trasladó a Hollywood donde comienza una exitosa carrera, participando en algunas películas consideradas grandes clásicos del cine, entre las que destacan “¿Quo Vadis?” y “De aquí a la eternidad”.

Otras de sus grandes interpretaciones las encontramos en cintas como: “Julio Cesar”, “El Rey y Yo”, “Sólo Dios lo sabe”, “Mesas separadas”, “Tres vidas errantes”, “Los inocentes”, “Edward, mi hijo”, “Algo para recordar”, entre muchas otras.

Trabajando con los mejores directores y actores de la época, lo que la convirtió en una leyenda del cine internacional.

Esta gran actriz falleció a los 86 años el 16 de octubre de 2007, por complicaciones de la enfermedad de Parkinson, dejando un gran legado. Para muestra, cinco de sus grandes interpretaciones en la pantalla grande.

 

Bonus  – SÓLO DIOS LO SABE (1957) (JOHN HUSTON)

POR EDGAR DEL VALLE

Película que se desarrolla durante la segunda guerra mundial y que trata la relación entre un rudo militar interpretado por Robert Mitchum y una monja protagonizada por Deborah Kerr, que quedan atrapados en una isla. Se trata de casi una libre adaptación de la cinta “La reina africana”, en una especie de “auto remake” dirigida por el mismo Huston apenas unos años antes. A pesar de ello, la química entre estos grandes actores le da su toque particular, la que la convierte en una muy disfrutable curiosidad enterrada por su propia comparativa y pretensión (¿o cinismo?) de Huston. Por su actuación, Kerr recibió una de sus múltiples actuaciones a premio Oscar como mejor actriz.

 

Bonus  – QUO VADIS (1951) (MERVYN LEROY)

POR EDGAR DEL VALLE

Película que nos traslada a la época romana del imperio de Nerón, en donde encontramos a un militar romano que se enamora de una esclava cristiana, que con el tiempo lo conduce a su fe. Un clásico del cine religioso de todos los tiempos, con las actuaciones principales de Robert Taylor y la hermosa Kerr, en una superproducción que se convirtió en éxito de taquilla y de público, siendo quizá la película que catapultó a la actriz a la escena mediática de Hollywood. La cinta recibió 8 nominaciones al Oscar, desafortunadamente ninguna para Kerr. Aunque no ha envejecido bien del todo, queda como un remanente de calidad actoral y de espectacularidad dentro del cine épico.

 

4 – MESAS SEPARADAS (1958) (DELBERT MANN)

POR EDGAR DEL VALLE

Drama que desarrolla situaciones amorosas diversas, que se dan entre un grupo de huéspedes de un viejo hotel.  Kerr comparte créditos en esta cinta con actores como David Niven, Burt Lancaster, Rita Hayworth y Wendy Hiller. Su papel de hija sumisa y abnegada, la hizo nuevamente a ser considerada a una nominación al premio Oscar. Su encomiable combinación entre comedia y romance la convierte en uno de los primeros esbozos del cine coral, manejando un alto nivel actoral y de credibilidad dramática para servir como escaparate para ese grandilocuente reparto. Cinta muy infravalorada y que significa aún en la actualidad uno de los mayores referentes de su género

 

3 – ALGO PARA RECORDAR (1957) (LEO MCCAREY)

POR EDGAR DEL VALLE

Curiosamente esta cinta es al igual que en el caso de “Sólo Dios lo sabe” un remake del mismo director (la original data de 1939), pero ahora con el protagonismo de Déborah Keer y Cary Grant. Un melodrama, con momentos verdaderamente incompresibles, pero que con el tiempo se convirtió en un clásico, y una de las películas más recordadas de la actriz, tal y como lo anunciaba el título de la cinta, mejorando en definitiva a la cinta fuente y sirviendo como inspiración para otro remake y/o adaptación futura para Sintonía de Amor, otro clásico del cine romántico (pero con menor calidad) interpretado por Tom Hanks y Meg Ryan en 1993 (más otro muy olvidable apenas un año después, en 1994).

 

3 – EL REY Y YO (1956) (WALTER LANG)

POR EL FETT

Basado en una obra teatral, Lang no se despega mucho del material original y efectivamente encausa un romance casi de telón, en una de esas cintas que parecen haberse filmado sobre el escenario y no en un estudio. La gran ventaja pues, recae en la labor actoral, en una de las químicas románticas más naturales y románticas entre Yul Brynner y una despampanante Deborah Kerr, que despliegan un entendimiento muy elevado y adelantado a su época. Segunda de tres versiones (y la mejor) sobre la célebre novela de Margaret Landon, Brynner lograría su primer y único Oscar ¿Y Kerr? De nuevo resultaría nominada e ignorada

 

2 – LOS INOCENTES (1961) (JACK CLAYTON)

POR EL FETT

Si usted busca la versión original de la sonada serie de Netflix The Haunting of Hill House (y su próxima Bly Manor  para 2020), ha llegado al lugar indicado para reconocer a una de las obras maestras del género más injustamente olvidadas por la historia y que en su tiempo significó un revulsivo de calidad tan impresionante como irrepetible en torno a las historias de fantasmas. Dejando como marca indeleble un final tan ambiguo como siniestro, el director confía su “one hit wonder” a una inmensa Deborah Kerr, que logra no solo conectar con lo paranormal de una manera precisa, sino con la piel de la misma audiencia como si se tratase de una extensión  emocional o un poltergeist  ¿Conclusión? Deje de ver series y póngase a ver más clásicos

 

1 – DE AQUÍ A LA ETERNIDAD (1953) (FRED ZINNEMAN)

POR EDGAR DEL VALLE

Multipremiada película, con un reparto multiestelar que brinda una combinación de sobrias interpretaciones; la ganadora de 8 Oscar (incluyendo mejor película) se trata de una de las presentaciones que mayor éxito de taquilla, crítica y público en la historia de las películas premiadas por la Academia. Un gran clásico romántico – bélico, Zinnemann aquí establecería muchos de los estatutos dramáticos con los que la crítica estadounidense mediría las consecuentes súper producciones de este índole. Hacedor de grandes momentos, basta recordar la escena en la playa junto con Deborah Kerr, un verdadero momento favorito y que inmortalizó a este clásico.

 

 

 

 

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Edgar Del Valle    


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