Green Book: Otra bonita historia de amigos imposibles
En tiempos de premiaciones, y sobretodo de premios Oscar, necesitamos una película que no solo demuestre inclusión y diversidad, también que deje un encantador mensaje de amistad y que además, esté basada en hechos reales. Green Book llega a tomar ese lugar, dejando además un par de buenas actuaciones que complementan un road trip perfecto para esta temporada.
Inspirada en la historia real de Tony Lip, la película fue escrita por su hijo Nick Vallelonga y dirigida por Peter Farrelly. Situada en los años 60, Lip es un italoameriano un tanto maleducado que es contratado como chofer por el refinado y famoso pianista afroamericano Dr. Shirley; juntos recorrerán gran parte de Estados Unidos en una gira de conciertos, guiados por el conocido “Green Book”.
La cinta funciona como una comedia muy ligera y amena más que como un drama gracias al carisma de sus personajes principales, su polaridad resulta tan palpable como hilarante, creando con ello muchas situaciones graciosas que crearán una empatía inmediata con el espectador. El conflicto, por supuesto, será alinear estas dos personalidades tan distintas, de manera que las dificultades se conviertan en compañerismo y posteriormente en amistad, ambas desenvueltas de forma natural.
A pesar de que es Mahershala Ali quien se ha llevado gran parte de los premios como Mejor Actor de Reparto por su interpretación como un elegante pianista, es el personaje de Viggo Mortensen el más cautivador, gracias a la naturaleza vulgar del protagonista. Tanto sus líneas como sus acciones son el elemento ideal para que esta historia pueda ocasionar las risas necesarias y que el viaje nos resulte muy entretenido.
Fuera de esto, el filme no ofrece más que una simpática historia sobre dos personas opuestas que logran congeniar, convirtiéndolo en una road movie muy cerca del estilo de las de su tipo que es premiada más por su reparto que por su sentimental trasfondo. En otras palabras, resulta tan fácil disfrutarla como olvidarla.
Green Book es una historia lo suficientemente divertida como para hacernos olvidar nuestros problemas por dos horas, dejando una linda moraleja que aún así no es suficiente para ganar el premio gordo. La bonita de las nominadas, no puedes perdértela si lo que buscas es salir con una sonrisa del cine y un poco de fe en la humanidad.