Vox Lux: O un pequeño relato de la fama en el siglo XXI

Vox Lux es el relato del nacimiento de un personaje de la cultura pop en el cual conviven muchas de las contradicciones con las que nos hemos familiarizado durante estos primeros años del siglo XXI. En una primera secuencia de la película, poderosa y hasta macabra si se quiere, vemos como Celeste (Raffey Cassidy) después de ser víctima de un ataque violento perpetrado en 1999 se recupera en el hospital con el apoyo de su hermana Eleanor (Stacy Martin, Nymphomaniac 2013). Durante su estancia ahí compone una canción que rápidamente se convierte en un himno que sirve como reconciliador en esos momentos de tensión y luto. Este rápido asenso a la fama la lleva hasta las altas esferas de la industria del espectáculo con el apoyo siempre de esa incondicional hermana y de su agente (un Jude Law un tanto desperdiciado). Lo que sigue es un relato de como a pasos agigantados Celeste se va “comiendo” el mundo ganando cada vez más fama y fortuna, acabando con lo que le quedaba de inocencia a la misma velocidad.

Recordando un poco la narrativa de algunos filmes de Lars Von Trier, la película tiene una estructura dividida en actos, en donde para el segundo vemos a Celeste ahora en 2017 (interpretada ahora por Natalie Portman) convertida por completo en una celebridad arrogante e inmadura, completamente egocéntrica, madre de una hija adolescente (a quien interpreta la misma Cassidy, lo que desconcierta un poco) que ahora está luchando contra mil escándalos acumulados durante su carrera. Poco tiempo antes de salir a ofrecer un show como parte de una gira, es alertada por su agente sobre un evento violento recién ocurrido, y que puede o no estar relacionado con ella. Con esto Corbert (que también escribe el guion) nos muestra ahora lo que bien podría ser una especie de sátira del presente, de como esos agresores llegan a ganar tal notoriedad en los medios que bien podrían convertirse en estrellas mismas, y como ellos mismos fomentan esto al afirmar que están inspirados por celebridades al momento de realizar sus actos.

Después de la conferencia, Celeste, narcisista como es, vuelve a su mundo continuando con los excesos a los que está acostumbrada, porque sabe que siempre tendrá a su alrededor a la gente que la salva, la que se “alimenta” de ella. Para el tercer acto vemos a la estrella en todo su esplendor en el escenario, renaciendo como en cada show, ofreciendo a su público lo único que tiene para dar, ya que por lo que podemos observar ese ambiente la ha tornado en un ser muy vacío. Al final uno puede salir con varias preguntas en la cabeza ¿por qué es tan anhelada la fama? ¿Para qué sirve en realidad? Apoyada por un buen guion, y con una atmósfera algo macabra gracias en parte a la banda sonora a cargo de Scott Walker, la película en momentos pareciera caer, pero nunca desmerece, aunque si resulta difícil conectar con la historia y con sus personajes.

Willem Dafoe aparece como narrador en off, pero esas pequeñas narraciones ayudan poco a esa conexión con el relato. El personaje de Natalie Portman recuerda a un poco a su papel en el Cisne Negro, obsesiva y vulnerable, sin duda algo complejo de interpretar, pero su calidad histriónica le permite hacerlo muy bien, aunque ya viéndola arriba del escenario me resultó difícil creerla como una verdadera estrella pop. Jude Law va retomando muy bien su carrera, si bien nunca ha desaparecido por completo, aquí lo hace de manera correcta, pero creo que el personaje debería tener más peso al ser el agente, por lo que creo está algo desperdiciado.

Las canciones fueron escritas por SIA, y durante el 2018 fue presentada en varios festivales como Venecia y Toronto siendo bien acogida por la crítica,  ya que es un cruce de temas complejos y Corbert lo logra equilibrar bien invitándonos a la reflexión de estos tiempos que corren.

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Acerca del autor

Clementine   @@lupistruphis  

Escéptica ante todo, pero con una gran curiosidad. Amante del café y del aroma a libros viejos. Nostálgica e idealista sin remedio. Alguna vez de niña me llevaron al cine, y siempre vuelvo a él porque siempre me salva.


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