‘Annihilation’: El reinicio dentro de la auto destrucción

Annihilation es la nueva cinta del director británico Alexander Garland, luego de la maravillosa Ex Machina de 2014. Desde un punto bastante superficial, la película bien podría ser descrita como una mezcla entre el sci-fi horror de Alien, con conceptos mucho más intelectuales a la 2001: A Space Odyssey, y una estética y ambientación que podría haberse inspirado en el videojuego The Last of Us, con algunas pinceladas de Salvador Dalí.

El proyecto está basado en la novela del mismo nombre, escrita por Jeff VanderMeer en 2014. Básicamente tenemos el misterio que rodea un “algo” que golpeó la tierra, específicamente un faro al norte de Florida en los Estados Unidos, y que luego de tres años ha desarrollado una especie de burbuja a su alrededor, alterando la flora y fauna del lugar. Para descubrir este misterio se ha investigado a través de algunas expediciones, pero nadie del personal enviado ha regresado, hasta que Kane (Oscar Isaac), esposo de Lena (Natalie Portman), se convierte en el primero. El problema es que de un momento a otro, Kane cae en estado crítico, y así es como Lena se integra a un grupo de cuatro científicas (Jennifer Jason Leigh, Gina Rodriguez, Tuva Novotny y Tessa Thompson) que se adentran en este lugar conocido como “The Shimmer”, tratando de buscar una respuesta que le permita salvar a su esposo.

Hay un gran momento que tiene el director educando a su audiencia cuando se menciona que son solamente mujeres las que formen el contingente, en ese punto sabes que el género en la historia tendrá una practicidad, sin irnos más allá de lo que se nos presenta. El gran acierto que se hace llevando la historia a través de ellas, es la complejidad emocional y vulnerabilidad del elenco femenino. Hasta este punto recomendaría que fueran a verla para no tener nada que predisponga su percepción y atención, ya que empezaré a profundizar mucho más mencionando algunos puntos importantes de la película.

Sinceramente me parece una gran pieza audiovisual, no obstante de la notoria diferencia entre sus elementos, incluso está dividida en actos, que si bien funcionan, no se detona una sintonía natural. Por un lado tenemos momentos mucho más intelectuales que se distinguen y separan del drama, y que a su vez se diferencían del horror que maneja, haciendo que no se sienta como un todo. Fuera de ello, cabe mencionar que no sabía de la existencia de la novela, es una idea (historia) bastante ambiciosa, que toma muchas complejidades biológicas y espirituales para desafiar el género, alcanzando un punto donde se torna emocional e intelectualmente atractiva, más no por ello difícil de entender, de hecho, la doble lectura resulta bastante sencilla si se pone suficiente atención a los diálogos, donde algunos llegan anticipadamente a develar ciertos misterios.

Empecemos por la construcción y representación del lugar que es increíble; La fotografía y los efectos especiales fortalecen de buena manera el misterio de éste, un espacio que comparte sitio en nuestro mundo pero que a su vez es totalmente distinto, reflejando lo más hermoso de la naturaleza, pero también el peligro latente que existe ante ella. Una mención importante es el diseño de criaturas, sobretodo una en especial… nunca había visto alguna bestia tan perturbadora como esa, resultando en uno de esos momentos que se quedan contigo luego de terminar la película, y que sin afán de exagerar, perfectamente puede tener cabida en horrorosas pesadillas.

Lo anterior, aunado a la ruptura que el director ha manifestado del lenguaje cinematográfico clásico, jugando con la composición del plano para darle una connotación mucho más intensa a lo que vemos, resulta el primer gancho.

Y tomando esa emoción, hay que hacer notorio el drama personal, lo interno y espiritual que mencionaba; Cada una de las científicas tiene una razón bastante oscura por la que deciden ir sin saber si van a regresar o no, excepto (aparentemente) Lena. Conforme la expedición avanza, van exteriorizando pequeños matices de locura, temor, duda, sorpresa o venganza, se conocen sus historias, y la narrativa se va intercalando con flashbacks sobre la vida de la protagonista durante la ausencia de su esposo, formando un núcleo emocional que va in crescendo a través de la idea de la muerte pero también de la auto destrucción. Idea que se va tocando sutilmente desde el comienzo de la cinta por medio de menciones sobre células, la inmortalidad, Dios, el amor, y los deseos internos. Siendo el mayor de ellos la necesidad de encontrar “una cura” que permita mantener vivo a Kane, permitiéndole a Lena retomar la vida que tenía con él. Y a pesar de la tragedia que la aventura conlleva, por un momento parece que ese objetivo se va a cumplir, que finalmente tendremos lo que se anhela…

Y ahí es donde se dividen las opiniones respecto a su conclusión. Me gustaría seguir desentrañando esta cinta, pero creo que la resumo muy concisamente con lo siguiente: El final me parece sublime al relacionar la ciencia y biología con la entropía y a su vez empatarla a un nivel religioso, tal y como sucedió en Ex Machina, cuando se nos contaba el Génesis para plantear dentro del libre albedrío si realmente somos libres, ahora se nos cuenta el reinicio de la creación con Caín y Abel.

Annihilation es una película ambiciosa, atractiva, estimulante, terroríficamente hermosa, cuya secuencia final sí ha sido de lo mejor que he visto en mi vida. Me quedó con las ganas de apreciarla en todo su esplendor dentro de la pantalla grande, pero también con un “overthinking” respecto a múltiples teorías sobre la existencia extraterrestre y el origen del ser humano.

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