Las 30 Mejores Películas de Superhéroes de la Historia
Para poder analizar el “género” de superhéroes hay que comprender primero que no existe tal, y por lo tanto dicha mitología al adherirse a un género existente engaña a su anfitrión y espectadores simulando ser uno. En otras palabras, el origen de estos personajes es tan básico y viejo como la estructura narrativa en “el viaje del héroe”, que para que sea funcional no solo debe cumplir las reglas básicas en su elementos y coherencia (descritos por Joseph Campbell en 1949 a través de El Hombre de Mil Caras, donde previamente identifico 17 pasos), sino someterse al género en el que es huésped, dejando que el anfitrión prevalezca en el tono y la lógica del relato, y no al revés.
Por tal razón una película sobre superheroés funciona cuando deja que el drama, el thriller, la comedia (en todas sus formas, ya sea sátira, parodia), la ciencia ficción, la fantasía, el terror, el bélico, el western, la aventura o incluso hasta un subgénero como la acción sea quien narrativamente lleve la batuta, pues de lo contrario el producto podría sufrir de una mezcolanza de tonos sin control que desemboque en tramas rídiculas con excesos de chistes entrelazados con momentos dramáticos, de acción y aventuras que finalmente rompan la credibilidad y la coherencia de la cinta, preocupándose más por el lucimiento del héroe que por la mera lógica (tomen las dos últimas de Avengers como ejemplos más claros e inadmisibles sobre este tema).
Un tópico de lento crecimiento desde mediados de los 70’s, no fue hasta hace un poco más de una década que las dos fuentes competidoras principales parecieran industrializarse atestando el cine de una caótica producción, fabricando por desgracia mayor calidad que cantidad para satisfacer una demanda que abarca ya 3 generaciones, comenzando irónica y principalmente por un mercado mayor de los 35 años, testigos del apogeo de estos personajes dentro de la cultura pop de los comics y seriales de televisión.
Acabados los contratos, las salidas fáciles, la mezcolanza disfuncional de géneros y los innumerables huecos argumentales del juego de los Avengers, repasemos las que para el gusto de su servidor son las mejores 30 películas de la historia, una muy corta de no más de 45 años.
30. Super (James Gunn, 2010) Comedia
Hilarante comedia negra donde Gunn parodia el viaje del héroe bajo un par de personajes de cuestionable estabilidad mental, naciendo los alter ego en cuestión a raíz de la paranoia, fanatismo e inseguridades de dos adultos sumidos más en los cómics que en la vida real, distorsionando su entorno hasta el absurdo (cualquier parecido es mera coincidencia). Es irónico, pero sin duda esta burla temprana a la apenas creciente fórmula de Marvel y más en la línea de Kick Ass, vendría a darle a Gunn el currículo para dirigir después Guardians of the Galaxy. Cruenta, violenta y disparatada, la frase “Shut Up Crime” se posicionaría como su genial slogan.
29. Superman Returns (Bryan Singer, 2006)
Injustamente marginado, el espectador no estaba preparado para un tratamiento más dramático sobre el hombre de acero. Sin duda la afectación se dio mayormente por temas promocionales y la confusión sobre su “género”, comulgado al desconocimiento del protagonista (es cierto que le hubiera venido mejor alguien con mayores tablas), sin embargo Singer es capaz de aportar innovación narrativa a la mitología del superhéroe dado el tema paternalista y la evolución de su antagónico (brillante Kevin Spacey), sin dejar de lado el gran homenaje a la cinta original a partir de ciertos elementos nostálgicos y varios de los mejores diálogos en las películas de Superman.
28. The Crow (Alex Proyas, 1994)
El lúgubre estilo de Proyas se transformó en un accidental réquiem para el novato Brandon Lee, que vería en la resurrección su propia muerte y su sentencia como icono de la cultura pop noventera ¿Qué si su trágico suceso sirvió para que esta obra y su actuación llegaran al objeto de culto de manera inmediata? Definitivamente, pero ¿y si se hubiera evitado la tragedia The Crow conservaría dicha posición? Totalmente, y es que la simbología espiritual de este thriller dota a su personaje de la conciencia vengadora suficiente para encausar combates físicos y reflexivos casi ceremoniales dentro de lo que es una oscura aventura de una sola ida y sin retorno.
27. Blade (Stephen Norrington, 1998)
Primer blockbuster basado en un personaje de Marvel, mucho se le debe a Snipes por la agilidad de este film de acción y vampiros en un papel que fuera de su piel sencillamente parece imposible de interpretar. Si bien los efectos lucen ahora totalmente ridículos, es el contexto del antihéroe el que encausa una apoteósica cacería y principio de mitología que desgraciadamente vería su fin de manera súbita con la inflada y excesiva segunda parte de Del Toro. Así mismo en un segundo plano y sin ninguna corrección política que detenga a Blade, la sutil pero punzante analogía racial de hinca como colmillo en uno de los tópicos vampíricos más atractivos de aquella década.
26. Spider-Man 2 (Sam Raimi, 2004)
Es complicado seleccionar entre las dos primeras apariciones del arácnido por parte de Raimi (quizá hasta un empate en esta posición), pero al final su 2° capítulo conserva más ese tono satírico de su director que hace de Spidey una especie de víctima dentro de una comedia romántica con acción accidental como telón de fondo. Sobre la línea divisoria entre lo pretencioso y lo ridículo, Raimi logra comprender la falta de seriedad narrativa del universo en el que se encuentra parado y termina tomando la decisión correcta: que el amor gane mientras su dirección de efectos se encarga de un par de secuencias que aún conservan gran estima entre los fanáticos.
25. Deadpool 2 (David Leitch, 2018)
Leitch, siendo uno de los mejores directores de acción actualmente, equilibra la enfermiza y desmedida personalidad de Reynolds/Deadpool, con una estética que provee mayor protagonismo a sus invitados, haciendo que este sitcom de hora y media se convierta en un producto altamente explosivo y entretenido que literalmente rompe la barrera y fórmula para convertirse en la más actual sátira sobre dicho universo y que solo persigue un objetivo: pulverizar cualquier arco argumental para un despliegue humorístico excesivo que no respeta audiencia, fanáticos, sexo, edad o culto, siendo mucho más honesta y divertida que el 70% del MCU
24. Doctor Strange (Scott Derrickson, 2016)
El Doctor místico proveo cierta revitalización al rubro no en estructura, pero si en concepto. Acercándose más al plano espiritual y lleno de guiños hacia culturas religiosas orientales que tienen al manejo de la energía como punto de inflexión, lo guionistas plantean de manera loable un mundo de realidades y dimensiones alternas que permite a la dirección y a la misma historia fluir en un plano “fantástico” con bastantes libertades en cuanto al uso de recursos de elementos mágicos. En otras palabras, al crear un mundo en otro plano al acostumbrado abre más las posibilidades argumentales en este rubro. Además, sus efectos son de otro plano dimensional.
23. Mystery Men (Kinka Usher, 1999)
La parodia sobre superhéroes por antonomasia cuando aún ni se tenía pensando en acuñar dicho tópico. Con un director fantasma y en las manos de Stiller, esta colección de parias fuera y dentro de la pantalla (su reparto es secundariamente exquisito) crea por debajo de un lienzo totalmente absurdo e hilarante, una tesis y crítica social hacía el consumo sobre estos personajes casi 10 años antes de que empezara su explotación. Profética, este bonche de adultos atolondrados con poderes divertidísimos seguirán el ejemplo del “Súper Hombre” patrocinado al que solo le importa vender más muñecos, y de nuevo, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
22. X-Men (Bryan Singer, 2000)
La franquicia de superhéroes con mayor valor cinematográfico y artístico de Marvel, este film es de significante importancia para asentar varias de las bases que definirían el rubro durante posteriores años, definiendo a una gama extensa de personajes casi en su totalidad bien estructurados y lo que es más importante, logrando una empatía hacía con el espectador al situar y comparar con agradable pericia la problemática mutante con la realidad del racismo y de la discriminación hacia algunos grupos sociales y/o culturales. Un libreto que alcanza su mayor virtud en los momentos dramáticos (gracias McKellen y Stewart), relegando la acción a planos de apoyo.
21. Guardians of the Galaxy (James Gunn, 2014)
Grata cinta de aventuras espaciales que maneja un humor negro distinguido y acorde a sus personajes y naturaleza de su “absurdo” fantástico. Gunn imprime en un guion de ida y vuelta una maniobra de carismas y químicas destacable, donde los elementos del universo son perfectamente encausados hasta lograr como pocos en el MCU, una conclusión emotiva. El mayor valor del film es su soundtrack, el cual funciona a manera de vehículo narrativo y no solo como un recurso auditivo, situando a las acciones en cada uno de los éxitos de los 80s que también brillan gracias a una increíble tarea de montaje ¿Un musical de superhéroes? Posiblemente
20. Hellboy (Guillermo del Toro, 2004)
Es difícil catalogar a la cinta del tapatío porque es su guion y dirección la que brillantemente se alejan de los estereotipos del rubro. En formato podría ser hasta la única biopic sobre “supers”, al dotar a Hellboy de un trasfondo y protagonismo total; podría ser una fantasía con toques de acción, porque una secuencia de 25 minutos al principio le basta para ágilmente encausar la emoción; pero creo que al final lo que hace que Hellboy se defina y entre en el ranking es que Del Toro se desvive por el amor a sus monstruos, poniendo de relieve un motif romántico imposible de ignorar y que incluso llega a jugar paródicamente con el recurso del “triangulo” amoroso.
19. Spider-Man: Homecoming (Jon Watts, 2017)
Mucha de la gracia de esta cinta parte de que el novato director decidió propositivamente rendir tributo a la tragicomedia adolescente de los ochentas al puro estilo de John Hughes, con toques de sarcasmo y comedia negra que por fin se convirtieron en la mezcla perfecta de entretenimiento para Spidey. Es sin duda la mejor película sobre el arácnido en acción real, pero también la más alejada a sus estatutos ya vistos y en la que menos se requiere su presencia, ¿curiosa contradicción no lo creen? Divertida y juvenil, la última escena post créditos a mí parecer, capta a la perfección el truco alucinógeno al que el espectador es inducido.
18. Dredd (Pete Travis, 2012)
Infravalorada cinta de acción que encaja perfecto con el arquetipo narrativo del superhéroe, con una historia 100% unidimensional que se rescata del absurdo al aprovecharse de ciertos trucos de composición tales como prescindir de un prólogo o conclusión, dejando a su historia solo en un entretenido paraje de acción trepidante. El ritmo es excelente a pesar del excesivo slow motion, pero lo que en verdad es el factor dominante son sus interpretaciones y elemento estético sumamente violento, los cuales comprometen al espectador a estar fijo a la pantalla en muy disfrutables y agiles 90 minutos de acción desmesurada. Karl Urban brilla como antihéroe.
17. Black Panther (Ryan Coogler, 2018)
Hay que meter a revaloración y discusión lo que Coogler aportó al universo de Marvel, y es que si bien falla en la re instauración del héroe, el joven cineasta indie triunfa en estructurar no solo al mejor villano del llamado MCU, sino también al conflicto más creíble, emocional y humano, suscrito a los objetivos narrativos raciales que con astucia y sutileza Coogler ha implementado a lo largo de su filmografía. Además, es de valorar la introducción de un nuevo mundo y su tono de cinta de espionaje y thriller social, que incluso por momentos llega a recordar al cine de “supers” más disfrutable y menos pretencioso de la década de los 90. Este film debió llamarse Killmonger
16. Kick-Ass (Matthew Vaughn, 2010)
Cine de acción con pinceladas de humor negro, Kick-Ass sigue siendo una de las cintas más frescas y arriesgadas sobre el rubro al exponer con lujosa violencia todos los excesos del mismo, pero con la seriedad suficiente para no convertirse en una parodia. Excelentemente desarrollada por Vaughn, podría incluso su crueldad manejarse como una especie de honesto homenaje y respeto a donde se supone muchas veces estos relatos deberían ir en lugar de convertirse en maquillada clasificación “A”, denotando las consecuencias reales de ser un “súper”. Cosa aparte, la participación de culto de la Chloe Grace Moretz, de los mejores personajes en el rubro.
15. Thor: Ragnarok (Taika Waititi, 2017)
Para salvar al Dios del Trueno había que pasarlo a cirugía y curarlo con risas. El médico en turno sería uno de los mejores cómicos hoy en día, con un humor espontaneo, sarcástico y adicto a la improvisación, elementos que lograrían la que sin duda es la cinta más divertida del MCU (y de todo el ranking) en cuanto a su absurda naturaleza se refiere. Rompiendo e molde y gracias a su cobertura humorística, Waititi también logra que por fin la proliferación de personajes aporte a este juego de diálogos improvisados, incluso realzando la vena cómica de varios de los inmiscuidos con resultados favorables. Por lo tanto esto es 100% comedia, y lo de Avengers son payasadas.
14. Teenage Mutant Ninja Turtles (Steven Barron, 1990)
No hubo caricatura, CGI o capture motion que pudiera superar la química de 4 individuos metidos en trajes de tortugas, creando no solo uno de los iconos noventeros del serie b, sino también una de las películas sobre superhéroes mejor escritas y más emotivas, en lo que se resume como una cacería paternal dentro de un marco argumental habitual con respecto a la temática samurái: la venganza. Su cierto aspecto lúgubre se adhiere perfecto a los simbolismos de la cultura oriental así como a la corrupción del occidente, destacando no solo la chispa entre los 6 héroes, sino también el lazo afectivo y trasfondo del antagónico. La cinta del rubro que más merece la pena desenterrar.
13. X-Men: Days of the Future Past (Bryan Singer, 2014)
Primera cinta del universo mutante que ponía sobre la mesa el sentimentalismo, la nostalgia y el dolor por la pérdida de sus personajes, todo esto gracias una excelente dirección y regreso de Singer a la franquicia que jugaba con una estructura narrativa clavada ahora totalmente en el género de la ciencia ficción, pero nuevamente poniendo relieves dramáticos sobre aspectos políticos, sociales e históricos para intensificar la tensión en sus excelentes secuencias de acción. El encuentro de los actores pasados y futuros resultó un excelente experimento, sobre todo teniendo en cuenta al cambio de protagonista en uno de las mejores participaciones de Jackman.
12. Batman Begins (Christopher Nolan, 2005)
Reinicio de la mitología de Bruce Wayne y su alter ego a través de una adaptación y traducción a la época presente que definiría el arquetipo actual sobre el que quizá sea el superhéroe más famoso tanto de las viñetas como el cine. Así pues, el detective y vengador murciélago vería su conversión paso a paso dentro de la cultura oriental, mientras los hermanos Nolan le construían un entorno occidental acorde a sus nuevas habilidades, sumiendo a la nueva Ciudad Gótica en un thriller con toques gansteriles que servirían como un excelente prólogo para el clímax por venir. Una lástima que el ahora DCEU haya decidido otras medidas en lugar de tomar este tren al éxito.
11. Man of Steel (Zack Snyder, 2013)
Arriesgada desde la omisión de créditos y su brillante cortinilla bélica, Snyder logra imprimir un ritmo substancial a un libreto polémico castigado por las acusaciones religiosas en el obvio simbolismo que posiciona al hijo de Krypton como la versión más actual e ideal de Jesús, a pesar de que dicho testamento ya estaba descrito desde la fuente original y su previo estatuto setentero ¿Por qué entonces no tener conciencia de dicho origen? Si bien Snyder explota dicha metáfora espiritual, es mérito de su desarrollo fundamentar al héroe para su consecuente “humanización” ¿pues qué no Jesús es por antonomasia la concepción del llamado “viaje del héroe”?
10. Spider-Man: Into the Spider-Verse (Bob Persichetti, Peter Ramsey, Rodney Rothman, 2018)
Alguien comprendió que los superhéroes funcionan mejor en forma de caricatura, llevando a cabo no solo una de las mejores películas del rubro, sino también la mejor sobre el arácnido. La reinvención y auto mofa narrativa es fresca, divertida y ágil, permitiendo por su mero formato un planteamiento y estructuración más acorde a las capacidades y mundos del personaje, tomando el recurso de las dimensiones como arma argumental a su favor. En definitiva, esta parte animada que recuerda al carisma de la genial serie de los noventas, deja humillados a muchas de sus similes anteriores, como por ejemplo a los Avengers y su patético juego de planos dimensionales.
9. X2 (Bryan Singer, 2003)
Consecuencia de un previo rico en trasfondo y con un bagaje mayormente dramático, Singer denota una naturalidad opulenta en la continuidad psicológica de sus personajes sin abandonar de manera astuta la progresión político y gubernamental, en lo que ahora se tornará no solo en la exclusión definitiva de un grupo social discriminado por ser diferente y la respuesta de este ante una amenaza llamada exterminación, sino también en un vehículo que permitirá ahora un rico equilibrio entre la misma calidad dramática e histriónica, y el emergente elemento de acción, ahora necesario para preservar el factor X (lástima de su tercera y patética tercera parte).
8. Iron Man (Jon Favreau, 2008)
No se puede discutir con el origen de una fórmula ciertamente efectiva, pero que curiosamente anterior a Disney, planteaba un acercamiento más oscuro, lleno de suspenso y dotado de una estructuración envidiable para un superhéroe que en esta única ocasión, resulta creíble, humano y cautivador. Lo sorprendente es que Fravreau logra mantener el interés y tensión a pesar de carecer de escenas de acción, centrándose principalmente en la psique y desarrollo del personaje, en lo que bien podríamos catalogar como un thriller de toques bélicos y aunque usted no lo crea, aún en ese 2008 ajeno a toda la corrección política que vendría a matar al pobre de Iron Man.
7. The Incredibles (Brad Bird, 2004)
Dos valores distinguen principalmente esta gran animación: la primera, un manejo excepcional del prólogo, conflicto y clímax que aborda con habilidad todos los estereotipos sociales – familiares y hasta educacionales de los suburbios americanos gracias al ritmo y asentamiento del elemento fantástico en un contexto real; la segunda, es su compleja pero a la vez también ligera temática adulta, la cual disfrutable y comprensible para niños , jóvenes y adultos, marca una tendencia en todo el film que servirá para dejar al plano “súper” en segundo lugar, dando mayor relevancia al divertido y complejo drama familiar con una sorpresiva libertad creativa por parte de Pixar.
6. Captain America: The Winter Soldier (Anthony y Joe Russo, 2014)
Cuando Disney decidió por momentos dejar de hacer caricaturas, se topó con un excelente thriller, uno tan entretenido y apoyado en un contexto realista que de repente el Capitán se convirtió en el héroe mejor estructurado y más lúcido de toda la amalgama Vengadora, teniendo en cuenta un excelente arco argumental que combina acción, intriga y conspiración, con persecuciones y combates emocionantes y tensos, donde los balazos eran más importantes que los rayos, la magia y los aliens. Para la posteridad, da gusto que incluso sea un poco infravalorada por algunos espectadores que aún prefieren las caricaturas por sobre el cine y entretenimiento de calidad
5. Superman (Richard Donner, 1978)
Fundamentación e idealización del “superhéroe”, como obra primicia el libreto de Puzo y la dirección de Donner comprenderían hace más de 40 años que para poder adaptar todos los elementos fantásticos y de ciencia ficción que convergen en las fuentes originales, el viaje del héroe tenía que consistir aquí en que este se creara como alter ego al hombre y no viceversa, fundamento principal de su mitología y concepción religiosa de cualquier tipo de “súper”. La aventura de estos personajes comenzaría entonces gracias a la obertura de Brando, la partitura de John Williams y el inolvidable icono de Christopher Reeve, el superhéroe por excelencia
4. Batman (Tim Burton, 1989)
Solemne pieza “gótica”, a 11 años de Superman fue Burton el que aportó al rubro la tropicalización necesaria para la recreación de mundos alternos, convirtiendo a su ciudad en un entorno oscuro y coherente de donde emanaría el héroe y su archienemigo. Este esplendido planteamiento de nuevo obedece las elegantes y sencillas reglas que persiguen la historia del origen, desarrollo y enfrentamiento de los antagónicos, pero que con Burton alcanzan límites ya innovadores a la hora de que Batman devele su personalidad a partir de flashbacks perfectamente situados en su trama. De corte más gansteril que el thriller de Nolan, tiene lo mejor de 80’s y 90’s.
3. Logan (James Mangold, 2017)
Pieza sumamente emocional, dramática y de gran poderío estético e histriónico que Mangold – Jackman llevan con sumo cuidado hacía un clímax catártico en lo que en realidad es un híbrido dramático con un homenaje al western, con una referencia al clásico Shane de Stevens. El aspecto paternal que envuelve al film funciona a perfección debido a que se narra desde dos puntos, el del profesor con Logan y la de este con su accidental responsabilidad, logrando emotividad en lugar de forzamiento y la guía narrativa perfecta para elegir un par de secuencias memorables. El final de una era mutante coronada de manera excelsa gracias en mucha parte al compromiso dramático de la dupla Jackman-Stewart.
2. The Dark Knight (Christopher Nolan)
Basta con mencionar la grandiosa interpretación de Ledger como el mejor antagonista del rubro, sin embargo la mejor cinta de Nolan es también el complemento histórico de la original estructura de Donner en los 70, situando en esta tragedia dramática y thriller criminalístico el sacrificio definitivo del héroe sin que este concluya en una final satisfactorio para él mismo, sino para la misma sociedad dentro de un entorno donde la psicopatía triunfa. Un monumento al montaje, el director brinda a su relato el que sin duda es el más ágil ritmo dentro del subgénero, confiando la credibilidad a sus confiables y poderosas (un par) actuaciones. Podría ser el primer lugar, pero…
1. Watchmen (Zack Snyder, 2009)
Un total cambio de registro en esta alternancia histórica tan compleja como entretenida. Un thriller, Watchmen es quizá el ejemplo más claro de a lo que se refiere con una adaptación fílmica, revolucionando e innovando a su fuente original para trasladar con singular maestría el camino del héroe al lenguaje fílmico desde varios puntos de vista, o en otras palabras, desde diferentes perspectivas sociales dentro de la resquebrajada sociedad americana, mezclando varios aspectos culturales y bélicos que hacen de la obra de Snyder un manjar narrativo desde cualquiera de los arquetipos referidos. El final es un shock emocional, con la perfecta dosis de drama que hace a un film digno del calificativo “memorable”, o más atrevido, “de culto”.
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