Momentos Favoritos del Cine: Take Shelter, uno de los mejores finales de la década
Antes de comenzar con el momento favorito de todos nuestros martes, quiero advertirles que si no han visto Take Shelter (Jeff Nichols, 2011) mejor dejen este post para después de primero hacerlo, no sin antes augurarles un beneficio inmediato en dicha tarea afirmando sin miedo a equivocarme que la cinta ganadora de la semana de la prensa y crítica en Cannes del 2011 es una joya cinematográfica que desgraciadamente vio escaza promoción y distribución a nivel internacional.
La cinta protagonizada por Michael Shannon y Jessica Chastain, narra la historia de un matrimonio con una hija sordomuda que ve afectada su buena y rutinaria vida gracias a una serie de visiones apocalípticas que comienza a sufrir el padre, las cuales conforme van creciendo en intensidad y constancia, hacen que el susodicho recurra a una serie de eventos preventivos sacrificando la unidad familiar, su estatus laboral y social y su salud mental, esta también previamente afectada por la esquizofrenia de su madre en la infancia.
Nichols denota con gran soltura que un libreto no necesita reparar o explicar redundantemente todos los acontecimientos previos que darán la estructura perfecta a un muy interesante y complejo personaje principal, el cual bajo la infravalorada y excelsa labor histriónica de Shannon, representan la amenaza desde dos planos narrativos: el primero, las visiones y el peligro latente de que estas sean una premonición a algo desastroso; y el segundo, la posible inestabilidad mental del héroe en cuestión poniendo de relieve esa dualidad argumental que llevará al espectador a la tensión y el suspenso extremos durante todo un onírico y ágil desarrollo del relato.
La cuestión es que, el padre construirá un refugio debajo de la casa para la protección de su familia, sin embargo el cuestionamiento es ¿Para qué es la protección? O más grave aún ¿Para quién? ¿Para los sucesos de desastre natural y caos social que presencia el padre en sus visiones? ¿Para la locura y la amenaza que representa él como una figura paterna en plena destrucción? ¿Para que su familia se mantenga alejada de él? Nichols no deja ni respirar al espectador mientras exhibe y maximiza estas interrogantes hasta llegar a lo que nos atañe de esta sección: un glorioso final, nuestro momento favorito de hoy.
Advertencia: Es en serio, aquí dejen de leer si no la han visto aún
Ante el resquebrajamiento de la familia, entra con mayor fuerza el fundamental personaje de la esposa (Interpretado con gran maestría e intensidad por Jessica Chastain), la cual insta y convence a su marido de dejar todo atrás cuando la locura y la deconstrucción rebasen el aspecto fantástico. He aquí el punto donde Nichols cierra con temple una de sus tangentes, dejando de relieve la perdida de la cordura y escondiendo el elemento místico que bien o no podría regresar.
Cuestión de trascender hacia un viaje a la playa escudriñado ya durante el previo desarrollo del film, última secuencia que deja las cosas en claro al ser un referente de maestría narrativa, un giro de tuerca tan triste como estremecedor que al mismo tiempo crea esa nexo empático entre el espectador y su personaje principal, eximiéndolo, así como su esposa e hija, de toda culpa y/o juicio que pudimos externar en las secuencias previas.
Nichols como en toda su obra, maneja ese recurso contemplativo para proyectar las visiones (Ahora realidades) del desastre por venir. No hay más que decir, no hay más que mostrar, sino solamente referir a su título que nos clama urgentemente “tomar refugio” (Take Shelter).
Altamente recomendable y una de las mejores películas de lo que va de la década.
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