Momentos Favoritos del Cine: Indecent Proposal
He aquí mi bodrio romántico favorito. Llámenme ridícula, si quieren, pero es que encuentro en esta historia de amor un sentimentalismo que me mueve fibras que ni siquiera sabía que tenía; no es que haya pasado una situación similar y me sienta identificada o algo por el estilo, pero no cabe duda que este romance se quedó marcado en mi memoria desde que lo vi por primera vez cuando era una puberta (por televisión de cable, por supuesto).
Claro, hay quienes pensarán que la historia ni siquiera resulta creíble: un multimillonario ofrece un millón de dólares por pasar una noche con Diane, la esposa de David; un matrimonio joven pero sólido que necesitan urgentemente el dinero para salvar una cuantiosa deuda. Y quién haría algo así, ¿cierto? Cualquiera podría afirmar que jamás dejaría que el amor de su vida estuviera con otro hombre ni por todo el dinero del mundo; pero como dice John Cage “es fácil decirlo porque es una situación hipotética”.
Spoilers a continuación. No leer si tiene intención de verla.
El asunto aquí es que es un caso de infidelidad permitida, algo no muy común, que irá destruyendo la relación de la pareja pues las inseguridades y la culpa salen a relucir en cada oportunidad, volviendo la situación un tormento que no son capaces de resistir mucho tiempo. Entonces viene nuestro momento favorito de hoy hacia el final de la película, ese que se resume como el instante en el que David lleva los papeles del divorcio a Diane. ¡Pero no solo eso! El tipo aprovecha la ocasión para reconocer su error ante su todavía esposa de la forma más sincera y madura posible, con una calma y de una manera tan convincente que es casi imposible no sentir pena por ese hombre, ¡pero quién no lo perdonaría! (además de que fue ella la infiel, ¿no?) Un momento de sentimentalismo muy poderoso en donde una serie de palabras y miradas son las protagonistas (y la música, ¡esa música!), pero es el arrepentimiento y el perdón quienes juegan el papel más importante.
I thought we were invincible. But now I know that the things that people in love do to each other, they remember. And if they stay together, it’s not because they forget. It’s because they forgive.
¿Apoco no se les hicieron agüita los ojos? Mejor historia de amor que Titanic y The Notebook juntas.