Jungle: Daniel Radcliffe nació para ser un sobreviviente

Desde que el mundo recuerda a Daniel Radcliffe en su época de niño mago adolescente, tenemos una cosa presente. Es el chico que sobrevivió. Y este año ese mote no le podría haber quedado mejor. Su más reciente película, Jungle, demuestra que lo suyo, lo suyo, son los papeles de sobreviviente.

Lo recordará también como el cadáver ‘vivo’ que acompañó al personaje de Paul Dano en esa oda a la soledad que fue la magnífica película de ´Swiss army man’, donde sin palabras Daniel nos entregaba la que hasta el momento es su mejor actuación.

Bueno pues ahora, en Jungle, la película autobiográfica, dirigida por Greg McLean con guión de Justin Monjo y basada en la novela escrita por el mismo Yossi Ghinsberg (Jungle), Daniel nos demuestra que nació para sufrir y sobrevivir.

 

¿De qué va?

En 1980, Yossi Ghinsberg (Daniel Radcliffe) hace un viaje a la Selva del Amazonas en Bolivia.  El venía recién salido del ejército israelí en donde estuvo por 3 años y su padre no veía con buenos ojos este viaje pues ya tenía otras cosas en mente para el futuro de su hijo. Sin embargo, Yossi se revela y emprende este viaje en donde conoce al profesor suizo Marcus Stamm (Joel Jackson) y su amigo Kevin Gale (Alex Rusell), un norteamericano aventurero amante de la fotografía.

Juntos emprenden un viaje a lo profundo de la selva en compañía de Karl (Thomas Kretschmann) un guía que les promete llevarlos a experimentar el Amazonas verdadero y conocer a una tribu hasta entonces desconocida y encontrar oro en el camino.

Sin embargo el viaje sufre un contratiempo y el grupo debe separar caminos y luego de un accidente en un brazo del río, Yossi queda solo, a la intemperie, sin preparación y expuesto a los elementos.

Es de destacar la actuación de Daniel en el papel de Yossi, la dedicación y la transformación para el personaje merecen un aplauso, se nota cómo ha crecido después todos esos años de niño actor, sin embargo hay algunas cosas que no dejan de molestar como espectador.

Primero. La selva del Amazonas no parece selva, parece más bien bosque.

Segundo. Es la selva con menos fauna que se ha visto.

Tercero. Había más peligro en el bosque prohibido de Hogwarts que en este Amazonas.

Y es que de verdad, la selva en la película se ve de mentiras, tiene buenas tomas no lo niego, pero no se nota el lado peligroso del Amazonas donde la picadura de algún insecto puede provocarte la muerte y más en 1980. Aquí no, es más ni mosquitos había, solo uno que otro pero para nada la cantidad que hay en ambientes húmedos. No vimos salamandras, ni jabalíes o algo así… o sea no había fauna. Yo esperaba ver una de estas mega tarántulas para gritar como la nena que soy, pero no, no hubo nada de eso…

Lo único que nos toca ver son monos, escuchar un jaguar y unas cuantas hormigas de fuego y ya.

Es por eso que la falta de un ambiente que de verdad se vea hostil o peligroso, le restan muchos puntos a la película, y es que estamos hablando del Amazonas y fuera de 2 o 3 escenas, no hay nada que muestre las vicisitudes que se pasan cuando uno se queda atrapado en  un entorno que le es desconocido.

Vaya que James Franco atrapado 127 horas tuvo más sobresaltos que Daniel Radcliffe en esta, paseando por la selva.

El ritmo de la película es tan plano como una flatline que indica que el paciente ha muerto, así está la película, muerta para la hora. Y no es que sea difícil grabar una historia como esta, ya ha habido incontables, la primera que me viene a la mente es Life of Pi o hasta Naúfrago, pasando por la mencionada 127 horas, en las que el personaje parece no avanzar y sin embargo hay acción, movimiento, vamos descubriendo algo. Aquí simplemente no pasa gran cosa.

Fuera de algunas escenas aptas para estómagos fuertes no vemos más acción que nuestros aventureros peleando porque no hallan al guía.

Normalmente estas películas sustentan el lado sentimental con una dosis de buenos flashbacks que nos cuentan mas acerca del personaje, pero incluso esto aquí es un recurso desperdiciado.

De las actuaciones diré que nadie es de destacarse, tal vez solo habría que llamar la atención al hecho de que el guía Karl es un personaje indefinido, esperando que salte sobre alguno y lo mate o que desaparezca en la noche sin dejar rastro y los abandone en la selva y sin embargo el personaje es enigmático y neutral, no sabes si amarlo u odiarlo, no sabes si en verdad hizo algo malo o fue víctima de las circunstancias o si de plano el director al no saber por dónde encausar a este personaje prefirió dejarlo así… a que sea el espectador el que lo juzgue

En fin, no le cuento más porque fuera del buen empeño que Daniel pone para la creación del personaje, todo lo demás se siente vacío. Incluso ese guía que se antoja villano lo deja a uno como no sabiendo cómo sentirse respecto a él, incluso terminada la función.

Pero lo que si nos queda claro es que este tipo de personajes le sientan bien a Daniel, lo vemos cada vez más maduro y seguro al interpretar personajes que lo alejen del estatus del niño mago y nos ha dado buenas sorpresas, asi que esperemos que su próximo proyecto lo empuje hacia un papel más interesante.

 

Hasta Luego

 

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