Las 5 Mejores Películas de Anabel Gutiérrez
Una de las últimas leyendas de la época del Cine de Oro; Anabel Gutiérrez, quien comenzó su carrera haciendo papeles de extra, y que de a poco fue consiguiendo roles de más relevancia hasta convertirse en un referente del Cine Nacional.
Es por eso por lo que a manera de homenaje presentamos sus mejores 5 papeles de quien en su momento fue apadrinada por actores de la talla de: Domingo Soler, Julián Soler, Fernando Soler, Andrés Soler, Sara García, Joaquín Pardavé y Joaquín Cordero.
5 – Las aventuras de Pito Perez (Juan Bustillo Oro,1957)
Tomando el argumento de la novela “La vida inútil de Pito Perez” (y siendo la segunda adaptación de la misma), Fernando Fuentes y Juan Bustillo de Oro construyen una historia basada en la peculiaridad de sus relatos y en el carisma de su personaje principal: un pícaro con demasiado ángel, y quien mejor para interpretar a este tipo de individuos que el famoso “Tin Tan” quien junto una hábil dirección atrapa al espectador por mas de 94 minutos. Destaca en el elenco Anabel Gutiérrez como “Chucha”, papel que demostraría que la comedia era un género en la que la actriz se sentía muy cómoda.
4 – Azahares para tu boda (Julián Soler, 1950)
Cinta dirigida por Julián Soler acerca de una madre que impide el matrimonio de su hija con su novio socialista debido a sus creencias religiosas. Lejos de ser un drama que este basado en la sobrerreacción de los conflictos, se construye a través de referencias históricas y de la presentación del contraste de ideas entre los miembros mayores de esta familia y los más jóvenes. La dirección permite que los actores se mantengan en un estado sobrio y natural, alejándonos de la exageración histriónica. Una buena película que, aunque flaquea un poco en el final, sigue siendo una muestra ideológica e histórica de la ideología de los jóvenes de los años 50´s.
3 – Muchachas de uniforme (Alfredo B. Crevenna, 1951)
Remake de la cinta alemana homónima de 1931, podríamos considerarlo una de las primeras que abordó la temática LGBT en el cine mexicano. Narra la historia de Manuela, una adolescente que es ingresada a un colegio católico donde se enamora de su maestra. No solamente destaca lo atrevido de la historia bajo el contexto social que en el que se encontraba, sino visualmente tiene demasiado del expresionismo alemán, generando un ambiente claustrofóbico y tenso dentro del convento. Destaca la actuación de Anabel que le valió una nominación al Ariel como mejor revelación juvenil. Aunque la trama fue victima de la complacencia de los censores de la época, sigue siendo innovadora incluso en la actualidad tanto por temática como por estilismo
2 – Deseada (Roberto Gavaldón, 1951)
Del gran Gavaldón, la cinta nos cuenta la historia de Deseada, una joven que queda a cargo de su hermana menor, Nicte, sacrificando su juventud y felicidad. Cuando el prometido de su consaguinea llega a su pueblo, comenzará un triángulo amoroso que pondrá en conflicto a Deseada. La trama brilla por el tremendo culebrón (bien armado) y por los dilemas del personaje principal, siendo las actuaciones de excelente calidad y destacando Dolores de Rio (Deseada) y Anabel Gutierrez (Nicte), que incluso le llega a robar cámara. La parte técnica es también sobresaliente, especialmente el manejo de edición y fotografía. A pesar de quizás no es una de sus cintas más fuertes de Gavaldón, Deseada termina por ser una cinta bastante sólida.
1 – Escuela de vagabundos (Rogelio A González, 1955)
Una de las mejores comedias musicales mexicanas, nos narra una serie de enredos que vive la familia Valverde y el compositor de moda Alberto Medina al crear que es un vagabundo. A pesar de lo rebuscado de sus situaciones, la naturalidad y gracia con la que el director y los actores llevan estos sucesos generan un humor disfrutable. Añadan el elenco de lujo que lo lidera Infante, Oscar Pulido, Miroslava y Anabel, que contribuyen al dinamismo de la trama. El factor musical aporta mucha calidad a la dinámica de la cinta. Todos estos elementos hacen que “Escuela de Vagabundos” sea una de las comedias más icónicas de la Época de Oro y un recordatorio para el cine nacional de que a base de pura gracia y sin vulgaridades se puede sacar una risa al público.