The Quiet Girl: Callada y bella película Irlandesa
El estilo contemplativo de hacer cine, aquel que radica en extraer una narrativa de la cotidianidad, y que se ha convertido en una “viaje y confiable” de aquellos directores que intentar encontrar, como se dice coloquialmente, “chichis a las gallinas”, pero que a la larga las situaciones que plantean están lejos de tener algún significado relevante.
De las entrañas de Irlanda (el lugar de nacimiento de Oscar Wilde), cuna de varias películas de corte “underground” y que con el paso del tiempo se vuelven de culto, esta almeja infravalorada ha dado otra perla llamada “The Quiet Girl”, que da clases de cómo manejar la sutileza y que probablemente se convierta en otro gran referente del cine irlandés.
Cocinándose a fuego lento
Quizás sonará a cliché, pero es una cinta que requerirá mucha paciencia del espectador ya que la trama se cocina a fuego lento, siendo esa clase de películas que irá de menos a más.
A través de momentos cotidianos y solemnes, la cinta nos relata la historia de Cait, una niña callada y retraída producto en parte de la negligencia de unos padres empobrecidos y que la tienen en una situación de descuido (que no hay un DIF en Irlanda). El nacimiento de un nuevo hijo obliga a la mamá de Cait a mandarla con una prima lejana, Eibhlin y su esposo Seán durante el verano. De a poco estA pareja comenzará a otorgarle cuidados a Cait que le ayudarán a progresar.
Lo interesante de la cinta no es tanto la conexión inmediata que Eibhlin genera con Cait (producto de un amor maternal inconmensurable pero también sustentado en el vacío), sino la relación de la niña con Seán, quien al principio se verá completamente renuente y frío ante la llegada de la infante y quien a través de los momentos que vivirá con ella comenzará a desarrollar su relación.
En este apartado, The Quiet Girl da una lección potente de cómo crear historias a través de eventos sutiles y solemnes; no solamente se trata de insertar “memorias bonitas o nostálgicas”, se trata de que cada una de ellas tenga un sentido al desarrollo de los personajes, sus relaciones y por consecuente de la trama (sino estaríamos caminando en círculos en vivencias vacías). The Quiet Girl dura 90 minutos, minutos repletos de sutileza en sus imágenes cuidadas, milimétricas y de un nivel de narración detallado para presentar momentos clave que permitan a la historia avanzar de manera constante (ejemplo: hay una escena en el establo donde Cait trapea al paralelo de Sean, dando a entender que lo está siguiendo y aprendiendo con su modelo de conducta). Hablamos de un cine solemne pero a su vez efectivo, que es a lo que el modelo minimalista le gusta llegar; la clave del porqué SI FUNCIONA en The Quiet Girl, es que su realizador (Colm Bairead) no pierde el tiempo en detalle secundarios o inservibles, sino que tiene claro sus objetivos los cuales son:
Manejo del timing
Al principio utiliza un propositivo ritmo lento para comenzar a presentar a sus personajes. Ya en el segundo va agarrando más fuerza, presentando un trasfondo a través de los diálogos, o de alguna situación de cada uno de sus personajes, desarrollando sus relaciones (siendo la conservación en el lago de Cait y Sean el punto dónde la película alcanza su punto de ebullición). Todo esto para que cerca de su clímax y desenlace comience a soltar todo el drama; cuando menos lo vemos, esa telaraña que Colm tejió en los primeros actos es efectiva y nos hemos encariñado tanto con los personajes que comenzaremos a sufrir con ellos en una escena final que será imposible que no te rompa el corazón. Se agradece que los realizadores se tomen su tiempo para crear los melodramas para que a través de la escritura se sientan orgánicamente conmovedores
La perspectiva del infante
La cinta está contada desde la perspectiva de su protagonista (Cait), por lo que el estilo solemne, cuidado y por momentos parsimonioso está completamente justificado. Al final la película termina siendo un reflejo de su personaje principal, callada pero efectiva cuando tiene que hablar.
El mensaje final.
El objetivo final de Colm es plasmar un mensaje sobre la paternidad y maternidad, sustentado en el clásico “Padre no es el que engendra sino el que educa”, mostrando que la figura del progenitor no solamente está ligada a la sangre, sino al cuidado protección por el bienestar del infante en todos los aspectos de su desarrollo con el individuo.
El caso de Cait no solamente puede encontrarse en el contexto irlandés, sino que adquieren una transcendencia universal, ¿cuántos niños vienen de hogares dónde son descuidados y por consecuencia su entorno termina afectando su desarrollo integral como ser humano? Por desgracia son muchos y la mayoría no tiene la suerte de nuestra protagonista. No solamente la actividad paternal o su concepto consiste en tener hijos y desentenderse, ya ni siquiera tampoco está sustentada en un aspecto de manutención, sino de buscar también su bienestar emocional y psicológico. Ser padre no es nada fácil, pero si se vela por tener hijos desarrollados de manera integral, se tiene que empezar por padres que eduquen de manera integral.
Calificaciones
Guion: 3.0 – Tiene algunos detalles en su introducción, pero la manera en cómo maneja su nudo y desenlace la elevan
Dirección: 3.1 – Quizás al principio le cuesta a despegar, pero en su nudo y desenlace alcance su techo
Actuación: 1.7 – Destacar la actuación de Catherine Clinch, prácticamente la actriz infantil carga por completo la película.
Extras: 0.5 – Excelente banda sonora
Calificación: 8.3 – Buena
The Quiet Girl tuvo el privilegio de ser una de las películas más taquilleras en la historia de Irlanda, no es de sorprender que su sencillez y sutileza la llevarán a romper barreras, convirtiéndose en la primera película Irlandesa en ser nominada a mejor película extranjera
Por sus elementos estamos ante quizás a uno de los clásicos y referentes del cine de este país, que con su mensaje paternalista y conmovedora trama ha demostrado que la grandes historias pueden venir de los lugares más peculiares del globo terráqueo, incluso uno que a pesar de tener su forma peculiar de hablar el idioma más popular del mundo, posee una idiosincrasia única.
Por más cine efectivo de estas latitudes.