Triple Frontier: Triplemente aburrida
Odio usar el calificativo “aburrido”, y es que muchos tienen razón, pues tanto ese como “pretencioso” pueden llegar a ser los adjetivos enemigos números uno de los que se atreven a escribir críticas fílmicas, salidas fáciles y sin mucho sustento comparables a cuando algunos de ustedes dicen: “Tu crítica apesta, Lady Gaga es la mejor” o “eres un idiota porque Marvel es padre, maldito bot de DC” (o viceversa), u otra falacia de ese tipo ¿si me explico verdad?
Pues bien, he aquí el reto, pues como no encuentro un calificativo más apropiado para este producto de Netflix que “aburrido”, intentaré estructurar y dar trasfondo a esa palabra para darle el significado que ustedes se merecen, pero si no lo logro, recuerden que al menos traté, lo cual es un poco más de lo que hizo el guionista Mark Boal al parar a estos pinches cinco postes con pistolas para protagonizar lo que no se nos vende como un “thriller” (risa) de “acción (doble risa).
He aquí un problema de identidad de género, y es que si bien J.C. Chandor es un narrador solvente poseedor de un ritmo semi lento e intrigante (A Most Violent Year es genial), aquí el chaleco bélico le queda un poco flojo cuando en todo su primer acto pierde el tiempo en querer dar profundidad a 4 personajes tan planos como una tabla. Es simple, si tu film va a basar su relato en la camaradería de estos 5 renegados de su madre patria ¿por qué entonces presentar de manera tan absurda y soporífera una conexión emocional y amistosa tan poco creíble y artificial durante la mitad de tu cinta previa al conflicto? Es cierto que se logra que el personaje de Ben Affleck represente una mayor complejidad, pero Boal y Chandor desperdician casi 60 minutos en no explicarnos quiénes son los demás (incluso el protagonista de Oscar Isaac), de dónde vienen o lo que en realidad se pretende ¿cuáles son los motivos reales para cometer dicha locura? Diálogos van y vienen, secuencias redundantes y una conexión que nunca se siente real por parte de estos 5, ni thriller ni acción, Chandor parece estar en un drama bélico con muy poca historia o interés que aportar ¿Lo ven? Problemas de identidad de género… fílmico
Y se viene la explosión del conflicto, sin duda el mejor momento del film asentado en un elemento mcguffin alrededor del narcotráfico colombiano, donde Chandor exhibe sus cualidades narrativas y con mucha naturalidad lleva a cabo un vals de acción repleto de suspenso, pero de nuevo, dejando que solo el personaje de Affleck evolucione, quedando el restante en meros instrumentos de matanza. Nada mal este nexo narrativo, pues no se necesita ser John Wick para emprender un creíble y suculento momento de acción anti patriótica, mensaje que se impondrá en la medida de lo posible en lo consecuente sin mucha suerte.
Es probable que no lo sepan, pero en la filmografía de Chandor siempre habrá un momento para la reflexión, casi siempre resultado del sacrificio de alguna de sus piezas clave. Resulta obvio que teniendo pistolas y el robo de más de 200 millones de dólares de 5 soldados gringos a un narcotraficante colombiano, este comportamiento autoral se repita en algún momento del tercer acto, en el que estos pinches rateros tendrán que cruzar la triple frontera para llevarse el botín fuera de Sudamérica. Es cierto, la trama y título prometen una odisea y cacería salvaje, pero de nuevo se nos presenta el problema arrastrado desde ese largo e innecesario intro, y es que solo faltan 40 minutos para atravesar de Colombia a Perú y de Perú a Argentina (creo, porque tampoco crean que queda tan claro en el guion dicha travesía), tramo en el que a Chandor solo le da tiempo para hacer 3 cosas: la primera, aplicar su ahora previsible truco, logrando cierta sorpresa en el hecho pero no en su entorno, pues dicho sacrificio será en vano gracias la nula estructura emocional de estos 5; la segunda, intentar concluir a cada personaje, tarea más difícil que su pinche misión cuando en primera instancia ni los originaste; tercera, tratar de encausar un clímax acorde a tu vendimia como “thriller” de “acción”, lo cual tampoco se logra, dejando la puerta de salida muy fácil y esperanzadora para que los sobrevivientes se escapen, se rediman después de robar y matar , y como siempre, queden como superhéroes gringos bondadosos y repletos de amor y amistad ¡así es! El mensaje anti patriótico se ha roto para el final y solo queda eso… el eterno mensaje del soldado americano bueno y los “bad hombres” del sur.
La parte histriónica es irónica, y es que no quiero sonar a bullying para Affleck ¿pero por qué dejarle el mejor personaje a él cuándo es obvio que nunca ha contado con la capacidad histriónica para abordar a este tipo de “anti héroe”? ¡Oh por cierto! ¿Les comenté antes que se supone que es un relato de 5 anti héroes? El desarrollo de los mismos no pudo ser más inadecuado cuando en ningún momento de la trama ni Oscar Isaac, ni Garrett Hedlund, ni Charlie Hunnam, ni Pedro Pascal se abordan o se sienten como tales. En una película en donde se pretende curar este vínculo entre sus personajes y/o hacía con la audiencia, el mayor error se refleja cuando a todos nos vale un comino si este o aquel deja de existir.
Otro producto desaprovechado y sobrevalorado de Netflix, J.C. Chandor no puede sostener algo que para comenzar no cuenta con los cimientos necesarios en el guion de Mark Boal. La dirección mejora notablemente en la explosión de su conflicto, pero la poca estructura de sus personajes y la falsa expectativa que crean una odisea anti climática hacen que Triple Frontera sea otra cinta de relleno de streaming para dormir o perder el tiempo un domingo por la tarde.