Las 10 Mejores Películas Cómicas del 2019

No veo problema para que Jojo Rabbit de Taika Waititi (ganadora de Toronto) y About Endlessness (mejor director en el Festival de Venecia) con el inigualable estilo surrealista de Roy Andersson se instalen en la cima de esta lista (llegado el momento la actualizaré), sin embargo su servidor no pudo contener más sus emociones (teniendo en cuenta que Waititi se va para enero y la del sueco muy seguramente ni llegue a cartelera latina) para poder recomendar lo que al momento es sin duda uno de las temporadas más enriquecedoras para la comedia fílmica de los últimos años, resaltando la industria americana por su vasta propuesta y frescos argumentos.

Zombies, luchadores, pre y adolescentes en busca de identidad, biopics, bodas satánicas, thrillers karatecas y pasadas estrellas del blaxploitation, comedia para todos los gustos y miembros de la familia, demos un repaso por lo que ha arrojado un hilarante 2019

 

10. Fighting with My Family (Stephen Merchant, Reino Unido)

Para ser sincero la biopic de la luchadora Saraya Knight entra aquí de pilón para completar la lista a 10, sin embargo esta disfrutable tragicomedia deportiva y de superación personal contiene algunos méritos que pueden hacer valer su inclusión y recomendación, sobre todo en el plano actoral, pues es la solvente Florence Pugh quien se encarga de proveer a su personaje de la credibilidad dramática necesaria para que el espectador tenga un interesante recorrido por el proceso de selección y protocolo promocional que tienen las figuras del “wrestling” americano. Destaca así mismo un Vince Vaughn más acostumbrado en los últimos años al drama y por supuesto Nick Frost, quien regala el equilibrio cómico como el patriarca de esta singular familia.

 

9. Booksmart (Olivia Wilde, Estados Unidos)

La versión femenina de la fastuosa “Superbad” que contrario a lo que se piense en el aspecto social y de tendencias, brilla por su genuinidad feminista gracias a la sorpresiva sapiencia narrativa de la directora Olivia Wilde (que deberá reconsiderar su carrera como actriz para mejor instalarse en la dirección de manera permanente). Aunque no logra los niveles de humor ni de originalidad que su predecesora patriarcal, la química entre las dos protagonistas (hasta parecidas física y emocionalmente a Hill y Cera) es suficiente para hacernos pasar un par de hilarantes horas en lo que ya es la acostumbrada e infortunada odisea citadina para llegar a “La Fiesta”.  Como suele pasar en este tipo de comedias, los personajes secundarios se terminan robando la escena.

 

8. Zombieland: Double Tap (Ruben Fleischer, Estados Unidos)

Literalmente un tiro de gracia, una extensión bastante funcional de una primera parte que el tiempo ha tratado bastante bien, llevándola al estatus de símbolo fílmico generacional. Repitiendo todos los aciertos de su predecesora en cuanto a química, metafórica familia disfuncional e impresión de humor basada en las ñoñas reglas de supervivencia (y Bill Murray), los agregados o bonus de este segundo capítulo recaen en una ácida crítica hacia la siguiente generación, la centennial, posicionadoras de los términos “poser” y/o “progre” que para bien o mal se vuelven foco del ataque humorístico. Como es de costumbre los zombis pasan a segundo plano y algunos personajes sobran, sin embargo es Madison de Zoey Deutch la que acapara todo el show y las risas

 

7. Good Boys (Gene Stupnitsky, Estados Unidos)

Y ahora la versión y/o centennial de Superbad, que funciona mejor que Booksmart gracias a la diferenciación de su humor situado en la pre adolescencia, sin dejar de lado ciertas tendencias tecnológicas, ambientales y de comportamiento social muy propias de esta generación. De momentos fastuosamente cómicos, las referencias sexuales en manos de estos escuincles lucen hasta encantadoras, en una funcionalidad narrativa provista por esa herencia obvia de la corriente Apatow. Así mismo hay que destacar la presencia de Jacob Tremblay, quizá y aún con sus 13 años, uno de los talentos histriónicos más representativos de Hollywood en estos momentos. La secuencia de la muñeca inflable y el columpio son para enmarcarlas este año.

 

6. Little Monsters (Abe Forsythe, Australia)

Suscrita a un formato serie b y pasando por encima de Zombieland, nos encontramos con esta indie australiana salida de Sundance, la cual nos recuerda que aún hay esperanza para encontrar frescura de entre toda la podredumbre argumental en la que ha caído el subgénero. Teniendo a un jardín de niños como víctimas, Lupita Nyong’o y ese pintoresco vestido amarillo son el foco de atención de un film que combina referencias a la cultura pop, un tema de superación emocional y maduración, y por supuesto una inyección de humor negro coronada por variados diálogos alrededor de la situación “infantil”. La dirección es bastante afortunada, pues la tensión sabe equilibrar el propositivo tono absurdo de la cinta. Como Planet Terror, pero para niños.

 

5. Ready Or Not (Tyler Gillett, Matt Bettinelli-Olpin, Estados Unidos)

Una comedia sangrienta con una analogía relacional atractiva y hasta de muchas maneras terapéutica, al proyectar con elocuencia y mucho humor negro el infierno que puede desatar el matrimonio. Aunque es  totalmente predecible, su desarrollo y diseño de producción repleto de simbologías “satánicas” logran encausar un final – clímax muy solvente, emocionante y que puede dejar a más de uno con una grata sonrisa y sorpresa, rematado con uno de los diálogos finales más divertidos de la temporada y que engloba toda la esencia de su metáfora.  Créame que si usted anda muy jodido(a) con su pareja, novio(a), esposo(o), y/o sobre todo con su familia, unas buenas e incomodas risas quizá puedan ayudar a su relación tóxica. P.D. Necistamos más Samara Weaving en nuestras vidas

 

4. Dolemite Is My Name (Craig Brewer, Estados Unidos)

Incorrecta y entrañable, el regreso triunfal de Eddie Murphy centrado en la figura del Rey del blaxploitation y padrino del rap le ha significado a Netflix su mejor cinta hasta ahora del año (ya llegará The Irishman y Marriage Story). La sorpresiva genialidad de esta biopic radica en que Brewer y Murphy centran su atención en el factor humano de Moore, tomando a su alter ego Dolemite, como un explosivo secundario y vehículo natural de la comicidad. Un cast totalmente funcional, la narración hace que las vulgaridades y decenas de referencias sexuales parezcan hasta tiernas, como un fin para alcanzar el objetivo “humano” de su protagonista. Por cierto, quien se roba el film no es el doble trabajo de Murphy, sino un genial Wesley Snipes ¡Imperdible!

 

3. The Peanut Butter Falcon (Tyler Nilson, Mike Schwartz, Estados Unidos)

Ganadora ya de 9 premios en su sutil y poco conocido andar, si la lógica fílmica se impone esta cautivadora odisea debería al menos contar con algunas nominaciones a mejor guion en las próximas premiaciones gringas. El mayor valor de este film es sin duda el imprescindible y único trabajo del actor con síndrome de Down, Zack Gottsagen, el cual con verdadero talento (y su innata y encantadora presencia) encausa un personaje tan complejo como divertido y adorable. No queda ahí, y es que Shia LeBouf puede considerarse redimido con el cine al crear una empática y real conexión no solo con Zack, sino con una Dakota Fanning que luce inocente y radiante. El casting es fenomenal (por ahí Bruce Dern) y el final es sin duda uno de los más emotivos del año.

 

2. The Art of Self-Defense (Riley Sterns, Estados Unidos)

Con cierta referencia a la comedia “Coeniana”, llega de golpe esta excelente comedia – thriller que de paso nos deja con uno de los mejores antagonistas del año, un Alessandro Nivola que se impone como la anti tesis del mítico Sr. Miyagi. Dicha referencia no es accidental, pues este proyecto indie nació precisamente de la idea de llevar un remake – sátira de Karate Kid, pero que afortunadamente fue evolucionando hasta convertirse en este vehículo humorístico lleno de incorrecciones y críticas hacía el machismo, la misoginia y ciertos estereotipos masculinos que aquí son desarrollados de manera hilarante. Sin concesión, habrá que seguirle la pista a su director, el cual a pesar de sus obvias intermitencias, logra un giro de tuerca final sobresaliente.

 

1. El Cuento de las Comadrejas (Juan José Campanella, Argentina)

La ironía y/o chiste final es que el primer lugar no es gringo, sino argentino gracias al esperado retorno de Campanella en una de las comedias más atrevidas y mejor escritas de los últimos años. Con un cuadro de diálogos y actuaciones tan precisas y casi perfectas, resulta prácticamente imposible despegarse de su misteriosa y divertida trama, la cual logra con la misma efectividad cómica, momentos de dramatismo y thriller realmente elogiables. A tono personal, la participación de Marcos Mundstock, líder de la legendaria agrupación musical – cómica Les Luthiers, agrega ese toque hipnótico a la trama gracias a su inconfundible voz y registro actoral. Desde ya, una de las piezas más infravaloradas del año que a mi parecer irá ganando el respeto que se merece.

 

 

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Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


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