¿Qué está pasando con The Mandalorian?

Todo parece indicar que después del espectacular final de la segunda temporada, Dave Filoni y Jon Favreau dejaron el listón demasiado alto para continuar la historia de Din Djarin y Grogu. Y es que después de ver a Luke Skywalker haciendo su tan llamativo cameo para salvar a nuestros protagonistas, y después de los capítulos intermedios de “El Libro de Boba Fett” donde se continuaba con él entrenamiento Jedi, la tercera temporada venía con un alto hype.

Ahora, después de emitido el sexto capítulo de la tercera temporada (o capítulo 22 según el propio recuento de la serie), muchos warsies se han desencantado por la “inusual” narrativa que la serie ha explorado, diciendo que son “de relleno”, que la serie no va a ningún lado y/o que no se tiene un villano principal, pero sobre todo esto, está el hecho de que se ha puesto el foco protagónico muy lejos de nuestro “viejo sabroso” Pedro Pascal.

Aún con eso, no debemos de olvidar en propias palabras de sus creadores, que la serie es en parte un homenaje a aquellas series de antaño donde en cada capítulo, nuestros protagonistas viven una aventura diferente con su propio inicio, nudo y desenlace; es quizá en esta tercera temporada donde ese arquetipo narrativo se siente aún más reforzado, ya que la propia historia inicial de Din Djarin y Grogu en pocas palabras ya terminó.

¿The Mandalorian es ella?

Es por que esta temporada pareciera no tiene un rumbo fijo, pero si se lee entre líneas, si existe uno. Teniendo algo tan ambiguo como el título de la serie, siempre consideramos que “The Mandalorian” es Din Djarin, pero una vez terminado su arco, ese “The Mandalorian” podría cambiar de rostro, y es justo donde el foco protagónico se posa en el Bo-Katan Kryze, princesa de la casa Kryze, teniente, líder terrorista que reclama el trono de Mandalore y que en esta temporada ha superado al propio Din en habilidades de lucha.

Recordemos que ella empieza la temporada sola en su castillo familiar en Kalevala, luego de que su tropa la dejara de lado al no poder recuperar el Darksaber de manos de Djarin. Después de la llegada repentina de Grogu en el N-1 pidiendo su ayuda para rescatar a Mando de un ciborg araña en las profundidades de las minas de Mandalore, ella responde al llamado y no solo salva al “exprotagonista”, sino que también recupera el sable oscuro con el que se deshace del ciborg para liberar a Mando. Luego de que Mando recitara el voto en las aguas vivas debajo de la ciudad, y se hundiera por accidente, ella entra sin dudar a rescatarlo y es cuando se topa frente a frente con el legendario mythosaurio. Una vez de regreso a Kalevala, son interceptados por cazas TIE y su castillo es destruido por completo, obligándola a seguir a Mando al refugio secreto del clan, donde después de comprobar que Mando se bañó en las aguas vivas de Mandalore, él fue perdonado por quitarse el casco y Bo-Katam fue aceptada dentro del clan. Después ella se fue ganando el reconocimiento del clan ya que ayudó a rescatar a un expósito de las manos de una bestia alada, y guio a los mandalorianos para recuperar la ciudad de Nevarro luego del asedio de los piratas.

La ambigüedad del Darksaber

Ahora, con los acontecimientos del capítulo 6, es claro que un elemento tan importante y macGuffin principal de la serie es el sable oscuro o Darksaber, que no ha tenido la importancia suficiente y que los guionistas no han utilizado de la forma correcta, haciendo que un elemento tan importante para la cultura mandaloriana quede rezagada y que no sea tan clara la forma en que este sea ganado. Y es por una “tecnicidad” por la cual Bo-Katan se hace de nuevo con el Darksaber, y ahora es su misión el de reunir a todo mandaloriano rezagado para ir a reconstruir su planeta.

El futuro de Grogu

Es claro que se está preparando al baby Yoda (¿ahora le debemos de llamar Sir Grogu?)  para algo más importante de cara al futuro de la saga; así como en un inicio los primeros warsies crecieron con la santa figura de un Luke Skywalker, luego en las precuelas y animaciones se introdujo a Ahsoka Tano y otra generación fuimos creciendo con ella, todo parece indicar que esta nueva generación estará abanderada por este pequeño y adorable personaje.

A lo largo de las tres temporadas (incluyendo lo que se vio en la serie de Boba) hemos podido observar con pequeños flashbacks el pasado como aprendiz durante la orden 66, y cómo fue rescatado y sacado del templo Jedi fracias a la figura del gran maestro Jedi Kelleran

Beq (traído al canon después de protagonizar ‘Star Wars: El Desafió del Templo Jedi’ un programa de concursos infantiles), interpretado por Ahmed Best. Después de una gran persecución sobre los cielos de la capital de Coruscant, logró abordar con Grogu un pequeño yate de Naboo y escapar.

Ahora solo falta esperar, lo que Filoni y Favreau tiene preparado para Sir Grogu en las próximas temporadas de la serie, o próximas apariciones especiales en otras series.

¿Qué veremos en los últimos dos capítulos de la temporada?

Si algo ha hecho esta tercera temporada, para bien y para mal, es no esperar absolutamente nada, ya que todo puede pasar: piratas espaciales con musgo en la cara, criaturas aladas, la odiosa burocracia de la nueva República, la nueva organización de amnistía para antiguos ex imperiales, un capítulo a lo CSI y Scooby-Doo con cameos de Jack Black, Lizzo y Christopher Lloyd, mucho lore mandaloriano, pero ¿y lo más importante? ¿podrán en solo dos capítulos dar el cierre a los múltiples arcos mal formados en esta temporada?: ¿Quién rescató al Moff Guideon? ¿Cuál es la misión secreta de Elia Kane? ¿Quién domará al mythosaurio? ¿qué otros personajes de Rebels veremos?

Solo queda más que esperar, y disfrutar de este final, que posiblemente funcionará como un puente para la serie de Ahsoka o la nueva llamada Skeleton Crew.

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Acerca del autor

Ivan0     boxd.it/qEKB.

Cinefilo y seriefilo (si es que esa palabra existe) de corazón, realizador frustrado pero la opinión escrita es lo que se me da mejor. Amante de los musicales por muy malos que estos sean cof cof “Cats”, Soy millennial y no tengo problema alguno con eso; y llorar en el cine es la mejor terapia que uno pueda pagar.