Macabro 2019: The Mongolian Connection, los mongoles también tiran balazos
Wade Dalton, un agente texano del FBI con pinta de Chuck Norris en sus años de juventud, captura a un traficante oriental en tierras gabachas. A solicitud de su jefa y casi a regañadientes, se le asigna la misión de llevar al delincuente a Mongolia para que testifique en un juicio en contra de un mafioso quien, como ya se imaginará usted querido lector, hará lo posible para que éste no llegue vivo. Menos mal que para cumplir su cometido, Dalton tendrá de su lado al detective Ganz, una suerte de Dave Bautista versión mongol.
Se trata de una película del género buddy cop (ya saben, ese en donde dos policías se ven obligados a trabajar juntos), que no obstante, se toma el asunto más serio que sus similares gringas contando con breves momentos de humor espontáneo. Los protagonistas son tipos rudos pero no son infalibles, son héroes de carne y hueso que se manchan la ropa, que terminan moreteados de la cara, que no están muertos de la risa cuando alguien les mete un plomazo (véase a Mel Gibson haciéndose el machito en cualquiera de Arma Mortal); otro acierto es que hablan en su idioma, dígame cuántas veces no hemos visto cintas en donde sin razón los árabes, chinos, rusos, etc., hablan entre ellos en inglés hasta cuando están solos, pues aquí no es el caso, de hecho el protagonista estadounidense debe confiar en lo que traduce el traficante políglota.
Siendo orientales uno supondría que las escenas de acción rescatarían el sencillo argumento, pero son de calidad dispareja, nada que ver con las espectaculares cintas Hongkonesas de Jackie Chan; en The Mongolian Connection, la mayoría de las secuencias son más bien realistas, en las persecuciones automovilísticas, por ejemplo, no hay vehículos explotando ni haciendo las piruetas de Rápido y Furioso; las peleas son lo mejor (sobre todo la última), claro, siempre y cuando no sea usted querido lector, uno de esos espectadores que aplauden y se emocionan cuando al bueno no lo tocan ni con el pétalo de una rosa como a Jason Statham quedando al final con el cutis de nalga de bebé como Tom Cruise en Misión Imposible.
Con The Mongolian Connection de Drew Thomas, Kasajistán o Kasajstán como usted prefiera, entra al mundo de las producciones cinematográficas de acción estilo Hollywood o por lo menos eso pretenden. Si bien es cierto que, se nota la intención de ofrecer un producto de calidad aún contando con un presupuesto modesto, el resultado es un filme discreto que está bien para pasar el rato, siendo lo más memorable, contar que vio una película en donde uno de los protagonistas tiene el raro nombre de Amarsaikhan Baljinnyam.
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No es ni Kasajistán ni Kasajstán. Se dice Kazajistán o Kazajstán.