“Como Novio de Pueblo” y a nosotros nos dejaron solamente vestidos y ni tan alborotados.

Y es que es una película que fácilmente pudo ir directo a Blim, pero por alguna razón llegó a las salas de cine. Todo comienza cuando vemos a Diego (José María de Tavira) al frente en el altar, a punto de soltar las lágrimas, narrando ante sus familiares la última charla que tuvo con su prometida, donde ella le planteaba sus dudas a las que pues él hizo poco caso pensando que era algo normal y pasajero, poco a poco vamos viendo su monólogo ante las caras de ¿asombro? de sus familiares y nos damos cuenta, pues que lo dejaron ahora si que “vestido y alborotado” tal como lo indica el título, “como novio de pueblo” y ya desde ahí nos platicaron media película. ¿Porqué adivinen que pasa después con Diego? pues si, efectivamente lo que le pasa a cualquier persona que dejan botada en el altar, se sume en una profunda depresión, pasan los días, no se baña, no va a trabajar, le llama y deja miles de mensajes a quien le rompió el corazón, etc; si, si, todo eso por lo que ya hemos pasado todos alguna vez.

 

Pero en su rescate llegan sus queridos primos, Julián (Martín Altomaro) y Miguel (Ricardo Polanco), el primero no queda claro a detalle su situación personal (en realidad de ningún personaje) pero parece que siempre ha sido el desmadroso de la familia, carismático y queriéndose hacer el chistoso todo el tiempo; y el segundo es un hipocondriaco al que su novia controla y cuida peor que mamá, y que pasa a ser el buenazo de la historia. Así que van por él y para sacarlo de su letargo lo llevan a una fiesta de compromiso (¿porque es lo más lógico para su situación?¡) donde estará toda su familia quienes lo verán con lástima y toda la velada se la pasarán dándole algunos “curiosos” consejos para superar su dolor, y nos hace pensar que sus primos le hicieron esto tal vez como terapia de shock. Pero en realidad el shock es para nosotros, porque uno de los grandes problemas de esta comedia mexicana al igual que la gran mayoría de ellas, es que tiene un guion demasiado simple, plano y que recurre mucho a bromas y chistes facilones, y en la cena familiar esto se nota demasiado, cayendo mucho en los clichés de las familias mexicanas, y que si bien no llega a lo vulgar, está a poco.

Y pues total que después de esta decepcionante cena con su familia, Diego quiere correr a recluirse nuevamente en su casa y no saber nada del mundo. Pero entran de nuevo sus queridos primos al rescate y como plan de intervención prácticamente lo raptan para irse los 3 a Puerto Vallarta, punto en el cual la película pasa a convertirse en un intento de road movie. En el camino nos vamos dando cuenta que la familia frecuentaba Vallarta y los primos tienen sus historias en el puerto jalisciense, y el despechado Diego recuerda una de ellas con un antiguo amor, y adivinen quien los recibe justo al llegar¡ Con esto la historia ya se vuelve completamente predecible, a Diego se le comienza a olvidar que lo dejaron plantado y se empieza a conectar más con su pasado; al igual que los otros dos primos, y es donde no entendí si es una historia sobre la unión fraternal con los primos, sobre amores pasados o sobre que, porque de repente se vuelve confusa con varias subtramas y personajes que considero salen sobrando y hacen que pierdas la idea de la película.

Como hemos venido observando en la reciente cartelera de cine mexicano, hay una tendencia hacia los remakes y esta película no es una excepción, ya que es una adaptación de Primos, película española de 2011 del director Daniel Sánchez Arévalo, la cual en su momento fue bien recibida por el público español y obtuvo dos nominaciones al Goya en las categorías de actuación; pues bien de su versión mexicana no se como le vaya a ir en la taquilla, pero me atrevo a decir que  lo único rescatable son algunas actuaciones, José María de Tavira, Regina Blandón (se le da la comedia de manera natural, aunque aquí es el personaje serio y lo hace bien), Martín Altomaro, Víctor Hugo Marín (aunque aún no termino de entender su personaje, y él como actor francamente está muy desperdiciado); todos son sin duda actores talentosos, pero es difícil lograr algo mejor con un guion tan plano. Aunque también debo decirlo hay actuaciones pésimas en particular la del niño, es castrante, pudieron fácilmente suprimirlo, o al menos no hacerlo tan odioso. Como sea, el final pues no lo describiré aquí pero no hay sorpresas ciertamente; la historia pudo profundizar más en el tema de la camaradería entre primos, de los corazones rotos, de ese amor inolvidable; pero es una lástima que la narración no lo hiciera así, y digo que es una lástima porque sabemos que talento lo hay.  La película está producida por los responsables de Nosotros los nobles, aunque francamente dista mucho de la originalidad de ésta. Aunque eso si debo decirlo también hay muchos planos maravillosos de Puerto Vallarta que lo invitan a uno a quererse escapar también para allá. Dirige aquí su primer largometraje Joe Rendón (Dogma, 2017) y estrena este 15 de Marzo.

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Acerca del autor

Clementine   @@lupistruphis  

Escéptica ante todo, pero con una gran curiosidad. Amante del café y del aroma a libros viejos. Nostálgica e idealista sin remedio. Alguna vez de niña me llevaron al cine, y siempre vuelvo a él porque siempre me salva.


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