Sonic the Hedgehog 3: El doble show de Jim Carrey
Sonic the Hedgehog 3, dirigida nuevamente por Jeff Fowler y que cuenta con la sapiencia de repetir a su mismo elenco, es uno de los productos comerciales más ecuánimes que se pueden encontrar dentro del mercado fílmico actual. No inventa nada, no revoluciona nada, no propone nada nuevo, repite la misma historia de origen, villanos y efectos, pero sigue funcionando debido a dos principales factores: Jim Carrey y Jim Carrey, y por supuesto, una amplia gama de diálogos y situaciones de pastelazo tan efectivas para niños como adultos.
El cómo Sonic the Hedgehog 3 supera en entretenimiento a estupideces como Mufasa, Ghostbusters: Frozen Empire, Despicable Me 4, Godzilla x Kong: The New Empir, Kraven the Hunter, Venom: The Last Dance y sencillamente otra decena de mamadas comerciales de este año, no se debe como tal a un incremento de “calidad” narrativa (que si la tiene, poco, pero la tiene), sino a saber como dirigir la historia hacía su dos mercados esenciales: los niños y sus padres; los primeros, encontrándose con una buena interacción entre sus personajes, un humor blanco y efectos especiales que de manera suficiente apenas superan a los de los videojuegos; los adultos, viendo como esa corriente absurda – humorística de “Los Simpsons”, “Family Guy” o hasta la de “Apatow” de nuevo cobra vida y risas por medio del slapstick de Jim Carrey y una serie de situaciones tan “pendejas”, pero bien posicionadas que prácticamente es imposible no reírte de manera culpable.
La historia de Sonic the Hedgehog 3 recae ahora en “Shadow”, una especie de “Sonic” oscuro que, al ser parte de un suceso trágico – familiar, decide el camino de la venganza, lo cual lo llevará a aliarse con un antepasado de Robotnik, un científico loco igual de afectado que el erizo “dark”, compartiendo un único objetivo: destruir el mundo. La dicotomía familiar será el motor del relato, pues mientras los héroes deben lidiar con sus nuevas y sorpresivas familias, los villanos actuarán desde el duelo y la venganza por haberlas perdido.
Predecible en todos los aspectos, de nuevo la figura de Jim Carrey se ensalza por sobre la narrativa. Con todos sus excesos físicos – orales, gags y maquillajes, el doble papel del actor lo hacer ser ahora tan héroe como villano, en un enfrentamiento cómico de un solo hombre que le da a Sonic the Hedgehog 3 sus momentos más absurdos, pero también divertidos (la nueva escena del baile es sencillamente genial). Así pues, mientras los niños se divierten viendo personajes CGI luchar, los adultos disfrutarán del doble show del cómico con toda la desproporción que eso conlleva (y es que el humor de Carrey no es para todos los gustos)
En la parte CGI, un acierto de Sonic the Hedgehog 3 es la buena interacción entre Sonic, Knuckles y Tails, con un mensaje de cómo las amistades y los equipos también tienen el potencial para formar una familia. El humor no es ajeno a estos, pues también existen varias referencias y buenos diálogos, haciendo a Sonic un personaje molesto, pero no tan molesto como para perder el foco de la atención.
Los demás personajes secundarios están de paseo, y prácticamente se convierten en un lastre en muchas de las situaciones. Sin embargo, en una narrativa centrada en las familias de los villanos y héroes, poco importa la injerencia del reparto, que desde una manera crítica bien pudieron desaparecer y hacer un poco más corta y de mejor ritmo a esta secuela
Sonic the Hedgehog 3 si es el “mejor” episodio de la trilogía gracias en gran parte de nuevo a Jim Carrey y al trasfondo que el guion intenta darle a su(s) villano(s), pero también a una humorística escritura de diálogos y la interacción entre sus tres héroes principales. Muy entretenida y recomendable para ver con sus hijos(as).