Monkey Man: Talento que se extiende hacia nuevos horizontes.
A estas alturas de su carrera, Dev Patel ha dejado de considerarse una promesa y se ha consolidado como uno de los actores más versátiles y apreciados de su generación. Después de su debut en la polémica serie ‘Skins’ y de haberse ganado el corazón de los espectadores como el suertudísimo Jamal Malik de ‘Slumdog Millionaire’, Patel ha navegado por distintos géneros de manera exitosa, presentándonos dramas como ‘Lion’, comedias como ‘The Best Exotic Marigold Hotel’, e incluso cine de aventura, como la épica ‘The Green Kinght’. Con estos trabajos se ha dado la tarea de demostrar que no hay papel que le salga mal, ni reto que no esté dispuesto a conquistar.
Hoy vuelve a la pantalla grande, aunque en esta ocasión lo hace con un título que ostenta por primera vez: el de director. Exhibe su ópera prima titulada ‘Monkey Man’, que está protagonizada por un joven anónimo que a duras penas se gana la subsistencia como boxeador clandestino. Cambiará su destino al encontrar la forma de infiltrarse en el enclave de la siniestra élite de la ciudad. Cuando su trauma infantil hierve, sus manos misteriosamente llenas de cicatrices desencadenan una explosiva campaña de resentimiento para ajustar cuentas con los hombres que le arrebataron todo.
Como puede dilucidarse desde la sinopsis, ‘Monkey Man’ es en esencia una película de acción. Con un guion que Patel coescribe con Paul Agunawela y John Collee, nos muestra un hombre de bajos recursos como tantos otros que viven la desigualdad en India, cuyo único combustible para no decaer es el deseo de justicia, y de una venganza a la altura de lo que perdió. Es gracias a esta premisa que la cinta nos regala memorables escenas de peleas, golpes y antagonistas, que gozan de un disfrutable frenetismo y sangre por doquier, con persecuciones que incrementan su densidad conforme avanza la trama. La cinematografía de Sharone Meir se da a la tarea de hacernos sentir parte de las confrontaciones al tiempo que juega con las luces y los contrastes de las mismas, no sólo para ensalzar los momentos intensos, sino para marcar una diferencia entre las formas de vida de la localidad: la opulencia y exceso de quienes tienen, contra aquellos que intentan sobrevivir en la dureza callejera.
Y es que justo este es uno de los valores más destacables en la hechura de ‘Monkey Man’: Que no se trata únicamente de los duelos o la represalia, también posee comentarios sociopolíticos en los que pueden entenderse y verse reflejados un sinfín de sociedades. Siendo un fan del género desde niño, el ahora realizador elige desarrollarlo con el interés de agregarle cultura proveniente de su crianza, además de visibilizar las condiciones indignas de su nación. Es entonces que observamos a los poderosos, esos que rigen las industrias y las iglesias, coludidos y respaldados por la policía para hacer y deshacer a su conveniencia, sin importarles los afectados por sus actos. La corrupción, la discriminación, la pobreza, la transfobia y el sistema de castas se convierten en temas primordiales para comprender por qué la ira del personaje principal es así de descomunal: ya no se trata nada más de la ausencia de un ser querido, sino de todo un régimen que ha decidido que los marginados no tienen ni voz ni derechos.
Filmada en Batam, Indonesia, y estrenada en el Festival South By Southwest 2024, ‘Monkey Man’ aparece para mostrarnos una nueva faceta de Dev Patel, que cumple con creces y nos deja queriendo más de esta etapa. Su cuidadosa mirada a la hora de retratar las luchas – metafóricas y literales – converge con una actuación impecable y un audaz llamado a la conciencia colectiva. Apela a la reflexión de la audiencia, dejando que sea la sensibilidad de ésta la que cuestione hasta dónde puede llegar un hombre que ha sido lacerado en múltiples flancos, y que por lo tanto decide actuar conforme a sus heridas. ¿Se vale que el desquite sea el motor de nuestra voluntad? Porque muchas veces es gracias a ese malévolo anhelo que un underdog puede transformarse en héroe.