Las Mejores Películas de Robert Aldrich
Robert Aldrich abandonó la carrera de economista, impuesta por su padre, para perseguir su sueño en la dirección de películas. De una exquisita preparación, se inició bajo las órdenes y como asistente de Charles Chaplin y Jean Renoir, trepando de manera lenta pero concisa en la cadena alimenticia de Hollywood, llegando primero a la pantalla chica, donde comenzaría su obra a principios de los 50.
Aldrich no era “cualquier” director, demostrando ser rápidamente alguien incluso peligroso para el statu quo americano. Su obra comprende un violento estudio de la sociedad, enfocado en el origen y posterior desarrollo de la maldad, una que emana de cualquier ámbito y de cualquier persona, pero que se intensifica en el humano gracia a su entorno, ya sea desde el social hasta el bélico.
Creador de algunas de las obras más sustanciales dentro del cine americano, su trabajo es un remanente atemporal dentro del tratamiento de la violencia en el individuo, así como también uno de los más grandes influyentes narradores de la posguerra dentro del drama, el cine bélico y el western.
Un director indispensable, ganador en Berlín y Venecia, y responsable de algunas de las cintas más crudas en la historia, recordemos al gran Robert Aldrich con sus 10 Mejores Películas
10 – Attack! (1956)
Por EL FETT
Drama bélico de alta tensión que se distinguió por ser uno de los primeros en criticar y manifestar la cobardía de algunos militares estadounidenses frente a ciertas tareas protocolarias dentro de los puestos de la Segunda Guerra. Así mismo, Robert Aldrich hace hincapié en la corrupción moral y ética de estos, con un juicio tanto de actitudes como de aptitudes, frente al horror y el obvio miedo que siguiere un ambiente de guerra. Como era de esperarse, Aldrich construye un ambiente tenso a partir de la personalidad de sus protagonistas, los cuales no solo tomarán partido enfrente del enemigo común, sino entre ellos mismos. Una infravalorada y olvidada cinta, con Lee Marvin y Jack Palance en los estelares
9 – The Flight of the Phoenix (1965)
Por EL FETT
Tensa aventura de supervivencia en donde Robert Aldrich lleva a cabo lo que mejor hace, dirigir actores y desarrollar a sus personajes hasta un punto de “no retorno”. Aquí el punto de inflexión será el calor en medio del desierto, el cual probará la fortaleza de un grupo de viajeros que tendrá que desbaratar el avión en el que se encontraban para armar con las piezas otro: El Fénix. En la constante búsqueda del punto del literal punto de ebullición, el director construye sobre este desierto un drama en donde la interacción y las personalidades son la clave para la generación del suspenso. El reparto es uno de los más envidiables de aquella década, contando con James Stewart, Richard Attenborough, Peter Finch, Ernest Borgnine y George Kennedy.
8 – The Grissom Gang (1971)
Por EDGAR DEL VALLE
Lo que se inicia como un robo se convierte en un secuestro por parte de la banda del título, en una cinta que se desarrolla en los años 30 y que sirve como simbolismo hacía la sociedad decadente de la época de la Gran Depresión. Con un personaje menor, es interesante la participación de Musante en su rol de elegante gánster que hace del sarcasmo su estilo de vida, en una cinta donde destaca la gran química entre sus actores, dada la característica que todos sus protagonistas son histriones acostumbrados mayormente a papeles de reparto (lo cual crea un entorno bastante natural y de donde se aprovecha Robert Aldrich para hacer una cinta muy recomendable).
7 – The Longest Yard (1974)
Por EL FETT
El que no conoce la obra original, a cualquier pinche Adam Sandler le reza. Es casi ofensivo ya no digamos “el no conocer”, sino comparar la cinta original de Robert Aldrich con el adefesio de remake protagonizado por Sandler en 2005. La gran diferencia es la credibilidad y la tensión dramática desarrollada en la cinta original (el remake no puede ejecutar una secuencia creíble sin que parezca telenovela de Univisión), que simboliza no solo la violencia social dentro de una época de decepción y paranoia nacional, sino que en un mayor nivel, es una crítica al sistema gubernamental fallido de Nixon, en lo que se convirtió a la postre en una de las mejores películas deportivas y de sub contexto político. Muy entretenida e infravalorada.
6 – Hush… Hush, Sweet Charlotte (1964)
Por EDGAR DEL VALLE
Thriller sobre un asesinato sin resolver, en donde se ve envuelta una soltera demente heredera de una gran fortuna y que siempre ha sido señalada como posible responsable de dicho crimen. Un lujo poder gozar de este enfrentamiento de talentos entre Bette Davis y Olivia de Havilland, en donde esta última demuestra su capacidad actoral al estar frente a frente contra ese monumento de la actuación que era Bette Davis. Robert Aldrich construye sobre este duelo actoral, un entorno e suspenso apremiante, digno de lucharle a Hitchcock el título de “Maestro del suspenso” (como ya se vendrá desarrollando también este top). En su época la película no tuvo la recepción de público y la crítica deseada, sin embargo, con el tiempo ha sido revalorada en su justa medida.
5 – The Dirty Dozen (1967)
Por EL FETT
Acostumbrado a manejar grandes repartos y divas(os), quizá la que sea la cinta más comercial y mediática de Robert Aldrich se convirtió también a la postre en una de las mayores influyentes dentro del género bélico y el subgénero de acción, encausando una de las aventuras militares de donde mamarían en demasía muchos cineastas (en especial Tarantino). Un grupo de reos militares encargados de matar nazis se distingue por esa capacidad narrativa de incrustar tensión aún en los lugares más comunes, exponiendo incluso hasta los temas más patrioteros a otro nivel dramático y de autor. Cinta obligada y con un reparto de ensueño, dentro de los que destacan Lee Marvin, Charles Bronson y Donald Sutherland.
4 – Autumn Leaves (1956)
Por EL FETT
Acreedor al Oso de plata a la mejor dirección en el Festival de Berlín, Robert Aldrich tuvo que buscar que este intenso y tenso drama, fuera reverenciado fuera de los Estados Unidos debido al tabú de la pareja protagonista, donde Crawford interpreta a una mujer mayor que se relaciona con un misterioso y mucho menor hombre. Así pues, lo que pareciera una historia de amor desinteresado, de repente y con la aparición de un tercer elemento, se transforma en un relato de suspenso, con toques de noir y una amenaza venida del pasado que pone en tela de juicio los motivos y las formas de amar de sus protagonistas. Gran película con una Joan Crawford como siempre encendida
3 – Vera Cruz (1954)
Por EL FETT
Gran western que combina su peculiar tema bélico (la intervención francesa en México) con una gran producción y una dirección soberbia por parte de Robert Aldrich, al cual tampoco le será ajeno la construcción de su entorno social dentro de tan singular período y región, y por supuesto su inmersión en la maldad a raíz de este. Aventura sobre traiciones con un clímax fenomenal (que combina lo bélico con la acción western) y un duelo entre Cooper y Lancaster que alcanza una notable tensión (logrando uno de los mejores antihéroes del género). Destacar también la grandilocuencia y cuidado histórico que el director tuvo sobre el período, sobre todo al tratarse de la visión entre la lucha de clases sociales.
2 – What Ever Happened to Baby Jane? (1962)
Por EL FETT
Una mezcla de terror psicológico con el más alto poder dramático que dos grandes divas de Hollywood pudieran encausar, era sabido que esta competencia y tortura actoral no solo se daba gracias al preciso guion y la constante tensión creada por Robert Aldrich, sino también al hecho bien sabido en el que Davis y Crawford se detestaban en la vida real. Aunque el cineasta reportó que la profesionalidad prevaleció en el set y las dos leyendas se comportaron, sin duda alguna este odio se trasladó a la confrontación en pantalla, y de donde Aldrich pudo transmutarlo en un relato de odio y venganza tan fino como cruenta, tan emotivo como terrorífico, y tan trágico como meritorio. Una joya del suspenso
1 – Emperor of the North (1973)
Por EL FETT
Una de las películas más entretenidas que jamás se hayan hecho, pero también poseedora de una crudeza que raya en lo vil y en lo demencial. Lejos de cualquier argumento redentor, Robert Aldrich expone la vida de los vagabundos durante la Gran Depresión, y de los viajes de estos a través de los trenes como polizontes para sobrevivir. La aventura y el creciente suspenso viene de parte de un excelso agregado de ficción, donde tres piezas anti heroicas se baten en un duelo para encontrar dentro de esa miseria la mejor de las recompensas: el reconocimiento de su clan. Una joya que exhibe de manera poco sutil la deshumanización del americano, en una deconstrucción social que hace de estas tribus los hacedores de su propia fuerza y destino. Brutal