Las 5 Mejores Películas de Kevin Bacon
Contrario a muchos de sus personajes, Kevin Bacon quizá sea una de las personalidades hollywoodenses más afables, incluso llegando a rechazar el estatus de “celebridad” en varias ocasiones, manejando un bajo perfil y por más extraño que parezca, manteniendo su relación ya por algunos años dentro de esa hecatombe llamada “fama”.
Aunque su registro dramático no es “mucho” que digamos, su carisma y talento le han alcanzado para tener algunas loables pero sobre todo versátiles participaciones al mando de varios directores de renombre, incluso pudiendo posicionar un par de sus personajes en el colectivo memorial ya sea de la juventud ochentera, o bien de los villanos “más hijos de puta” que se recuerden desde los años 90.
Sin duda uno de los actores más queridos de su generación X, Bacon nace un día como hoy de 1958. Comenzó a actuar desde muy joven ya en el cine, cuando con apenas 20 años debutara en la saga cómica de National Lampoon’s Animal House. Le seguirían algunas fugaces pero buenas participaciones en Viernes 13 y Diner, pero la fama finalmente le llegaría de rebote cuando John Travolta rechazara el protagónico de Footlose y fuera a parar para él. Convirtiendose así en una celebridad juvenil, Bacon intercalaría su versatilidad física entre papeles dramáticos y cómicos, tanto de héroe como de villano, y a su vez en cintas de grandes presupuesto como en series b, algunos incluso de culto.
Celebremos los 64 años de Kevin Bacon con sus 5 Mejores Películas
Bonus – Footloose (Ross, 1984)
La película es en realidad mala (y tiene otras mejores actuaciones), pero por algún par de razones la historia de un joven que tras una tragedia personal llegaba a un pequeño pueblo donde las leyes prohibían el baile, se convirtió en uno de esos hitos ochenteros por excelencia: la primera, su fabuloso soundtrack, que terminó por ser mucho mejor que la propia película y llegando a su posicionar su tema como el verdadero clásico; la segunda, la presencia de un muy joven Kevin Bacon en la película que le daría la fama, gracias a la combinación entre bailongo, chisa y rebeldía de su personaje que se ajustaba perfectamente a su carita de “niño tierno pero cabrón”. Repleta de clichés, sus debilidades sin duda eran bien justificadas gracias al saltarín y musical Kevin
Bonus – Cop Car (Watts, 2015)
Si quieren saber por qué Marvel contrató a Jon Watts para dirigir su saga de Spider-Man, definitivamente deben mirar este muy entretenido thriller, con elementos tan siniestros como infantiles y en dónde Bacon regaló su último destacable “hijo de puta”. Cinco personajes y una voz de despachadora son suficientes para mantenerte al borde de los nervios durante un poco más de 80 minutos al espectador, siendo un film tan digerible y hábil que incluso este se puede dar la libertad de echar por la borda ciertos estatutos lógicos en cuanto a la habilidad y capacidad de manejo de vehículos de dos niños de 9 años. La historia de cómo al corrupto sheriff de un condado le roban su vehículo dos escuincles es la perfecta excusa para que Bacon luzca de nuevo como un excelente villano de cuento.
5 – X-Men: First Class (Vaughn, 2011)
Uno de los pocos ejemplos donde los superhéroes “teenagers” lucen decentes. Desde la selección del director hasta la de su reparto, estos pequeños grandes aciertos se reflejan en una historia si bien convencional y sin ninguna sorpresa, también compleja y un poco realista al ser situada en variados pasajes bélicos – históricos. McAvoy y Fassbender sostienen el nivel de Stewart – McKellen, pero el villano de Kevin Bacon, digan lo que digan, es mejor, más imponente, odioso y/o carismático que muchos de los “malos” en el universo de Marvel en cualquiera de sus presentaciones, dando mucha tensión y credibilidad a su “amenaza” y que desemboca en un excelentemente encausado clímax. Una muy digna sorpresa que hasta casi califica como cameo
4 – Tremors (Underwood, 1990)
Dentro de las cintas malas que son buenísimas en la paleta del llamado cine serie b, sin duda alguna Tremors (En México se le conoció como Terror bajo Tierra) estaría dentro del TOP 3. La historia de unos monstruosos y grotescos gusanos que aterrorizan a un pueblo en medio del desierto captura la esencia del cine de monstruos y SF de los 50 y logra encausar secuencias memorablemente divertidas e incluso situaciones de verdadero suspenso y tensión, sobre todo concentrándose en la presentación y revelación de sus criaturas. Platillo de cada día en la televisión, era imposible dejarla de ver en cualquier segundo de su metraje, siendo un muy joven Kevin Bacon el gancho de aquel principio de los 90 ¡Un clásico!
3 – Mystic River (Eastwood, 2003)
Debió haber ganado el Oscar ese año a mejor película, y es que estamos hablando de uno de los puntos más altos en cuanto al cine thriller se refiere. Oscura, ágil y misteriosa, el tema del abuso es el punto de partida para encausar un complejo estudio de personajes que desemboca también en un sutil pero trágico cuento de gánsteres aderezado con los elementos policiacos aprendidos desde Siegel. Una excelsa narrativa de 3 ejes (Penn, Bacon y Robbins en sus puntos máximos) dentro de un caso que siempre se posa al borde del suspenso y de lo impredecible, y que como el genial narrador que es, se ve ensalzado por una escena final que completa el círculo perfecto que crudamente se establece desde su inicio. Gran, gran cinta.
2 – The Woodsman (Nicole Kassell, 2004)
Definitivamente, el arma narrativa de este relato es también el foco de su polémica, y es que al establecer una redención desde el punto de vista de la compasión, sin juzgar el crimen, pero si manifestando de manera brutalmente honesta las consecuencias del mismo, el debutante Kassell hace que incluso la audiencia pueda conectar con un “monstruo” en su desarrollo por reformarse, un agresor sexual de menores que regresa a su pueblo tras 12 años de cárcel, y que intenta reestablecer su vida, aunque esto será prácticamente imposible. El sólido y sórdido trabajo de Bacon regala y complementa una rica estructura psicológica y emocional a este ser, en un film arriesgado que debió contar con mayor proyección y premios, muchos premios
1 – Sleepers (Levinson, 1996)
Debió haber existido al menos una nominación para Bacon por haber interpretado a uno de los mayores hijos de puta en la historia del cine. Su actuación es tan verosímil y vil, que para aquella secuencia de su muerte el espectador es capaz de sentir el placer y la empatía por aquellos dos asesinos y ex víctimas de un carcelero violador de niños. Aquel demonio en cuestión, en el que sin duda es su papel más memorable y del que aún hoy en día no se ha podido sacudir, sin duda tuvo que haber representado no solo el punto mayor de su registro dramático, sino también una transformación memorable con respecto a sus primeros papeles de héroe juvenil rebelde. No queda más que celebrar y celebrar la muerte de Sean Nokes gracias a la gran actuación de Bacon