Fences: Los Monólogos de un Negro
Quiero comenzar esta crítica con un llamado hacia la comprensión de la coherencia y calidad fílmica y del cómo los temas socio políticos de los Estados Unidos han magullado calidad selectiva en la entrega de sus diversos premios. Lo visto el domingo es inconcebible, dar el premio al mejor elenco a una cinta como Hidden Figures por sobre sus muy superiores contrincantes actorales (Moonlight, La La Land, Manchester by the Sea y hasta la siguiente criticada en cuestión) fue una bofetada a la seriedad e integridad con la que los críticos o meros fanáticos al cine intentan expresar su opinión sobre la calidad fílmica que un film considerado a “competir” debe contener. Ahora resulta que qué tan malo o bueno sea un film debe depender de que tan jodida esté la situación social, política o peor aún, del estado de humor de los gringos hacia su eterna expiación hacía con la esclavitud ¡Ya no importan las actuaciones! Mucho menos el guion, el desarrollo de una trama o su dirección. Si bien Hidden Figures o la a continuación reseñada Fences conllevan ciertos elementos de calidad que las hacen relevantes, aún así quedan a años luz de ser “lo mejor” del año: la primera por su convencionalidad, regularidad y acartonadas actuaciones en un mensaje pro americano y racial muy mediocre; la segunda por ser una encausamiento teatral que despide una vergonzosa calidad y técnica directiva
No es racismo (Pueden checar mi crítica sobre Moonlight, una película muy superior), es mera pinche coherencia y aceptación de que el quehacer artístico no debe ser desmantelado en pro de temas sociales, y mucho menos un medio que sirva para engañar a la sociedad y a la audiencia.
Veamos
La última cinta dirigida, producida y protagonizada por Denzel Washington se encuentra basada en la obra de teatro homónima escrita por August Wilson. Situada en la década de los 50’s, relata la historia sobre un frustrado ex jugador de béisbol que ahora trabaja como recolector de basura; en su lucha por mantener a su familia, el patriarcado ejercerá una presión perturbadora sobre todos sus miembros: hermano, esposa y dos hijos.
Me queda claro que la obra ha de ser un agasajo, y es que la renovación de la misma regresó a Broadway con los mismos actores que ahora repiten en la versión fílmica, histriones que se entregan en cuerpo y alma en sus papeles inundando a la pantalla de fuertes y emocionales interpretaciones. No hay duda de ello: Denzel destruye y Viola construye, el primero lleno de un carisma terrorífico que hará las delicias de todos aquellos espectadores con “Daddy Issues”; la segunda como siempre robándose el film con una capacidad mágica y cautivadora merecedora de cuanto premio le den. La interacción entre ambos ejerce una estremecedora ola sentimental que en definitiva representa dos de las más poderosas actuaciones del 2016 (Aun así Denzel no debió ganar frente al superior Casey Affleck en Manchester by the Sea).
Entonces ¿Cuál es el problema de Fences? La respuesta es sencilla, y es que la producción solo pretende ser cine, quedándose meramente en el lenguaje teatral.
Denzel como director parece no tener idea de cómo proveer dinamismo a un relato de más de 2 horas de duración, suficientes para percibir repeticiones y/o redundancias (aunque no las haya) en un batido de monólogos que por momento parecen más un concurso de oratoria que una película. La estática y la falta de movimiento en la cámara, ausencia de planos y un montaje muy empobrecido hacen que el espectador se transporte a su silla en el teatro. La narrativa sufre con esta falta de técnica y pericia de su director, haciendo abrumadores y excesivos los diálogos en cada uno de los personajes y en especial los del mismo patriarca (Denzel), el cual apertura el film hablando él solito durante 20 minutos ¡20 minutos!
En cuanto a los tópicos uno podría creer (gracias a los malos estereotipos raciales) que una obra tan propia de la comunidad afroamericana (Y es que así se ha promocionado tanto en el teatro como en el cine) se dedicaría a tratar de nuevo temas relacionados con la falta de oportunidad y equidad, sin embargo Fences camina por si misma sin caer en estos clichés al retratar la convencionalidad dentro de la vida de una familia de suburbios con una cierta metáfora hacia la construcción de una “reja” o “barda”, misma que promulga su título; y hago hincapié en “cierta” porque a pesar de las buenas intenciones, esta analogía queda desdibujada dentro del lenguaje cinematográfico debido a los fallos narrativos ya citados, haciendo que “Las Barreras” de comunicación pasen a segundo plano gracias a la explosividad actoral y teatral.
En conclusión, Fences sufre de un grave problema de adaptación. Sus poderosas actuaciones no justifican su duración y tratamiento enfocado al lucimiento oral del principal protagonista; el diálogo obviamente teatral es cansino y apenas soportable gracias a la inclusión de otros personajes que logran en su aparición proveer cierta dignidad a la pobre técnica fílmica ¿Mi recomendación? Mejor verla en el teatro
3 Comments
Bah, Hidden Figures y Fences no son más que las típicas propuestas clasicotas/académicas hechas para lucimiento actoral que nominan todos los años, sean o no sean sobre recolectores de algodón. Digamos que son el equivalente nigga a lo que suele proponer gente como Tom Hooper, Stephen Daldry, Ron Howard y demás chusma. Tirarse de los pelos porque la academia las premie en lugar de películas indies como Moonlight o Manchester By The Sea (por mucho reconocimiento de la crítica que tengan) a estas alturas del partido no es que tenga mucho sentido. De todas formas, no veo a ninguna de ellas derribando a La La Land. Si acaso a los actores de Fences ganado en sus categorías, pero nada más.
De acuerdo mi estimado, aunque incluso dentro de tal rubro hay mucha diferencia, y es que a pesar de que Fences mantienen una dirección teatral, es mucho mejor propuesta que la tal Hidden Figures e igualmente las dos mucho menores que Moonlight.
Ninguna derribará a la la land, pero en actuaciones si lo veo demasiado posile
Saludos y gracias por comentar