Beau is Afraid: Ari Aster y sus Mamá das

Se suponía que Beau is Afraid sería el primer proyecto de Ari Aster como largometraje, pero el director tuvo miedo, y lo mando a enlatar para rehacer su guion. Se suponía que Beau is Afraid estrenaría en octubre del año pasado, pero el director tuvo miedo, y lo mando a reeditar. Se suponía que Beau is Afraid sería el proyecto que confirmaría la supuestamente disruptiva propuesta de un director meramente sensacionalista, pero tuvo miedo, revelándose como uno de los mayores “vende humo” de los últimos 5 años.

“Beau is Afraid” tiene miedo, miedo de narrar una metáfora sobre la opresión y abuso matriarcal, y es por eso que, en su homérica odisea, su director ha metido con calzador una serie de elementos absurdos y sensacionalistas que no solo le alejan de su analogía, sino que contradice todo el sentido reflexivo en este infumable intento de comedia de horror.

Asentado sobre una corriente surrealista, Aster se siente más cínico que cómodo y con el derecho de expresar cualquier arco argumental por más idiota que parezca. El guionista una vez más prefiere sacrificar la estructura de sus personajes, su desarrollo y mensaje, para sobreponer escenas “a lo pendejo” que intentan causar una reacción incomoda en el espectador. Incluso con la justificación de expresar artísticamente la ansiedad que vive su personaje, el director parece nunca comprender que para ello debe decidir si encontrar una explicación racional a las acciones que emprende, o bien elegir el camino surreal para dar al espectador el derecho de la percepción. En otras palabras, en su insoportable pretensión, Aster le quita la oportunidad al espectador de crear una percepción acerca de su relato “surreal”, lo cual básicamente contradice todos los estatutos de dicha corriente narrativa, regalando un pastiche de sketches de mierda que, hilados cronológicamente, intentan hacer una crítica materno filial desde varios ejes sociales que no tienen nada que ver entre sí.

Así como este idiota, toda su audiencia tiene la necesidad de hablar y/o de reinventar el surrealismo sin ni siquiera conocer el concepto, y mucho menos haber visto una película de Buñuel, Lynch o Fellini.

Así como lo dicta un diálogo en una de sus secuencias, todo llega de manera inexplicable al protagonista, justificándose en una corriente que no domina ni comprende, y en dónde su metáfora es tan superflua y predecible, que incluso no le importa cambiar de motivo o acción a su personaje. Por tal razón, no importa si el trauma de obsesión y manipulación emocional de la madre es el punto al que quiere llegar, sino el transcurso que intenta abordar situaciones absurdas que no abonan o dotan de estructura, lógica empatía a la trama. Por eso, y mientras en un momento hay una crítica al duelo de un hijo y a la hipocresía de los suburbios gringos, a la otra escena puede haber un pito gigante y un gemelo en el ático que intentan dar un trasfondo al trauma maternal y la poca virilidad masculina; por eso, mientras en un momento el director explora los distintos caminos que pudo haber tomado su personaje, al otro hay una sátira sobre la militarización y la condescendencia político – social hacía Venezuela (o cualquier otro país comunista); por eso, mientras en un momento te quiere manejar giros de tuerca que nunca encontrarán una explicación o razón de ser, al otro te quiere impresionar con secuencias grandilocuentes que parece sacadas del mero subconsciente del protagonista, en una proyección reflexiva de lo más egocéntrica y grotesca.

El surrealismo no es un juego en el que tu puedas entrar y salir cuando se te de tu chingada gana, en donde puedes arrebatas el sentido de la “percepción” y decidir que tu obra debe ser proyectada, comentada o “recordada” meramente por construir escenas para un grupo de mequetrefes impresionables que te aplaudirán como focas por tu disrupción narrativa, o mejor dicho, inutilidad. Aster es, a lo mucho, un estudiante rebelde salido de una institución promedio de cine, que debería estar haciendo comerciales de comida, pero que por un error generacional se encuentra haciendo sketches inconexos y sensacionalistas a los que pega (no edita, pega) en una sala de edición y les apoda cine.

En una de las peores películas que me ha tocado experimentar en una sala en los últimos 25 años, quizá lo único que logre Aster es la sensación de ansiedad por querer que termine su sarta de pretenciosa mierda, y que, durante tres horas, rebota de un arco argumental a otro sin que estos guarden coherencia con su acto final.

No hay nada que destacar en esta cinta. Su personaje principal no justifica el nivel de intensidad depresiva – dramática, desarrollando alrededor de este un “tragedy porn” originado de la poca estructura con la que cuenta su trauma: la madre, un personaje caricaturesco, villanesco y poco creíble, que el director decide plantear de una manera tan vaga que resulta narrativamente ofensiva. Los demás personajes sufren la misma suerte, siendo meros esbozos de una proyección real o imaginaria sin ningún sentido de ser, más que el de crear momentos gore o sensacionalistas, con explosiones, cabezas aplastadas, agujas, cuchillos, escrotos, penes.

Ni la fotografía, ni el juego de planos, ni las actuaciones (Phoenix está insufrible), ni la música, ni mucho menos los diálogos (repetitivos), ni la edición (se nota que la reeditó veinte mil veces, por que el montaje es una calamidad). Aster denota su poca pericia técnica – directiva, en un ejercicio meramente egocéntrico y con una nula impresión de suspenso, horror o comedia (como lo presume su vendimia).

Al final, Beau is Afraid es una metáfora muy simple (predecible desde su primer acto), poco desarrollada, que arrebata el poder de la opinión, de crear percepciones, de leer entre escenas, de analizar una narración, y que te impone una sarta de idioteces visuales para justificar narrar en tres horas lo poco que te dice en siete minutos.

Disto de ser el mejor o el peor analista de cine, sin embargo, y bajo el respeto y objetividad que merece tanto mi labor como la audiencia, si me atrevo a decir que aquel o aquella que justifique esta cinta de manera narrativa o artística, debería preguntarse si de verdad sabe analizar cine, replantearse lo que hace, dice o expresa, o bien darse cuenta de que simplemente no funcionan para tal labor. Beau is Afraid es la definición más precisa del término descalificador de moda: “mamador”; es la definición misma de no saber un carajo de cine. Aster es un error vivo sostenido por una generación de mamadores que creen que el cine se inventó con el streaming.

Etiquetas:  

Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


9 Comments

  • Hola… Tienes 17 años, Estas pasando por adolescencia o que tranza?

    O de plano estas muy deprimido y frustrado por no poder hacer cine, o algo así.

    Qué es lo te pasa amigo? Todo tiene solución

    Reply
  • No mamar, de entrada no puedes darte las de superioridad intelectual si eres lic en mercadotécnia. Jajajajajaja

    Reply
    • No mamar, las opiniones o críticas no se tratan de «quien» lo dice (un mercadologo, un ingeniero o un albañil) sino de «QUÉ» y como se dice.

      Reply
  • Una buena crítica no puede incluir insultos para tratar de rebajar al autor y así sentirte mejor contigo mismo, solamente quieres enaltecerte criticando algo que está recibiendo mucha atención para así apropiarte de esa atención y sentirte él rebelde que va contra los demás utilizando palabras como “sensacionalista” o “pretencioso”. Todo lo basas en lo surreal, la película no es más que una comedia de horror, bastante bien lograda, sobre la castración simbólica que hacen muchas madres, esta se desarrolla en una sociedad estadounidense utilizando ese contexto de fondo para crear el ambiente absurdo que ni siquiera es surreal, ya que nuestra realidad aunque parezca absurda, es posible, lo demás son simbolismos de su castración y deseos reprimidos del personaje. También es real que un tipo de madre así puede causar ese terror, falta de identidad y un odio reprimido que se transforma en completa sumisión, de eso es de lo que trata la película.

    Reply
    • Si. Y la trama o el tropo se sabe desde los primeros 35 minutos. No se cuestiona la trama’ sino las formas y pretenciones a la hora de contar dicha historia.

      Reply
  • Estas tipo de “críticas” se obtienen cuando pones a un
    RR.PP a hablar de cine, sin considerar que la única cercanía que tiene con la disciplina de la que no conoce más allá de lo que vi en su infancia en la tv abierta. Su lenguaje vulgar combina perfecto con su conocimiento del “cine”.
    Coincido en que la película no es para nada una obra maestra pero difiero en que sea completamente un despropósito.
    Ignoro quien sea el encargado editorial de esta página pero le falta hacer una mejor selección de lo que se publica.

    Reply
  • Jaja a los que comentaron antes que yo no inventen… La película es mala y pretenciosa desde el punto en que se vea. Ya sea que la «juzguen» desde el apartado del entretenimiento o desde una perspectiva más enfocada a la calidad cinematográfica que requiere ese lenguaje. Mal montada hecha de puros retazos

    Reply
    • Los 17 años mentales que generosamente te otorgó Rodrigo Barquera te alcanzaron para crearte un alterego que te difienda? no te puedes defender solo con tu propia identidad de autor?

      Reply
  • Jaja una crítica de “El Fett”, un mamador de Star Wars (la franquicia con más mamadores de todos los tiempos) llamando mamadores a quienes aprecian el trabajo de una persona que no hace películas de Star Wars. Pobre vato, vete a ver Disney +.

    Reply

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

*

*

*