La La Land: Una historia para soñadores

¿Alguna vez te has preguntado cómo luciría un típico musical de los 60’s ambientado en la época actual? La La Land se acerca mucho a esa respuesta. Una oda a los años dorados de Hollywood combinado con un eminente toque de modernidad que no puede dejar indiferente ni al más gruñón: o la amas, o la odias.

Por si no se han enterado, la trama sucede en Los Ángeles y se centra en Mia (Emma Stone) y Sebastian (Ryan Gosling), una aspirante a actriz y un pianista de jazz, respectivamente, que tras coincidir en varias ocasiones conocerán y vivirán el amor al mismo tiempo que luchan por cumplir sus más grandes sueños.

La La Land no es una historia que se base en la nostalgia. El reconocimiento está ahí, en cada pieza musical que nos recuerda esa inocencia que se vive cuando se canta y que invita a soñar junto con sus protagonistas; pero la cinta logra un mérito propio al tener la capacidad de crear una narrativa sólida más allá de centrar la atención en su musicalización, olvidando por momentos esta naturaleza para ser un correcto drama.

La dirección de Chazelle resulta cautivante. Y es que visualmente logra envolvernos en su mundo, seduciendo por medio de bellas melodías que se conjugan con brillantes planos secuencia para llevar al espectador a través de un mágico viaje cargado de emotividad, atreviéndose a mezclar la complejidad del amor con una dulce fantasía. El director consigue transmitirnos una vez más su pasión por el jazz (y su afición por Charlie Parker), pero sobretodo refiere su admiración al icónico cine de la gran época de Hollywood, remembrando aquellos años incluso con claras referencias de esas obras. Pero probablemente su más grande mención no es a la obvia Casablanca, sino al musical francés “Les parapluies de Cherbourg”, en cuya trama podemos encontrar su mayor similitud, resultando una indiscutible inspiración para crear su propio clásico moderno.

La cinta nos invita a soñar, a explorar las diferentes caras del romance a través de la música y la pasión, creando momentos de ficción que nos transportan a la realidad en tan sólo 2 segundos. Sin ser una cinta perfecta, su mayor mérito es la ambición del director para recrear y añadirle a su tipo un toque de frescura y modernidad que lo hacen deleitable para la época actual; eso sí, sin dejar el humor de lado cuando se debe y que deliberadamente cae en los pequeños clichés propios de un género casi olvidado.

La La Land tiene la música, la gracia y el romance; factores que la hacen imprescindible para cualquier amante del cine, no solo de antaño sino también del actual. Una deslumbrante combinación entre lo clásico y lo moderno que incita a fantasear, encontrando en sus melodías un medio, pero siendo su fortaleza narrativa el peldaño final para lograrlo.

Here’s to the ones who dream.

Etiquetas:  

Acerca del autor

Kim Tobias   @kimm_tobias  

Enamorada del cine clásico y los guiones astutos. También odio los finales felices... ["La estimulación visual es la razón del cine. De otra manera podríamos simplemente apagar las luces y llamarlo radio" R.A.]


Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

*

*

*