Las Mejores Películas de John Cazale
“¡Sé que fuiste tú Fredo!”.
Cada que repaso mentalmente este diálogo me estremezco al punto de humedecer mis ojos. No sé si les pase, pero hay ciertas películas, ciertos momentos y /o ciertos personajes que marcan la vida de un amante del cine, y uno de ellos fue John Cazale, Fredo, en The Godfather Part II.
Hablar de John Cazale es recordar un reverenciando y trágico caso histriónico en la historia, un actor que solo alcanzó a dar 5 interpretaciones, en cada una de ellas entregándose al máximo y forjando en tres de ellas, desempeños secundarios legendarios que confirman aquella frase que Al Pacino le dedicó tras su lamentable muerte a manos de cáncer: “Todo lo que yo quería hacer era trabajar con John por el resto de mi vida. Él era mi compañero de actuación“. Definitivamente en el diálogo que abre este post puede apreciarse una fuerza dramática intensa e impresionante entre ambos, una química que se repetiría 3 veces entre dos verdaderos hermanos para el beneplácito del cine de los 70.
De ascendencia italiana e irlandesa, Cazale nació en Boston en 1935. Desde joven se vio en la necesidad de trabajar arduamente para pagarse sus estudios de actuación. Comenzando a presentarse a castings y logrando algunas apariciones en el teatro Off-Broadway, conocería en dicha escena a otro chico en búsqueda del sueño artístico americano: Al Pacino; rápidamente ambos forjarían una amistad inquebrantable mientras se mudaban juntos y trabajaban de mensajeros para varias compañías para mantenerse, en espera de ese papel dentro de teatro que los catapultara a las grandes ligas.
Desde el teatro comenzó a forjar un tono y tipo de personaje aclamado por la crítica, aquel “underdog” vulnerable y débil, una faceta que complementaba a la perfección con su físico, de mirada penetrante, arco jorobado, calvo y cejas prominentes que escondían en una mirada agachada a lo que en realidad era una persona líder, interesante de escuchar, intelectual y de fácil de expresión, características que Robert DeNiro, Pacino, su pareja Meryl Streep, Gene Hackman, Francis Ford Coppola y Sidney Lumet confirmaron tras su muerte y grabaron en el recuerdo en el documental “I Knew It Was You” del 2009, presentado en Sundance y dedicado a su memoria.
La crítica ha referido a su indudable talento y altamente reconocible rostro y presencia como un caso extraño, siendo incluso dentro del medio considerado uno de los mejores actores en la historia, pero del cual uno suele olvidarse de su nombre.
Filmando su última película: The Deer Hunter, Cazale moriría a los 42 años en manos del cáncer de pulmón, causado un gran impacto entre sus amigos actores que lo recuerdan siempre como un genio histriónico y gran profesional. Ostentador de un récord tan grandioso como trágico, los 5 largometrajes en los que actúo fueron nominados al Oscar como mejor película, siendo tres ellas ganadoras. Incluso aparecería gracias al archivo de imágenes en una sexta cinta, The Godgather Part III, la cual también sería considerada para el premio gordo de la Academia.
Hoy recordamos a un gran actor con sus 5 grandes películas.
5 – The Conversation (Francis Ford Coppola, 1974)
Una genial cinta de Ford Coppola que desgraciadamente quedó eclipsada entre sus dos “Padrinos”, pero que aun así logro la Palma de Oro en el Festival de Cannes. Aquí John Cazale registra su actuación menos relevante como un técnico de espionaje y sonido al servir como pieza de apoyo para una narrativa enfocada en un solo personaje, el de un fabuloso Gene Hackman. Aun así cabe destacar la confianza que el director le tenía al histrión, manteniéndolo en activo el poco tiempo que se desempeñó dentro del cine
4 – The Deer Hunter (Michael Cimino, 1978)
https://www.youtube.com/watch?v=io4h6iAAlrg
Para que The Deer Hunter alcanzara esos picos dramáticos tan intensos fue necesaria no solo la colaboración histriónica entre todo su ensamble actoral, sino también trágicamente la desahuciada situación y posterior muerte de John Cazale durante el rodaje, un golpe catártico que quedaría pasmada de manera sombría y natural en su montaje final y que de cierto modo crearía una despedida – analogía perfecta hacía con los objetivos narrativos de la misma. Una de las grandes cintas sobre la amistad, la hermandad definida brillantemente por Cimino durante la celebración de una boda se trastornaría en el trauma irreparable tras la incursión bélica de los mismos miembros de este selecto grupo amistoso, una familia destruida por los horrores de la guerra. Cazale es uno de ellos, en un papel si bien ausente en el entorno bélico, si de relevancia para estructurar las personalidades de cada uno de aquellos antes y después del conflicto, y como costumbre en su carrera, un peldaño en la química actoral para que DeNiro encausara otra de esas grandiosas actuaciones.
3 – The Godfather (Francis Ford Coppola, 1972)
Coppola recibiría la recomendación de parte de su elenco y producción, y tras las pruebas decidió de manera inmediata cederle el papel de Fredo, el del vulnerable Corleone que es relegado a las relaciones públicas en sus negocios y acciones en Las Vegas, a un debutante en el cine John Cazale a la mitad de sus 30 años. No es misterio que tras quedar impresionado con su talento, el mismo director decidiría imprimir mayor fuerza y relevancia a su personaje en la segunda parte… pero esa es otra historia. Con pocos minutos en pantalla en relación con los otros Corleone, bastaría que Cazale se enfrentara a su gran amigo Pacino en escena para comenzar a forjar una de las mejores químicas histriónicas en la historia, proveyendo a Fredo de esa personificación impulsiva pero desvalida que lo había llevado a la cima en el teatro. Es innegable en su primera aparición en pantalla la versatilidad con la que el actor aborda a su complejo personaje, comenzando a sembrar desde aquí la discordia que llevaría a Fredo a un estatus de personaje de culto.
2 – Dog Day Afternoon (Sidney Lumet, 1975)
Debe de existir un registro histórico que pondere a esta poderosa comunión histriónica en su debido puesto: gloriosa. Lo socarrón de su argumento es bañado de una genialidad actoral que va desde lo siniestro hasta lo accidentalmente cómico de un momento a otro y sin lastimar la credibilidad o la seriedad de sus hechos, y que en manos de Lumet se convierte como de costumbre en una ingeniosa crítica hacía la sociedad y la injerencia de los medios de comunicación. Pero enfoquémonos en Cazale, uno de esos personajes secundarios que en primera instancia pareciera un simple monigote plano y sin trasfondo: ¿De dónde salió Sal? ¿Quién es? ¿Qué tan fuerte es el vínculo con su igualmente bobo compañero de aquel fallido atraco bancario?, pero que conforme avanza el relato se vuelve innecesario y hasta redundante repetir los cuestionamientos, pues el espectador va creando una empatía mágica a partir de la misma situación, de sus diálogos, del sentir, de la derrota y de la esperanza de este desequilibrado, aterrador pero al mismo tiempo entrañable personaje. A diferencia de Pacino, Cazale no contó con una estructura previa, sino que el mismo la construyó en base a la situación, una cátedra de por parte de un actor compenetrado totalmente con la psicología de su personaje.
1 – The Godfather Part II (Francis Ford Coppola, 1974)
Estamos hablando de dos de las secuencias más desgarradoras del cine. Aquella en la que el cabecilla Corleone le dice a su hermano mayor que se ha dado cuenta de su traición en plena celebración del año nuevo cubano; y aquella en la que totalmente desamparado reclama con efusividad e ira la relegación que sufrió por parte de su padre. La frase de Pacino toma forma al ver por tercera vez en su carrera dicha dupla actoral en su clímax, como los hermanos italoamericanos tanto fuera como dentro de la pantalla en una enorme encrucijada que marcaría el antes y después de la familia Corleone. La potencia y el manejo de las escalas dramáticas de Cazale son indudablemente impresionantes, llevando a Fredo en un espiral de falsa gloria y decadencia en esta apoteósica progresión narrativa de los personajes de Puzo y Coppola. La figura del más débil de los Corleone coronaría así uno de los finales más cruentos del cine, dando como resultado la impresión del mismo trauma y sentir de Michael en la audiencia y logrando así la que para muchos es la mejor pieza en la trilogía de El Padrino. ¡Gracias a ti John Cazale!