Ready Player One: El stream de VR Chat que rompió un nicho

Ready Player One, la cinta que marcó el regreso de Steven Spielberg al cine fantástico y de ciencia ficción; una adaptación de la novela homónima de Ernest Cline de 2011, considerada una pieza que enaltece y celebra la cultura pop de los 80.

Una historia que se desarrolla en 2045, y que nos centra en la vida de Wade Watts (cuyo nickname es Parzival), joven que está participando en una competición dentro de OASIS, un mundo virtual que simplemente ha sobrepasado al real por las condiciones en las que éste se encuentra, fungiendo como una válvula de escape de la decadencia humana, brindando entretenimiento, conocimiento y hasta trabajo. De pronto el creador de esta nueva realidad, James Halliday, muere, pero esconde tres llaves que son necesarias para tener acceso a un easter egg, quien lo obtenga será acreedor a toda su fortuna y tendrá el control total de OASIS. Es así como la competencia comienza, aunque la trama nos coloca entre dos bandos; el primero, el grupo de amigos, formado por Parzival, Art3mis, Aech, Daito, y Sho, quienes tienen el apoyo de “la rebelión”, organización clandestina que trabaja para derrocar los planes “malvados” de Innovative Online Industries (IOI), el segundo de estos bandos, empresa liderada por Nolan Sorrento, quien básicamente es una remembranza a aquellos villanos que quieren el poder absoluto a como dé lugar.

Spielberg nos da una producción que resulta en un enorme campo de juegos, donde personajes del cine cohabitan con íconos de la televisión, cómics, videojuegos, caricaturas, incluso con grandes de la música. Plasmando un generador de posibilidades prácticamente infinitas para ver lo impensable, para ser y hacer lo que se quiera. Cline, quien también fungió como guionista para la cinta, entregó un relato de personas ordinarias viviendo cosas extraordinarias, lo que empató inmediatamente con algunas de las películas más memorables del director, pilar fundamental para el desarrollo del entretenimiento con historias que jugaron un papel muy importante en la infancia de muchas personas; esa similitud es la semilla que dio pie a llevar Ready Player One a la pantalla grande.

Ahora bien, ya con sus necesarias, y mínimas, dos vistas, hablemos meramente del producto cinematográfico; éste le da el peso absoluto a su apartado visual, secundando por momentos la historia, la cual hay que aceptar que es sumamente simple, culminando en un festín de colores, de buenos efectos especiales bien contextualizados, de detalles, de movimientos de cámara frenéticos, de secuencias fluidas llenas de acción con un apartado técnico extraordinario, escenas donde en todo momento está pasando algo gracias al dinamismo rítmico. Hay muchísimas citas y tributos a la cultura pop con la que crecimos, ya que si bien en el libro todo va sobre los 80, a la película se le dotó de una amplitud contemporánea permitiéndonos ver a personajes de videojuegos actuales como Lara Croft o Tracer convivir en el mismo mundo con King Kong o Chucky.

El soundtrack es una selección de éxitos que van desde los Bee Gees, hasta Duran Duran, Van Halen, pasando por Tears For Fears y Blondie. Pero su música original está compuesta por Alan Silvestri, quien por si no fuera suficiente tener al DeLorean como pieza fundamental en la historia, también le inyecta ese toque más sonoro de Back To The Future.

Pasando a su guión, hizo falta un poco más de énfasis en el desarrollo, por momentos es mucho más importante observar la mayor cantidad de referencias posibles que darle toda nuestra atención a la trama por la simpleza que exige. Nunca logra provocar emociones fuertes, alcanzando varios baches que van desde momentos donde se pierde la coherencia y la lógica, pasando por la idealización donde el concepto de amor se repercute al grado de “amar” a alguien gracias al stalkeo y verse dos veces, hasta lo más grave que recae en el nulo desarrollo de Aech, Daito y Shoto (cosa que sí hacen en la novela), hay una ausencia de su contexto, de sus motivaciones, de su origen, además de que nunca tenemos claro el psique del grupo principal, ¿por qué deciden apoyarse, qué los unió en una primer instancia?

Y es dentro de esta arista en la que está recayendo el mayor peso en cuanto a comparaciones con su obra original. Pero primeramente menciono que debemos ser lo suficientemente conscientes y racionales para saber que es imposible trasladar fielmente obras de un formato en el que fueron concebidas a otro con distintas características, ya que tanto el lenguaje para la creación como la narración son diferentes, inclusive el proceso de los que están concibiendo la creación. Por eso la palabra clave es: adaptación.

Aunque nunca leí la novela, y seguramente tampoco lo haga por las reseñas objetivas que se han hecho de ella, que la describen como una gran idea pero ejecutada de forma vacía y presuntuosa, infectada por el name-dropping, donde la trama va fomentando la toxicidad dentro del fanatismo, acotando la cultura individualidad como superioridad ante los demás, y cuyo personaje femenino (Samantha) sólo funge como mera fantasía nerd… Una vez terminada la película, sí se siente el trabajo en buscar la mejor adaptación que se pudiera tener, apegada a los cambios actuales de los que socialmente somos partícipes.

Empezando por ampliarla del nicho para el que se dirigía, logrando una historia apta y disfrutable tanto para el señor de 50 años como para la joven de 15. Se hace de lado la necesidad del conocimiento obsesivo personal, quitando tintes presuntuosos y nefastos en algunos de sus personajes, dándole la importancia a la habilidad, comunicación y al ingenio. Se destaca de mejor manera el peso de los personajes femeninos, y se vuelven piezas relevantes y necesarias para lograr el éxito.

Ready Player One no es perfecta, y seguramente pasará más a la historia por el logro de incluir tantas franquicias, licencias y nombres en una sola cinta, que por lo que busca transmitir narrativamente. Es mero entretenimiento sin una profundidad particularmente alta, resultando en la epítome de la cultura pop. En palabras mucho más contextualizadas a lo que busca transmitir: Es un “Hunger Games” en VR Chat, streameado en Twitch por un hombre de 38 años en cosplay de Hello Kitty con “Everybody Wants To Rule The World” sonando de fondo.

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