La Estrada es: cortos nominados al Oscar

Llegó la temporada de premiaciones y la cereza en el pastel del mainstream y glamour será como cada año la entrega del Oscar; muchas categorías para abarcar todo el mercado posible. Aunque todos los ojos estarán puestos en las categorías principales, existe un pequeño grupo de películas poco apreciadas, aquéllas que rara vez encuentran distribuidora comercial para ser exhibidas en salas comerciales. Y no me refiero al corto (que aunque pareciera extraño, muy socorrido entre cineastas mexicanos con una producción muy elevada y de gran calidad), sino los cortos de animación.

La magia de los “cortos” en general está íntimamente relacionada con sus también poco valorado primo cercano: el cuento/novela corta. El público prefiere la novela de largo aliento sobre el cuento/novela corta porque considera que a mayor detalle, cuenta con más elementos descriptivos que hacen de la novela de largo aliento una narración más interesante. El cuento corto/novela corta como los “cortos” cinematográficos cuentan con poco tiempo para estimular la imaginación con la menor cantidad de elementos narrativos perfectamente definidos para evitar enviar un mensaje confuso.

El cortometraje animado, por otra parte, cuenta con un elemento primordial a su favor, su capacidad para alterar la realidad y expresar situaciones que bien pueden completar gesticulaciones y crear ambientes, y como en los cortos que abordaremos hoy, alivia una buena dosis de violencia de actos que podrían resultar inclusive traumáticos si fuesen filmados con humanos. Una vez expuesto mi punto invito a que demos un poco más de crédito a esta premiación y aprovechemos el esfuerzo que hace una importante cadena de cines para, aunque un poco tardíamente, exhibe todos los cortos nominados apenas unas semanas después de la premiación.

Dimanche/Sunday

Del director canadiense Patrick Doyon la Academia de Ciencias y Artes de los EUA considera el corto Dimanche (“Domingo”), que con una narrativa simple logra retratar el agotador fastidio que supone la monotonía de los domingos de un niño que apenas logra escapar de la tortura familiar a través de la imaginación, construyendo situaciones inverosímiles impulsadas por la realidad que lo rodea, y que paradójicamente ha dejado de impresionarle. Los tíos, los abuelos y hasta conceptos tan abstractos como la muerte y la religión no logran despertar en él una pizca de interés, por lo que deberá contrarrestar somnolientas reuniones familiares con la única herramienta con que cuenta todo niño.

The Fantastic Flying Books of Mr. Morris Lessmore

Pues son las letras las claves secretas como las notas de una canción” versaba una canción infantil en los 80s. Y todo aquél que haya tenido la fortuna de cultivar una relación cercana con los libros sabrá que es verdad. El único medio de entretenimiento que reúne las tres características que hacen que amemos la lectura: autonomía, independencia y portabilidad. En este corto William Joyce y Brandon Oldenburg toman un acontecimiento terrible como el huracán Katrina y un cuento popular “El Mago de Oz para crear una maravillosa fábula sobre el poder de la lectura. Con una edición extraordinariamente cuidada, los directores ofrecen una conmovedora y reflexiva historia en la que, además, podrán disfrutar unos segundos de una versión de La Foule” de Edif Piaf (“Que nadie sepa mi sufrir” para La Sonora de Margarita ¡pues!). El libro es vida, el libro inmortaliza.

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