The Fly: Ciencia ficción y body horror, pero sobre todo romance
Una obra maestra que da pie a un rico análisis de géneros y corrientes, quizá estemos también hablando del mejor remake de la historia, misma que se originó en 1958 y que en su visionario original apelaba más a un film clásico de monstruos de la misma especie o estructura de historias como Frankenstein o El Hombre Invisible
28 años más tarde, el don más grande de aquella nueva versión es que a cargo de David Cronenberg, el monstruo consigue crear una empatía alrededor de su trágico y visualmente minucioso proceso de conversión, que no apto para hipocondriacos, es capaz de compartir la sensación de aquella alteración emocional y descomposición física, transformación causada por un experimento de tele-transportación fallido.
Esta experiencia kafkiana, metafórica y física en donde Cronenberg también recrea una estética con ciertos rasgos del gore, aluden a una evolución del relato original que, aunque sigue conservando su esencia de “monstruo clásico”, abordan con genialidad también otros subgéneros del terror en su rica combinación con la ciencia ficción: el homenaje al slasher (que explotaría en su muy menor y fallida secuela) y el elemento del monstruo asesinado por el amor al mujer, son solo algunos recursos narrativos a los que Cronenberg da un sutil pero funcional trasfondo, siendo el último un paso de la simbolización (como en King Kong o El Monstruo de la Laguna) a la materialización, con ese tan grotesco pero aun así redentor y hasta conmovedor final.
Por otra parte mucho de esta conexión trágica – romántica recae en la buena química y carisma de dos actores que para su servidor fueron, son y serán desperdiciados en el tono dramático: Geena Davis y Jeff Goldblum, este último recreando de manera fastuosa la degradación física para que su contraparte “monstruo” (ese tétrico, asqueroso e impresionante animatronic) haga lo propio con su retorno a la humanidad.
No es un film fácil de ver, pues su experiencia requiere un estomago duro, pero también un corazón fuerte, sin embargo el efecto de The Fly es eterno, imprimiendo sus imágenes en tu recuerdo cinéfilo de manera constante a pesar de que solo hayas sido testigo de sus excelsos y suficientes 100 minutos de duración una sola vez (su servidor solo un par de veces)
Una película de horror, de monstruos, de gore, de suspenso, de ciencia ficción y con aires al serie b, se sorprenderán cuando les diga o ustedes mismos den cuenta que The Fly quizá es sobre todo una película romántica, siendo un clímax un gran destello humano y de amor.