Las 5 Mejores Películas de Ron Howard
Con más de 80 créditos como actor, 35 largometrajes y 39 premios (de entre los que destacan su par de Oscar, un Globo de Oro, dos Emmys y hasta un premio de la juventud en el Festival de Venecia), celebremos a Ron Howard con sus 5 Mejores Películas.
Quizá no haya un director más “oscareable” en la historia que Ron Howard, y esos es tan bueno como malo; en primer lugar por qué Howard siempre ha seguido “el manual” de las buenas intenciones hollywoodenses, manteniendo mucho de los clichés, estereotipos y convencionalidades narrativas que toda película “aspirante” debe contener, incluidas las tasas de “emotividad”, “drama”, “romance” y relaciones interpersonales que parecen estar pintadas con calca no solo en la mayoría de sus producciones, sino también en todos los productos símiles en la industria.
Pero no todo está mal con Ron Howard, e incluso por ciertos momentos de su carrera deja de estarlo, pues al ser innegable su talento como narrador, hay ocasiones que Ron irónicamente “se sale del guion” para dar destellos de un gran entretenimiento y hasta de grandeza, encontrando un par de joyitas por ahí en su filmografía y que resaltan de toda la convencionalidad requerida por Oscar.
Nacido un día como hoy pero de 1954, Howard estudiaría cinematografía y artes dramáticas sin llegar a graduarse. Mucho se debe a que Ron comenzaría a “actuar” desde sus dos años, ganando relevancia como un niño y adolescente actor bastante bien identificado y en ascenso durante la década de los 60 y 70, constancia que de cierta manera detendría con su entrada al mundo de la dirección, cuando en 1977 debutara con Grand Theft Auto, cinta que también escribiría y protagonizaría. Con algún tiempo de reclusión en la televisión, finalmente Howard alcanzaría la fama directiva a mediados y finales de los 80, dirigiendo comedia, fantasía y ciencia ficción que se convertiría a la larga en filmografía clásica y parte del catálogo cultural de toda la juventud de aquella época. Para las siguientes décadas daría más tumbos que aciertos, pero siempre manteniéndose relevante y con un par de cintas que construirían poco a poco su posición como uno de los narradores más confiables de la industria
Bonus – How the Grinch Stole Christmas (Howard, 2000)
La grandilocuente versión de Howard quizá peque de excesiva, pero sin duda alguna conoce como encausar un emotivo clímax, marca registrada de un director que pese a las fragilidades de sus historias y desempeños, trabaja por y para su conclusión, incluso a veces pareciendo de manera desvergonzada su único objetivo. Así el Dr. Seuss ve quizá la proyección más pura y emocionante de su relato, un satisfactorio y muy divertido resultado pese a las libertades de su adaptación de casi dos horas y el carisma por momentos asfixiante de Carrey, que para bien o para mal, logra un Grinch tétricamente hilarante, aderezado con sus improvisaciones y como en la película, colocándose en esa peligrosa línea de los gustos culpables por excelencia.
5 – Cocoon (1985)
Su primer gran éxito se haría un premio especial en el Festival de Venecia y de un espacio eterno en todas las televisiones como una de las películas generacionales por excelencia. Es notable como Howard comienza a asomar lo que será su patente narrativa, dramas muy personales (biográficos en muchas ocasiones) aderezados con elementos o situaciones increíbles tanto en la realidad como en la fantasía, como este es el caso, donde un grupo de viejitos ve rejuvenecer sus cuerpos a través del contacto alienígena de unos visitantes muy bondadosos. Con un par de actuaciones tan emotivas como sobresalientes (Don Ameche se haría de un Oscar), Howard se comenzaría a postular como uno de los consentidos de Hollywood y la academia
4 – Frost/Nixon (2008)
Posiblemente su cinta más madura, que sin salirse de las convencionalidades del Oscar y el estereotipo “villanesco” de su personaje principal, resuelve y propone con mucha astucia un drama político bastante ágil y con tintes de thriller que arroja muchas pistas interesantes sobre la personalidad de la polémica y antagónica figura que siempre ha sido Nixon para los Estados Unidos. Sin duda Howard aquí le debió mucho al guion, adaptación de la obra del mismo responsable del libreto (Peter Morgan), y que a través de las actuaciones encausó monumentos de gran tensión e histrionismo. Sin duda aquí se denota como Howard, buen director de cine, con un guion acorde y no tan “hollywoodense”, puede dar como resultado eficaces películas
3 – Apollo 13 (1995)
Quizá Ron Howard sea el director más blandengue de la historia, sin riesgos y siempre pegado al manual, pero eso no indica que no sepa seguir las instrucciones al pie de la letra (tal y como en la NASA, preciso), siendo su repetición siempre certera para crear atmósferas tan entretenidas como intensas y en este caso en particular, servidas para el triste relato de la misión 13, la cual más en la ficción que la realidad vio su tragedia convertirse en leyenda gracias a la siempre funcional exposición narrativa del director más “útil” que ha parido Hollywood. Con Hanks, Sinise, Harris, Paxton, Bacon y Howard en su clímax como alumno de la escuela Oscar, Apollo 13 es un clásico ñoño por excelencia.
2 – Willow (1988)
Una de las mejores y más oscuras películas sobre el género fantástico, que de cierta manera fue una muy libertina adaptación de El Señor de Los Anillos, solo que aquí en lugar de un anillo para destruir, había un bebé para salvar. Hasta hace poco uno podría darse cuenta de la verdadera valía del relato, y es que esto es una lección de adaptación y dirección hábil y rítmica para el propio Peter Jackson y su somnífera y extendida The Hobbit, pero lo que en verdad hace resaltar a Willow es su falta de concesiones visuales que en su momento causaron verdaderas pesadillas, como por ejemplo la secuencia de la metamorfosis a cerdos, una aterrada escena. Un Howard sin Hollywood, más joven, pasional, divertido y oscuro, Willow es una leyenda de la fantasía fílmica.
1 – Rush (2013)
Quizá su película más olvidada sea también no solo su mejor, sino también una de las más astutas, mejor narradas y actuadas películas deportivas de la historia. Howard por fin se sale del libreto y filma una doble biopic que se hace interesante por la interacción – rivalidad de sus personajes, pero también por la sobriedad dramática y la tensión de sus escenas de carreras que hacen evidente el talento en el banquillo de director. Tanto fue su alejamiento de la fórmula americana sobre este tipo de relato, que parecía inverosímil su injusto olvido de los premios Oscar aquel año, un indicador que de manera clara nos dice que dichos premios en la última época están en contra de la calidad. Definitivamente necesitamos más a este Howard.