Momentos Favoritos del Cine: Corpse Bride

Aunque la temática de Tim Burton tiene el problema de que siempre es la misma en todo (y una de las razones por las que terminaría cansando su trabajo), es innegable que tiene un público fiel y amante de su mundo fantástico (o de Johnny Depp). A pesar de que es oficial que el director se perdió en su estilo y es probable que ya no vuelva, los pocos años que tuvo provecho dejaron obras que han ganado favoritismo. Una de ellas es “Corpse Bride” (El Cadáver de la Novia), que se ha posicionado en la parte alta de su filmografía y ha ganado seguidores con el tiempo.

La gente está dividida sobre si es o no una buena película, y hay motivos por parte de cada bando. Por un lado, el abuso repetitivo de sus clichés y elementos comunes puede sentirse como más de lo mismo, no hay una buena estructura de personajes (con una excepción), un diseño de personajes con expresiones limitadas (no es posible que haya más expresión de un Jack Skellington sin ojos) y un guion predecible que recicla secuencias y momentos de sus cintas anteriores. Por otro lado, su historia de amor es efectiva, refrescantemente original y extraña. Logra una buena sátira al mostrar la época victoriana como un lugar gris, triste y monótono en el que las personas tienen una lúgubre existencia, y compararla con el color, la alegría, la fiesta y el baile del mundo de los muertos. Una idea interesante que muestra que no empiezas a vivir realmente hasta que renuncias a lo que creías importante.

Danny Elfman, una vez más, entrega una banda sonora ligera, pero muy apropiada, con unas deleitables canciones acerca de la vida y la muerte, la avaricia y las ansias de tener poder, del amor, del abandono y de bodas. Y esto se complementa con el último personaje memorable que entregó el director: Emily. Además de tener el mejor diseño, es fácil entender todo el dolor por el que ha pasado, alguien que necesita un cierre y libertad del duelo por su antigua vida en lugar de un matrimonio. Pero también tiene una personalidad agradable que hace valer la pena cada segundo en su presencia (con decir que ella y Víctor tienen más química entre sí que Víctor y Victoria).

Sin embargo, este contraste entre vida y muerte queda evidenciado en una secuencia que no hace más que reavivar y añorar el tiempo con esas personas a las que les dedicamos tiempo, que ya no están, y que aunque sea por una noche, podamos volver a ver una vez más. Puede que verlos en ese estado sea desconcertante, de modo que se necesitaría de alguien libre de prejuicios, como un pequeño niño, que nos ayude a ver más allá de las apariencias.

Es genial ver una historia cómo esta, que se siente como un cuento de hadas, pero no es una adaptación o un remake, sino algo completamente original salido de la mente de alguien más. A pesar de los defectos que tiene, es innegable que está llena de la atmósfera que ha perpetuado cada cinta de este estilo desde el estreno de “Nightmare Before Christmas”. Además, la película tiene un buen mensaje sobre el amor verdadero y puede disfrutarse desde cualquier apartado, ya sea técnico o narrativo.

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Acerca del autor

Uriel Salvador     twitter.com/UrielSalvadorGS

Escritor, analista, crítico, gamer, investigador, actor (especializado en doblaje), fotógrafo. Pero ante todo, soy un amante del cine.


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