Las 20 Mejores Películas de James Stewart
“Jimmy”, así le llamaban sus amigos a James Stewart, un chico tímido albañil y asistente de mago que, al decir tres líneas en una obra de teatro, recibió ovaciones y la inmediata atención de una industria que consecuentemente lo acogería y erigiría como uno de los mayores histriones de la historia. Sin ninguna clase de actuación o bagaje artístico previo más que su beca por arquitectura, aquel muchacho de orígenes humildes llegaría a ser de manera irónica uno de los camaleones más versátiles en la historia bajo el mando de los más grandes directores, forjando así desde la década de los 30 la que quizá sea la leyenda actoral masculina más grande de todos los tiempos.
Nacido un día como hoy pero de 1908, Stewart es a la fecha una de las mayores influencias actorales, recibiendo una doble admiración tanto por sus papeles como por su persona, manteniéndose con una figura intachable e integra tanto fuera como dentro de cámaras. Comedia, western, thriller, suspenso, drama, Jimmy destacaría en cualquier género convirtiéndose en un sinónimo de calidad y taquilla, logrando su apogeo artístico desde mediados de los 30 y hasta principios de los 60, dejando clásicos por doquier a la orden de cineastas como Mann, Capra, Ford, y Hitchcock particularmente.
Para la Segunda Guerra Mundial sería de los pocos actores tanto en prestar servicio militar como en conseguir el grado de coronel. A su regreso él mismo diseñaría ese acento que tanto lo caracterizaba, creando una especie de alter ego que junto con su gran estatura (casi dos metros), complementaría de manera idónea esa figura e imponente presencia que lo distinguían en cualquier producción.
Ganador de 2 Oscar, 2 Globos de Oro y 2 Osos de Berlín de entre su veintena de premios y más de 100 títulos hasta el momento de su retiro en 1991 (en donde sería la voz del perro Wylie en el western animado An American Tail: Fievel Goes West), recordamos a James Stewart con sus 20 mejores películas.
20 – The Shootlist (Siegel, 1976)
POR EL FETT
Así como Unforgiven fue para Eastwood el compendio y despedida a su figura en el western, The Shootist fue para Wayne literalmente la ceremonia final no solo a su icono uniforme, sino también al estilo y tono del género que reinó durante 5 décadas. Enfundado en un pistolero retirado que regresa a su pueblo natal para morir en paz, Wayne parece adoptar el papel de una forma distinta, en esta ocasión más veraz y emocional quizá debido a sensible proximidad de su despedida, marcando a esta como su última aparición fílmica antes de su muerte en 1979. Un homenaje que Siegel rinde a toda la generación de Wayne, Hawks, Curtiz, Stewart y Ford, sorprende ver que en este western desfilan grandes compañeros de Wayne como Jimmy y Lauren Bacall
19 – Ziegfeld Girl (Leonard, 1941)
POR EDGAR DEL VALLE
Con un gran reparto constituido por Judy Garland, Lana Turner, Hedy Lamarr y James Stewart, este filme cuenta las historias paralelas de tres mujeres que se convierten en actrices en el renombrado espectáculo de Broadway Ziegfeld Follies. Cinta que permite constatar la versatilidad de la Turner, en esta comedia musical que tuvo en su momento un gran éxito por parte del público, amante de este tipo de género. De una grandilocuente puesta en escena y duración, el mayor valor del relato es que su ritmo nunca decae gracias al excelente montaje y variación dramática – cómica que proveen la historia de las tres, en un ejemplo de excelente narrativa coral. Stewart se confirmaría como uno de los reyes de la cómedia fina de Hollywood.
18 – Bend of the River (Mann, 1952)
POR EDGAR DEL VALLE
Dos hombres de turbio pasado, dirigen una caravana en el viejo oeste hacia Oregón donde piensa fundar una colonia. Cuando el invierno se acerca, van a Portland a buscar provisiones que habían comprado, pero las cosas han cambiado en la ciudad y tropiezan con grandes problemas para recuperarlas. Kennedy aparece con un personaje lleno de fuerza y sarcasmo que complementa el desarrollo de este filme protagonizado por James Stewart, compartiendo de cierta manera el protagónico con este. Un excelente film que combinó el western con un gran sentido de aventura, creando un espectáculo visual, dramático y hasta cómico majestuoso. Ambos repetirían en el género más tarde con The Man from Laramie
17 – Bell, Book and Candle (Quine, 1958)
POR EDGAR DEL VALLE
Un grupo de brujos que colabora con la finalidad de que su sobrina logre el amor de su objeto de deseo. Una comedia que tuvo éxito comercial, pero no así de la crítica especializada, que sin embargo es rescatable por las actuaciones de sus protagonistas, dentro de un gran reparto encabezado por James Stewart, el objeto del deseo, Kim Novak, la bruja novata, la tía hechicera, Elsa Lanchester, y finalmente un curioso Jack Lemmon, como el hermano de la protagonista, dando muestras de su esencia y gran talento para la comicidad (y que un año después lo harían despegar de la mano de Wilder). Resalta la construcción de su universo “brujo” dentro de la ciudad de Nueva York.
16 – Destry Rides Again (Marshall, 1939)
POR EDGAR DEL VALLE
Película protagonizada por James Stewart y Marlene Dietrich, en un atípico western (no tan bien recordado a través de la historia del género), y que resalta la no violencia, a la par de su combinación de comedia, tragedia, romance, sátira e inversión de estereotipos. Marlene Dietrich participa como una cabaretera (con una mirada que encierra fatalidad, osadía y vicio) a la cual “Destry”, el ayudante del Sheriff (un muy ameno James Stewart), le cambiará la vida. Sin ser una obra maestra, si es una película digna de ver, sobre todo por las actuaciones de sus protagonistas y por el tono que mantiene, siendo un diferenciador de mucho peso para esa época.
15 – The Man Who Knew Too Much (Hitchcock, 1956)
POR EL FETT
Uno de los pocos auto remakes en la historia, Hitchcock re adapta su cinta inglesa de 1934 con 36 minutos más de duración y una mejor estructura alrededor no solo de su intriga, sino también de sus personajes. Sin demeritar lo hecho por Lorre, el elemento que ensalza esta versión es el fetiche del director, James Stewart, que denota una mejor química y mayor sensibilidad hacía con esta tragedia familiar. Es en si la amenaza que se cierne sobre este matrimonio y su hijo secuestrado, el que mantiene al filo de la butaca al espectador, en un tenso thriller que confronta las amenazas externas con la cotidianidad familiar. El giro por supuesto, dará un sentido a todos los cuestionamientos de este hombre que sabía demasiado.
14 – The Glenn Miller Story (Mann, 1953)
POR EDGAR DEL VALLE
Nuevamente con la participación de su actor fetiche, James Stewart, en el papel del legendario músico Glenn Miller, el director realiza una película biográfica bastante entretenida que en su momento tuvo un gran éxito de taquilla. Sin ser lo suyo las cintas musicales, la dirección de actores y la gran actuación de Stewart, hacen que el director logre uno de sus mayores logros, demostrando un gran estilo dramático fuera de su zona de confort en aquella década: el western. Considerada una de las mejores 100 piezas musicales en el cine, la actuación de James Stewart, sin ser tampoco una de sus más renombradas, da esa chispa y credibilidad a la gran figura del jazz, dándole mucha vida a esta biopic.
13 – The Man From Laramie (Mann, 1955)
POR EDGAR DEL VALLE
Un capitán del ejército de los Estados Unidos se hace pasar por comerciante y va a México para averiguar quién le vendió rifles a los apaches que asesinaron a su hermano. Entre los sospechosos se encuentran un arrogante hacendado, su despiadado hijo y el capataz de su rancho (que forman un glorioso cast en este intenso drama del oeste). Una cinta western de venganza, donde Stewart funge como nuestro peculiar protagonista, en esta ocasión luciendo sus mejores tablas actorales al servicio de uno de los mejores y más atípicos westerns en la historia del cine. El actor denota un dominio completo de su arquetipo, confirmando su injustamente infravalorado reinado dentro del género.
12 – You can’t take it with you (Capra, 1938)
POR EL FETT
Una de las ganadoras del Oscar más olvidadas en la historia, responde también al premio menos prodigioso de Capra sin que esta sea una mala cinta ¡sino todo lo contrario! Estamos ante una divertido y trepidante relato que en su tiempo incluso marcaría la base de las subsecuentes comedias románticas de los 40, con diálogos rápidos, espontáneos y un excelente ritmo que ayudarían a Hollywood a salir de la artificialidad de los 20 hacía la mayor naturalidad histriónica desde mediados de los 30, un sello característico y uno de los mayores aportes de Capra al lenguaje fílmico. Así mismo comienzan a verse esbozos de punzantes críticas sociales, como en este caso, donde las marcados niveles económicos son el origen delas desgracias familiares alrededor de una entrañable Jean Arthur y un divertido James Stewart
11 – The Naked Spur (Mann, 1953)
POR EL FETT
Independiente de su posicionamiento como uno de los estándares histriónicos del drama y suspenso de la época, Stewart también experimentó un paso prolífico por el western, siendo esta formidable y sensual aventura uno de sus puntos más altos. A pesar de su físico enclenque, las productoras procuraron seleccionarlo para varios roles que se salían del molde del “rudo” o “galán” protagonista, siendo en las mayoría de las veces una “víctima” del salvaje oeste que actuaba en base a la supervivencia o venganza y en este particular caso, como un accidentado cazarrecompensas. The Naked Spur es una gran aventura donde Stewart es parte de las 5 piezas que conforman una odisea repleta de tensión y suspenso, altamente disfrutable también gracias a la sensualidad de Janeth Leigh, un deleite visual en cada plano.
10 – The Philadelphia Story (Cukor, 1940)
POR EL FETT
Es interesante resaltar la vena cómico–romántica de Stewart, misma en la que no se encasillaría (ni repetiría de manera constante), pero en la que si tomaría ciertos matices para usarlos como elementos de equilibrio en su aún clímax por venir. En un proyecto desarrollado por y para Katharine Hepburn, es importante señalar que estamos aún en la pre-etapa de la guerra, donde el actor aún no convertido en Coronel (o ni siquiera en el “James Stewart”) denota un poco de más adaptación para sus co-estrellas y director (que en este caso daba la misma por el control total de la hembra empoderada fílmica por excelencia), demostrando que también su participación secundaria alimentaba la fastuosa química y ritmo de esta revolucionaria y divertida cinta que sin duda sería una de las principales influencias históricas en la “comedia romántica”.
9 – Mr. Smith Goes to Washington (Capra, 1939)
POR EL FETT
Capra – Stewart simbolizan la fábula humana y patriótica gringa, siendo esta el punto más alto (y moralino) del idealismo fílmico – político. Quizá haya envejecido dentro su contexto de crítica hacía el sistema de corrupción y su enamoramiento nacionalista, sin embargo tanto la actuación de Stewart como el tono “humanista” y hasta fantástico de Capra la hacen permanecer como una rica curiosidad más adepta a los primeros valores narrativos de Hollywood. Así mismo la convicción de estas dos figuras hace que el relato evite cualquier toque sensiblero, dando como resultado un emotivo relato que tras corromper la ética del “hombre promedio”, representa una de esas bases argumentales en lo que refiere a la excelente labor de un libreto – actor – director para dar trasfondo y desarrollo a su protagonista.
8 – Winchester 73 (Mann, 1950)
POR EL FETT
La gran obra western “como solista” de James Stewart sería esta poderosa odisea donde irónicamente el actor tampoco es en realidad el protagonista, sino un rifle… y Jimmy lo sabe, acoplándose de manera perfecta a la progresión del relato, un excelso timing y ritmo narrativo de solo 90 minutos. Pistoleros, criminales, indios, soldados, estafadores, damiselas, el rifle es testigo de todos los elementos que conforman no solo el western, sino uno de los pasajes históricos más representativos de los Estados Unidos, teniendo como clímax un emotivo y mortal duelo fraternal nacido de la venganza y distanciamiento. Indispensable no solo para la comprensión del género como una de sus piezas más originales, sino para fijar el arquetipo único que Stewart hizo del vaquero, tal y como lo harían el mismo Wayne y Clint Eastwood más adelante.
7 – Vertigo (Hitchcock, 1958)
POR EL FETT
La joya más sobrevalorada de Hithcock funciona simple y sencillamente por James Stewart y punto (¡se tenía que decir y se dijo!). Al principio su fracaso en taquilla no solo evidenció la ruptura entre Alfred y Jimmy, sino también la arriesgada propuesta noir–thriller–romance de su director en un guion que por momentos pide a gritos una cohesión entre una serie de macguffins o trampas narrativas que más que disipar “el misterio”, aletargaron y forzaron varios trazos de su desarrollo. Consecuentemente tanto la crítica como la audiencia sabría apreciar tanto la pretensión como el riesgo de Alfred, sin embargo quien siempre se mantuvo y prevaleció sobre estos cuestionamientos es Stewart, el cual se convierte gracias a su versatilidad y entendimiento de Hitch, en el común denominador de aquellas distinciones narrativas tan súbitas.
6 – Rope (Hitchcock, 1948)
POR EL FETT
¿Era Jimmy “el rubio” preferido de Hitchcock? Sin duda, y es que por encima de Grant, Olivier, o Granger, la leyenda del maestro del suspenso le debe un importante porcentaje y peso a lo hecho por Stewart, quizá siendo este el ejemplo más obvio de dicha asociación. Los dotes teatrales de ambos sirvieron para crear un joyita técnica y narrativamente revolucionaria, estableciendo los trucos del plano secuencia, pero también imprimiendo a partir del diálogo, la interpretación y la cualidad del posicionamiento de la cámara en el momento y lugar adecuado, el llamado y más puro “Suspenso” que consecuentemente tomó como propio el cineasta para forjar su nombre, slogan y mito. Una cátedra actoral de Stewart, su improvisación oral y física predomina y se traga cada momento que aparece en pantalla.
5 – Harvey (Koster, 1950)
POR EL FETT
Harvey no es un simple amigo imaginario, sino un pooka, una antigua criatura de la mitología griega que ha adoptado la forma de un conejo gigante amable, bonachón y amante de los cocteles, que acompaña a todos lados al querido Elwood (Stewart), al cual su familia ha decidido recluir en un psiquiátrico al notar que la relación con su amigo se ha incrementado. El problema es que Harvey quizá sea más real que todo el mundo que rodea a Elwood. Cautivadora, esta tragicomedia de momentos maravillosos y toques surrealistas se convierte en un análisis social de gran complejidad e inocencia, cuando el pooka de alguna manera se relacione con todo el entorno del supuestamente afectado protagonista, un Jimmy en el papel más tierno de su carrera, y donde con maestría realiza una química extravagante y soberbia con algo que no parece existir ¿o sí?
4 – Anatomy of a Murder (Preminger, 1959)
POR EL FETT
Una cinta que hasta la fecha permanece revolucionaria en el mero sentido de la interpretación, y es que James Stewart no solo se encuentra inmerso e inmenso en su faceta como “actor”, sino también en su faceta como “abogado”. En que la que quizá sea la mejor película sobre “juicios” se denota un doble relieve histriónico al plantear a la figura del “defensor” también como un histrión, quizá no frente a las cámaras, pero si ante un estrado, jurado y público, y Stewart adquiere este reto para convertirse en la extensión del sutil ritmo de Preminger, uno más basado en el contexto de su diálogo que el de su escena. Toques de noir, thriller, suspenso y la ligera comedia de un Preminger que también fue un visionario promocional – fílmico, Stewart luce tan suelto y cómodo como si se tratase de una obra de Hitchcock, y es que la realidad el estilo de Alfred y Otto eran muy similares.
3 – It´s a Wonderful Life (Capra, 1946)
POR EL FETT
Otro que le debe gran parte de su leyenda directiva a Stewart es Capra, y es que por encima de Hitchcock, quizá no haya una mejor extensión actoral para el estilo del cineasta que Jimmy. El cuento de Navidad por excelencia y una de las más grandes fábulas del cine, la narración y la tan potente como emotiva interpretación de Jimmy hacen que a diferencia de Mr. Smith Goes to Washington, este relato de venta fantástica permanezca vigente a más de 70 años de su estreno. Así mismo la caída y resurrección de su personaje es una de esas experiencias que traspasa el lenguaje para convertirse incluso en una experiencia terapéutica y/o humana, misma en la que Stewart se encuentra peculiarmente inmerso quizá por su reciente experiencia en la Guerra, pues hay que recordar que en esta ocasión Capra ya contaba con el Coronel actor.
2 – The Man Who Shot Liberty Valance (Ford, 1962)
POR EL FETT
Por medio de una retrospección visual, Ford construye una metáfora para retratar orgullosamente su propia marca en el género, recalcando irónicamente también el fin de aquella salvaje época en el duelo de las clases, de la educación y de la cultura, tres aspectos que James Stewart simboliza al también enfrentar en su clímax a uno de los villanos más carismáticos y rústicos del western. Un diálogo sirve como mismo slogan para el film: “se imprime la leyenda”, dando a lugar a la transmutación de Stewart, de vaquero a senador, a la muerte del salvaje pistolero, y a la difuminación y frustración del “héroe del oeste” cuando John Wayne adquiera un rol secundario, para dar así paso a la civilización. Uno de los más grandes westerns en la historia, no solo se convierte en el testamento de Ford, sino también del actor hacía con el género.
1 – Rear Window (Hitchcock, 1954)
POR EL FETT
¿Por qué poner a esta interpretación como la primera del top si ni siquiera consiguió algún premio o nominación? ¡Vaya! En realidad de manera estricta no es ni su mejor actuación, ¿entonces? No solo es por su estatus de culto, sino también por que este James Stewart confinado a una silla se convierte en una rica amalgama de sus mejores registros y géneros, pasando aquel corresponsal por el drama, la comedia, el suspenso y hasta el terror, pero de igual manera por esa característica “paranoica” o de cierta “inseguridad” que contenían algunos de sus más famosos personajes. Más suelto e inmerso en el estilo de Hitchcock, la química con Grace Kelly es exquisita, juntándose los “rubios” preferidos del director en una joya que junto a su papel pasarían a ser propiedad de la cultura pop.