Broker: “Si lo vas a tirar, no des a luz”
La filmografía del cineasta japonés Hirokazu Koreeda ha volcado su atención al significado de la institución de la familia. A través de diversas representaciones ha abordado varias posibilidades, desde la trágica Nobody knows, la cursilona Mi pequeña hermana, y hasta la insípida La Verdad. Broker quedaría junto a Shoplifters, por asociar el crimen y la familia, y en su forma a El Tercer Crimen.
En el inicio vemos una iglesia, es de noche. Una mujer ser acerca y tiene un bulto en los brazos. Dos mujeres policías en un auto la ven de lejos. La mujer deja el bulto en el suelo, es un bebé. Una de las detectives, Soo-jin (Bae Dona) dice “Si lo vas a tirar, no des a luz”. La madre se aleja. La detective sale del auto y levanta el bulto. Lo deposita dentro del contenedor, el cual esta vigilado por una cámara. Un hombre vestido de padre, Ha Sang-hyeon (Song Kang-ho) recoge al bebé, le indica a otro hombre que borre el vídeo. “¿Quieres ser feliz con nosotros?”, dice el hombre el supuesto cura.
Esta secuencia inicial arranca un desfile de reflexiones acerca de las líneas legales y morales entre la adopción y el tráfico de personas. La madre se alía con los criminales para determinar el futuro de su hijo. Ella salta la institución del estado, se une a tomar la decisión para vender a su hijo a la mejor familia posible. Este trío creará una extraña dinámica familiar mientas son perseguidos por la justicia. Una vez más, Koreeda teje una ficción en donde muestra la polisemia de la familia. Sus personajes terminan creando una ecuación improbable, pero por momentos funcional.
La contraparte de estos villanos es el personaje de la detective Soo-jin. Lejos de intentar ser un thriller policial, la presencia de ella es silenciosa, los espectadores vemos a través de ella la odisea de los traficantes. Ella termina representando el anhelo de la crianza, y el desenlace nos da a entender como su objetivo es obstruido por el mismo sistema.
Broker es una de las ya conocidas exploraciones acerca de las complejas relaciones entre la familia y la sociedad, en donde se asoman huecos legales y dilemas morales. A diferencia de su anterior film -el cual oscila entre la comedia y el metacine- en esta ocasión ejercita su estilo, y al final entrega un producto solemne, impulsado por fotografía impecable, momentos incómodos y un cumulo de reflexiones muy propias de su cine.