Las 10 Mejores Películas de Toshiro Mifune

Hace días recordábamos a Kurosawa y hoy toca el turno de celebrar a su cimiento histriónico, al hombre con el cual formó quizá la sociedad director – actor más prolífica y brillante de la historia con 16 películas, en su mayoría sustanciales y acreedoras a los mejores rankings del cine. Nacido como Sanchuan  Minlang, el gran y versátil Toshiro Mifune nacería un día como hoy; un camaleón entregado a su trabajo, participó en producciones de 5 países (uno de ellos México) gracias a su dominio de varios idiomas en géneros que van desde el drama y el thriller hasta el noir y la aventura – fantasía samurái, en este último rubro construyendo a lado de su socio joyas de antología que edificaron las bases de muchos géneros y sirvieron de inspiración a variados cineastas y personajes.

Su historia es curiosa e interesante, desde su origen (naciendo en realidad en China, pero de padres japoneses), hasta su concepción artística, la cual comenzó como fotógrafo, labor de la que recibió profesionalmente, laboró y hasta sirvió dentro de la Segunda Guerra Mundial, cuando siendo parte de la Armada Imperial fue destinado a trabajos de reconocimiento aéreo durante el conflicto.

Terminada la Guerra, Mifune se empleó como fotógrafo y asistente de cámara para Toho Films (famosos por la saga Godzilla), pero su destino cambiaría de manera brusca cuando de manera irónica, algunas de sus fotos (retratos) fueran a parar para varios directores de casting, los cuáles gracias a su atractivo y presencia física lo comenzarían a recomendar. Tras cursar fugazmente cursos de artes dramáticas, Mifune debutaría como actor en 1947, comenzando así l leyenda del actor japonés más reconocido y triunfador de todos los tempos.

Posteriormente conocería al que sería su mentor y amigo, el director Akira Kurosawa, con el que prosperaría una relación onírica desde 1948 hasta 1965. Si bien la relación artística terminaría por diferencias profesionales entre ambos (Mifune reclamaría el constante estrés y perfección al que era sometido por Kurosawa), es bien sabido que director y actor siguieron conservando una estrecha relación como amigos, incluso en la siguiente etapa internacional de Mifune, donde se embarcó en producciones americanas y fundó su propia productora, encargada de difundir y dar a conocer el cine japonés al mundo.

Actor de 185 títulos entre el cine y la televisión y ganador de dos copas Volpi de Venecia, recordemos al gran Toshiro Mifune con sus 10 Mejores Películas

 

Bonus – Escándalo (Kurosawa, 1950)

Una de las menores películas de Kurosawa refiere todo su salvamento narrativo a la actuación de Mifune (y Shimura por supuesto), el cual se muestra por momentos dramáticamente “monstruoso”. Mifune aquí tiene en sus manos uno de sus papeles emocionalmente más complejos, en la piel de un pintor que es fotografiado junto a una cantante de ópera y tildado falsamente de “amante” en una publicación. Obsesivo por justicia pero paciente (como el samurái que es) en su accionar, buscará justicia en la ley al demandar al medio en lo que se convierte en una crítica al periodismo y a la sociedad japonesa. Si bien Kurosawa en esta ocasión dirige con más pasión que destreza ¿para qué están los amigos? Como se dice en México, Mifune le saca las papas del fuego

 

10 – El Idiota (Kurosawa, 1951)

Algo inusual al menos dentro de su trayectoria bajo el mando Kurosawa, sería la apropiación del rol antagónico, alejando de la deshumanización del Trono de Sangre o la humanización del Ángel borracho. Así mismo este sería uno de los primeros esbozos de excelencia dramática para Mifune, en el papel de un violento amante que se juega el amor de su doncella con el reciente regreso del “hijo prodigo” y/o simbólicamente resurrecto (otro simbolismo del resucitado espíritu y estado japonés de la posguerra). No hay reparo en mencionar que Mifune se muestra muy superior en su papel “de reparto”, siendo incluso una peculiar curiosidad de director – actor cuando el relato en cierto momentos adquiera un toque de “melodrama”

 

9 – Los Siete Samuráis (Kurosawa, 1954)

El retrato de honor y linaje por excelencia, es también una de las obras más mencionadas e influyentes dentro de la historia del cine, y sin duda también la mayor referente en cuanto al término samurái se refiere. Emocionante de principio a fin, Kurosawa combinará esta honorífica aventura con una crítica manifiesta hacia las esferas sociales y hacia la crueldad del sistema en una era donde la valentía de unos pocos eran el equilibrio y justicia de muchos otros. Mifune figurara aquí como el impetuoso aprendiz y novato, logrando una conversión personal y espiritual necesaria en esta mortal aventura que a la postre se convertirá en el cimiento narrativo de la figura heroica en la historia del séptimo arte. Así de importantes fueron Kurosawa y Mifune

 

8 – El Ángel borracho (Kurosawa, 1948)

La primera colaboración con Kurosawa fue de manera mística también el comienzo de la leyenda del propio director, como si el destino hubiera esperado para juntarlos y así engendrar esa onírica asociación a través de casi 20 años. Así también, aquí será donde se forje otras de las químicas más grandes del cine japonés, la de Mifune con su eterno guía Takashi Shimura, en un drama conmovedor que sirve tan de testimonio como metáfora a la decadencia social del Japón de la posguerra. En este choque de mundos, ideologías y estatus (ambos trasgresores a su modo), el doctor y el misterioso hombre que ha venido buscando su ayuda, formarán un vínculo más que personal, simbólico, tanto para el mensaje fílmico como para la asociación tripartita por venir

 

7 – Perro Rabioso (Kurosawa, 1949)

Para su servidor, la mejor química entre los dos fetiches y socios actorales de Kurosawa: Shimura (al cual le debo su top) y Mifune, el primero maestro, el segundo aprendiz, solo que en esta ocasión cambiando las espadas samurái por las pistolas en uno de los mejores ejemplos de cine noir en la historia. El samurái se convierte en detective. Una aventura e investigación que llevará a ambos al bajo mundo del Japón de posguerra, uno en el que al parecer el calor es fundamental para recrear este magistral relato lleno de inteligentes trucos (macguffins). De desarrollo narrativo providencial, que no puede ni debe bajar de ritmo en ningún momento, este trío en su temprana etapa logra una aventura criminal de disección social para la posteridad

 

6 – Rashomon (Kurosawa, 1950)

Pieza esencial para la comprensión del cine, la línea cronológica de los hechos y las 4 tangentes que conforman el film son tan precisas que el espectador, acogido y tenso, se convierte en juez y partidario de los 4 testimonios, todos ellos con el objetivo de descubrir la vileza de la condición humana. No hay verdades que eliminen las mentiras y estas últimas no son suficientes para poder escudriñar la realidad. A través de flashbacks de los testigos, se teje una telaraña de misterios gracias a la recreación intimista de los mismos. Llena de suspenso, simbolismos y bajo el ambiente del Japón del Siglo XII, Mifune se convierte en el vehículo principal de dichos testimonios, en lo que también es una interpretación adepta al tono de fábula que mantiene Kurosawa.

 

5 – Trono de Sangre (Kurosawa, 1957)

La película favorita de  Wenders es una adaptación de una de las fuentes favoritas de  Kurosawa: William Shakespeare, en este específico caso la historia de Macbeth trasladada al Japón feudal con una excelsa crueldad y surrealismo que hielan la sangre. Aun cuando es la mejor adaptación del relato del lord escocés al cine, Akira se infiltra en el texto shakespereano para cambiar a su favor varios pasajes y personajes y así lograr que tanto el entorno como Lady Macbeth, tengan más injerencia y sean percibidos como constantes y sombrías amenazas. Mifune interpretando al Lord es lo mejor del film, y es que su método “kabuki” quizá no haya estado mejor aprovechado en otra cinta, denotando de manera excelsa la deshumanización y la locura del Macbeth japonés

 

4 – Ánimas Trujano (Rodríguez, 1961)

Ganadora del Globo de a  la mejor película extranjera, resulta sui generis la comunión de Rodríguez con Mifune. Tras haber apadrinado y desdibujado al estereotipo del macho de Infante, de manera irónica ahora construye un arquetipo más “macho” en el samurái japonés. A pesar de que el método del teatro kabuki logra desentonar en algunos pasajes de su desarrollo, no se puede negar el gran mérito de Mifune al enfundarse como el odioso, borracho y vividor mexicano que quiere ser mayordomo, en una dura metáfora y sátira del poder, machismo y de las cábalas, un tema tabú incluso para aquellos tiempos que director – actor supieron encausar con mucha precaución y astucia dentro de la burla implícita a sus interpretaciones.

 

3 – El Infierno del Odio (Kurosawa, 1963)

Uno de los mejores thrillers policiales de todos los tiempos, es al mismo tiempo un formidable manifiesto sobre los dilemas laborales y personales que enmarcan a una sociedad nipona siempre en persecución por la excelencia, de cierta manera “bendecida” por su cultura. A través de un empresario de zapatos que debe lidiar con el hecho de entregar una fuerte suma de dinero a cambio del rescate de su “hijo”, o bien usar esa cantidad para cerrar el negocio que afiance su futuro, Kurosawa disecciona no las clases sociales en un enfrentamiento  entre la dignidad laboral y la paternal, el dinero y lo humano. Todo esto enmarcando una tensa odisea policial exquisita donde Mifune alcanza un pico dramático increíble

 

2 – Yojimbo (Kurosawa, 1961)

Obra de gran influencia para la historia, un western apasionante y evocado desde la auto destrucción humana donde de nuevo Mifune, como si se tratase de la suma de todos sus samuráis, consigue emular la sabiduría y destreza máxima en un guerrero errante tanto en cúspide como en su declive. Aderezado con elementos mafiosos y de thriller, y abastecido de desolados y violentos panoramas, la retribución vendrá desde el enfrentamiento de dos clanes y la llegada de un mercenario que desea la destrucción de estos a partir de la doble infiltración. Inteligente, llena de suspenso y muy divertida, la inclusión de la pistola también denotaría un simbólico cambio de era dentro de su historia. Mifune conseguiría con esta su primera Copa Volpi de Venecia

 

1 – Barba Roja (Kurosawa, 1965)

La conexión emocional que logra Kurosawa en este poético drama de conversión humanista es casi inclasificable debido a la magistral interacción actoral a partir del mejor desempeño de  Mifune, alejado del personaje samurái y enfundando en la bata de un doctor filantrópico, estricto y compasivo a cargo de una clínica de muy bajos recursos, que conmueve a toda la audiencia. La conversión se dará de parte de su aprendiz, un recién egresado decepcionado por haber sido despechado a tal hoyo en el mundo. El choque de clases sociales, ideologías y técnicas, hacen a esta evolución personal un ágil festín narrativo. Mifune se haría de su segunda Copa Volpi de Venecia y esta sería su última película bajo la dirección de su amigo

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Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


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