Onyx Equinox: Crítica por un arquéologo
El México prehispánico, siempre ha sido parte fundamental para que varios escritores y personajes del mundo del entretenimiento encuentren inspiración para desarrollar algo, que lo por regular, siempre son cuestiones relacionadas al sonido, música, escenografía y diseño de vestuarios. Por citar unos ejemplos, las cabezas de dragón que decoraban la casa de los Targaryen en Game of Thrones son una clara inspiración en las cabezas de serpiente emplumadas Teotihuacanas; las pirámides Mayas tipo Tikal que se encuentran en la luna de Yavin 4 en Star Wars, o hasta el propio peinado de la princesa Leia en el episodio 4 que está inspirado en los peinados de mujeres indígenas mexicanas.
No obstante, el México prehispánico todavía no ha dado ese gran salto para formar parte del mundo del entretenimiento aportando historias y personajes, a pesar de que en el año 2006, Mel Gibson en uno de sus delirios de locura hizo la arriesgada producción de Apocalypto, que a pesar de todos los errores que tiene, no le fue mal ni en taquilla, ni con la crítica, demostrándole al mundo que una historia del México prehispánico puede interesarle a más de uno.
Después de eso, nuevamente el mundo prehispánico entró en un “hiatus” donde las pocas producciones que hubo (series y películas) se concentraron específicamente en el período del contacto, pues muchos piensan que el mundo no está listo para ver únicamente al mundo prehispánico como el protagonista, y por lo tanto, se requiere aún ese toque occidental. Pero en el año 2020, la plataforma Crunchyroll sorprendió a propios y extraños estrenando un anime de nombre “Onyx Equinox”, haciendo una nueva apuesta por una historia narrada en el mundo prehispánico, pero esta vez diseñada para la pantalla chica y aprovechando el hype mundial que hay por el anime.
Pero ¿Qué tan bien resultó el experimento de Onyx Equinox? A continuación, les dejo una reseña donde hablaré de lo bueno, lo malo y lo feo, de esta producción original de Crunchyroll y escrita por Sofía Alexander.
¿DE QUÉ TRATA ONYX EQUINOX?
Onyx Equinox trata de la historia de Izel, un niño ¿Maya? ¿Mexica? (no se entiende bien su origen) que es elegido por el dios Quetzalcoatl para demostrarle a su contraparte Tezcatlipoca, que un ser humano puede ser capaz de sellar las puertas del inframundo y así concluir una guerra que se estaba librando entre los dioses del inframundo y los dioses de los cielos. Izel emprende un fantástico viaje alrededor de varias ciudades mesoamericanas famosas, buscando cerrar las puertas; en el viaje es acompañado por un sirviente de Tezcatlipoca de nombre Yaotl y a su vez, va conociendo otros personajes que lo terminan por acompañar en la tarea encomendada por Quetzalcoatl.
LO BUENO
Evidentemente lo primero que rescató de Onyx Equinox y la apuesta de Crunchyroll, es que se tome de nuevo al mundo prehispánico como punto de partida. Voltear a ver otras culturas y regiones, siempre va a ser muy sano para el mundo del entretenimiento, pues da aires frescos y brinda historias muy originales. Y en el caso de Onyx Equinox precisamente resalta en el aspecto visual, ya que si bien la animación no esta al nivel de los grandes estudios de anime japoneses, es muy aceptable y decente, mostrando un mundo muy colorido, fresco y sobre todo diferente.
También destaca la banda sonora, que recupera sonidos de los instrumentos prehispánicos y que a través de una combinación con la música popular moderna, genera un soundtrack que vale mucho la pena, incluido el “intro” y sobre todo el “ending” que es una joyita.
LO MALO
Desafortunadamente Onyx Equinox cojea del pie con el que menos debe hacerlo, es decir, la historia. Y es que aunque nos presenta un mundo nuevo y lleno de posibilidades, desafortunadamente la trama no las aprovecha y decae en muchos aspectos. Empezando por los personajes, ya que la gran mayoría de ellos son insufribles, molestos y no generan empatía, empezando por Izel que es una especie de “Shinji mesoamericano”, es decir, se la pasa llorando y quejándose toda la historia. Los demás no se salvan mucho, y curiosamente los mejores personajes y los más interesantes son precisamente los dioses, especialmente Yaotl y Mictecacihuatl que son personajes muy bien escritos y que tienen un desarrollo bastante aceptable. Los demás personajes (los acompañantes humanos de Izel) generan tan poca empatía que hasta te cuesta trabajo aprender sus nombres, y pues todos ellos a excepción de la “niña sanadora” (Xanastaku) (así le digo porque nunca pude memorizar su nombre), son una bola de bravucones que se creen lo mejor y solo se la pasan molestando a Izel.
Respecto a la trama, abusa mucho de la acción, y es que cada episodio, es acción, acción, acción y más acción, sin darle un respiro al consumidor. Y es que utilizar tantas veces un recurso, hace que la historia se vuelva monótona y pierda el sentido de la sorpresa, por lo que debe de haber un mejor ritmo en la siguiente temporada, si de verdad quieren atrapar a la audiencia. Y es que justamente estas en Mesoamérica, un muy espiritual y lleno de filosofía universo que no se aprovecha, y cuando lo hace, es básicamente hasta el final de la temporada y ¡BINGO! Es cuando la serie se pone interesante. Pero antes de eso, la trama es muy rápida, no te deja saborear suficiente a ese mundo y todo pasa tan rápido que es muy fácil que pierdas el interés.
LO FEO
¡Y sí! Aquí voy a sacar a mi arqueólogo gruñón interno, porque lo imperdonable de Onyx Equinox es precisamente los innumerables errores históricos. Y ya sé, ya sé, todas las películas y series históricas lo tienen, si lo sé, pero Onyx Equinox comete un error que desde mi perspectiva es sumamente grave, y es lo que llamamos “anacronismo”, y para quienes no entiendan que significa, es cuando aparece un objeto, persona, animales, y demás, en un período al que no corresponde. No pude ni durar unos minutos, cuando sacaron un anacronismo tan fatal, que es como si alguien hiciera una película de romanos e incluyeran caballeros medievales ingleses en ella. Les cuento de que se trata.
La serie inicia en la ciudad de Dani Báa (Monte Albán para la banda), un sitio oaxaqueño muy conocido por todos, cuya ocupación comprendió de entre los años 500 antes de cristo al 800 después de cristo. Todo iba bien, hasta que… salió Tenochtitlan. No lo podía creer, por que como era posible que saliera una ciudad que se fundó 500 años después de la caída de Monte Albán. Y no solo es eso, ya que la gran mayoría de las ciudades que salen en Onyx Equinox, no fueron contemporáneas de Tenochtitlan; otro caso es El Tajín. Y me dirán, “vamos no seas tan exagerado, es solo un pequeño error”, pues no, ya que son ciudades que se llevan 5 siglos de diferencia. Lo vuelvo a repetir, es como si alguien hiciera una película de castillos y princesas, y salieran los piratas del caribe, o para que te quede más claro, que alguien hiciera una película de la conquista de México y saliera un aviador de la segunda guerra mundial. Así es querido lector, 5 siglos de diferencia es mucho tiempo. Y si a una producción del otro lado del charco hiciera lo mismo y no se lo perdonarían, ¿por qué a una producción sobre Mesoamérica deberíamos de hacerlo? ¿Solo por que se quieren aprovechar del desconocimiento de la gente sobre el tema? Pues no. Creo que es un error grave y muy lamentable, por que demuestran que con tal de vender, van a arriesgarse a cometer todo tipo de atrocidades.
Desde mi perspectiva, hubiera sido muchísimo más interesante que pusieran a la ciudad de Teotihuacan (que sí fue contemporánea de Monte Albán) en lugar de Tenochtitlan que nada tenía que hacer en la historia que estaban contando o por lo menos, el mundo que nos ponen. (En todo caso si querían que saliera Tenochtitlan, hubieran puesto ciudades contemporáneas a esta, ejemplo: Cholula, Cempoala, Tlaxcala, Tzintzuntzan, etc.).
En fin, más allá de los errores históricos que no me daría abasto hablando de ello, Onyx Equinox tiene mucho por corregir si quiere sobrevivir y trascender. Por el momento yo le pongo un 6.5 de calificación, y más que nada porque su banda sonora, en serio es muy buena, provocando que ese viaje fuera un poco más disfrutable.