Las 5 Mejores Películas de Thomas Bo Larsen
Un excelente actor danés vinculado a la corriente del Dogma y a la carrera fílmica de Thomas Vinterberg, director que lo lanzaría a la fama desde mediados de los 90. Así también, Thomas Bo Larsen se haría muy reconocible gracias a la fama de sus eternos compañeros de reparto de entre los que destacan Ulrich Thomsen y por supuesto Mads Mikkelsen, con quien ha colaborado en más de cinco filmes.
Con 59 años de edad, celebremos a este extraordinario histrión con sus 5 Mejores Películas
5 – The Biggest Heroes (Thomas Vinterberg, 1996)
Un debut muy extraño de Vinterbeg, no por su cuestionable calidad y su formato de telefilme ochentero, sino por el hecho de que no parece dirigido por él más que por la aparición de dos de sus actores fetiches, Ulrich Thomsen y Thomas Bo Larsen. Una comedia de situaciones muy boba y que se esfuerza mucho por producir la risa fácil a través de gags inverosímiles, incluso asemejándose mucho a unos “Looney Tunes”. A pesar de radicar más en el olvido o la curiosidad dentro de la filmografía del que llegaría a ser uno de los mejores cineastas europeos modernos, es la química entre sus actores y el buen desempeño cómico de Larsen la que la hace “soportable”
5 – Flickering Lights (Anders Thomas Jensen, 2000)
Una de las cintas danesas más taquilleras fue también uno de las primeras colaboraciones conjuntas de Mikkelsen y Bo Larsen, aunque este último con un papel “más de reparto”. La cinta es un vehículo muy entretenido de comedia negra y trama gansteril, que incluso contiene algunos remanentes e influencias narrativas de Trainspotting, cuando cuatro mafiosos de poca monta decidan embaucar a su jefe, escapar y poner un pequeño negocio restaurantero, sin imaginar que el pasado vendrá a cazarlos. Excelente impresión de sus pensó y humor que también retrata como pocas la idiosincrasia y cultura danesa. Muy recomendable en todos sus aspectos
3 – Festen (Thomas Vinterberg, 1998)
Vinterberg aprieta pero no ahorca y destruye sin ser invasivo. Ganadora del premio del jurado en Cannes y curiosamente promocionada sin director, esta sería por encima de lo hecho por Von Trier quizá la cinta más simbólica del Dogma 95 (y también la primera). En la celebración de los 60 años del patriarca de una familia de la alta burguesía danesa, sus tres hijos están a punto de aprovechar la ocasión para sacar a relucir los trapos sucios de la familia y con ello, manchar la reputación de un hombre que parecía ser intachable. Vinterberg no solo filma, sino que se adentra en la psicología de una familia y nos hace participes segundo a segundo de la incómoda situación ¿lo mejor?, que la misma es sugerida y no impulsivamente revelada, manteniendo también un halo de suspenso y comedia accidentada sublimes.
2 – The Hunt (Thomas Vinterberg, 2012)
Una rotunda joya y una de las mejores obras dramáticas de al menos los últimos 20 años. La sutileza de la misma “acción” juega de manera favorable para proyectar complejos tópicos que enriquecerán su intensidad dramática: desde el tema del abuso infantil y sus inadecuados protocolos de seguimiento escolar, social y psicológico, hasta la manera de cómo impacta dentro de una pequeña sociedad europea; Vinterberg incluye sobre estos temas dos ejes también fundamentales en su filmografía que aquí verán su clímax: la disfuncionalidad familiar y la amistad, misma que se resquebraja a partir de las “acciones” de un maestro de kínder que supuestamente abusa de una niña, hija de su mejor amigo. La secuencia cumbre en noche buena es ya un clásico y vehículo para que Mikkelsen y Larsen regalen una de los momentos más feroces y catárticos ¡en la historia!
1 – Druk (Thomas Vinterberg, 2020)
Una rica exploración a la soledad y a la amistad, Vinterberg abandona su conocido tono trágico (esto consecuencia de la trágica muerte de su hija, a quién le dedicaría su Oscar en el discurso más emotivo de la pasada ceremonia) para abordar un tema por demás interesante y analíticamente bien justificado en torno al alcohol y a sus efectos – consecuencias sociales – laborales y emocionales. Es de notarse la progresión dramática de los hechos tal y como se tratase de una buena borrachera salida de un problema personal, pasando narrativamente por todos los estados que el consumo de dicho elixir suele disparar. La clave actuación de Bo Larsen es tan trágica como conmovedora, el punto de inflexión de aquella adicción.