Blood Freak: pavos, sermones y otros delirios transgénicos

Sepa usted querido lector, que no está para saberlo ni yo para contarlo pero, resulta que en las múltiples tertulias de cine surgidas entre los colaboradores de éste sitio crítico-analítico-peliculero llamado Cinescopia, más de una vez hemos intercambiado opiniones acerca de las peores películas que llegan a la pantalla grande; es entonces que me percato de las injusticias cometidas por ese señor que, bajo el seudónimo de El Fett acuchilla sin piedad a producciones como: Qué culpa tiene el niño, Acts of Vengeance y Power Rangers, por citar algunas. ¡De acuerdo! Ni yo pagaría un boleto para verlas, sin embargo, créanlo o no, en el amplio mundo cinematográfico es posible encontrar cada cosa tan terrible y espantosamente malhecha que, de tan mala saldría perdiendo incluso si se le comparará con La momia de Tom Cruise o Vacaciones de terror con Pedrito Fernández ¡Así de grave está el asunto!

Por ejemplo tenemos a Blood Freak, acerca de un motociclista llamado Herschell (guiño a Herschell Gordon Lewis, director conocido como el creador del subgénero gore), quien acompaña a una chica a su casa después de que su auto se ha descompuesto en la calle. Al llegar se encuentran con que la hermana ha organizado una orgía-light donde los invitados fuman marihuana y viajan vía LSD.

Así da inicio una chocante y bizarra historia de horror atiborrada de mensajes cristianos harto sermoneadores. Por un lado tenemos a la santurrona Angel (santa, santa pero con shortcito seductor) y por el otro a la pecaminosa y no menos buenona Ann, quien al ser despreciada por el moralista Herschell, se venga volviéndolo un adicto; para ello basta con obligarlo a fumar un cigarrito de LSD.

Pero antes de que eso suceda, Angel y Hershell citan algunas frases bíblicas y predican la palabra de Deus en medio de uno hippies rucos que están demasiado pasados para hacerles caso. El protagonista con look de Elvis Presley-Michael Landon (¿Lo recuerdan en la serie Camino al cielo?) sucumbe ante los encantos de Ann al tiempo que, por recomendación de Angel consigue un empleo en una granja de aves de corral. A cambio de un dinerito extra, Herschell es convencido por un profesor loco para que consuma carne de pavo químicamente alterada. Más tarde, la combinación de estupefacientes y las pechugas transgénicas lo transforman en un hombre pavo asesino.

Cuando veo bazofias semejantes a Blood Freak me viene a la mente una idea: Deberían prohibir que cualquier persona filme películas, más cuando se trata de hacerlo con fines comerciales; aunque eso pueda considerarse un atentado contra la libertad de expresión. Bueno, quizá exagero, pero es que productos como éste solo contribuyen a que los detractores del cine sostengan la teoría de que no se trata de un arte per sé. Bodrio infame que por la baja calidad expuesta desde el inicio, hace suponer estamos ante un ejemplo del llamado género de explotación surgido en los años setenta, cuyas características principales eran la violencia extrema, los desnudos y el gore, pero ¡No! Eso por lo menos ofrecería un mínimo de entretenimiento. Gran favor le hago catalogándola como Cine Z.

Como mencioné, Blood Freak también conocida como Fenómenos sangrientos, se trata de un filme cristiano (cada quien sus creencias aunque aquí creo que se pasan de la raya) en contra del uso de estupefacientes. Quizá tiene buenas intenciones, pero está realizado con una torpeza inusitada nivel Dios.

El elenco aunque estadounidense, sin lugar a dudas, lo integran alumnos que reprobaron el primer semestre de la carrera de actuación en un CEA de Televisa ¡No bueno! Al lado de estos incompetentes, Jaime Camil es Marlon Brando.

Por si fuera poco,  interviene de vez en cuando como si de un infomercial se tratase, el director Brad F. Grinter para aventarnos sus impresiones sobre el descabellado asunto. Lo más irritante resulta ver que agacha la mirada para leer tres líneas que no fue capaz de aprenderse de memoria.

Musiquita acorde con un sonido deficiente que sube y baja. ¡Se escucha la voz del director al gritar “Acción”! Súmenle gritos reciclados y audio desfasado ¿Le sigo? Sangre que parece cátsup, muertas que parpadean, viejos intentando aguantar la risa. Suena divertido ¿Verdad? Lamentablemente no es así.

Imposible hablar de recursos narrativos o técnicas visuales porque por más que roguemos a Yisus, Jehová, Alá o a quién usted prefiera, está cañón encontrarlos por algún lado. Abundan los fundidos a negro sin sentido, como si el director no fuera capaz de filmar más de cinco minutos sin hacer un corte para regresar al mismo sitio donde nos dejó ¡Chafa pero chafa!

Y no podía faltar la cereza del pastel más rancio que haya probado ¡El mentado hombre pavo asesino! ¿De dónde sacaron la máscara? Un niño de preescolar – sin subestimarlo- haría algo más decente con un poco de periódico y engrudo. Un antifaz de cartón con sus liguitas atrás provoca más susto. Bueno, de menos le agradezco al remedo de director hacerme recordar mi niñez.

Conclusión: Querido lector, si al ver cualquier churro asqueroso del clan Derbez o de los hermanos Wayans sientes las ganas apremiantes de exigir te devuelvan el dinero en la taquilla… ¡Detente! Respira hondo y recuerda que hay cosas peores.

 

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Acerca del autor

Flaco Cachubi     blogcinefantastico.blogspot.mx/

Amante del séptimo arte desde que tiene memoria o lo que es lo mismo desde que vio Superman. Sus géneros favoritos son el horror, la fantasía y la ciencia ficción. Ferviente admirador de Hitchcock y asiduo lector de Stephen King. El cine de luchadores, su máximo placer culposo. Se describe a sí mismo como un ser viviente que cultiva su mente, para ser un cadáver muy culto.


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