The Mandalorian Chapter One: Una Nueva Esperanza Western Espacial
Comienza una nueva era en la que Disney+ intentará por todos los medios de apropiarse ahora del panorama streaming a través de variadas estrategias fílmico – comerciales, una de ellas por supuesto, revivir a una moribunda franquicia a la que ellos mismos han llevado al caos y a la destrucción: Star Wars.
Para tal tarea han contratado a Jon Favreau, experimentado y eficaz director comercial que ha surtido un inmediato efecto positivo con The Mandalorian, serial que al menos en su primer capítulo logra no solo reconectar con esa audiencia y fanaticada perdida tras los desastrosos acontecimientos narrativos de la más reciente trilogía, sino también remodelar el mito de la franquicia con un tema poco explorado (al menos fílmicamente), permitiéndose con gran hazaña y agilidad estructurar un mito independiente que desde ya deslumbra por su propia identidad.
Aprendiendo de los errores y a pesar de que contará con variados directores, Disney ha confiado en Favreau como creador y guionista de la temporada, lo cual dará una coherencia al relato dentro un tono que si bien rescata en su totalidad toda la atmósfera de la original trilogía, también es en esencia un western intergaláctico, poniendo de relieve y sin concesiones todos los elementos del género pero ahora fijados en un salvaje espacio, situado cronológicamente tras los eventos de The Return of The Jedi (1983), conveniente época para una estrategia que también pretende hacer olvidar los sucesos actuales del cine.
Como amante de la trilogía original no voy a esconder mi entusiasmo ante lo que ha sido un portentoso primer episodio, pero a sabiendas de que estamos ante una estructura de 8, hablemos por el momento de lo visto el día de ayer; y es que con solo 38 minutos de duración tanto director (Dave Filoni) como creador, tienen en cuenta que en su corta duración deben tanto impactar como sorprender, prueba más que superada si tomamos en cuenta que no solo se logra asentar el entorno y cierto esbozo estructural del protagonista, sino también la impresión exacta de acción, aventura, suspenso y comedia en lo que insisto, es un lienzo de western clásico, sencillo, conciso y muy bien narrado de principio a fin.
En la parte de la consistencia uno de los valores a resaltar son las pocas y atractivas líneas que contiene el capítulo, acorde a la pureza del western y de sus personajes. Así mismo y como obvia parte de la nostalgia, Favreau incluye sinfín de guiños a la concepción original de Star Wars, desde cameos misteriosos, simbolismos y referencias a la montada de dinosaurios animados por parte de cierto “mandaloriano”, hasta el primer y obligatorio esbozo antagonista en manos de los vestigios imperiales; por otra parte estos dos factores se unen, y es que astutamente entre los diálogos en torno al protagonista Favreau imprime cierto misterio en su dialecto para así ir construyendo su mito sobre “el gremio” cazarrecompensas de las galaxias.
Habrá que resaltar un excelente reparto. Si bien Pedro Pascal luce a través de su armadura sin mucho más que decir, la fuerte presencia de Werner Herzog es sublime, dando esa “seriedad” a un relato que pretende no solo ser “la aventura pasadera”; así mismo Carl Weathers y la voz de Nick Nolte son altamente reconocibles, pero quien se roba este primer capítulo es sin duda el aporte de Taika Waititi, el cual logra con su mera voz un personaje divertido, carismático, amenazante y desde ya inolvidable al menos para el canon de todos los warsies.
Teniendo todo este aroma a lo clásico y a la nostalgia tan bien encausado, The Mandalorian necesitaba algo “mágico” para poder captar en verdad a la dolida atención de su audiencia, un elemento que pudiera inyectar esa emoción y “nueva esperanza”. Tal vez ya para muchos no sea un secreto debido a la virilidad de las redes, sin embargo esa cereza del pastel llega hacía su final, en un “fan service” que podría no solo funcionar, sino explayar con mucha sapiencia la franquicia si Favreau y compañia lo encausan sin caer en los ridículos excesos en los que han caído Abrams o Johnson, dejándolo solo como un factor (pese a su enternecedora presencia) de evolución emocional y psicológica para su “antihéroe” y protagónico, sin comenzar a abrir tangentes idiotas que más daño que favores le han hecho a la franquicia.
The Mandalorian huele a Star Wars. Un western hecho y derecho con buenos personajes y que rescata la nostalgia y espíritu original pero con una estimulante identidad propia. 35 minutos concisos y cabrones que renuevan la esperanza con un final de primer capítulo ¡SOBRESALIENTE! (por cierto, la secuencia de créditos finales es invaluable) ¡Que se joda la nueva trilogía! The Mandalorian si es Star Wars ¡Gracias Jon Favreau! (por el momento)
Continuará…