A la caza de: Nicolas Cage

A petición de los lectores, esta inmisericorde sección volverá una vez al mes después de cada segunda dosis de pronóstico palomero mensual.

Nicolas Kim Coppola nace un 7 de enero del año 1964, hijo de August Coppola, este increíblemente inútil histrión con una tercia de chispazos de entre sus ya más de 70 films, gozó de un status privilegiado al ser nada más y nada menos sobrino del legendario cineasta Francis Ford, sin embargo, desde su primera aparición en una producción televisiva, Nick decidió ignorar su ya afamado apellido para forjarse una carrera por sí mismo, que para bien o para mal, lo ha llevado a ser uno de los tabiques parlantes más vistos en la pantalla grande, algo que a pesar de su mediocridad, logró con creces y eso es digno de aplaudir.

Lo que no es absolutamente nada digno, es el cuestionamiento que todo ser lógico se debe formar con respecto a su filmografía ¿Nicolas Cage cuenta con algún representante? De ser así ¿Deberíamos enfocarnos en cazar y dar muerte atroz a este? Si no es así ¿Nicolas Cage escogerá por él mismo los proyectos en los que participa? Si es así ¿Nicolas Cage estará consiente de que muchos cinéfilos quieran arrancarse los ojos con 9.5 de cada 10 películas en las que actúa? Repasemos su carrera.

Primer Acto: ¿No me llamo Coppola! Pero soy su sobrino

Como todo buen escuincle protegido de Hollywood y suponiendo que haya hecho una sarta de berrinches para entrar con calzador a la actuación con su tío (¡Francis!), el pequeño Nick comienza su carrera en la comedia romántica, primero con un disfrutable guion de Cameron Crowe en 1981 aún con el apellido Coppola en los créditos (Fast Times at Ridgemont High), y después para 1983 ya como Cage y como todo un protagónico, en la olvidable Valley Girl ¡Nada tonto el chamaco!

Para que quede claro el apoyo a la familia, Francis le otorga a su aberrante sobrino para 1984 un par de papeles en dos burdos dramas donde Matt Dillon y Richard Gere hacen los deshonores para mancharle la carrera de cineasta al apellido Coppola (Rumble Fish y Cotton Club), para después ese mismo año actuar bajo la batuta del director que no entiende lo que filma (Alan Parker), destacándose por primera vez en un mediano protagónico en el drama Birdy, telenovelón ñoño sobre la amistad post – Vietnam que aún se puede ver en algunos canales de televisión junto a Mathew Modine.

Constante como buena cucaracha en ascenso, Cage dos años después demostraría ser un atroz actor en una biopic causante de desprendimiento de retina llamada The Boy in Blue, haciéndose del protagónico para representar al atleta canadiense Ned Hanlan; ese mismo año el apoyo fraternal terminaría con otra vomitiva comedia romántica de un intermitente Francis de nombre Peggy Sue Got Married.

A pesar de este comienzo estrepitoso y nada prometedor que se alargaría 6 años, Cage por fin vería la cálida luz de la mediocridad con el género que lo dio a conocer. Obviamente debía llegar alguien como Joel Coen y su hermano para exprimirle al menos un poquito de talento al insufrible sobrinito; Raising Arizona se convertiría en un ejercicio menor de los Coen, pero una bocanada de aire fresco para la carrera de Cage, la cual despuntaría ese mismo año sirviéndole de soporte actoral a Cher en Moonstruck, film que llegó a colarse como mejor película para el Oscar llevándose 3 (Incluyendo el de Cher como actriz protagonista y el de guion) ¡Gran plataforma para cualquier actor! ¿Qué hace Nick? Como todo buen desperdicio de Hollywood, tener otros 7 largos años de insuficiencia actoral entre dramas bélicos sin pizca de talento (Time to Kill y Fire Birds), comedias absurdas y ridículas (Vampire’s Kiss, Trapped in Paradise y Honeymoon in Vegas), thrillers sin pies ni cabeza (Deadfall, Red Rock West y Zandalee) y hasta una de esas producciones que van a parar a la televisión como relleno de porgramación para los menos estrictos (It Coul Happened to You de 1994), siendo esta última en el papel de un policía ganador de la lotería su papel más recordable entre toda esta gran bola de masacre audiovisual ¿Recuerdan alguna? He ahí la confirmación.

Quizá en esos años de hundimiento, Cage comió un poco de la mano de David Lynch y una película de culto llamada Wild at Heart (1990), en la cual Cage se desempeña de manera acorde al complejo estilo visual y narrativo de Lynch sin tampoco destacar más allá de la permisiva del mismo libreto y la estructuración de sus cuadrados pero carismáticos personajes.

Segundo Acto: Dame Oscar y me convertiré en Sylvester Stallone

Para este tiempo habría que preguntarse quién le dijo a Nicolas Cage que una carrera prolífica se forja aceptando cualquier estupidez, pero al final, uno no le puede negar al actor que la insistencia rinde frutos, y sin duda 1995 sería un año soñado para uno de los hijos menos predilectos de la industria hollywoodense. Comienza mal con otro insulso thriller (Kiss of Death), pero da un giro de tuerca comparable al del Planet of the Apes o al de The Empire Strikes Back cuando Nicolas es premiado con el Oscar a mejor actor por su extraordinaria, si, extraordinaria representación de un alcohólico desencadenado en la cruda y realista Leaving Las Vegas de Mike Figgis, donde merecidamente Nick se alzaría como el mejor histrión de aquel año

¿Las consecuencias? Soltar chingadazos, trancazos y bombazos de la emoción dejando convertirse en una figurilla de acción afectada severamente por Oscar. El problema es que ni como héroe soluciona – todo uno se traga el esperpento deforme causa de solo una expresión facial; desde aquí, las probabilidades de una carrera y talento salvables se irían al carajo. Lleno de acción predecible y siempre actuando de lo mismo pero con diferente vestuario y forma en sus vellos faciales,  comenzaría con el pie izquierdo dirigido por Michael Bay en The Rock (1996), seguido por una tomada de pelo llamada Con Air (1997), de la cual aún no puedo bloquear la escena donde Cage corre hacia a mí con una explosión de proporciones apocalípticas a sus espaldas (Me recuerda también al horrible videoclip de los Red Hot Chilli Peppers de la sublime canción Under the Bridge); pata terminar ese lapsus de dos años con un entretenida mediocridad llamada Face Off (Donde curiosamente Cage es Travolta y Travolta es Cage).

El limite llegaría apenas en 1998 con una bazofia dantesca venida desde el cielo para torturar nuestra inteligencia y mandarnos directamente con el oculista: City of Angels es irritante, inaguantable, incluso se dice que después de esto a Meg Ryan se le acabo el talento romántico y le salieron herpes (Ok, exagero).Lo que sí es verdad es que ya era demasiado Cage que soportar.

Pareciera que inclusive afamados directores, sabiendo que su siguiente película sería un bodrio ¡Siempre pueden contar con Nicolas Cage! Sino pregúntenle a Brian DePalma y al mismo Martin Scorsese, los cuales solo tuvieron que poner a esta escoba viviente bajo cámara para llevar a cabo ejercicio intrascendentes como Snake Eyes (1998) y Bringing Out the Dead (1999). Pero no solo los genios lo necesitan, otros ya cazados por este cazarrecompensas también lo utilizarían como perfecto ingrediente caducado para sus 8mm (1998) y Gone in Sixthy Seconds (1999)

Para el año 200 ni siquiera una comedia familiar con moraleja como Family Man sería digna de rellenar espacios televisivos navideños por mucho tiempo, pero lo que me hizo en su tiempo juntar firmas a través del orbe para darle una muerte lenta y dolorosa a Cage, fue su penosa actuación y desastroso acento italiano en Captain Corelli´s Mandolin ¡Pero que barbarie fue ese film! Ni siquiera una tortura china con artículos filosos para el ano y los pezones puede ser tan dolorosa como ver esta tremenda porquería.

Tercer Acto: Nicolas “Ca-gue”

Hundido en su frecuente y confortable mar de detrito, sería el 2002 otro de esos años donde Cage sería rescatado por un buen guion (La estadística hasta ahora nos muestra que de cada 20 excrementos sale una perla). Para no perder la costumbre, primero actuaría en un drama bélico repugnante llamado Windtalkers, pero luego trabajaría bajo la batuta de Spike Jonze interpretando una especie de autobiografía típica de la autoría de uno de los guionistas más talentosos y desaparecidos de los últimos años: Charlie Kaufman. Adaptation le otorgaría su segunda nominación al Oscar por interpretar por partida doble a gemelos con personalidades muy diferentes y hay que decirlo, que cuando Cage se dispone a actuar, realmente lo hace bien.

A diferencia de su anterior nominación, esta vez el histrión se tomaría las cosas con calma. Le haría un mandadito con cierto encanto cómico a Ridley Scott (Matchstick Men, 2003), otro a Disney realmente para darse un balazo en la sien (National Treasure, 2004) y nuevamente sería víctima de un buen libreto con un personaje ajustado a su medida, que a pesar de su rostro de tabla roca de nula expresión, representó un ejercicio hasta la fecha recordable en mucha parte gracias a su secuencia de créditos, pero también al bizarro carisma de su personificación como el comerciante de armas Yuri Orlov de Lord of War (2005) de Andrew Niccol.

¡Y se acabó! Comenzado por uno de los más estúpidos planteamientos tragicómicos que jamás hayan visto mis ojos (The Weather Man, 2006), Cage volvería a un género de acción más deprimente que el de su primera etapa. Supongo que para esta época Cage ya habría despedido a su agente o simplemente se había convertido en un peligroso demente que igual podía “actuar” como bombero al servicio de producciones nacionalistas de lo más groseras para el intelecto y la narrativa cinematográfica (World Trade Center, 2006), como un sheriff que investiga brujería en la verdaderamente inmunda The Wicker Man (2006) o como un espectro motorizado capaz de destruir toda la reputación de cierta casa de comics en menos de 120 minutos (Ghost Rider, 2007)

¡Hasta a la SF fue su rostro a parar! Primero con Next del 2007 y después con Knowing del 2009, las cuales tratan sobre… sobre… lo mismo, un cabrón que ve el futuro o sabe cuándo se va a acabar el mundo. Claro que entre estas producciones le sobró tiempo para hacerla de policía jode – orientales en Bangkok Dangerous (2008) y hasta para hacernos dudar de la cordura de Werner Herzog con Bad Lieutenant de 2009

Un pequeño pero notable papel de un superhéroe enmascarado con mal carácter y con problemas para expresarse emocionalmente (¡Como anillo al dedo) en la extraordinaria Kick-Ass de 2010, ya no bastaba para evitar la debacle, pues si ustedes mis estimado creían que un humano no podía defecar tanta mierda ¡Aquí esta Nick! El cual nos desmiente al participar en The Sorcerer’s Apprentice (2010), Season of the Witch (2011), Drive Angry (2011), la pútrida Trespass (2011) y hasta una secuela del esqueleto motorizado más vergonzosa que su primera parte (2011)

¿Cuál es la sentencia?

Si uno se pone a revisar y pensar un poquito, el 90% de las películas en las que participa o protagoniza no alcanzan ni un 6 en el gusto del público y crítica en IMDB ¡Imaginen eso! Según eso en esta página The Dark Knight Rises es una de las mejores 100 películas de todos los tiempos ¿Dónde queda el criterio? Así mismo cabe destacar que Cage ha sido 6 veces nominado al Oscar, el triple de veces que ha sido considerado para el Oscar.

Sin duda una larga y fétida carrera con 3 chispazos de brillantez de entre más de 70 films ¿Qué debemos hacer con él? ¿Dejarlo hacer otras 20 cintas antes de encontrarse con otro buen guion? ¿Mandarlo al olvido y bloquear sus asquerosas interpretaciones? ¿O cazarlo y darle una tortuosa muerte que lo aleje del séptimo arte para siempre?

Nicolas Cage es tristemente, uno de sus actores en donde sus mejores actuaciones pudieron haber sido interpretadas por cualquier otro ¿Conclusión? De haberte llamado Coppola…

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Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett