Never Rarely Sometimes Always: Adolescencia accidentada y desgarradora.
Tercer largometraje de la estadounidense Eliza Hittman (una de las nuevas caras del cine indie), que regresa con este sencillo pero potente filme. Ganadora del premio del jurado en la Berlinale y Sundance 2020, nos presenta una simple, humana y desgarradora película sobre la travesía de Autumn, una adolescente de 17 años, introvertida y mal encarada, que ha quedado accidentalmente embarazada y que decide abortar, frente a un contexto tanto familiar y social poco favorable.
Si bien las películas sobre el tema del aborto no son nuevas, Never Rarely Sometimes Always (Nunca Rara Vez A veces Siempre, palabras que hacen referencia a respuestas de un test de opciones múltiple), nos adentra a la odisea que enfrenta Auttum al querer ejercer su derecho al aborto en una Pennsylvania conservadora que restringe la opción a ello. Recordemos que en 2019 varios estados norteamericanos han aprobado leyes que prohíben efectivamente el aborto y otros han tomado medidas para restringir de forma drástica el acceso a este. Por ello Autumn acompañada de su prima Skylar, emprenden un viaje a Nueva York, donde esta práctica es legal y no exige el consentimiento de los progenitores para ello.
Con pocos diálogos y una cámara con encuadres cerrados en su mayoría, Hittman nos transmite la angustia y frustración de nuestras protagonistas en cara a este viaje, sumergidas en un ambiente hostil, donde la figura masculina interviene en su entorno, disfrazado de amabilidad, de intereses ocultos y superioridad. Este comportamiento tiende a repetirse y se adecua en un mundo donde asentar y abstenerse es la única medida.
Una de las escenas más dramática nos revela a una Auttum, que en su lucha por revertir el sentir del pasado, se transforma en una masa inmensa de dolor acumulado que nos escupe en la cara, siendo espejo de introspección y que nos recuerda nuestra propia historia, donde la adolescencia puede ser un gran vacío.
Hay mucho que decir sobre el tema que aborda Hittman, que no solo gira sobre el aborto y la violencia de género, sino que también critica al sensacionalismo por parte de instituciones pro-vida y como el mundo con los cambios, restructuras y oportunidades que la misma historia confiere sigue en letargo, con la impotencia, la falta de equidad y las voces que siguen sin ser escuchadas.
Never Rarely Sometimes Always es una gran película que nos habla sobre las vulnerabilidades, necesidades y los límites que somos capaces de sobrellevar; también nos habla del apoyo incondicional, de la amistad, que no se necesitan palabras, salvo un hombro en el cual apoyarnos. La dirección por parte de Hittman es más que destacable sumada a una Sidney Flanigan (Autumn) que brilla, por la carga dramática que emplea en cada encuadre que nos regala.
Nominada hace un par de días a los Independent Spirit Awards, a mejor dirección y mejor actriz, nos brinda a una historia que permanece vigente, que no se disipa y que se repite en el más ignominioso de los silencios.
– ¿Alguna vez, has deseado ser hombre?. – Sí, todo el tiempo.