The Post: El lado político de Spielberg
Con toda la sensación de ser una película diseñada y elaborada “para los Oscar”, llega The Post: Los oscuros secretos del Pentágono, dirigida y producida por Steven Spielberg quien nos muestra su lado más político con una historia 100% americana.
La cinta está ambientada en junio de 1971, cuando los principales periódicos de Estados Unidos tomaron una valiente posición en favor de la libertad de expresión, informando sobre los documentos del Pentágono y el encubrimiento masivo de secretos por parte del gobierno, que había durado cuatro décadas y cuatro presidencias estadounidenses. Katherine Graham, primera mujer editora de The Washington Post y el director Ben Bradlee, intentaban relanzar un periódico en decadencia cuando se les presenta la oportunidad de luchar contra el intento de restricción de la administración de Nixon.
Spielberg se muestra correcto en una dirección donde se nota la experiencia, acompañado de una fotografía que luce mucho durante cada escena y que me pareció de lo más destacable. Sin duda, un relato muy estadounidense que va revelando situaciones políticas, sociales y culturales de la época de una manera muy natural aunado a las personalidades de los personajes; eso sí, sin dejar de resaltar tendencias actuales como el empoderamiento femenino.
Entre el reparto encontramos gente de renombre como Tom Hanks, Meryl Streep y el muy querido Bob Odenkirk, además de Sarah Paulson, Tracy Letts, Bradley Whitford, Bruce Greenwood, Carrie Coon y Matthew Rhys. Las actuaciones no son cuestionables pero tampoco es un papel digno del Oscar, pasando solamente a ser convenientes y útiles para el desarrollo de este rompecabezas.
Debo decir que la película me pareció más larga de lo que en realidad era, no porque tuviera escenas sobradas o elementos de relleno, tal vez es porque la trama se vuelve un poco menos entretenida conforme avanza, pues un final predecible (por la naturaleza de la cinta) se siente de repente muy lejano.
No pueden faltar esos momentos de “comedy relief” que se notan naturales y precisos, puntos extras al no caer en la exageración de colocar estas situaciones a cada instante para terminar con los inevitables ojos en blanco. El problema de esta biopic (como muchas otras) es que nos cuenta una historia americana que bien pudo pasar desapercibida por nosotros, o dicho de una manera menos propia, una historia que poco o nada nos importa.
Obligada si necesitas ver todas las películas nominadas antes de los Oscar, innecesaria si solo buscas un poco de entretenimiento ocasional.