Las 10 Mejores Películas de Adrien Brody

“Adrien el increíble” lo apodaban de niño cuando el pequeño mago se presentaba en espectáculos escolares y fiestas infantiles. Apoyado por sus padres, Adrien comenzaría a actuar a los 13 años en obras anexas a Broadway en la televisión,  teniendo una carrera constante pero de bajo perfil desde 1989.

Tras crecer de manera progresiva y moderada bajo las órdenes de directores como Terrence Malick y Spike Lee, Brody se enteraría del casting de la nueva película de Roman Polanski, a la que decidiría presentarse habiéndose aprendido todo el libreto. Su legendaria preparación para el rol daría como resultado una de las más grandes interpretaciones masculinas de todos los tiempos, ganando todo premio posible y catapultándose al estrellato.

Para bien o para mal, ese temprano clímax actoral sería duro de equiparar, incluso hasta el momento, relegando a Brody a otros buenos papeles, pero ya nunca de la importancia o registro dramático de aquella obra.

Celebremos los 51 años del narizón con sus 10 Mejores Películas

 

10 – The Village (M. Night Shyamalan, 2004)

POR EL FETT

Por momentos decente dentro del universo “giratorio” de Shyamalan (y solo un escalafón arriba de la mayoría de bodrios), la historia sobre una misteriosa comuna rodeada de mitos de monstruos en los bosques, encontró cierta relevancia gracias a su casting y a la revelación de su giro, más dramático que fantástico, y que recayó en la veteranía histriónica de personajes como los de Sigourney Weaver, Cherry Jones, Brendan Gleeson y William Hurt, formando una comuna guiada por un duelo permanente que los hace alejarse del mundo y la civilización. Brody funge como parte esencial del giro de tuerca, en una loable interpretación de alguien con capacidades especiales.

 

9 – The Jacket (John Maybury, 2005)

POR EL FETT

Thriller de ciencia ficción con algunas buenas ideas un poco mal desarrolladas, pero de donde sus actores intentan sacar el mejor partido. Brody se encuentra muy cómodo en el arquetipo de “rata de laboratorio” al que nos tiene acostumbrados, otro hombre al cual le será infringido dolor físico y psicológico, en aras de una historia que mezcla los viajes en el tiempo con un discurso dentro metafórico sobre el estrés post traumático y la difícil adaptabilidad del soldado a una vida normal. Aunque toma influencias de muchas otras películas, el mayor valor (y al mismo tiempo pecado) de Maybury es que se esfuerza de manera visual para parecer diferente, encausando un apremiante ejercicio que quizá merezca una segunda oportunidad

 

8 – Predators (Nimrod Antal, 2010)

POR EL FETT

Vamos a decir las cosas como son. Esta película es mala, pero nunca tan mala como nos lo hicieron creer, incluso siendo a la fecha la mejor secuela de la cinta de acción, ciencia ficción y ya culto de 1987. Brody prácticamente rogó al productor (Robert Rodríguez) por el protagónico, presentándose sin invitación a los castings como un verdadero hombre de acción. La elección es por demás satisfactoria, pues Brody entrega un verdadero “badass” y digno contrincante de las criaturas en cuestión jugando de locales. La cinta contiene más de un par de buenos momentos de acción, terror y suspenso, siendo complementada por una cierta credibilidad dramática de las víctimas en cuestión.

 

7 – King Kong (Peter Jackson, 2005)

POR EL FETT

El elemento cómico es el que desequilibra la balanza narrativa de este segundo remake ( y un par de secuencias totalmente ridículas en torno a la bella y la bestia), pero es innegable la pasión que despliega Jackson en lo que es una carta de amor a la película que lo hizo dedicarse al cine. Todas sus debilidades pues son solventadas por secuencias trepidantes y altamente entretenidas, de entre las que destacan esos pasajes con los monstruos, dinosaurios y la consecuente eliminación del factor humano, así como también su maravillosa secuencia clímax, que también logra algunos picos de emotividad dentro de este romance trágico. Brody se desempeña de manera loable como el héroe del relato, aunque una encantadora Watts merece todos los elogios.

 

6 – The Thin Red Line (Terrence Malick, 1998)

Esta obra maestra es un manifiesto no solo de la humanidad ante la actividad bélica, sino también de la naturaleza ante la humanidad. Un notorio clásico y logro de la cinematografía moderna, quizá su postura narrativa hasta ahora única y revolucionaria en la historia (y desgraciadamente aún por muchos desconocida o simplemente inentendible) quede mejor explicada en su comparativa con el “otro” estilo bélico de aquel año, la loable y espectacular a nivel técnico, Saving Private Ryan de Spielberg. Malick pinta una línea anti bélica permanente, y también una línea de estilo anti- Spielberg en toda la extensión de su perfecta estructuración psicológica alrededor de todos y cada uno de sus personajes (por cierto, un grandioso reparto encabezado por Penn, Nolte, Travolta, Clooney, Harrelson, Leto, Caviezel, Brody, C. Reilly, Cusack).

 

5 – Cualquier película bajo la dirección de Wes Anderson

POR EL FETT

Tras ser rechazado de último minuto del papel del “Joker” para The Dark Knight, la carrera de Brody tendría una debacle en decisiones y apariciones que practica y solamente sería solventada por sus intervenciones a la orden de Wes Anderson, el cual lo haría uno de sus actores fetiche dentro de ese muy exclusivo “club”. Por encima de su protagónico en la muy mediana “Viaje a Darjeeling” (donde comenzaría su colaboración con Wes), quizá su mejor intervención sea como el villano de la gloriosa “The Grand Budapest Hotel”, un caricaturesco malvado que incluso funge como un distractor por sobre la cautivante verdadera naturaleza bélica – humana del relato.  Otras de sus actuaciones son en The Fantastic Mr. Fox (voz) y The French Dispatch

 

4 – Midnight in Paris (Woody Allen, 2011)

Por Cat Movie Lee

¿Éramos felices? ¿Alguna vez lo fuimos? ¿O simplemente hemos vivido bajo la pesada loza existencial de que todo tiempo pasado fue mucho mejor? La última gran entrega de Allen es una auténtica gozada que explora este pensamiento obsesivo. Y mientras un remedo de escritor insiste en que no hay mejor época para haber vivido, que ‘el París de los 20s’ (entre Dalí, Hemingway, Picasso, Buñuel o Los Fitzgerald), su musa lo lleva a la locura al contradecir su premisa mostrándole una probadita de ‘La belle époque’. Brody tiene una pequeña participación, pero es tan sublime y entrañable, que su Salvador Dalí se ha convertido en uno de esos “momentos favoritos y mágicos del cine”

 

3 – Hollywoodland (Alen Coulter, 2006)

POR EL FETT

En una cinta por demás desconocida, este es una excelente ficción sobre la muerte del actor George Reeves, un noir interesante con buenos momentos y un ritmo en ratos formidable donde un torpe pero atrevido detective (un eficaz Adrien Brody) tratará de desenmascarar la verdad en un Hollywood lleno de corrupción. Injustamente olvidada, el dinamismo de su suspenso se ve aderezado con una excelente construcción de sus personajes principales: Affleck como Reeves (en el que quizá sea su mejor papel actoral), y el de Brody como el accidental y trágico detective privado que se imposibilitado en su labor no solo por factores externos, sino también por sus propias fragilidades relacionales y emocionales.

 

2 – Detachment (Tony Kaye, 2011)

POR EL FETT

Kaye es uno de esos directores “one hit wonder” que con “Historia Americana X” logró colarse en el Olimpo del cine americano. Aquí y tras mucho tiempo inactivo, intenta conectar otra batazo que de cierta manera logra golpear el modus operandi del americano al criticar nuevamente el estrato social y educacional bajo, pero que debido a su cercanía con otros productos símiles y al menos mejor recordados (Aulas peligrosas y Stand and Deliver, por mencionar algunos), en su forzado intento de diferenciación deja algo muy frustrado y narrativamente inconexo. Aquí entra Brody a salvar lo que pudo haber sido un gran fracaso, y es que el dominio que ejerce sobre su “indiferente” profesor, es verdaderamente notable

 

1 – The Pianist (Roman Polanski, 2002)

POR EL FETT

Dice un viejo proverbio chino que “una imagen vale más que 1000 palabras”.  Polanski al parecer lo tenía claro cuando supo a su madre muerta en Auschwitz, cuando mendigó por las calles para esconderse de los nazis, cuando la pandilla asesinó a su esposa, cuando huyo de Estados Unidos y cuando Wladyslaw Szpilman sobrevive a través de su música, tocando el piano y esperando la gracia de una lata de pepinillos. Roman conocía el dolor y se atrevió a transmitirlo con el único lenguaje que él conocía… el artístico, en esta tan hermosa como dolorosa combinación entre música y celuloide que se resume de manera perfecta en aquella brutal pieza clímax. La extensión para manifestar este dolor fue Brody, el cual regala una de las mejores actuaciones en la historia

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Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


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