BoJack Horseman: Demasiado real, no tan pronto

BoJack Horseman llegó en un momento en el que no solo Netflix comenzaba a revolucionar (por allá del 2014) también la animación para adultos estaba por tomar una popularidad muy interesante que se sigue conservando hasta la fecha. Pero, ¿qué es lo que destaca a esta serie aparentemente tan incoherente en una industria donde ya hay demasiados shows sobre Hollywood?

Empezando por una premisa sencilla, BoJack Horseman es un caballo de forma semi humana cuya fama en decadencia se remonta a los años 90 y la exitosa serie que protagonizó, ‘Horsing Around’, pero que lucha contra su realidad actual protagonizada por el alcohol y un fallido encuentro consigo mismo.

Desde un plano personal, conozco esta serie desde hace varios años pero no fue hasta julio del año pasado que en verdad me decidí a verla, ¿la razón? No solo por los excelentes comentarios que había escuchado a través de sus nuevas temporadas, fue el libro de su creador Raphael Bob-Waksberg, Someone Who Will Love You in All Your Damaged Glory: Stories y su increíble juego de humor/seriedad, el empuje final para que hiciera un espacio entre mis actividades diarias, siendo así como me decidí a ver la primera temporada de la serie.

“That’s the thing. I don’t think I believe in deep down. I kinda think that all you are is just the things that you do.”

Lo que a primer vistazo parecería una simple comedia para adultos, es solo el comienzo de una historia que está perspicazmente elaborada para ser un reflejo de la sociedad actual, que aunque toma a Hollywood como su escenario principal, este solo funciona como un entorno popular para focalizar todos los problemas que fácilmente pueden ser identificables con la audiencia. 

BoJack Horseman no es otro show más con chistes irreverentes “fuera de tono”, pues su ingenio va más allá de una inocente situación absurda, todo está elaborado de manera tan hábil que pasa de llevarte del extremo de la risa al del llanto en segundos, pues si algo caracteriza a la serie, es la oscuridad que envuelve al personaje principal.

Una mezcla de humor que comienza por lo infantil hasta llegar a lo ridículo, pero que tiene como plato fuerte un tono de realidad tan palpable como auténtico, que es, sin duda, la esencia de la serie y lo que la hace un producto generacional imprescindible. Y es precisamente este tono satírico otra de sus cualidades más importantes; aquí lo políticamente correcto se juega de una forma tan astuta como burlesca, las cosas se dicen sin filtros o miedos a ser tachadas de insultantes, resultando en una crítica social audaz e innegable.

Las referencias a personajes de la cultura popular (en especial enfocados al mercado americano), son bromas que están ingeniosamente posicionadas para mofarse de la industria, una particularidad que encaja idealmente con la temática de la historia y cuyo forzamiento no podría ser más inexistente; desde alusiones directas como Brad Bird y Quentin Tarantulino, hasta personalidades basadas en estrellas pop como Britney Spears y Justin Bieber.

 “I need to go take a shower so I can’t tell if I’m crying or not.”

La construcción de personajes es un elemento minuciosamente cuidado dentro de cada episodio, tan detallado que incluso un pequeño comentario puede ser uno de los pilares para algo que sucederá varias temporadas más tarde. Y es por eso que se disfruta demasiado, todo parece idealmente planeado para que la perspectiva de cada personaje sea mostrada en el momento más conveniente, creando con ello una atmósfera de fascinación de la que es difícil pasar desapercibido. 

Pero para mí, su mayor genialidad reside en esa habilidad tan aguda de pasar de lo más absurdo a lo más serio, o debería decir oscuro, al contar con una temática usualmente centrada en la búsqueda de nuestras verdaderas motivaciones y realidades, que lo mismo puede ser divertido que triste y dando entonces la chispa final que une lo real con lo más descabellado. 

Y es que ¿por qué no reírse de lo absurda que resulta la vida? BoJack es la manera perfecta de evidenciar todo lo que está mal con el mundo de la manera más divertida posible, al mismo tiempo que invita a la reflexión pues no identificarse con algún personaje, alguna frase o alguna situación parece francamente imposible.

“And one day you’re going to look around and you’re going to realize that everybody loves you… but nobody likes you. And that is the loneliest feeling in the world.”

Al final, no es que todos llevemos un BoJack, o una Diane, o una Princess Carolyn dentro; la conexión es inevitable pues la vida de estos coloridos personajes son una representación muy bien fundamentada de lo que significa ser humano (he aquí otra ironía), ya sean circunstancias banales o profundas, la serie aborda muchas de estas inquietudes dando una respuesta tan concreta como real, no sin olvidar el tono agrio para darle el toque Horseman.

 

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Acerca del autor

Kim Tobias   @kimm_tobias  

Enamorada del cine clásico y los guiones astutos. También odio los finales felices... ["La estimulación visual es la razón del cine. De otra manera podríamos simplemente apagar las luces y llamarlo radio" R.A.]


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