100 Películas para ver con o sin tu Papá
La psicología kantiana establece que tanto la figura materna como paterna son importantes para el desarrollo de un individuo; la primera representa el amor y la compasión, la segunda va más hacia la autoridad y la justicia. No es de extrañarnos que sea una constante en la cultura tanto occidental como oriental, que generalmente los valores morales, la misericordia, la ley estén asociadas al paternalismo, y que incluso en muchas mitologías el desarrollo de un héroe venga acompañado de abrazar el lado del padre para poder avanzar en su camino.
En el cine hemos observado diferentes perspectivas de la paternidad, con dos constantes: son historias de padres buscando salir adelante ante la ausencia de la figura materna; o son historias de “daddy issues”. En cualquiera de los dos casos, la solución es la misma que planteamos al inicio del texto, el individuo necesita a estas dos figuras (ojo, me refiero al rol intangible no necesariamente al asignado a la perspectiva tradicional) para desarrollar plenamente y el “héroe” tiene que abrazar y aceptar (con sus defectos y virtudes) la figura del patriarca para poder crecer.
En honor al Día del Padre repasemos cincuenta de estas perspectivas, que en muchos casos sirven como material cultural de introspección de este rol.
A Goofy Movie (Kevin Lima, 1995)
POR URIEL SALVADOR
Aunque predecible y con algunos clichés, es tan divertida que se siente más corta de lo que es gracias a la gran variedad de bromas relacionadas con la tecnología y el estilo de vida de los 90. Sin embargo, su mayor valía es que la relación entre Goofy y Max crece con el espectador, pues es capaz de relacionarse con los problemas de un adolescente, desde la presión por ser popular hasta tener un noviazgo. Pero al llegar a la adultez, y si ya es padre, puede empatizar con los intentos de crear un vínculo con los hijos para evitar que se distancien. Una historia que enseña que, por mucho que nos avergüencen nuestros padres, ellos sólo intentan formar parte de nuestra vida.
A Perfect World (Clint Eastwood, 1993)
Por El Fett
Si analizamos la obra de Eastwood, podemos apreciar un simbolismo escondido, la de la figura paterna; como pistolero, coach de boxeo, cabecilla del hampa o anciano retirado, dicho elemento lo ha acompañado en algunos de sus mejores films y en la mayoría de las ocasiones fungiendo este como sustituto, en una especie de elemento paternalista adoptivo. Dentro de este contexto está A Perfect World, una de sus más crudas y conmovedoras historias relatadas con un detallismo sobrecogedor. Road movie, western, rica en simbolismos políticos, paternales y de empoderamiento femenino, esta es una de sus mejores y más olvidadas piezas, que curiosamente también presenta a un inmejorable Kevin Costner
Abel (Diego Luna, 2010)
POR EL FETT
Diego Luna demostró con su primer cinta detrás de cámaras que era un mucho mejor director que actor (por favor, alguien dígale que ya no actúe), un ágil cuenta cuentos muy cercano a la idiosincrasia de aquel cine mexicano en su época de oro, llena de dramatismo, pero con toques de humor idóneos que sopesan y sobrellevan el tormento social y familiar, en este caso centrado en una familia controlada por el trastorno mental de un niño. Al final es interesante como el director maneja esa doble comunicación y delgada línea entre la demencia y el trauma, causas y consecuencias del mismo abandono patriarcal en la búsqueda por el “sueño americano”, una dolencia histórica y perpetua en nuestra sociedad
About a Boy (Paul Weitz, Chris Weitz, 2002)
Por Dastan
Ad Astra (James Gray, 2019)
Por El Fett
Concluyamos el análisis de la que hasta ahora es una de las carreras histriónicas más infravaloradas de la historia. Metafóricamente, el relato de Gray nos muestra el viaje artístico de Brad Pitt desde hace 30 años, de nuevo dirigiendo sus capacidades hacía otro relato de naturaleza paternalista; nótese la constante en la carrera de Pitt sobre el dominio de dicho personaje, ya sea desde un plano afectado (este el caso), como en el caso de la propia figura paternal. Como el astronauta de esta fábula, Pitt alcanza las estrellas con un papel íntimo y rico en psicología, y donde el relato de Conrad alcanza aspectos terapéuticos poderosos en torno a la siempre compleja figura paternal.
American Beauty (Sam Mendes, 1999)
Por El Fett
Una gran película que exhibe de manera sofisticada la destrucción del ideal americano. Su atemporalidad es tan intensa como reflexiva, pues Mendes no tiene reparo en revelar los deseos más ruines y carnales dentro de un marco de cambio generacional sumamente interesante y bien descrito: llegando el Boomer al final de su clímax y dejando que el “millennial” y todas su inseguridades, miedos y pasiones se posiciones dentro del ciclo de la vida y “american way of life”. Fue y sigue siendo un rotundo golpe a los valores más intrínsecos del gringo y del paternalismo americano, pero su maestría fue tan avasallante que al Oscar no le quedó de otra que coronar esta sátira de naturaleza neorrealista
Apur Sansar (Ray, 1959)
POR URIEL SALVADOR
La transición de Apu a la adultez indaga en el significado del amor, y aparte de confabular con las relaciones conyugales, Satyajit Ray añade algunos toques de humor y muchos detalles visuales para hacerla más introspectiva. Pero las tradiciones también persisten, y nuevamente la aparición de la muerte y la desgracia le quitarán las ansias de vivir y nublarán su aceptación de la realidad. Su optimista y bello final enseña que la vida, si bien no es agradable en muchos momentos, hay que saber afrontarla con valentía. Y para un hombre que siempre ha lidiado con la tristeza y el dolor que perderlo todo, convertirse en padre y cuidar a su hijo, el último recuerdo de su esposa, es su mayor consuelo y alegría.
The Babadook (Jennifer Kent, 2014)
Por El Fett
Una madre con severos traumas sin resolver puede convertirse en una figura muy peligrosa, más aún si le agregamos el elemento infantil imaginativo e hiperactivo y el inesperado duelo en la pérdida paternal. En uno de los ejercicios de terror más originales, oscuros y mejor narrados de los últimos años, nos encontramos ante una rica simbología metafórica íntimamente relacionada con la psicología maternal, sus obstáculos hacia la educación y un manejo de duelo que podríamos definir psicológicamente como “poco adecuado”. Kent logra una claustrofobia soberbia al encerrarnos no solo con su ente, sino con la deshumanización de su núcleo materno, creando junto con ese pinche librito, dos de los elementos más escalofriantes de los últimos años
Primavera Tardía (Banshun, Yasujiro Ozu, 1949)
POR URIEL SALVADOR
Este drama familiar habla con nostalgia de los tiempos pasados, de la adaptación de las antiguas costumbres de una sociedad japonesa postguerra herida y derrotada a la modernidad. Muchas cosas no serán como antes, pero es necesario cambiar si quieren perdurar. La relación paternofilial entre Chishu Ryu y Setsuko Hara deja entrever cierta crítica social al matrimonio, pero también da a entender que así es la ley de la vida, que los hijos deben abandonar el nido y crear sus propias familias. Una joya en la que Yasujiro Ozu capta la eterna preocupación de los padres por sus hijos y el creciente dominio de la cultura estadounidense en el estilo de vida japonés
Barry Lyndon (Stanley Kubrick, 1975)
Por El Fett
Magnífica en su composición narrativa, Barry Lyndon es también el ejercicio visual más obsesivo de Stanley Kubrick y sin duda uno de los ejemplos más hermosos y estéticos en la historia. La genialidad de su ritmo es soportado por 3 ejes principales: la increíble fotografía (solventada técnicamente por su iluminación natural y la adaptación de los lentes a cámaras de la NASA) y esos preciosistas encuadres que hacen parecer a Kubrick más un pintor; las banda sonora (una de las más hermosas composiciones del séptimo arte); y finalmente su peculiar recurso del narrador, una voz tenue y de una fluencia verbal exquisita, que lleva al espectador a ser testigo del ascenso y caída, de las aventuras y desventuras de este antihéroe de pocas palabras, pero muchas emociones.
Beautiful Boy (Felix Van Groeningen, 2018)
POR EL CINE ACTUARIO
Cinta que retrata la recuperación de un adolescente (TTimothee Chalamet) de la adicción a la metanfetamina a través de los ojos de su padre (Steve Carrell). A pesar de tener un guion demasiado correcto y que por momentos puede caer en los estereotipos de los adictos, el nivel de la cinta se eleva por las actuaciones; por un lado Steve Carrell quien carga por completo la cinta con un perfil dramático y desgarrador, y Chamalet quien eleva con una actuación efectiva un papel que se podría haber quedado en el cliché pero gracias a la interpretación sale del bache. Una cinta simple y que cumple gracias a sus actores.
Beginners (Mills, 2010)
Por El Cine Actuario
La película que hizo que se convirtiera en el actor más veterano en recibir un Oscar, su papel como un viudo que declara su homosexualidad, es no solamente el eje central de la película sino también una interpretación conmovedora y alejada de cualquier estereotipo; pero no solo es el dote de carisma y de positividad ante las circunstancias(recordemos que en la película este personaje le da cáncer) lo que hace especial su interpretación, sino que el personaje tiene un trasfondo bastante interesante acerca de los sacrificios que uno hace por preservar la integridad de los seres queridos, lo que desemboca en limitar la verdadera personalidad por miedo al rechazo, hecho que le obligó ocultar su homosexualidad y que incluso hace que su hijo se cuestione verdaderamente lo que es el amor, en este sentido quizás sea uno de los personas más complejos que interpretó Christopher en su carrera.
Better Man (Michael Gracey, 2024)
Por El Fett
Una de las grandes sorpresas del año y en definitiva la mejor biopic musical desde Rocketman. Aunque es ciertamente predecible y con un apartado visual truqueado que la eleva más de lo que quizá merece, la autenticidad animal con la que Williams se proyecta conmueve e incómoda al mismo nivel, en lo que es una auto crítica terapéutica de cómo un hijo de puta con muchos traumas paternales logró salir de la mierda emocional sin dejar de ser hijo de puta. Los números musicales son de gran nivel, dignos de la excéntrica, versátil y explosiva carrera de Williams, siendo verdaderos nexos audiovisuales que profundizan en el desarrollo, caída y renacimiento del personaje. Si eres fan de Williams te va a encantar, y si no lo eres, te vas a hacer fan.
Big Fish (Tim Burton,2003)
Por El Fett
Distinguida fábula que ve su mayor virtud en la invitación a disfrutar y no a razonar, y en la mágica capacidad que conlleva para convertirnos a todos en niños(as) otra vez, y de paso, conmocionar nuestras vidas con un cautivador relato que centra su fuerte carga emocional en la interacción entre padre y su hijo. Burton no se queda ahí, su característico tono y estilo alcanza la maduración necesaria para hacernos partícipes de un retrato intimista a través de una calidad narrativa digna de resguardar en nuestra memoria como uno de los más exquisitos cuentos de hadas, extendiendo a cada uno de nosotros una imaginativa y entrañable propuesta para seguir y develar cuadro por cuadro, paso por paso, año con año y aprendizaje tras enseñanza a su gran pez, Edward Bloom.
Billy Elliot (Stephen Daldry, 2000)
POR URIEL SALVADOR
Stephen Daldry muestra la realidad de una de las zonas más pobres del Reino Unido y la dificultad que es salir a flote en un medio como éste. Además, tiene valores humanos sobre el entendimiento de un padre conservador hacia los gustos de su hijo, la identidad sexual y los daños del prejuicio familiar, resueltos en un final conmovedor que simboliza el vencimiento de las adversidades familiares y personales. Sin embargo, nada de esto hubiera sido posible sin la participación de un joven Jamie Bell en una de las mejores y más memorables interpretaciones juveniles de la historia: un chico que no concibe otro futuro que no sea el ballet porque es lo único que lo hace feliz.
Captain Fantastic (Matt Ross, 2016)
Por El Fett
Un sobrio y cautivador desempeño en una cinta indie de la que él se apropia en su totalidad, sirviendo también como guía de los cuantiosos niños actores a su cargo. De nuevo y aunque su desempeño es excelente, tanto la escritura de su personaje como la misma cinta no contó con la suficiente fuerza ni dramática ni directiva para equipararse de nuevo a su talento, uno que parece incluso llevar la batuta narrativa en varios de los momentos y cuando el director en turno no es capaz de solventar ni el ritmo ni la tensión necesarias para pasar esa delgada línea de la mediocridad (véase también “Alatriste” o “The Road”, otros ejemplos que he dejado fuera del ranking por la misma situación). Otra nominación al Oscar solo de carácter anecdótico.
El Castillo de la Pureza (Ripstein, 1972)
Por Cat Movie Lee
En los 50, la prensa mexicana sacó a la luz uno de esos casos que sacudió a la sociedad de aquel entonces, la policía había arrestado a un hombre que durante casi 20 años, había mantenido encerrada en su casa a su familia bajo la premisa de que el mundo exterior era malo y que él sería una especie de dios que los mantendría. La historia era tan impactante que fue imposible resistirse llevarla al cine. Originalmente pensada en ser protagonizada por Dolores del Río, las diferencias entre ésta, Ripstein y el enorme José Emilio Pacheco (encargado del guion) cambiaron los planes para sus figurantes, pero no así para hacer de esta cinta un referente que junto a otros ejemplos como El apando, o Las poquianchis encontraron en la vida real, inspiración pura y dura.
Catch me If You Can (Steven Spielberg, 2002)
Por El Fett
La historia de uno de los más sobresalientes y carismáticos estafadores en la historia gringa. A pesar de que las biopics pecan de redundantes, planas y centradas en la desgracia humana, esta encuentra en un tono tragicómico muy entretenido la excusa perfecta para levantar un sustancial cuadro y relato paternalista que aunque no deja que todo su peso recaiga sobre la química actoral, si depende mucho de la calidad histriónica y la naturalidad de sus situaciones para hacerla una pieza ágil que funciona desde varias perspectivas. El alma paterno-filial de la cinta recae precisamente en Walken, en el que para muchos ha sido el mejor y más complejo papel de su carrera.
Cat on a Hot Tin Roof (Richard Brooks, 1958)
POR EL FETT
Adaptación de la obra de Tennesse Williams, esta cinta se convirtió en su momento en uno de los grandes clásicos dramáticos sureños, siendo también la primera “a color” en filmarse proveniente de una novela del autor. Las actuaciones literalmente están que “arden”, siendo uno de los ejercicios con mayor talento y energía histriónica en la historia, quizá debido al impulso emocional de algunos inmiscuidos debido a una tragedia externa, o tal vez solo por el gran ensamble y dirección de Brooks, que logró trasladar unas potentes tablas teatrales al dinamismo del celuloide en cada rincón de aquella mansión, en una lucha de manipulación sin cuartel por la herencia del acaudalado patriarca (un extraordinario Burl Ives). Alcohol, depresión, ambición, negación y falsedad, una combinación candente.
Dead Poets Society (Weir, 1989)
POR EL CINE ACTUARIO
La película a pesar de tener una moraleja aleccionadora, en el terreno de las cintas “sermoneras”, esta tiene el toque de poseer una mejor ejecución; principalmente por su dirección, la cual corre a cargo de Peter Weir, un buen director cuya fotografía es de excelente calidad, y por supuesto la increíble actuación de Robbie Williams, quien es el principal hilo conductor de la trama en un papel tragicómico. Todos estos elementos combinados generan una película llena de mucho espíritu y corazón, demostrando que el arte es necesario para mantenernos vivos, incluso en una versión un poco más homilía (Oh mi capitán, mi capitán)
Despicable Me (Pierre Coffin, Chris Renaud, 2010)
Por El Fett
Lástima de sus absurdas secuelas, pero su material original no solo resultó ser una fábula hilarante, sino también un homenaje animado y doble analogía hacía dos de los objetos aspiracionales por excelencia de la humanidad: La Luna y la buena paternidad. Redondeando su escenario, Gru y sus minions no solo hacen alusión a la soltería de un padre, sino qie también parodian a los seriales de James Bond, sobre todo cuando el 007 y cierto villano (más la parodia de Austin Powers) toman a La Luna ya sea como fuente de poder natural o simbólica. Su balance entre la comedia y ese tono paternalista es soberbia.
Dogtooth (Lanthimos, 2009)
La cinta que lo sacó del anonimato y lo catapultó de manera internacional, “Canino” es una cinta tan provocadora como perturbadora que inicializaría su patente metáforica con una maestría visual y técnica obsesiva. Un manifiesto de la monótona interacción familiar, de las enseñanzas rústicas y del despertar sexual adolescente (que da como resultado ese conflicto entre ideologías generacionales), Lanthimos prescinde en muchas partes del dialogo para exhibir el contenido psicológico y emocional de aquella familia enclaustrada en su mansión a base de cuentos y mentiras sobre el mundo exterior. Una distopía tan tétrica pero tentadora, es difícil no sentirse compenetrado(a) y familiarizado con cierto castillo de Arturo Ripstein
Dragon Ball Z: Tatta Hitori no Seishou Kessen Furiza ni Chounda Z Senshi Songokuu Otosan (Bardock: The Father of Goku, Mitsuo Hashimoto, 1990)
Por Dastan
East of Eden (Elia Kazan,1955)
Por El Fett
Primera de tres para la fugaz y gran carrera de James Dean, otro egresado de la escuela “Kazan” que bajo la protección del director vio su más compleja actuación. Quién sabe qué nivel hubiera alcanzado Dean de seguir vivo, factor que quedó demostrado en la que quizá sea la comunión más electrizante de Elia con uno de sus actores dentro un marco dramático de doble tangente: el primero, la competencia íntima por el amor religioso de un padre; la segunda, los mesteres relacionales tóxicos tan distintivos de su carrera que aquí se explayan de una manera más “pecadora” y enmarañada. Los dos arcos recaen sobre Dean, el cual es parte de un reparto formidable. Una cinta muy intensa y que siempre tiene a su narrativa en estado de ebullición.
Excalibur (John Boorman, 1981)
Por Dastan
Eyes Without Face (Georges Franju,1960)
Por Flaco Cachubi
La sofisticada obra maestra del realizador galo Georges Franju, referente directo y evidente inspiración de La piel que habito del cineasta manchego Pablo Almodóvar, destaca por ser una película de horror que raya en lo onírico, en donde un brillante pero perturbador médico (una suerte de Doctor Frankenstein moderno) secuestra muchachas para quitarles la piel y trasplantar ésta al rostro de su hija desfigurada. Un espectáculo visual tan delirante como poético, tan monstruoso como profundamente humano, cuyo villano justifica sus aberraciones con el viejo adagio: El fin justifica los medios ¿O acaso no haría usted lo que fuera por sus seres queridos?
Fantastic Mr. Fox (Wes Anderson, 2009)
Por El Fett
Una joya que dista mucho del estándares del género y de considerarse como algo meramente animado; esta extraordinaria cinta invita al hermetismo de un cine de autor que pretende ver más allá de lo superfluo de como un Zorro mete en peligro su familia y allegados por su mismo orgullo de ladrón de gallinas: es una introspección emocional e intimista donde se comunica que el “padre” no puede cambiar, no quiere, va en contra de sus valores, naturaleza y gozos más íntimos. El ritmo es excelso y la oda stop motion perfeccionista, simétrica y colorida. He aquí donde la confirmación artística de Anderson da a lugar, logrando un equilibrio entre lo visual, lo auditivo y lo narrativo en un film por sobre todas las cosas divertido y profundo
Fanny y Alexander (Ingmar Bergman, 1982)
Por EL FETT
Su última película es, según él mismo, su ensayo más personal. En ella se narran las desventuras de los hermanos Fanny y Alexander, dos niños testigos del crecimiento y crisis de una familia sueca de finales del anterior siglo y en donde el autor aborda desde la situación relacional de los miembros y conflictos financieros y laborales, hasta la muerte del patriarca y el casamiento de la madre con un estricto pastor de doble moral ¿Resulta cercano? Principalmente a través de Alexander, sumerge al espectador en una atmósfera y visión infantil que enriquecen una odisea que traduce complejos temas religiosos, sexuales y paranormales en anecdotarios llenos de simpleza e inocencia. Poseedora de una narración progresiva en ritmo e intensidad, su último acto de expiación y detonación anti espiritual se convierte en un deleite, quizá el remanente visual más ideológico sobre el tema de parte del director que en realidad nunca dejó de visionar al arte como un “Alexander”.
The Father (Florian Zeller, 2020)
Por El Fett
Una de las mejores interpretaciones masculinas de al menos los últimos 20 años, y de paso, sin duda la mejor de Hopkins solo detrás de su Lecter (¿o será mejor esta?). Hopkins acaba de dar quizá la última ráfaga de su gran talento con un personaje tan trágico como entrañable, que dentro de esta compleja narrativa es capaz de evidenciar el padecimiento del alzheimer como pocas veces se había visto en el cine: desde la perspectiva y sentir del propio enfermo. Si bien la fantástica dirección y adaptación de Zeller funciona en cada rincón de este distorsionado laberinto mental, es el carácter, carisma y destrucción de Hopkins el que nos lleva hacía un final catártico y de un impacto emocional irreparable. La última secuencia es sencilla y actoralmente CATEDRÁTICA
Father of the Bride (1950)
Enternecedora y deliciosa comedia en la que Spencer Tracy interpreta a Stanley T. Banks, un hombre quien acaba de entregar a su joven hija (una hermosa Liz Taylor) en matrimonio y quien recuenta todo lo ocurrido durante los últimos tres meses, en los que su vida personal y familiar será puesta de cabeza desde que su pequeña presenta a su prometido, para después recorrer los periplos de conocer a la familia política y la caótica organización de la boda. Minnelli logra aquí un nivelado relato en el que los sentimientos paternales y la lucha interna/ansiedad por aceptar la madurez de los hijos y su salida de casa se mezclan con momentos completamente cómicos. Lograría la nominación al Óscar como Mejor Película y tendría su aceptable remake en 1991 con Steve Martin a la cabeza del reparto
Fences (Denzel Washington, 2016)
POR EL FETT
No hay duda de ello: Denzel Washington destruye y Viola construye, el primero lleno de un carisma terrorífico que hará las delicias de todos aquellos espectadores con “Daddy Issues”; la segunda, como siempre, robándose el film con una capacidad mágica y cautivadora, repleta de esa intensidad acostumbrada (y que quizá aquí llegue a su clímax dentro de su filmografía). La interacción entre ambos ejerce una estremecedora ola sentimental que en definitiva representa dos de las más poderosas actuaciones del 2016. La cinta, en términos generales, es una correcta avalancha teatral llena de emociones, sin mucha pericia narrativa o técnica, pero con talento actoral de sobra
Fiddler on the Roof (Norman Jewison, 1971)
Por El Fett
¿Más joyitas desconocidas? Recuerdo “El Violinista en el Tejado” como uno de mis primeros musicales (quizá el primero), una accidental elección televisiva que ajeno al folclor hollywoodense, me adentró en una cultura y costumbres totalmente desconocidas en aquel momento para mí, y donde Jewison recrea con espectacularidad y con una música sencillamente extraordinaria la historia de un lechero ucraniano y el matrimonio de 3 de sus hijas previo a la revolución rusa. El marco de esta solemnidad judía y espiritual es la perfecta excusa para que el director desarrolle un relato sobre el cambio de ideología y la metamorfosis de una conformista paz a los pensamientos revolucionarios y bohemios. Una fábula familiar y romántica exquisita previa al caos.
Finding Nemo (Andrew Stanton, 2003)
Por El Cine Actuario
Mucho antes de que Disney repitiera su premisa de “daddy issues” hasta la enésima potencia, Pixar en los tiempos en que estaba separado de Miguelito, creó una película de un pez payaso que buscaba cruzar todo el océano para rescatar a su hijo, acompañado de un pez cirujano azul con memoria a corto plazo. Todo esto con el objetivo de recalcar los peligros de la sobreprotección paternal y como este podría afectar el desarrollo de un infante, ¿Demasiado sencillo? Si, y sin embargo esa sencillez permitió enfocarse más en el desarrollo de sus personajes justificando sus características (el mayor ejemplo es Marlin, con un prólogo brutal) o dotándolos de mucho carisma (como Dory). Sutilmente fue una película que representaba a grupos vulnerables sin hacer tanto escándalo(Nemo y Dory). Quizás su sencillez termina siendo una limitante al compararla con otras películas de la casa Pixar, sin embargo eso no le quita el reconocimiento de que Nemo se adelantó 10 años a su tiempo con este retrato de papá luchón.
Gangs of New York (Martin Scorsese, 2002)
Por El Fett
El actor regresa triunfal tras 5 años de ausencia en una auténtica resurrección para interpretar a un cruel e ideológico patriota que gracias a la infravalorada narrativa de Scorsese (es en realidad uno de sus mejores y trabajos), puede desprender unos registros físicos y orales impresionantes adeptos al forjamiento de un sentimiento paternalista naciente dentro de un sanguinario y complejo personaje. La dualidad es parte constante de este rol, que si bien denota algunas exageraciones, todo se justifica a partir de la misma estructura del ya legendario villano. De matices incluso malignamente cómicas, la libertad propositiva con la que cuenta Lewis hace estremecer la pantalla. Es difícil pensar bajo las circunstancias de su método, como él y sus allegados pudieron sobrevivir a tal “Carnicero”.
Gran Torino (Clint Eastwood, 2008)
POR EL FETT
Debo aceptar que al principio rechacé esta propuesta descarada de “auto homenaje” a un estereotipo eterno por parte del Clint actor, estableciendo su bono y posición de vejez a través de ciertos cambios de aceite y registros en lo que vendría a ser su nuevo “arquetipo” de “baby boomer patriota, bondadoso y heroico”. Es cierto, Clint Eastwood también con el pasar de los años se reveló como un mejor director que actor, pero entonces ¿por qué cedi ante ella con el pasar de los años? Por qué a pesar de su convencionalidad y vehículo de lucimiento ¡Por Dios! ¡Que puto lucimiento! Y es que así deberían de funcionar todos los “auto lucimientos” en el cine, con esa presencia, seguridad, diálogos y por supuesto, excelente y emotivo giro final.
El Hombre de Papel (Ismael Rodríguez, 1963)
POR EL FETT
Un cuento de hadas a la usanza de México, sui generis y único en captar la desesperanza y la aventura, la ternura y la tragedia con los mismos niveles de emotividad y calidad narrativa. La odisea de un hombre mudo por conquistar a una mujer y así poder cumplir su principal objetivo: tener un hijo, es magistralmente interpretada y dirigida por Ignacio e Ismael, que derivan en una montaña rusa de sentimiento de principio y a fin y en dónde se respira en cada momento ese eterna característica “aspiracional” que define al mexicano. Al mismo nivel narrativo que Macario, pero con un López Tarso mucho más maduro, interpretando a un conmovedor personaje con un amplio registro dramático y con una habilidad gesticular rica en emociones.
How to Train your Dragon (Chris Sanders y Dean DeBlois, 2010)
POR URIEL SALVADOR
Hay tres claves que le permitieron a esta cinta llegar a la cima. Primero, un ritmo que se toma el tiempo de presentar el entorno y los personajes, teniendo un buen dominio sobre la fantasía, la aventura y la comedia. Segundo, unas espectaculares escenas de vuelo que destilan un sentido de asombro como pocas veces se ha visto. Y tercero, la relación entre Hipo y Chimuelo como el núcleo principal de la historia, su progresiva conexión con respecto al otro acaba por ser emocionalmente poderosa al punto de volverse dependientes uno del otro. Una aventura tierna, divertida, emocionante y magistral, que también sirve como una terapia de orden paternofilial bastante ruda y reveladora.
I Am Sam (Jessie Nelson, 2001)
Penn interpreta a un hombre con un retraso mental que después de una extraña relación se queda con una niña producto de esta. Juntos van creciendo y Sam va sorteando todos los problemas y situaciones que se le presentan en la crianza de un niño y a pesar de su poca capacidad lo va logrando. Es una película muy linda, con unas actuaciones excelentes, que le dieron una de las tantas nominaciones al Oscar a Sean Penn, con el también lanzamiento al estrellato de Dakota Fanning. Provista de un sentido del humor que te hace tanto reír como llorar, quizá su narrativa sea moralina y manipuladora, pero estas debilidades son solventadas por un increíble Penn.
In The Name of Father (Jim Sheridan,1993)
Por El Fett
El drama carcelario sobre la injusticia de la familia Conlon se convirtió en el clímax de la asociación Sheridan – Lewis al exponer de manera recia una crítica socio política de lo más espontánea y natural en mucha parte gracias al cuadro actoral y en específico a la química lograda por el histrión y por su padre en pantalla (soberbio Postlethwaite). Day-Lewis interpreta al irresponsable hijo que ya en cárcel, luchará porque su padre quede libre y así limpiar su nombre a partir de una maduración progresiva frente a los hechos, la injusticia y presión del sistema. El intimo retrato de padre – hijo se desarrolla y trasciende por sobre los hechos noticiosos, logrando una perspectiva única y a la vez un testimonio que en su tiempo logró incluso el cometido primordial de los Conlon: un honor al padre.
Indiana Jones and the Last Crusade (Steven Spielberg, 1989)
Por Flaco Cachubi
Es poco menos que imposible imaginar a otro actor que no sea Connery interpretando al padre del arqueólogo más famoso del cine. Incluso saber que para ese rol estuvieron considerados Richard Harris y Michael Caine causa extrañeza, y es que no bastaba ser una figura consagrada, el guion exigía que se tratara de alguien capaz de hacer contrapeso a Ford tanto en las escenas de acción como en los momentos humorísticos. Connery presume un registro actoral como pocas veces lo había hecho en una misma película; pasa del drama a la comedia con naturalidad, se ríe del mismo y nos hace creer que en verdad podría ser el papá de un tipo al que solo le lleva 12 años. Como bien señaló Spielberg “Quién mejor para ser el padre de Indiana Jones, que James Bond”.
Interstellar (Christopher Nolan, 2014)
Por El Fett
La épica sideral de Nolan ha envejecido con más pena que gloria, pero a diferencia de Inception (y accidentalmente incluso venciendo de nuevo a Leo, nada personal), el gran atractivo de este drama espacial son precisamente las actuaciones alrededor de lo que en realidad es una historia paternofilial un tanto compleja; excelentemente estructurada y encausada por un guion que al menos no pierde la brújula en lo que refiere a dicho tema, el registro dramático desplegado alrededor de este denota una serie de fuertes emociones excelsamente representadas en torno al arrepentido y metafísico padre. El encuentro final entre padre e hija es trascendental y lo mejor del film
The Iron Claw (Sean Durkin, 2023)
POR EL FETT
Durkin entra al mundo profesional del cine y la lucha libre con un relato biopic que brilla por su honesta y natural crueldad, respetando, pero también de cierta manera elogiando el oscuro relato de esta familia de luchadores. Enfundado en un intenso drama de corte paternalista, el también guionista emprende una estructura equilibrada de sus elementos, cuatro hermanos que verán en el ring su gloria y su fin introyectando sus propios traumas y el concepto surreal de su “maldición”, la cual es abordada desde un término más emocional y psicológico sin dejar un cabo suelto o fortuito. Mención aparte para Zac Efron, que logra aquí confirmar aquel talento actoral que había dado a relucir con Ted Bundy.
Jingle All the Way (Brian Levant, 1996)
POR EL FETT
Ya un clásico de la navidad y televisión, dentro de su etapa cómico el buen Arnold haría todo lo posible por conseguir el “regalo prometido” a su escuincle, un superhéroe con demanda desbordada en fiestas decembrinas y prácticamente imposible de conseguir. Con buenos momentos humorísticos en base a su crítica al consumismo y a los medios de comunicación, el director consigue también un explosivo y recordable clímax al convertir a la cinta en un mensaje paternalista efectivo, convirtiendo al padre en la propia figura de acción con todas y las referencias que eso conlleve. Con su éxito no me explicó como Turbo Man no llegó a ser serie o incluso una mercancía real en las tiendas
El Manantial de la Doncella (Jungfrukällan, Bergman, 1960)
Por EL FETT
Oscar, Globo y premio especial de Cannes para un cuento de princesas al estilo Ingmar Bergman; un compendio fílmico que comprende a partir de una fábula uno de los temas más complejos y graves que persisten en la sociedad incluso en la actualidad: el abuso sexual: En la Suecia de la Edad Media, una princesa debe viajar al altar de la Virgen para ofrecer su ofrenda, sin embargo su dama de compañía la abandona y enseguida se encuentra con dos pastores que la invitan a su casa. Ingenuidad e inocencia embelesadas con un sentido de venganza, la mayor virtud en el rubro de lo “fantástico” es ver como de la simpleza argumental emana un relato de sentido crítico que por supuesto no abandona el aspecto espiritual y provocador del autor. Esta cinta sería una ideal introducción para todos aquellos ajenos a su obra.
Karakter (Mark Van Diem, 1997)
Ámsterdam de los años 20, Katadreuffe es un joven brillante y ambicioso que vive con su madre con quien tiene muy poca comunicación. Además ella nunca le dijo quién era su padre ni porque lo abandonó, algo que caló en su personalidad, la curiosidad lo llevará a averiguar quién es. Y este no será una pera en dulce, sino que hará de la vida del muchacho un infierno. Este drama que juega también con el thriller, mantiene una tensión constante y lleva al espectador a una pregunta recurrente ¿por qué? El odio del hijo hacia el padre se cae de su peso, pero ¿del padre hacia al hijo? Las cosas no son tan sencillas en ninguna relación y mucho menos en esta. El sorprendente el giro final es desalmado, pero sensato dentro de un razonamiento puramente lógico.
The Kid (Charles Chaplin, 1921)
Por Cinescopia
Quizás el motivo por el cuál tantas otras películas hayan tomado nota de ésta en particular, sea porque estamos ante una de las historias más centradas del genio de la comedia. Lo suficientemente centrada como para hacernos reír, llorar y emocionarnos con una bella reflexión sobre el significado de la paternidad en aproximadamente 50 minutos. Al final del día, los nexos que formamos son los que nosotros escogemos bajo circunstancias que nos superan, y todos los problemas y situaciones subsecuentes no son más que parte de la esencia de quien somos. Charlot gana una identidad peculiarmente propia en esta película, la cual funciona como un recordatorio de cuando ver la vida con simpleza en el peor de los escenarios era algo para añorarse, lo cual es una tarea directamente asociada a tener una figura paterna en el camino.
Kingdom of Heaven (Ridley Scott, 2005)
Por Dr. Dark
Estamos acostumbrados, ciertamente, a historias de madres abnegadas y padres desnaturalizados que sin pudor alguno abandonan a su propia carne y sangre. Esa polémica película, no obstante, incluye en su narrativa un atípico relato paterno-filial, en el que un cruzado, el Barón Godfrey de Ibelin (Liam Neeson), aunque tardíamente, busca a hijo ilegítimo para convertirlo en su heredero y guiarle en los caminos de la caballería y la nobleza. Aunque breve, la participación de este padre y mentor es sustanciosa y de lo mejor de la película. Un padre atípico cinematográfico, que pese a ser un extraño para su hijo no duda en brindarle su nombre, título e inclusive dar la vida por él.
The Killing of a Sacred Deer (Lanthimos, 2017)
POR EL FETT
Lanthimos exhibe sin reparo sus influencias de Buñuel y Kubrick en una amalgama estética tan hipnótica como aterradora. Perfeccionista del cuadro y fanático de llevar a su audiencia por un silencioso, lento y tenso recorrido, el griego no habla si no hay nada sustancial que decir, no muestra si no hay nada necesario qué mostrar, y no suelta sus golpes emocionales y metáforas existenciales hasta el momento exacto, lo cual no solo hace que su “absurdo” sea aterrador, sino también lo más cercano a la realidad en un despliegue de consecuencias palpables que como su título lo indica, llevarán a un sacrificio mental y físico dentro del entorno del cansancio y la monotonía familiar. El final divide, sin embargo esta es una de esas cintas que no deja a salvo ni indiferente a nadie.
Kramer versus Kramer (Benton, 1979)
POR EL FETT
Para los que solo ven Netflix, seguramente Historia de un Matrimonio los dejó en shock, pero para los que en realidad conocen y saben que hay cine fuera de su televisión, damos cuenta que Kramer vs Kramer es la líder en cuanto a narraciones matrimoniales fallidas se refiere. Muchas son las razones: primero, la aquí ganadora del Oscar desata una de las mejores “anti” relaciones histriónicas que se hayan dado, un duelo de talentos que llega a términos emocionales insospechados de parte de Streep y Hoffman; en segundo lugar, el primer Oscar de Dustin estaría perfectamente justificado gracias a que su actuación se mantiene perfecta y sin ápice de forzamiento o exageración al conflicto que se está viviendo, un papá admirable.
Ladri di biciclette (Vittorio de Sica, 1954)
Por El Cine Actuario
Obra maestra de Vitorrio de Sica, que retrata el robo de una bicicleta que sufre Antonio, la cual era su herramienta de trabajo para poder subsistir. La maestría de Sica recae en que a partir de este hecho sirve como ancla para describir la idiosincrasia de una sociedad cuyas instituciones terminan por darle la espalda a los más pobres en sus menesteres, y que la frustración y sobre todo la necesidad terminan por hacerlos recurrir al robo como manera de supervivencia. Añadir que este asunto de la bicicleta termina por ser el elemento descriptivo de la relación hijo-padre desde una óptica de la admiración y la moralidad. Acompañado de un toque de neorrealismo italiano, con una fotografía preciosa, Vittorio demuestra su maestría al exprimir todo lo que puede de un hecho que a la vista puede parecer simple, pero que termina por ser un reflejo de una dinámica social nociva que acabará traspasando generaciones.
Lethal Weapon (Richard Donner, 1987)
POR EL FETT
De todas esas películas donde dos policías con amplias diferencias hacen mancuerna para atrapar a un malévolo traficante, es esta la más divertida y mejor dirigida, con dos actores en pleno apogeo que también coinciden con la época donde el subgénero de acción tomó sus primeros bríos comerciales. La pareja disfuncional es sencillamente legendaria, con un Gibson que detonará toda secuencia de acción por venir y en perfecta armonía y química con Danny Glover. Un relato entretenido que ve sus fortalezas en la comicidad negra abordada por el estado suicida y demencial del propio personaje de Mel, y que coexiste con el equilibrio dramático de su compañero Danny, forjando una de las mejores duplas del subgénero y uno de los mejores papás de la acción
Liar Liar (Tom Shadyac, 1997)
Por Dastan
La sorpresiva exitosa comedia paternal que consiguió el trípode del éxito: excelente taquilla, buena calificación de la crítica y gran aceptación del público, está producción relata los conflictos de un padre divorciado que mantiene un excelente éxito profesional como abogado, siendo la mentira su herramienta para ganar casos, pero también para justificar no compartir tiempo con su hijo, enfrentándose a una encrucijada por su doble moral de perderlo todo. El abogado Fletcher es una de las grandes interpretaciones de Jim Carrey que logra mantener un equilibrio cómico bien ejecutado para entretener a los niños y con finas bromas para adultos. El mensaje de esta producción es claro, ningún padre quiere perder el vínculo de amor con su hijo (a).
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The Life Aquatic with Steve Zissou (Wes Anderson, 2004)
POR EL FETT
Narrativamente quizá sea uno de los puntos más bajos en la filmografía de Anderson, pero de manera irónica es al mismo tiempo uno de los relatos más profundos en cuanto a su acostumbrado tema paternal, sembrando en este fortuito encuentro entre padre e hijo, un florecimiento muy natural del amor de un hombre a través de la expiación y el orgullo, incluso llevando a su relato a cierto y buen riesgo al incluir la muerte de uno de sus dos elementos. Por otro lado, el último acto salva mucho del relleno caprichoso de la cinta, logrando también algunas de las mejores y más lúcidas secuencas dentro de su obra. Mención especial para Bill Murray, que a través de su odioso y empático personaje, crea también un halo entrañable de confort y dolor paternal
Like Father, Like Son (Hirokazu Koreeda, 2013)
Por El Cine Actuario
Un arquitecto obsesionado con el éxito profesional, recibe la noticia por parte de los responsables del hospital del nacimiento de su hijo, de que el niño fue cambiado por otro. Koreeda a través de una fotografía magistral y una dirección minimalista pero excelsa, lanza preguntas acerca del significado de la paternidad, ya no solo desde la cuestión de los lazos de sangre, sino analizando si el paternalismo es definido por otorgar sustento material o va más anclado al amor y calidez. El retrato del director nipón se aleja del maniqueísmo desarrollando a cada uno de los personajes involucrados en el conflicto para poder conocer su perspectiva acerca del tema. Y aunque al final su conclusión sea un poco ambigua, quizás para Koreeda la paternidad es un concepto más cultural que dependerá del contexto, entorno social, posición económica, familia e incluso del momento personal del individuo. Gran cinta que coloca al director japonés como uno de los mejores de la actualidad.
Little Miss Sunshine (Jonathan Dayton, Valerie Faris, 2006)
Por Cat Movie Lee
Una figura paternal redimida y es sencillamente encantadora. Los Hoover son una familia de inadaptados, con personajes verdaderamente entrañables y un potencial de afinidad sumamente alto que lideran el abuelo más adorable, Edwin, un veterano de la Segunda Guerra Mundial que ha sido expulsado del asilo donde se encontraba por usar y vender heroína y su hijo, Richard, un hombre que construye su carrera como motivador profesional y que intenta inyectarle ánimo a cualquier situación por adversa que sea, incluida su familia. ¿El punto en común? La pequeña Olive, un encanto de chiquilla que comparte con estos dos hombres (más que con su madre) sus sueños y aspiraciones por convertirse en reina de un concurso de belleza para niñas.
The Lion King (Roger Allers, Rob Minkoff, 1994)
Por El Fett
El asesinato de Mufasa es sin duda uno de los momentos favoritos en el mundo mágico Disney, no por el hecho de su magnificencia visual para la época y el formato, sino porque sencillamente uno prefiere aceptar o percibir la estilización de la híper violencia a través de la animación como irreal o fantástica sin pensar en la complejidad del hecho plasmado (basado en Hamlet). Creo que el motif y la compenetración con su título, James Earl Jones, Elton John y Shakespeare encajan a la perfección en esta épica, pero sin duda su toque maestro reside en el equilibrio narrativo que provee la ligereza de un tan sencillo vocablo como complejo concepto: Hakuna Matata.
The Little Mermaid (John Musker, Ron Clements, 1989)
Por Glen
El inicio de la era del renacimiento de Disney en 1989, después de no haber tocado cuentos de hadas en 30 años. El éxito de La Sirenita marcó a toda una generación con musicales que forman parte integral de la narrativa. Donde los ejecutivos de Disney descubrieron que el público amaba el teatro musical aunque no lo supieran, estilo que cimentó la imagen actual de la industria animada, al menos en occidente. El carisma de los personajes, los colores vibrantes y el oscuro cuento de hadas modificado para un final feliz serían la mina de oro que les haría ganadores de dos Oscar. Su lugar en este top está más que merecido, coronándose como una de las monarcas del estudio
Magnolia (Paul Thomas Anderson, 1999)
Por El Fett
Magnolia puede ser el testimonio cinematográfico más complejo y la vez más claro sobre el cine coral, mismo que aquí se desarrolla bajo 9 personajes o sub tramas que a pesar de tener una sutil unión narrativa entre ellas, guardan un vínculo evolutivo dentro de los 3 actos esenciales del planteamiento, confrontación y resolución. Es notorio el nacimiento de una revolución narrativa dentro de esta obra de Anderson, y es que a pesar de que el cineasta pudiera denotar varias influencias (Altman la más clara), es esta innegablemente su sello autoral más innovador y/o creativo. Cruda, humana y maravillosa, de tintes surreales y provista de una lógica interna majestuosa, PTA construye una joya emocional, expiatoria y catártica, de las mejores en la historia
Man of Steel (Snyder, 2013)
Por El Fett
Estamos ante un film del subgénero fuera del arquetipo de las caricaturas. Snyder logra imprimir un ritmo substancial a un libreto propositivamente polémico ¿Lo mejor? Esos cimientos narrativos en sus flashbacks y la estructuración paternalista de su personaje, a pesar de una fugaz transición emocional junto a la mediana interpretación de algunos. Infravalorada por acusaciones “religiosas” en el obvio simbolismo que posiciona al hijo de Krypton como la versión más fantasiosa, actual e ideal de Jesús, el testamento ya estaba escrito desde la fuente original y el estatuto de Donner ¿Por qué entonces no tener conciencia de dicho elemento? Si bien Snyder explota dicha metáfora espiritual, es mérito de su desarrollo fundamentar y estructurar al héroe desde su origen paternal.
Matilda (Danny DeVito, 1996)
POR EL FETT
Divertida y obligada cinta tiene una chispa especial provista por la misma naturaleza de los personajes de Roal Dahl: una niña con poderes telequinéticos que descubre ser más lista que sus padres, los cuales son un estorbo en su desarrollo intelectual al negarle el acceso a la lectura y obligarla a tareas idiotas que incluyen las actividades ilícitas pero inofensivas de su padre. Danny DeVito creó como director y actor una de los clásicos del cine familiar de los 90, en este mundo satírico conformado por abusadores adultos, unos padres idiotas y una directora escolar que gusta de torturar niños. Todas ellas barreras del crecimiento y desarrollo que encontrarán en la dulce Maestra Honey la perfecta salida hacia el entendimiento y amor fraternal y familiar.
Million Dollar Baby (Clint Eastwood, 2004)
Por El Fett
Sin duda el epitome de su tema patriarcal es también la conexión perfecta y clímax entre el Clint director y actor. Uno de los mejores dramas deportivos y ganadora del Oscar, la confirmación de su figura de culto (ahora como cineasta) se ve ensalzada por una gama actoral sinónimo de perfección, logrando no solo una química paternalista con Swank entrañable, sino también de nuevo con su socio actoral por excelencia, Morgan Freeman, en una unión que ya había desplegado excelencia en 1992. Un film sencillo en apariencia, pero que engloba una complejidad directiva sobresaliente, desde el bello manejo de esos planos “western” y su adaptabilidad al mundo del deporte
Minority Report (Spielberg, 2002)
POR EL FETT
Basada en el cuento de K. Dick, este complejo dilema de la predicción del crimen sobre el libre albedrío significaría una de sus mejores relatos de SF, relegado injustamente a una cinta de acción más. No solo estamos ante una dirección sobresaliente que mantiene un eficaz tono de suspenso durante más de 2 horas y media y tres giros perfectamente estructurados, sino ante un ejemplo de ambientación física y visual envolvente donde el director mantiene todo su metraje bajo oscuros tintes azules proyectando así la sensación de ahogamiento y del elemento agua presente durante toda la trama. Elementos como la evolución tecnológica, el manejo magistral del lenguaje publicitario y la banda sonora de Williams agregan mucho valor
Mrs. Doubtfire (Chris Colombus, 1993)
Por Kim Tobias
Su título en Latinoamérica lo dice todo: Papá por siempre, un clásico para todo niño de los 80’s y 90’s que pasaban en la tv abierta hasta el cansancio en donde Robin Williams hace de un padre recién divorciado y desempleado que hará prácticamente lo que sea para pasar con sus hijos más tiempo del que la ley se lo permite. Así se convierte en la señora Doubtfire, una mujer de la tercera edad que será contratada por Miranda (Sally Field), la ex esposa de Daniel (Robin Williams) para cuidar a sus hijos mientras ella trabaja; entonces veremos cómo Daniel intenta sobrellevar su doble vida sin ser descubierto al mismo tiempo que trata de conseguir en la corte una custodia compartida más justa.
Mystic River (Clint Eastwood, 2003)
Por El Fett
Estamos hablando de uno de los puntos más altos en cuanto al cine thriller se refiere. Oscura, ágil y misteriosa, el tema del abuso es el punto de partida para encausar un complejo estudio de personajes que desemboca también en un sutil pero trágico cuento de gánsteres aderezado con los elementos policiacos aprendidos desde Siegel. Una excelsa narrativa de 3 ejes (Penn, Bacon y Robbins en sus puntos máximos) dentro de un caso que siempre se posa al borde del suspenso y de lo impredecible, y que como el genial narrador que es, se ve ensalzado por una escena final que completa el círculo perfecto que crudamente se establece desde su inicio. Gran, gran cinta.
Mulan (Barry Cook, Tony Bancroft, 1998)
Por Ale Vega
Después de un compendio de cintas en las que la protagonista requería ser salvada por un príncipe, Disney había decidido cambiar. Fue así como se encontró con la leyenda china de Hua Mulan, que a la postre se convertiría en ésta muy apreciada versión. Valiéndose de líneas sencillas y colores que honran a su cultura, Mulan nos cuenta la historia de una hija que, deseando salvar a su padre, decide tomar su lugar y enrolarse al ejército imperial. Hablándonos de los valores familiares, la rebeldía, el respeto a la tradición y la etiqueta de “Deshonra” como punto de inflexión (que aplicaba también para el tan divertido Mushu), ‘Mulan’ es un bonito recordatorio de que somos tan importantes como las decisiones que tomamos en los momentos cruciales.
Nebraska (Alexander Payne, 2013)
Por El Fett
Una de las cumbres fílmicas en cuanto a relatos “padre-hijo” se refiere y bajo una fotografía blanco y negro hermosa, Payne dicta al espectador un cuento de hadas de redención y resurgimiento en la figura de un viejo que insiste en viajar a Nebraska a cambiar un cupón ganador falso que él cree que lo hará millonario, todo esto solo con el objetivo de darse un lujo en especial y proveer a su familia dejando algo atrás. En esta tragicómica odisea road movie el viejo se hará acompañar de su monótono hijo y de su esposa, sin embargo con su segundo varón formará una asociación que los hará por fin comprender el lenguaje de un padre, el cual dentro de su complejidad siempre existe una armoniosa y honesta simpleza: el bien de su familia.
No Desearás la mujer de tu hijo (Ismael Rodríguez, 1950)
POR ARQUICRUZ
El título deja todo muy claro y nada a la imaginación, el el poderoso hacendado Cruz Treviño Martínez de la Garza (Fernando Soler) ha enviudado y aunque la pena lo embarga y se encerrado en su habitación a causa de ese dolor, luego de un tiempo, el viejo lobo vuelve a las andadas y en esta ocasión tiene el mal gusto de cortejar a una mujer mucho más joven que él, me refiero a la dulce e inocente Josefa (Carmen Molina) pero en su orgullo y necedad no se ha dado cuenta que la señorita está enamorada de Silvano (Pedro Infante) quien es nada más y nada menos que su único hijo. Todo un drama griego en los ranchos mexicanos.
Okuribito (Violines en el cielo, Yojiro Takita, 2008)
Por Arquicruz
El director Yojiro Takita y el escritor Kundo Koyama se las ingenian para adaptar el libro de Aoki Shinmon “Coffinman” y a su vez narrar una historia que no solo habla del tabú de lidiar con la muerte, sino con el difícil tema de tener que decir adiós a nuestros seres amados pero con un muy elegante toque de humor a través del protagonista para hacer la cinta más ligera pero haciendo un hábil manejo de los tiempos para no arruinar el ambiente de cada escena y darnos una experiencia más catártica. Al final del día, nos muestran como uno debe aceptar y trabajar con las condiciones que la vida nos arroja para poder llevar una vida en paz con nosotros mismos.
The Omen (Donner, 1976)
POR JOSE ROBERTO ORTEGA
Apoyado en un guion sólido y astuto, así como en secuencias impactantes y memorables, Donner confronta las creencias y el amor filial con fuerzas obscuras y sobrenaturales. La adopción de un bebé por parte de un diplomático americano radicado en Roma y el posterior descubrimiento de la identidad de este, dan pie a sucesos aterradores. Es destacable la solemnidad con la que se abordan los temas, utilizando profecías bíblicas con tonos tétricos y pausados, apoyado en una actuación infantil escalofriante y, sobre todo, en la magistral partitura de Jerry Goldsmith (cuyo Ave Satani resuena en la cabeza de cualquier persona que vea esta película). El impacto en la cultura popular ha sido inconmensurable con el uso del cabalístico número 666.
Paper Moon (Bogdanovich, 1973)
POR EL FETT
Peter Bogdanovich mezcla las dos más grandes influencias narrativas de su carrera, la de Hawks y la de Ford, y construye con su particular y romantizada visión de América, uno de los más grandes clásicos tragicómicos con uno de los relatos paternofiliales más entrañables que se puedan encontrar. Ambientada durante la Gran Depresión, la construcción de la relación entre un estafador y su supuesta hija durante una odisea a través del territorio estadounidense, denotan la gran pasión y talento de su director – guionista, haciendo de cada momento una secuencia relevante para ir marcando la evolución de esta relación. Siempre será tan curioso como soberbio mencionar lo de Tatum, que en su debut y con solo 10 años, ganaría el Oscar a lado de su padre.
The Patriot (Roland Emmerich, 2000)
Por El Fett
Es hora de rescatar a The Patriot, una cinta bélica que además de contar con un excelente diseño de producción y valía histórica, es una historia de paternalismo emocionante y cautivador. Frente a todos sus clichés, sentimentalismos y promocionales patrioteros, Mel Gibson (si, él la tuvo que dirigir) equilibra el relato bélico con una venganza paternal, elemento que se convierte en el motif de su protagonista y por ende de la misma trama. Destacar también la construcción del personaje, un factor muy infravalorado y que se vio crucificado por la marca del prestanombres: Roland Emmerich. A todo padre ¡A todo! Se le erizan los vellos en la escena de la carroza y el tomahawk
The Phoenician Scheme (Wes Anderson, 2025)
POR EL FETT
Wes Anderson vuelve a retomar un poco de su nivel pre Budapest con un relato que explora aspectos paternofiliales bastante interesantes y desarrollados a partir de una crítica corporativa y religiosa; por un lado, la ambición desmedida y deshumanizada en la ampliación industrial y su consecuente muerte de recursos naturales y humanos, y por el otro una redención semi dogmática y surreal sobre el juicio de dichos actos en un jurado ante el mismo Dios. La conexión padre – hija y su desarrollo, así como la inclusión del elemento espía son las mejores armas de Anderson, y aunque su clímax falla en intensidad y en el factor emocional, el epílogo redondea una misión cumplida, que es lograr el equilibrio ideológico entre estas dos figuras
Pinocchio (Ben Sharpsteen, Hamilton Luske, Bill Roberts, Norman Ferguson, Jack Kinney, Wilfred Jackson,T. Hee, 1940)
Por Leo Idair
Tan oscura como fascinante. La razón por la que se convirtió en uno de los mejores clásicos de Disney es la forma en que la animación y la adaptación del cuento original sumergen al espectador en un mundo de total fantasía para luego enfrentarlo de golpe a temas tan fuertes como las drogas, el alcoholismo y la rebelión ante la autoridad. Momentos y secuencias como la de los niños convirtiéndose en burros atormentaron las noches de sueño de millones de infantes. Al día de hoy Pepe Grillo sigue siendo uno de los personajes más carismáticos de Disney, y la verdad es que llevaba sobre sus hombros gran parte del objetivo de la película: ser la consciencia que nos ayuda a distinguir entre el bien y el mal; además de ser un excelente hilo conductor para toda la historia.
The Place Beyond the Pines (Derek Cianfrance, 2012)
Por El Fett
Místico drama que desde su título ya lleva implícito el paseo onírico a presenciar, a través de un cambio generacional y de cómo las acciones en el presente pueden retumbar en el futuro de nuestro linaje. Cianfrance acude a su fetiche Gosling para concebir la figura de un padre anti heroico, y que con más miradas que diálogos, construye un entorno trágico que convierte a este en ese detonante que retumbará en un desarrollo narrativo de mucha inteligencia e interés. Desde la tarea de casting, hasta la concepción de su guion y desembocando en esos parajes contemplativos, el director utiliza al padre para hacernos partícipes activos en este cuento de desgracia y expiación.
Red River (Howard Hawks, 1948)
Por El Fett
Una épica odisea que sin lugar a dudas se ha convertido en el mejor ejercicio fílmico sobre el asentamiento del viejo oeste, y a su vez, uno de los clímax actorales de Wayne al salir de la homogeneidad heroica para enfrascarse en un personaje repleto de matices que lo hacen converger con su poco conocida y visitada faceta antagónica. Si bien el calificativo “épico” podría describir a la perfección la puesta en escena de Hawks (centrada en la época de colonización del “salvaje” territorio), Red River se distingue principalmente por ser uno de los western con mejor tratamiento dentro de la psicología de sus personajes (y uno de los primeros en hacerlo), dentro una ambientación que incluso podría ser referida como testimonio histórico
Road to Perdition (Sam Mendes, 2002)
Por El Fett
Uno de los relatos gansteriles por excelencia y que a poco a poco se ha posicionado como lo que se merece, una pieza ya de culto en el subgénero. Mendes, a través de su increíble dirección y ritmo, hace que la más rotunda tragedia se convierta en un vehículo de redención paternal con tonos que incluso alcanzan el más fino cine de aventuras ¿Lo más impresionante? Es que a pesar de la brutalidad de su contexto, se las ingenia para contar todo como si fuera una fábula apta para chicos y grandes. La última y catedrática secuencia toma un significado superior, siendo ya uno de los más bellos momentos visuales, narrativos y actorales en el cine. Si no han apreciado esta cinta como se debe, les sugiero hacerlo una, dos, tres y cuantas veces deban
The Royal Tenenbaums (Wes Anderson, 2001)
Por El Fett
Canalla y enternecedora figura, un oportunista padre que se convierte en el bastión narrativo sobre este relato de hijos(as) jodidos(as) por sus “issues”. The Royal Tenembaums es antes de una crítica a todo el sistema de valores familiares americanos, una sátira divertidísima donde un grupo de inadaptados convergen de manera instintiva hacía con su forzada familia y allegados; una cinta 100% “comunicativa” y terapéutica sobre los problemas de comunicación, enriquecida con un ritmo y unos diálogos maravillosos que convierten a todas sus partes en una máquina de engranajes cuasi perfecta, donde la química se da por espontaneidad y donde Anderson es capaz de embalar a todos bajo el mismo nivel histriónico.
A través del espejo (Såsom i en spegel, Ingmar Bergman, 1961)
Por EL FETT
Ganadora del Oscar, la crudeza del relato exhibe una honestidad brutal por parte de Ingmar Bergman, el cual se refleja como un padre incapaz de captar las necesidades y problemas de sus críos: Un escritor frío y distante pasa unos días con sus hijos, un adolescente y una joven con problemas mentales, casada con un médico que la cuida con un fervor que raya en lo absurdo. Cuatro personajes atrapados en una cabaña, la estancia desencadena una crisis familiar que exhibe la incompetencia empática y las pobres condiciones psicológicas a causa del distanciamiento patriarcal. Un relato semi biográfico, en su libro menciona que alguna vez se disculpó con sus hijos por ser un perezoso padre, a lo que ellos respondieron: “¿Padre? Tú no has sido un padre en lo absoluto”.
Shane (Stevens, 1953)
POR EL FETT
Shane nos presenta al errante vengador que, perseguido por sus demonios, se topa con una comunidad en apuros, los cuales se resumen a abandonar sus tierras por la amenaza de un sindicato criminal que clama por ellas; a diferencia de otros western, este film prescinde del tono cómico para representar el estado marginal en el que muchas familias sobrevivían en la post era de la conquista, mostrando a un George Stevens crudo y alejado del convencionalismo, incluso incomodando a la audiencia al presentar a un antihéroe intruso como el ídolo de un pequeño niño y por ende desatando un conflicto dentro del núcleo familiar. Uno de los grandes western, que muestra el nuevo tono pesimista del director, pero siempre buscando la esperanza y la reflexión sobre la bondad en la humanidad
The Shining (Stanley Kubrick, 1980)
Por El Fett
La deslealtad a su fuente original procrearía una de las más finas piezas de género, dejando en claro que Kubrick fue tal vez el mejor adaptador literario – fílmico en la historia, dándole un sentido realista a la propia definición “adaptación”, al trabajar la fuente en pro del lenguaje cinematográfico y no viceversa. Muchos se limitan en catalogarla como una cinta de terror, pero esto es insuficiente para explicar su propuesta. La obra sería una exhibición de horror psicológico fundamentado sobre lo surrealista, con elementos tan inquietantes que no se encasillan en causar la natural exposición del “susto”, sino que expone un miedo a lo desconocido, a lo grotesco y lo tétrico en un loop paranormal que busca el origen de la maldad a partir de la soledad y desesperanza.
Star Wars (1977, 1980, 1983)
Por Arquicruz
Star Wars realmente es algo que no se ve todos los años, el equilibrio tan delicado que existe entre la fantasía, la acción y el drama hacen de esta trilogía un verdadero manjar para aquellos que sabemos disfrutar del cine y es por esto que la saga es recordada y ha perdurado en la mente de sus fans, por esa gigantesca revelación que suelta el infame y alabado Darth Vader “No. *I* am your father ”, que no sólo causó todo un revuelo entre nosotros, sino que le da un giro insospechado a toda la historia al caer en cuenta que estamos atrapados en un feudo familiar, paterno filial, que se vuelve pieza clave y es el verdadero eje central de todo esto para poder vencer al mal y salvar a la galaxia.
Steve Jobs (Danny Boyle, 2015)
Por El Fett
Para su servidor, este clásico moderno del cine aún sin la apropiada valoración (el tiempo me dará la razón), es un fastuoso testimonio generacional y tecnológico que volvió a Boyle a sus orígenes. Con una habilidad que te mantiene al borde de la tensión y el éxtasis, Sorkin y Boyle construyen al mejor Jobs del cine, no solo estableciendo su “yo” estratégico, comercial y hasta maquiavélico, sino también encontrando muy en el fondo al humano relacional y hasta redentor de su propia frialdad (como si se tratase de la extensión de su mismo sistema y aparato).El valor agregado es que todo esto se construye bajo una redención de tono paternalista, revelando dicho objetivo en los últimos momentos de su metraje
El destino de un hombre (Sudba cheloveka, Sergei Bondarchuk, 1959)
POR EL FETT
Una de las más trágicas odiseas bélicas que guarda en su bellísimo final todo el significado del amor de un padre, pero sobre todo y como lo marca su título, del destino de convertirse en uno. A través de un soldado ruso que atraviesa algunas de las situaciones mas sui generis dentro de la Segunda Guerra Mundial, Bondarchuk explora todo el sentimiento de pérdida de toda su nación, pero que a través de su resiliente y esperanzador protagonista también encuentra la fortaleza necesaria para salir avante. Repleto de secuencias tan crudas como formidables, encuadradas en preciosos lienzos que acompañan a este inolvidable personaje, quizá el abrazo con aquel niño enmarque el más grande momento fílmico en cuanto a paternidad se refiere
Superman (Donner, 1978)
POR EL FETT
Fundamentación e idealización del “superhéroe”, como obra primicia el libreto de Puzo y la dirección de Donner comprenderían hace más de 40 años que para poder adaptar todos los elementos fantásticos y de ciencia ficción que convergen en las fuentes originales, el viaje del héroe tenía que consistir aquí en que este se creara como alter ego al hombre y no viceversa, fundamento principal de su mitología y concepción religiosa de cualquier tipo de “súper”. La aventura de estos personajes comenzaría entonces gracias a la obertura de Brando, la partitura de Williams y el inolvidable icono de Reeve, el superhéroe por excelencia, sin dejar de lado no sola la excepcional solemnidad directiva de Donner, sino también su comprensión adaptativa
Taken (Pierre Morel, 2008)
POR TONA A.R
Es turno de la épica, Liam vs secuestradores y traficantes. No podemos hablar de esta saga de acción sin mencionar Taken o Búsqueda Implacable, la película que lo inició todo, la que hizo de Liam el agente más peligroso, hábil e implacable, siempre dispuesto a cumplir sus promesas a los asesinos y tomar venganza por mano propia. Muy disfrutable, llena de excelentes secuencias de acción, frases icónicas, un mundo bien logrado y estructurado, con la mejor versión de Neeson como asesino de terroristas y padre del año. Lamentablemente sus secuelas no fueron igual de buenas, fallando en argumento y presupuesto, finalizando con una horrible tercera parte.
Teenage Mutant Ninja Turtles (Steve Barron, 1990)
POR EL FETT
Una aventura tan oscura como divertida que amalgama en un thriller social un cuento de artes marciales sobre venganza y redención. Barron crea una mitología urbana exquisita que para desgracia de todos nunca alcanzaría el mismo nivel u otro clímax narrativo, ni en cine, y mucho menos en televisión. Con un villano de antología, una labor de efectos, maquillaje y vestuario excepcional, un humor ochentero brillante basado en la buena química de las propias tortugas, personajes secundarios entrañables y secuencias de acción y artes marciales tan emocionantes como bien coordinadas, incluso el elemento emocional alrededor de su tema paternal sirvió para encausar lo que a la fecha es una de las mejores y más infravaloradas cintas de los 90.
Teenage Mutant Ninja Turtles: Mutant Mayhem (Jeff Rowe, Kyler Spears, 2023)
POR EL FETT
El renacimiento de las tortugas ninja vendría de parte de una reformulación de su origen, pero también de la confirmación argumental y estructural de una historia que refiere a una aventura de héroes y villanos “afroamericanos”. Esto permite a sus directores encausar con naturalidad todos sus elementos, lenguaje y folclor, pero también una excelente crítica racial dentro de un contexto atemporal, y que deja mediante una tensa y entrañable misión, una moraleja nada forzada de inclusión y aceptación. El diseño de personajes, estilo de animación y banda sonoras son solo elementos de gran valor técnico para un excelente guion que se preocupa más por sus tortugas y villanos, que por su misma y notoria ambientación. Eso marca diferencia
There will be blood (Paul Thomas Anderson, 2007)
Por El Fett
El segundo Oscar de Daniel vendría de la mano de un frontal y cruento empresario petrolero que de muchas maneras parece por momentos una extensión del “Carnicero”, pero con una disminución de ímpetu dadas las necesidades de la extraordinaria narrativa de PTA, una especie de salvaje fábula empresarial que en sus tangentes propone no solo un juicio sobre la hipocresía espiritual, sino también un desgarrador drama entre padre e hijo. Aunque este papel también denota una dualidad constante, la gran diferencia con su asimilado es que aquí nuestro antihéroe Daniel Day-Lewis proyecta una falsedad como eje narrativo de su personaje, convirtiéndose literalmente en el principal y único vehículo de donde emanan las cuestiones religiosas, monetarias y sociales de la historia.
Titus (Christopher Titus, 2000 – 2002)
POR EL FETT
En los albores del nuevo milenio y con la llegada del incorrecto millennial a la adolescencia, comenzaron a salir muchas series que intentaban maniobrar y manifestar los perfiles más tóxicos sociales, paterno y/o maternofiliales de la manera más cómica y terapéutica posible. Una de las más fugaces, buenas y divertidas fue Titus, una especie de biopic muy “ficcionalizada” en donde su creador, director, escritor y portagonista solía romper la cuarta pared para relatarnos las peripecias de su día a día y los conflictos de él y su hermano con su padre, un hombre cínico, violento y vulgar interpretado de manera absolutamente sublime y natural por Stacy Keach, un hijo de puta encantador y mejor que cualquier pinche terapia psicológica. Los 53 episodios en esas tres temporadas son oro puro
Toni Erdmann (Maren Ade, 2016)
Por El Fett
Alemania no es exactamente popular por su comedia. Mucho menos si dura más de hora y media y toca temas densos, como crisis existenciales y el intento de remediar relaciones familiares rotas. Aun así, Toni Erdmann, con casi 3 horas de duración, causó sensación al momento de su estreno, tanto dentro como fuera de Alemania, con un humor seco, genial edición y buen timing. Un padre bromista intenta reconectarse con su hija obsesionada con el trabajo (una genial Sandra Hüller), le hace una visita sorpresa y, ante la negativa de ella a pasar tiempo con él, se inventa un personaje para estar cerca de ella. Poco a poco, se van reconectando y ambos aprenden algo uno del otro, mientras ponen en perspectiva sus respectivas vidas y decisiones, pasadas y futuras.
Totem (Lila Avilés, 2023)
Por El Fett
Muchas condolencias en la vida diaria suelen ser artificiales, no porque sean falsas, sino porque los asistentes a un sepelio o funeral les es imposible conectar con el dolor de aquellos que han perdido a un ser querido (es natural, pues puede que no sean tan allegados al núcleo familiar o bien no han tenido a la muerte rondando tan cerca de su hogar). Tótem es un condolencia sincera y universal, una pieza artística que traspasa el formato fílmico para establecerse como un discurso humano y comprensivo hacía aquellos a los que la muerte ha visitado. La directora logra un ritual que celebra el traspaso de la vida hacía la muerte, y de paso una de las mejores películas mexicanas de los últimos años.
Treasure Planet (Ron Clements y John Musker, 2002)
Por Uriel Salvador
Más que ser una aventura pirata que usa el espacio como si fuera el océano, cuya estética steampunk y combinación de animación hecha a mano con Deep Canvas le dan autenticidad y distinción a los personajes y su mundo, es una historia que trata sobre la necesidad de afecto de un hijo por parte del padre (evidenciado en el trasfondo atípico de Jim y el rol doble que ejerce John Silver como figura paterna y villano). Quizás una de las cintas más infravaloradas de Disney, que además simboliza el último vestigio de una época extinta que todavía espera redención y perdón, pues su fracaso en taquilla (verdadero evento histórico) significó la muerte de la animación tradicional en Occidente.
The Tree of Life (Terrence Malick, 2011)
Por El Fett
El Terrence Malick más surreal, filósofo, psicológico, dramático, paternalista, contemplativo, expresionista y existencial; precisamente las variadas ramificaciones de este árbol narrativo y evolutivo son las que van construyendo una joya fílmica sin precedentes, sumida totalmente en un estilo lírico y de estética contemplativa e impresionante. Muchos la acusaron de pretenciosa ¡y lo es! Pero aquí lo que se debe terminar juzgando son los resultados de dicho y complejo manifiesto centrado en el lugar que ocupa una familia, su relación, sus traumas (paternales) y final reunión en el más allá en el gran árbol de la vida, desde la formación del universo hasta el final de cada ser humano. Impecable de principio a fin, la ganadora de la Palma de Oro es un hito artístico en el árbol del cine.
To Kill a Mockingbird (Robert Mulligan, 1962)
Por El Cine Actuario
Interpretado de manera sublime por un Gregory Peck en el clímax de su carrera, la mayor virtud en el relato de Harper Lee, tan espontáneo como emotivo, es esa entrañable estructura narrativa en donde la historia se desarrolla a través del sentir y percepción de su protagonista, una niña que ve a su padre como el símbolo social ideal en el entorno de la depresión estadounidense. Dicha visión es recalcada en la narración de su adulta versión, pues esta se somete al recuerdo infantil, haciendo a ese flashback no solo visual, sino también puro e inocente desde la voz de su pasado. ¿Se acuerdan que la perspectiva kantiana describía al padre como una figura de justicia?. Atticus quizás sea el ideal de la figura paterna desde la óptica de esta corriente psicoanalítica. Legendaria fábula
Un rincón cerca del cielo (Rogelio A. González, 1952)
Por Cat Movie Lee
Hay algo en Un rincón… que sobrepasa la desgracia, la pinche mala suerte y el sino del pobre, y si alguien sabía representar ese sentir a la perfección, era Pedro Infante en una actuación soberbia y una mancuerna perfecta con otra de las grandes del drama, Marga López. Me atrevo a decir que esta tragedia supera a la mítica muerte del Torito en Nosotros los pobres, porque no encontrar oportunidad para trabajar honradamente con un sueldo justo y vivir de lo que se pueda, no está tan mal, pero cuando la vida se ensaña, te quita lo que más quieres (incluida la dignidad y las ganas de vivir) y no conforme con eso te deja más jodido de lo que empezaste… es para no solo cuestionar la existencia de dios, sino para renegar con toda justicia de que en el colmo del sentimentalismo, una pareja de pobres diablos con una boca más que alimentar, termine experimentando la antítesis de lo que verdaderamente sería un rincón cerca del cielo, que no es un edén lleno de riquezas, ni es el cielo de los condenados devotos.
Una Familia de Tantas (Alejandro Galindo, 1949)
POR EL FETT
El protocolo de una estricta y familia mexicana es sacudido por la presencia de un inalcanzable vendedor de aspiradoras. La venta así se convierte en el elemento que dispara el enfrentamiento de las costumbres machistas y del yugo patriarcal contra la evolución del pensamiento mexicano, el rompimiento de un esquema primitivo y tradicional y uno de los primero ejemplos de la liberación femenina en el cine mexicano. Original drama y romance donde la fuerza actoral de un genial y repugnante Fernando del Soler se confronta a un entrañable príncipe azul mexicano sin capa ni espada, pero si con labia, aspiradoras y refrigeradores soberbiamente interpretado por David Silva.
Ustedes los ricos (Ismael Rodríguez, 1948)
POR JOSE ROBERTO ORTEGA
Segunda parte de la trilogía inaugurada con “Nosotros los Pobres”, que romantiza la pobreza, el estilo de vida y los valores morales de las clases populares. En esta, hay un enfrentamiento ideológico más frontal con las clases acaudaladas, debido a que la abuela de “Chachita”, hija del matrimonio de Pepe el Toro y La Chorreada, es una señora rica que busca que su nieta vaya a vivir con ella, dejando atrás las penurias que vive con sus padres. La confrontación entre las dos clases sociales, aderezada con la aparición de “El tuerto”, hacen de esta uno de los melodramas imprescindibles del cine nacional, tanto por el carisma de Chachita como porque la tragedia pocas veces alcanzó niveles tan intensos, marcando a muchas generaciones con la escena del incendio y el icónico grito de Pepe el Toro llorando a su hijo, el Torito.
Vozvrashchenie (El Regreso, Andrey Zvyagintsev, 2003)
Por Manuel Esteban Gaytan
“El Regreso” es la opera prima de Zvyagintsev, pero las innegables condiciones de este cineasta claramente influido por Tarkovsky, hace que tal detalle no se note. La historia trata sobre dos hermanos que repentinamente reciben la visita de un hombre que dice ser su padre, tras mucho tiempo desaparecido, y que no aclara el motivo de su ausencia, ni mucho menos de su regreso; por el contrario, les ofrece realizar un viaje. Pese al rechazo de uno de los hijos, ambos se embarcan en esta experiencia. Excelente debut en la dirección de uno de los grandes realizadores de nuestros días, con un espléndido desarrollo de personajes, especialmente de los dos adolescentes y una historia cruda, pero conmovedora a la vez, excelsamente desarrollada.
Warrior (Gavin O’Connor, 2011)
POR ARQUICRUZ
La simpleza de su argumento quizás los haga dudar de su genialidad, pero el cómo se desarrollan las pequeñas historias secundarias, revelando poco a poco la vida, pasado y circunstancias de los protagonistas, es el principal diferenciador para dar forma a uno de los mejores dramas deportivos de los últimos tiempos. Sin olvidar que la madurez de Nick Nolte acaba por arrasar de manera catártica y compleja el rubro actoral, es la injerencia narrativa imprescindible de este sobre los personajes de Hardy y Edgerton, lo que detona una alta dosis emocional dentro de un relato sobre la fraternidad, los daddy issues y la redención familiar. Como cereza en el pastel, tenemos unas escenas de combate bastante reales y geniales.
LA MEJOR
The Godfather I y II (Francis Ford Coppola, 1972 y 1974)
Por El Cine Actuario
¿Por qué el Padrino es considerada una vara de medir en el mundo del cine? ¿Es por el balance entre su escritura y narrativa visual que terminan por ser un complemento el uno del otro al momento de contar una historia (no existen pausas, cortes, secuencias que falten o sobren)? ¿Es su diseño de personajes tridimensionales que van desde un jefe de la mafia con un amor por su familia y un espíritu paternalista (para bien) hasta un hombre que de a poco va mostrando su verdadera esencia entre más asciende al poder? ¿Es por su montaje tan dinámico que tiene la habilidad de mostrar 5 eventos diferentes en 5 lugares distintos sin sentirse cargada o saturada? ¿Será por sus actuaciones?
Fue todo eso y más.
El cine o la ciencia de las películas consiste en articular y equilibrar, es como una mezcla química, agregar una gota extra de un ingrediente puede crear un resultado adverso a lo esperado, en ese sentido El Padrino termino por ser la fórmula perfecta pues todos sus elementos cinematográficos fueron agregados sin sentirse encimados, excesivos, o escasos, convirtiéndose en aquella receta que todos quieren copiar pero que muy pocos o casi nadie logra igualar. Más de 50 años y seguimos esperando.