Outlaw King: La historia de Escocia según Wikipedia

A veces no espero nada de las producciones de Netflix y aun así logran decepcionarme. Outlaw King venía con una cierta tonalidad y promesa de convertirse en un drama épico, como de esos en los que Hollywood se gastaba la millonada en recrear ambientes y batallas a mediados de los 90’s que a pesar de sus libertades y/o fallos históricos, lograban un grado alto de emotividad alzando múltiples clímax sobre su metraje, sin embargo y como ya se está volviendo costumbre en este tipo de anuncios fílmicos, la plataforma de nuevo exhibe su mediocridad fiel a 3 de sus más cotidianas profecías: volviendo a  desperdiciar actores, sobajando la esperanza de un novato buen director y en comparación con sus símiles, quedando muy por debajo en todo los rubros técnicos, de producción y narrativos.

Pero no hay que ser tan severos con este efímero anecdotario histórico, y es que a pesar de tocar un tópico no tan solicitado por los guionistas, a más de 20 años el aún vigente título “Braveheart” es una fuente de innegable comparación, al compartir ambos lapso histórico, tema principal y hasta personajes, saliendo de esta batalla a campo abierto contra los ejércitos de Mel Gibson totalmente aniquilados y humillados no por la falta de valentía de su infantería, arqueros y caballería, sino solamente por la ineptitud de su comandante, un David Mackenzie totalmente perdido en el llano de batalla.

Primeramente estamos ante una historia sin riesgo. Si bien a Braveheart se le ha criticado mucho por sus licencias históricas que volvieron locos a los eruditos en dicha materia, en el rubro fílmico esto se agradece gracias a la constante impresión de emotividad y el uso de ciertos elementos que volvieron no solo más dramático a su relato, sino también irónicamente más “creíble”. Mackenzie por otra parte es una prostituta perezosa de Netflix al adaptar la historia de la independencia de Escocia como si se tratase de un libro de texto de primaria, sin ningún ápice de pasión que despierte un sentimiento, emoción o empatía por sus personajes sin importar que estos fuesen héroes y/o villanos, pues parece que todo bando es labrado por un libreto sin el trasfondo adecuado para que la audiencia conecte la heroica y delicada situación entre estas dos naciones.

La línea que sigue Mackenzie se agrava con su dirección, pues esta se torna incapaz de encausar algún elemento que ponga de relieve sus momentos clímax, dejando que las causas y consecuencias de la independencia parezcan más un serie de infortunios y mala suerte de ambos bandos, llegando a una conclusión que se torna más emocionante en su lectura en Wikipedia. Para los que conocen algo referente a la historia de Escocia, notarán que incluso la batalla final usada por el guionista y director no fue ni siquiera la definitiva y/o más relevante en dicho proceso de independencia, quedando además muy debajo en ejecución de cualquier lucha que recuerden en la serie Game of Thrones.

En cuanto al cuadro actoral, las mencionadas ineptitudes del libreto y dirección también afectan a los desempeños de los mismos, teniendo a un Chris Pine más tieso que Keanu Reeves en la Matrix, imposibilitado de proveer a su protagónico Robert De Bruce de veracidad y/o empatía. Por su parte Florence Pugh (la excelente y nueva actriz que conocimos en Lady Macbeth), a pesar de tragarse vivo a Pine en todas las escenas que comparten juntos, no logra conectar dentro de la historia al ser relegada a un personaje que en realidad no guarda ninguna injerencia en el relato, desperdiciando al igual que con Pine todo su potencial. Mismo caso con el Stephen Dillane, un antagónico de lo más inservible para un actor de primer nivel ¿Lo irónico? Que el inútil de Aaron Taylor Johnson logra a través de gritos quizá al personaje más apasionante del relato, el legendario e histórico “Señor de la Guerra” Jame Douglas.

Más fiel a la historia pero sin ningún riesgo, con actores prometedores que no comunican ninguna inquietud, conmoción o emoción frente a los hechos, y un director que se tira a la hamaca para que cualquier sitio web le escriba el guion para él solo agregar una serie de diálogos sacados del formulario con ambientaciones recicladas y secuencias de batalla desdeñables, Outlaw King se suma a la serie de desfalcos y decepciones Netflix del año, dejando en claro que Mel Gibson podrá estar bien pinche loco, pero de que el cabrón sabía (y sabe) dirigir, esa es otra historia escocesa.

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Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


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